Partida Rol por web

Ok, pues vayamos en su busqueda. Digo mientras sigo a Arramus hacia lo más profundo del lugar.

Ungrim siguió junto con Arramus y Agamenón en busca de sus compañeros perdidos.

Y el grupo partio rapido al encuentro con el resto de compañeros que habian caido al piso inferior cuando una de las plantas se derrumbo, pero el camino no iba a ser sencillo, pues sus enemigos aun rondaban buscandolos. 

Según avanzamos por el pasillo una momia se cruza en nuestro camino, raudo y veloz me lanzo sobre ella con las espadas por delante.

Le lanzo golpes con ambas espadas, pero sólo consigo rasgar sus vendajes levemente sin hacerle sufrir ningún daño.

Arramus, armado con su enorme maza a dos manos, se coloco junto al guerrero de las dos espadas.
Retrocede un poco para que los demas tengamos nuestra racion de vendas, Agamenon.

La momia se lanzo como una bestia poseida sobre el guerrero de las dos espadas. Aun a pesar de recibir tajos, la magia era muy poderosa en ella y alcanzo al humano al cual agarro estrangulandolo y mordiendole hasta casi arrancarle la cabeza. La imagen que recibia Arramus era espeluznante y el dolor de Agamenon inaguantable.  

El dolor que me producía la momia era muy fuerte y no me daba muchas opciones de movimiento ni me dejaba apartarme para que Arramus pudiera ayudarme.

Le ataco como puedo, más con la intención de librarme de ella por unos segundos que con la de matarla, pero mis golpes son en vano y no consigo hacerla retroceder ni un milímetro.

Desde la esquina del pasillo Ungrim veia impotente como Agamenón luchaba por contener los ataques de la momia. Por un momento pensó en rodear la escalera y atacar al monstruo por la espalda, pero problablemente tardaría demasiado, así que optó por quedarse donde estaba y confiar en que sus compañeros se encargasen del enemigo.

Agamenon, ¿como estas de herido? ¿Necesitas curacion?

Descargando numerosos golpes, Agamenon logra apartar a la momia y cada vez que el monstruo se lanzaba, sus estocadas les hacian retroceder.

Ungrim, parecia ansioso por lanzarse al combate contra el antiguo humano, mientras Arramus, preocupado de que ocurriera lo peor, comenzo a preparar su oracion.  

Agotado y dolorido por los golpes que me ha propinado la momia decido apartarme para dejar paso al más rápido de mis compañeros, ya que ahora mismo se encuentran en mejores condiciones que yo para luchar. Toda vuestra chicos. Digo mientras me aparto y me concentro en defenderme hasta salir del rango de ataque de la momia.

No te preocupes por mi ahora Arramus, acabad primero con la momia.

Veo a Agamenon sobrepasarme y salgo doblando la esquina como un resorte. Mi gigantesca maza se incrusta en el cuerpo envendado de la momia que cae al suelo como un muñeco roto.

-Una menos. Odio a los no-muertos.

El cambio de contrincante desoriento a la momia que, lenta en reacciones se quedo ensimismada y solo reacciono para hacer un ataque torpe que ni se acerco al cuerpo del humano. 

Tiene dos puntos de cuerpo (como todas xD) y si, tienes razon, estaria aturdida xD. 

La momia estaba cayendose a pedazos incluso antes de que Arramus la rematara con un golpe poderoso, de arriba a abajo, que le aplastó el cráneo y se lo incrustoó en el pecho, partiendo esternón y costillas. El no muerto cayo como un fardo a los pies del sacerdote.

-Bueno, sigamos adelante. Agamenon, no desperdicies esa pocion que tienes ahi. Ya te curo yo en un momento. Mis hechizos se renuevan. Las pociones no.

Y se puso en marcha.

Mientras recupero el aliento veo como Arramus acaba con la momia de dos martillazos, así que resoplo y me relajo unos segundos.

No, tranquilo parece que ya estoy mejor, de momento puedo aguantar. Pero gracias por el gesto. Contesto a Arramus ante su propuesta de curarme.

En cuanto Arramus continua hacia delante lo sigo de cerca.

Nada más caer la momia, los dos humanos se pusieron de nuevo en movimiento. Forzando a Ungrim a trotar por el pasillo detras suyo.

Por suerte, no iban demasiado rapido, así que casi fue capaz de alcanzar a Agamenón. Solo entonces se fijó en la sangre que goteaba de sus heridas

- Agamenón, parece que esa momia te ha herido bastante en serio. Mejor será que nos dejes a Arramus y a mi los combates y te quedes en la retaguardia.

El grupo al fin pudo llego hasta la puerta y comenzo a descender. Sus pasos se apretaron cuando al final de las escaleras escucharon al mago invocar su magia y como el Enano maldecia a unos esqueletos.

Justo el grupo, llego para cuando ellos habian terminado con la lucha. Volvian a estar juntos, y tenian cosas que contarse.