Haynes se abalanza sobre la mujer que tiene agarrada a Sinclair, pero sus manos temblorosas no consiguen sostener el cuchillo.
El arma blanca cae al suelo junto a la mujer, quien se hace con ella y la clava en el abdomen del abogado mientras éste trata de asimilar la escena. Habiendo soltado el arma, la mujer sigue sobre Sinclair y abre la boca amenzadoramente.
Tirada oculta
Motivo: DB Kharisiri
Tirada: 1d4
Resultado: 4 [4]
Tirada oculta
Motivo: Ataque a Haynes
Tirada: 1d4
Resultado: 1(+4)=5 [1]
Haynes pierde 5 puntos de vida. Buena leche.
Habiendo fracasado en su lanzamiento, y tras ver la sangre de Haynes, Lucy chilla a la par que coge su cuchillo y se abalanza contra el "cadaver"
Motivo: Arma blanca
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 13 (Exito) [13]
Haz una tirada de daño de tu cuchillo: 1d4 + DB
Motivo: Dmg cuchillo
Tirada: 1d4
Resultado: 3 [3]
¡Nononononono! - logro colar una de las piernas bajo la mujer y de una patada me la quito de encima - ¡Aparta, furcia!
Motivo: Fuerza
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 46 (Fracaso) [46]
Motivo: Fuerza (bonus)
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 22 (Exito) [22]
Adler desestabiliza a la mujer, apuñalándola por el costado. En ese momento, Sinclair consigue zafarse de su agarre, tirándola al suelo junto a ella.
La mujer, asustada y en clara desventaja, sale corriendo hacia el túnel y la veis torcer a la izquierda, hacia la fosa de cadáveres.
Termina el combate.
Alexander lanza un grito mientras cae de espaldas, dolorido por la puñalada. Había recibido cortes y alguna paliza de crío en el orfanato, pero nada se acercaba al dolor que sentía ahora mismo.
Sin poder ver lo que sucede a su alrededor, el abogado se limita a arrastrase penosamente lo más lejos posible de su atacante, esperando que ésta no quiera rematar la faena.
Con la atacante desaparecida y el cadáver sin cabeza en el suelo, os relajáis y cogéis el baúl de joyas y monedas de oro que Haynes y Westley encontraron en una esquina. Con mucho esfuerzo, conseguís volcarlo para vaciar su contenido y partir los tablones.
De vuelta en el charco, veis que tienen la medida justa como para tenderlo entre ambos extremos y cubrir gran parte del charco. De esta forma, podéis alcanzar la grieta del centro, por donde se filtra ese asqueroso líquido y a través de donde rezuma esa corrupción en el ambiente.
Echo un vistazo al resto del grupo. O a lo que queda de él. Sobreponiendome al asco:
Creo que lo idóneo es que me suba yo a los tablones, por peso y agilidad.
Sinclair se sube a los tablones, que crujen de forma horrible, pero no se vencen. La actriz observa el trozo de oro que falta en el muro. De la grieta sigue filtrándose lentamente ese fluido.
Aclarar que habéis examinado ya todos los túneles y el otro lado del charco lleva también a la sala del tesoro. Es decir, es un túnel que rodea completamente la pirámide. Si recordáis, cuando Haynes ha encontrado a la momia que le ha atacado en el suelo, había una bifurcación con otro camino que no tomasteis. Ese es el otro lado del charco.
Lo único que os retiene ahí, aparentemente, es reparar el mural si es que así lo deseáis.
Ves que la sección de oro arrancada está contenida en unos surcos de la pared, por lo que no sería difícil fundir nuevo oro para cubrir ese hueco.
Sin embargo, tu mente empieza a nublarse cuanto más rato llevas junto a la grieta. Algo a través de ella te llama. Crees que puedes ver el otro lado a través de ella...
Haz una tirada de Poder.
Deberíamos ir a por el fragmento que falta y acabar con todo esto.
Acto seguido, el capitán intenta sanar a Haynes.
Veamos que se puede hacer, sea valiente muchacho.
Motivo: Primeros Auxilios
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 13 (Exito) [13]
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 46-
Resultado: 60 (Fracaso) [60]
Hemos encontrado algo con lo que reparar el mural, o podemos volver a investigar para encontrarlo?
De hecho tiro descubrir que no había tirado antes
Motivo: Poder
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 43 (Exito) [43]
De momento hago la tirada, y si eso me explicas whahappen y luego lo roleo xD
Aunque esa presencia al otro lado de la grieta te llama, consigues sobreponerte y reprimir el fuerte deseo de mirar a través de ella.
Tu mente deja de estar nublada y de repente te das cuenta de que te encuentras sobre unos inestables tablones sobre un charco de extraña grasa y con gordas larvas nadando en él.
Simplemente no te sientes tentada a mirar por la grieta, vuelves en ti misma.
Tras un breve lapsus mental, el olor del charco me devuelve a la realidad. Tenía que haberme puesto el sostén con relleno.
Podríamos reparar la grieta si fundiésemos algo de oro - sugiero sin tener realmente ninguna idea de como fundir oro.
Por aclarar, tenéis monedas de oro en la cámara del tesoro y con cualquier palo y algo de ropa podéis hacer una antorcha. Tenéis un charco de grasa y la grasa prende. Tenéis yesca y pedernal para hacer fuego.
Alexander agradece al capitán sus cuidados con un hilillo de voz y seguidamente se apoya contra la pared, presionando con su mano y un pañuelo la herida.
- Creo que vi un cazo de acero en la sala anterior - murmura el abogado -. Alguien podría ir a buscarla y llenarla de oro de aquella sala. El resto intentaremos hacer fuego aquí para fundir ese oro, y así recomponemos el mural.
Lo del cazo es un Deus Ex Machina que sugiero para poder fundir el oro.
Motivo: Curación recibida
Tirada: 1d3
Resultado: 3(+2)=5 [3]
Ante la propuesta de Haynes, Adler va corriendo a la sala del tesoro y vuelve con los brazos por delante, acunando una gran cantidad de monedas, que echa sobre el indestructible cazo que Haynes siempre lleva consigo a las expediciones.
El capitán, que es el más veterano en estos artes, vuelve también con torpeza a la sala del tesoro, trayendo otro trozo de madera del cofre desvencijado y unos harapos de la tela del traje del kharisiri al que Weaver aplastó la cabeza. Improvisa una antorcha liando la tela en un extremo de la madera para después sumergirla en el charco de grasa.
Con la yesca y el pedernal, Haynes, en su nueva faceta de superviviente, consigue hacer un par de chispas: suficiente para encender la antorcha. Es cuestión de tiempo que el oro se derrita y podáis volver a ponerlo en el surco del mural arrancado.
Pasadas unas horas, ya bien entrada la tarde, el mural queda reconstruido, pero no veis que haya ocurrido nada especial. Decidís que ya es hora de iros de ese tétrico lugar, pero no sin antes pasar por la sala del tesoro. Tamaña es vuestra sorpresa cuando, al entrar en la sala, veis las ropas del kharisiri pero no el cuerpo. Sólo una montaña de polvo donde debería estar el cuerpo.
Decidís llenaros los bolsillos de todas las joyas y oros transportables para que vuestro viaje no haya sido en vano. Sin embargo, no podéis transportar demasiado, teniendo en cuenta que para salir debéis bucear de nuevo, esta vez hacia arriba, por una montaña de cadáveres.
Cierro este hilo, continúa en el epílogo.