El elfo esta realmente furioso, pero hace unos rápidos ejercicios de meditación para controlar la ira.-Como pude tropezar y perder el arma...- Mira el arma de mano, la recoge y la coloca en el cinturón de cuero.
En ese momento, centra su atención en la escena.- Enseguida señor Wolfgart, voy a recoger la cuerda.
El elfo se dirige al árbol que se encaramo al principio y recoge la cuerda, y ve que la primera flecha que fallo está en el árbol de al lado, la coge y tira con fuerza para quitarla, la punta estaba un poco gastada pero por lo demás estaba perfecta. La guardo en su carcaj.
-Ya creo que responderás por tus actos, no conozco muy bien las leyes del imperio pero no creo que nadie salga impune despues de atacar al hijo de un noble.- Dice el elfo mientras termina de atar al joven.- Que se os paso por la cabeza, el señor Wolfgart se dirige a Dotternbach a prestar su ayuda. ¿Pensabais pedir un rescate por el secuestro?
El elfo termina de atarlo y lo levanta.
- Mierda, no pensábamos hacer daño a Marcus, sólo robar el oro y la comida de su carro, no pensábamos que llevaría a su esclavo con él - mira desafiante al elfo - Dadme otra oportunidad por favor, haré lo que sea por mi libertad.
Marcus sonrió.
Parece que este bribón tiene agallas.
-Jajaja, parece que no has aprendido nada en esta refriega, será mejor que no insultes a tus captores cuando estas arrodillado y desarmado.
Luego se puso serio de nuevo.
-La gente de Dotternbach esta muriendo de hambre y estas provisiones les salvaran la vida hasta que encontremos una solución. Por el intento de robo te cortaran la mano, y bueno...... por atacar a un noble la cabeza. Eso hace que la mano sea la menor de tus preocupaciones. Si en verdad estas arrepentido no quiero destrozar una vida tan joven, por el camino me contaras por que llevas esta vida de delitos y puede que interceda por ti para que no mueras, claro que eso tendrá un precio, el cual ya te explicare mas adelante.
La herida de la pierna, aunque no grave le dolía, y estar de pie no le ayudaba mucho, Marcus queria continuar su viaje ya que en el carro podria vendarse la pierna, y dejarian de perder el tiempo.
- Será mejor que te sientes, parece que te duele ese arañazo de la pierna. - responde - Mi historia es la de cualquier chico de Weninger que su padre no sea noble... - y más calmado añade - Sir Marcus la verdad es que no tengo padres, y todo lo que robo es comida para mi hermana pequeña, no me maten por favor, ella me necesita...
-Puedes que el joven nos este mintiendo, los humanos temeis demasiado la muerte y venderiais a vuestra propia madre a cambio de vuestra vida no se si debemos confiar en el.- Añadio el elfo que estaba sentado en el carro y dirigia el grupo por el camino a Dotternbach, ya estaban cerca del pueblo, lo notaba en el ambiente.- Señor Marcus es decisión suya lo que hagamos con el, pero que tenga claro que si intenta traicionarnos de alguna manera lo único que vera sera una de mis flechas clavada en su cabeza.
-En el Imperio hay miles de personas cuyos padres no son nobles, o que no tienen padres, y con personas a las que cuidar y no se dedican a robar, buscan un trabajo honrado, tú escogiste un camino más fácil, robar a esas personas que tanto se esfuerzan. Por el momento me creeré tu historia y te daré una oportunidad.
Y como te dije eso tiene un precio, vas a empezar a ganarte la vida honradamente, serás mi lacayo, harás todo lo que yo te ordene y cuando termine mi trabajo en Doternbach decidiré si en verdad te mereces esa oportunidad. Puedes aceptar este trato o pagar por tus crímenes.
Marcus guardo silencio unos segundos.
Si lo aceptas tu primera orden es: cuando lleguemos a la ciudad contaras a la guardia donde están tus amigos, cuantos son y la mejor manera de llegar hasta ellos sin ser descubierto. Así podrán apresarlos, y juzgarlos en la ciudad.
Después se volvio hacia el elfo:
Ravandil, ya te dije que no me llamaras señor. Prefiero que ese trato hacia mi persona se quede en los salones y despachos en el bosque y los caminos soy Marcus.
Aunque para ti si que soy señor Wolfgart, y ahora dime tu nombre para poder llamarte por el.
Dijo volviendo a mirar al cautivo.
- No pienso ser esclavo! - replica el joven
A mitad de la discusión se acercan por el camino dos guardias de Weninger
- Buenos días Sir Marcus, ¿Hay algún problema?
-Buenos días soldados, nada grave, solo un pequeño choque de opiniones. Si no necesitais nada de mi seguiremos nuestro camino, tenemos bastante prisa.
- Conocemos a este joven, le llevamos buscando varios días por el robo en una posada de Weninger. Tenemos ordenes de apresarle.
El elfo guarda silencio, considera más prudente no interferir en los asuntos del noble.
Marcus se volvió hacia el joven.
-Bueno parece que eres un viejo amigo de los guardias.
Miró de nuevo a los soldados para hablar con ellos.
-Hace un rato este y otros dos nos atacaron para robar el carro, le he ofrecido un trato ya que no quiero su muerte por atacar a un noble. Me gustaría que respetarais el acuerdo, si os lleva hasta sus compinches de buena fe y sin trucos respetad su vida y que el y su hermana vayan a casa de mi padre, allí servirán como pajes y podrán ganarse la vida honradamente. Si no cumple estos términos, proceded como debáis. Espero que no haya problema en lo que os pido.
- Señor, con el debido respeto, creo que este crío os ha tomado el pelo. Como bien dice somos viejos amigos ¿verdad? - pregunta recíprocamente a Viktor - su hermana es una de las criadas de su padre, seguramente así se haya enterado de su viaje, le saca 4 años se llama Emma y es hermosa y buena trabajadora, ella no le haría ningún mal a su familia...pero este criajo mal nacido - dice enfurecido - se merece que le corten una mano para que aprenda. - levanta a Viktor del suelo cogiéndole por el brazo - ¿Seguro que quiere perdonarle la vida señor? - pregunta a Marcus esperando alguna orden.
-Bien, si os lleva a sus compinches, se salvara, si no yo mismo le cortare la mano como castigo por sus robos. Y no es una amenaza hecha a la ligera, es una promesa que cumplire de buen grado decidas lo que decidas.
Esto lo dijo mirando a Viktor.
- Muy bien señor como ordene - contesta el soldado empujando a Viktor por el camino de vuelta a Weninger.
El elfo no entendia el comportamiento del humano, por que estos seres eran tan permisivos, el joven no dudaria en clavar una daga en su corazón si pudiera... Mientras tanto el grupo sigue su camino.
Después de este imprevisto el viaje continúo con su debida tranquilidad, el camino a la vera del río llevó a Marcus Wolfgart y a Ravandil FauceSombra hasta las puertas de Dotternbach, por fin habían llegado a su destino...
FIN DE ESCENA