Partida Rol por web

- Esperadme patilargos!

Los tambores del enemigo le recordaron las batallas subterráneas de Karaz-Ungor, la caída de las viejas Minas del Valle del Paso del Rey, los enfrentamientos sin tregua de sus ancestros en el Paso del Mordisco del Hacha.

Pasamos por entre medio de Aenur y Agamenón, que permanecen en la estancia, quizás para guardarnos las espaldas. Le he ofrecido un trago del agua de mi cantimplora al Sir, que estaba deshidratado, y la ha dejado sin una gota. Parece que, poco a poco, va recobrando algo las fuerzas.

Los orcos parecían estar cada vez más cerca, pero nuestro objetivo era sacar a Sir Ragnar de allí sano y salvo, así que lo mejor sería escoltar a Jandrus de cerca.

Veo como mis compañeros pasan por delante de mí y entonces avanzo junto a ellos.

El Caballero se mostro agradecido y bebio con ansiedad derramando gran parte sobre su mugriento torso, entre toses le dio las gracias al mago, el cual continuaba su avance dandole apoyo.

Por delante, los demas se preparaban para el combate. Agamenon seria el guardaespaldas y el matador con su buen amigo Arramus, harian de muro contra la embestida, por fortuna los pasillos le eran favorables, la pregunta era ¿serian capaces de aguantar tan brutal carga?

- Pasad, pasad. Creo que mi estatura os impediría avanzar demasiado. Cubriré vuestra espalda y cuando pueda trataré de flanquear el camino.

Avanzo un poco y asomo la cabeza por la esquina. Tan sólo se ve un orco solitario. Decido esperarlo tras la esquina para sorprenderlo yo con la iniciativa.

- A ver Sir Ragnar. Usted y yo nos vamos a quedar aquí quietecitos mientras los amigos despejan el camino.

Al Sir no parece hacerle mucha gracia detener la marcha, pero obedece y se sienta exhausto en un rincón de la habitación.

- Será un momento, ya verá. Un par de porrazos bien dados y listo - le tranquilizo.

Los pasos de sus enemigos sonaban ya muy cerca, practicamente al otro lado de la esquina, asi que el enano no pudo contenerse mas tiempo, y con un rugido se lanzo al ataque.

Al doblar la esquina, apenas tuvo tiempo de ver contra que se enfrentaba, antes de que su hacha mordiese la carne del fimir contra el que se enfrentaba.

En silencio y una vez que todos se han movido el elfo se mueve sigilosamente para colocarse delante de sir Ragnar y a la vez al lado del mago al que le debe la vida.

Al parecer Jandrus iba a esperar con Sir Ragnar a que acabáramos con los enemigos, así que salgo de la habitación y voy a ayudar a Ungrim y Arramus con la pelea.

El fimir y el matador se enfrascaron en una terrible batalla. Aunque la ventaja era del matador, que parecia superior en tecnica, la ferocidad del fimir le frenaba los golpes.
lejos el resto de orcos continuaban su avance en busca de otros rivales.

Mas atras, los demas esperaban su turno para poder escapar de aquel lugar.
 

Mas tambores orcos llegaban a sus oidos...

- Agamenon, peguémonos a las espaldas de cada uno de ellos, si caen (Durgin no lo quiera) podremos atacar rápidamente. Si pueden avanzar pronto podremos entrar en batalla cuando se ensanche el pasillo.

Tras la carga inicial, Ungrim parece perder energia, y ninguno de sus golpes consigue alcanzar al fimir.

Aparezco en la esquina justo cuando escucho al orco llegar, giro sobre mí mismo y le asesto un golpe de revés que le alcanza de lleno en la garganta. Un chasquido resuena cuando le aplasto la tráquea. El pobre cae muerto sin haber llegado a ver a su atacante.

Uno menos.

Lamentablemente,  al caer, revela a mi siguiente oponente, un Fimir. Y, tras él, otro orco. Esto se pone interesante.

Sera mejor esperar aquí a que los compañeros limpies el camino de salida.

Digo a sir Ragnar y al mago.

El combate iba a ser un poco desquiciante. El pasillo es tan estrecho que solo se puede luchar uno contra uno, aún así Durgin tiene razón, lo mejor será estar cerca de ellos, aunque me ponga nervioso por no poder participar.

Si Durgin, yo también creo que es lo mejor. Yo voy con Arramus y tú con Ungrim, que al ser enanos llevareis el mismo paso. Digo riéndome a carcajadas y acto seguido me desvío por el pasillo y me pongo a la espalda de Arramus, pero lo suficientemente alejado, puesto que no quiero estorbarle ni comerme un martillazo.

La enorme mole se lanzo contra Arramus agitando el hacha por encima de su cabeza, por suerte para el humano, cuanto mas veloz y fuerte es el golpe, mas sencillo es desviarlo, siempre que puedas verlo venir y asi fue, con un leve gesto desvio el hacha que impacto con fuerza contra la pared. 
la bestia rugio y Arramus se preparo para acabar con ella.

Ungrim, sin embargo, parecia mas confiado, divertiendose con el combate, la bestia fallaba cada golpe que lanzaba y el bailaba para devolverle el hachazo. Pero un orco salio tras la puerta, agitando la cimitarra. El enano se salvo de una estocada lanzandose contra la pared opuesta y saliendo asi del alcance de la cimitarra.
Ahora sonreia el doble, dos combatientes para el, dos torpes combatientes dispuestos a perder la vida.

- Ánimo Ungrim, vamos adelante!

El enano animaba a su compañero, enfrentado a una multitud de enemigos en medio del pasillo.

El ataque del orco a traves de la puerta no tuvo ninguna posibilidad contra el enano, que lo pudo esquivar con facilidad. Sin embargo, con la inercia del golpe, el orco quedó un momento indefenso, momento que utilizó el matador para hendirle el craneo con un certero golpe del hacha.

El hachazo del fimir lo habia sobrepasado por encima de la cabeza y su hacha se había incrustado en la pared. Arramus aprovecho para impulsarse hacia arriba y golpeó con su calva en la mandíbula del monstruo. A continuación, con el fimir ya a su merced, descargo un golpe sujetando el martillo con ambas manos que destrozó la cadera del monstruo y lo dejó muerto en el suelo.