Partida Rol por web

Antes de que Artax pueda decidir que hacer con la sombra que ha visto moverse, escucha como alguien se acerca por su espalda, en poco tiempo Xanthe esta junto a él y Maxi aparece poco después mirando a ambos.

-Bien, al parecer de momento no hay rastro de sincorazones, los incorpóreos que envié de reconocimiento no han visto nada -Se detuvo un segundo antes de mirar a atrás- Veo que tampoco os apetece trabajar con ellos, pero bueno.

Silbando con fuerza para avisar a los elegidos le hizo una señal con la mano.

-O venís u os quedáis atrás, no nos vamos a retrasar mas.

-Si ellos no vienen no seré yo quien les llame-repuso Xanthe sin reparo alguno protegida del sol por la capucha, tenía la piel pegajosa por el ambiente de la costa y respiraba con un ligero y casi inaudible jadeo por el calor, sintiendo como el sudor se resbalaba por la piel aceitunada bajo la tela.

"Adiós tranquilidad".- la fuerza de su pensamiento fue nítida para los recién llegados. Incluso bajo las tinieblas que impedían averiguar que había bajo la capucha que ocultaba su rostro, cualquier podría notar como el silencio se hacía más tenso. Los restantes miembros de la Organización conocían a la perfección su solitaria personalidad, y estaba más que familiarizados con el trato glacial con el que correspondía a cualquier intento de conversación. Artax trabajaba mejor en solitario, ajeno a distracciones innecesarias o a tener que cargar con las faltas de los demás; algo que podía resultar fatal en mitad de un combate contra los Sincorazón o cualquier otra criatura que osase a plantarse frente al filo de Lamento de Escarcha.

- Me son indiferentes.- "Al igual que vosotros" reconoció, dedicándoles un fugaz vistazo por encima del hombro. La aparición de Maxi y compañía le resultó molesta, aunque nada podía hacerse. Eran órdenes del Líder. Y si el Líder ordenaba, él actuaría en consecuencia a las directrices prefijadas.

Björmolf estaba mas perdido que un mono en un garaje.

No sabía como podía rastrear a esos seres; no tenía ni idea de que buscar, pero parecía que los demás sí, asique optó por seguirlos observando y escuchando lo que había a su alrededor, sabía como eran lo que buscaban; pero eso no implicaba que no hubiera otros peligros en esa jungla.

Siguió al grupo sin decir una palabra, no sabía de que eran capaces, pero tenía que estar atento por si había algo que le escamara.

Cuando Björmolf llego con los tres incorpóreos, los pilares cayeron, haciendo que el camino de vuelta fuera posiblemente imposible. Maxi miró a los que estaban con él y suspiro.

- No te ofendas chico, pero sabía que nos acabaríais atrasando, al menos tú pareces lo suficientemente cauto como para ir en grupo, bien, creo haber visto algo en la espesura, vamos- De la mano del incorpóreo, apareció una espada¡ en su mano desde la oscuridad y corto algunas lianas y maleza que les impedía moverse, comenzaba la búsqueda del enemigo, búsqueda y eliminación.

Björmolf caminaba por esa espesura tan distinta a la de su mundo. Estaba observando todo a su alrededor y caminaba fijándose bien donde plantaba los pies. Aún se le hacía extraño esos mundos tan diferentes. En su mundo había agrupaciónes de árboles, pero mucho menores que esta.

El clima tampoco ayudaba, era un calor intenso que se pegaba a la piel y cuando había algún claro, los rayos del sol se convertían en lanzas de fuego.

Observaba todo alrededor, algunos animales extraños caminaban entre los árboles y se dirigían hacia ve tu a saber donde y entre todo ese movimiento, seguía a los encapuchados y vigilaba que no atacara ningún tipo de depredador.

Espíritus, y esto no es un desierto -pensaba mientras hacía visera con una mano y levantaba la vista paramirar el cielo al pasar por otro claro.

Avanzaba sin poner demasiada atención a sus alrededores. Artax había nacido para la lucha, para el asesinato y el fragor del combate, no para la exploración. Aunque era capaz de manejarse en multitud de hábitats, como en Bastión Hueco o cualquier  tipo de fortaleza, aquella era la primera vez que pisaba una jungla de tamaño espesor. En ocasiones era incapaz de advertir donde acababa la maleza o cuando empezaba una nueva ristra de matojos que dificultaban la visión de la zona que sus oscuras botas de cuero pisaban con cuidado. Sin embargo, el Incorpóreo si que sabía orientarse independientemente del lugar en el que se hallase. Puede que mirada glacial no estuviese acostumbrada a un ecosistema semejante, pero sus cinco sentidos siempre podrían captar alguna señal para indicarle por donde ir. 

Su silencio fue el elemento más significativo con el que contribuyó a la comitiva.

Alconcerr siguió a Artax, intentando no perderle de vista pues se quedaría atrás. Estuvo tiempo pensando en sus padres, que pasó realmente con ellos, porque quedó solo en el castillo tan joven. Ni siquiera podía recordarlos... No era tiempo de eso, tenía que continuar con la misión. Y ver si podía encontrar a sus compañeros en esa expedición a través de la jungla. Fue buscando pistas para alcanzarlos y ver que estaba pasando.

Xanthe no estaba habituada al terreno, ni a la vegetación, ni a ese calor infernal... pero aun así avanzaba tras Maxi, curioseando a su alrededor... aunque es cierto que en un principio todo le parecía igual.