Partida Rol por web

Las Sombras de Yog-Sothoth V

El Hospital

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13/10/2014, 19:10
Leonard Mirton

Leonard esperó un momento en que se quedaran a solas, sin las indiscretas miradas de las enfermeras, para hablar con Caro.

- Todo esto es muy extraño. Me gustaría echar un vistazo a mi historial médico y, claro, mucho más al historial del Sr. Edwin.- Miró con una sonrisa picarona a la mujer.- ¿Crees que podrían fingir una recaída? Algo ligero para que pueda ir a echar un vistazo. O si quieres al revés.- Dijo dubitativo, pensando que Caro no se atrevería a hurgar en los archivos del hospital.

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16/10/2014, 09:45
Caroline "Caro" Phelan

- Mejor finjo yo -dijo con una sonrisa nerviosa.

Entonces se  salió al pasillo y empezó a gritar

- ¡NO PUEDO RESPIRAR! ¡NO PUEDO RESPIRAR! ARGHHH ¡NO PUEDO RESPIRAR!....

Se escuchó un tumulto de voces fuera y Leonard pudo oir cómo alguien pedía una camilla.

Notas de juego

PNJ

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17/10/2014, 17:18
Leonard Mirton

Cuando Caro comenzó a realizar su papel, Leonard se incorporó como un gato acechante. Echó un último vistazo a Sean, para infundirle ánimos, y se escabulló hacia el pasillo tratando de no ser visto por las enfermeras. Siendo de noche en el hospital no habría tantos ojos vigilantes. Tenía curiosidad por consultar los informes médicos sobre ellos y, sobre todo, el de Edwin.

- Tiradas (1)
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17/10/2014, 20:28
Director

Leonard logró esquivar a todos los médicos, enfermeras y celadores hasta llegar a la parte de oficinas del hospital, concretamente hasta el archivo.

Había atravesado media docena de pasillos y al menos tres salas hasta que dio con él. Ahora abrió el archivador con cuidado y descubrió que el mueble guardaba varios cientos de expedientes, miró a su izquierda para descubrir una estantería con muchísimos más apilados. Era una ardua tarea el encontrar uno en concreto, aunque por lógica era de los últimos... quizás estuviese aparte.

Notas de juego

tira Buscar Libros.

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19/10/2014, 12:52
Leonard Mirton
Sólo para el director

La visión de todos aquellos expedientes no le sorprendió. Se esperaba algo así.

Bueno Leonard. Ahora ten un poco de suerte y sé rápido.

Leonard era un hombre intrépido. La adrenalina recorría su cuerpo a sabiendas de que hacía algo prohibido. Lo primero era determinar si los expedientes estaban ordenados de alguna manera. Lo lógico sería alfabéticamente, por apellido. También estaba la opción de que no estuviese allí archivado sino que, al estar recién ingresados, estuvieran pro algún otro sitio. Echó un vistazo alrededor antes de sumergirse entre los papeles.

- Tiradas (1)
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20/10/2014, 13:24
Director

Leonard hizo muy bien en preocuparse en leer los expedientes que estaban fuera, pues precisamente ahí encontró el de Edwin. Lo abrió sobreexcitado, pretendiendo encontrar algo que aclarase más sobre aquel extraño tipo. Fue una desilusión a medias, pues el expediente estaba vacío. ¿Por qué? ¿Qué había pasado? ¿cómo era posible? ¿Se habían tomado la molestia de crearle un expediente para luego no incluir un historial o un parte médico?

Todo era sumamente extraño. En los expedientes del resto encontró casi palabra por palabra lo que les había dicho el médico. Envenenamiento por ptomaína agudo y en el de Connolly severo. Causas desconocidas y figuraba que probablemente comida en mal estado, así que podían estar tranquilos respecto a que hubiesen sido envenenados por Edwin, pero el asunto de su expediente seguía siendo muy raro.
 

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20/10/2014, 16:29
Leonard Mirton
Sólo para el director

¡Qué demonios...

¿Qué significaba que el expediente del Sr. Edwin estuviese vacío? Que no hubiera existido era una cosa, pero que estuviera allí y estuviese vacío.¿Habría alguien robado su interior? Pero, ¿cuándo? El indomable flequillo de Leonard cayó hacia delante, como solía hacer cuando el hombre reflexionaba sobre algún asunto que consideraba serio. No se le ocurría más explicación que esa. Tendría que comentarlo con los demás a ver qué opinaban ellos. Tras pensar un rato sobre el asunto le entraron unas imperiosas ganas de fumarse un cigarrillo. La hora de regresar con Caro había llegado.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ya me vuelvo con Caro. Dejo una tirada de Idea pro si sirve de algo.

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30/10/2014, 19:18
Director

A los pocos minutos aparece de nuevo Leonard, Sean está consciente y parece que algo mejor. En seguida llega una de las enfermeras con las cenas para los tres.Aunque uno tuviese que dormir en una silla, al menos habría cena.

Estábais aún cenando cuando uno de los médicos entró para examinar a Sean, no había cambios en su estado, según os dijo, y debería permanecer unos días más.

Una vez se hubo ido, os quedásteis de nuevo a solas. Caro tenía curiosidad por saber si Leonard había encontrado algo y Sean estaba tan mal, que poco le importaba.

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31/10/2014, 10:54
Leonard Mirton

Leonard disimuló como pudo todo el tiempo que estuvieron cenando con las enfermeras delante. Cuando éstas se fueron miró con suspicacia a sus compañeros, sobre todo a Caro, ya que Sean, el pobre, aún se encontraba bastante mal.

- No os lo vais a creer.- Tampoco era algo espectacular pero indicaba que algo raro pasaba con Edwin.- Me conseguí meter en el archivo donde guardan los expedientes  sin ser visto, todo gracias a tu actuación Caro.- Sonrió a la bibliotecaria mientras se retiraba el pelo lacio del flequillo que luchaba por metérsele entre los ojos.- En los nuestros no había nada raro, todo lo que nos dijo el doctor. Pero el de Edwin...- Dijo con una voz misteriosa, como cuando hablaba de sus extraños casos paranormales.- ¡Estaba vacío! ¿Cómo os quedáis? ¿Qué creéis que quiere decir?- A Leonard no se le ocurría nada más que alguien hubiera robado su contenido, pero ¿cuándo y quién?

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11/11/2014, 18:19
Director

La tarde en la que Lew y Sarah se enfrentaban a una horrible criatura marina no muy lejos del puerto, alguien tenía otra preparada para el grupito del hospital.

Cuando Leonard volvió de inspeccionar notó que no le contestaban. Caro estaba algo extraña, inclinada sobre la cama en la que Sean yacía con los ojos entreabiertos. Leonard miró a Caro, ésta se dio la vuelta y le sonrió sin contestar a su pregunta, parecía algo más pálida de lo normal pero Leonard lo achacó a las penalidades vividas recientemente así que se encogió de hombros y se marchó de la habitación para tomar el aire ahora de verdad, sin reparar en el matiz verdoso en la piel de Caro.

La señorita al abandonar Leonard la habitación se inclinó de nuevo sobre Sean y apoyó la mano sobre la cara del irlandés, su mano se desfiguró hasta conformar una especie de aleta con ventosas y succionar a través de un agujero en el estómago, parte de los fluidos del miembro más reciente de la Sociedad Secreta.

Cuando Sean quiso darse cuenta, ya era demasiado tarde, estaba perdido iba a morir irremediablemente, pero aún tuvo tiempo para dar un alarido que alertó a Leonard y a media docena de médicos/enfermeros/celadores que en menos de un minuto estaban dentro de la sala.

Todos vieron perfectamente cómo el cuerpo de Caro inclinado sobre un Sean agonizante, se transformaba. Primero se corrompía sin perder su carácter humano, hasta formar lo que podría ser un cuerpo humano que llevase meses muerto, sólo que Caro caminaba, nadie entendía lo que pasaba, Caro rió y emitió después un chillido agudo tornándose su piel ahora de color negro y azul además del verde de la putrefacción que ya tenía.

La criatura en la que se había convertido Caro, cambió sus ventosas por sendas garras afiladas como por arte de magia. Varios de los doctores quedaron paralizados por el miedo y uno se tiró al suelo emitiendo gritos inteligibles histéricos mientras pataleaba. Caro enfiló a este último y su garra le traspasó limpiamente el cráneo, salpicando todo de una sustancia gris esponjosa.

Uno de los médicos sacó una pistola no se sabe de dónde y disparó a Caro, haciendo un enorme agujero en su tronco que no detuvo en lo más mínimo a la criatura. Caro lanzó de un empujón a otro de los médicos contra una de las paredes y lanzó un chillido histérico cuando fue traspasada de lado a lado con la pata de una mesa por otro de los médicos, aunque lo pagó muy caro, pues con su garra izquierda le perforó el pecho.

Leonard fue de los que pudo reaccionar y se dedicó a tirar a Caro tarros de cristal, que no tuvieron mucho efecto más allá del de distraer a la criatura mientras el penúltimo de los celadores inmovilizaba a la bestia y el último clavaba una especie de cuchillo quirúrjico a la criatura.

Caro aún tuvo tiempo de matar con sus garras a los dos médicos o celadores que la tenían sujeta antes de caer al suelo en medio de un charco de sangre casi marrón y emitir un silbido seguido de una luz muy intensa que cegaba a todos los presentes.

Cuando la luz se hubo ido, Leonard estaba ya cerca de la puerta, miró un momento el cuerpo de Caro, totalmente descompuesto y salió a la carrera para evitar dar más explicaciones a los médicos que pudiesen quedar.

Notas de juego

pasamos al epílogo.