Partida Rol por web

[LCdVM] Secuestro en Delberz

Prólogo: Los Sabuesos Hambrientos han de Cazar

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15/05/2021, 12:33
Narrador

El tercio de cazadores se dejan llevar por la incesante marea de personas que los guiaban de un puesto a otro, de un tenderete al siguiente más próximo. Veían productos y hablaban con los dueños de los locales para preguntar los precios. Dejaban monedas en las mesas para llegar a un trato o se alejaban diciendo que volverían más tarde cuando los precios eran demasiado exigentes.

Pasaron a un lado de una mujer que gimoteaba el nombre de su hijo perdido. Owen tuvo que pasar los pies por encima de un borracho desnudo al que los nudillos le sangraban después de haber sido retirados todos los anillos de sus dedos. Los hombres y mujeres del puerto les pasaban por los lados como un cardumen de atunes.

Leopold había decidido acercarse a un tablón de anuncios viejo y raído. A su lado un fanático de Sigmar que había efectuado un mayor esfuerzo a su jornada nocturna de flagelación dormía como un bebé. Tenía los ojos amoratados y dormía en un ovillo de su propia basura. Tenía la espalda y brazos lacerados por la mordida del látigo.

Retiró varios papeles y panfletos con lo típico: personas desaparecidas, fechas de excursiones y diligencias que realizaron su viaje hace mucho, mucho tiempo. El Cazador Adepto se sentó sobre una fuente vacía y encharcada para analizar los papeles. Ninguno lo ayudaría en su viaje.

Websgert y Hank, mientras tanto, seguían investigando tiendas y comparando precios. Helmut se había estado paseando escuchando los cuchicheos de la muchedumbre. No pudo sacar nada útil más allá de las quejas por el precio del aguardiente o las mareas de refugiados que estaban sofocando a la población honrada de Carroburgo. También escucho un extraño rumor de que una feria se llevaría a cabo en los pueblos al norte, pues el Circo Ambulante de la Mandrágora estaba de gira en la región para elevar el ánimo de las poblaciones afectadas por la tormenta del caos.

Owen pudo conseguir, gracias al amigo de un amigo, un vendedor de provisiones que ofrecía cecina auténtica y conservada en sal entre las raciones de viaje y su precio era menor al que les ofrecía el vendedor flacuchento de muchos hijos. También vendía el barrilete de vino en dos coronas por barril. La mayoría de los productos tapados tenían el sello grabado de una taberna cuyo nombre no habíais visto nunca. Aunque seguro era que el hombre de ropa raída que os ofrecía aquellos productos no trabajaba en ella. El resto de provisiones secas ya venía incluido de pleno en el paquete. ¿Quién dijo que el crimen no paga?

El jinete siguió buscando mientras que Hank compartía chistes obscenos y se estrechaba la mano con el vendedor. Y encontró un edificio chato como una seta gorda que servía como almacén de la guardia del puerto. Un hombre demasiado viejo para su oficio atendía el local, y tras confundirlo con uno de los guardias por su duro aspecto y equipo de cacería empezó a ofrecerle un cambio de monedas por equipo adicional.

El hombre le ofreció una bolsita de pólvora de unos treinta gramos. Lo suficiente como para cubrir unos cinco disparos mientras se administre correctamente. Le ofreció también una bolsita con seis balas de plomo para amortiguar el precio y esperar un trato. Detrás de él habían varias piezas de cuero curtido y uniformes a medio hacer. Algunos se veían más resistentes que los demás, aunque tenían los emblemas y colores del distrito portuario. El hombre también vendía variedad de herramientas y utensilios que facilitaban la vida nocturna.

Se reunieron una vez más en el corazón del mercado donde empezaron su día de compras a discutir los precios y rumores. Todavía quedaban un par de horas antes de que el sol tocase el mediodía.

Notas de juego

La cuenta os saldría en...

Provisiones y comida: 3 peniques de cobre menos para cada uno por el desayuno (Comida Normal), 2 chelines de plata por comprar medio paquete de raciones (Para cuatro días, el paquete de una semana cuesta 6) (la comida es realmente buena) 15 peniques de cobre para el forraje de Furioso de tres días (Helmut solo).

Armas y proyectiles: 15 chelines de plata por la bolsa de pólvora y la bolsa con balas. La bolsa de pólvora sin balas saldría en 14 chelines.

Armadura y ropa: 5 coronas de oro por el justillo de cuero, 7 coronas con once chelines por las grebas de cuero. 10 coronas de oro por el uniforme Middenlandés. 3 coronas de oro por el manto y 4 coronas por el abrigo.

Herramientas: Todos los objetos de iluminación están disponibles y al precio de la tabla. Todos los utensilios están disponibles y al precio de la tabla.

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15/05/2021, 13:27
Helmut Websgert

A Helmut no le eran ajenos los bulliciosos mercados del norte, el tira y afloja de los precios así como el ir y venir de los viandantes en cierta manera le hacían sentir vivo. Allá donde fuera la culpa de todo la tenían los refugiados, eso combinado con que ahora emborracharse era más costoso era una mala combinación, si la cerveza corriera como el agua la gente trataría de ahogar sus miserias en ella; pero si no le dabas al pueblo nada que le hiciera olvidar las heridas seguirían abiertas. El dolor siempre estaba mejor en casa de otro que no como compañero de viaje, cualquier escogería hacer daño antes que sufrirlo, la condición del alma humana era despreciable. Aunque nadie quisiera admitirlo quizás en el fondo los elfos tuvieran razón, y los humanos eran una raza predestinada a la corrupción. De todos modos Helmut no era de los que se dejaba agriar un buen día, la agradable sensación de una barriga llena le recordó que tal vez era un desgraciado por vivir como un señorito, buen quizás, pero este desgraciado había atrapado su destino al vuelo. Quien no corre vuela, así rezaba el dicho.

Se sentó junto al anciano que malvendía los restos de los enseres de la guardia del puerto, aquel hombre si que tenía mucho que contar. Todo un veterano le alabó Helmut, el patrullero le podía haber requisado parte como miembro de la guardia, lo podría haber timado o incluso darle un tunda y llevarse lo que quisiera, sin embargo no era un desalmado. Si por algo rezaba el norteño era para no llegar a viejo, para morir con la espada en la mano y no cagándose en los pantalones o sin poder ver con los ojos perlados en blanco por las malditas cataratas. En cierto modo compadecía a aquel hombre, por ello mismo le compró cuanto pudo sin tan siquiera regatear, para luego dar un potente silbido en busca del resto de la manada por si deseaban comprarle algo más mientras él se ajustaba las grebas de cuero. Ya habían perdido demasiado tiempo y dinero pertrechándose tocaba moverse sino querían que el mediodía se les echase encima.-¡Eh! Ya va siendo hora de largarnos ¿no?. A mi tanto me da soy el único que no va a pie, luego no me lloréis si por la noche hay que apretar el paso.-Helmut acomodó la carga en su mochila y ató el saco de avena a la silla de montar enfrente de él para no molestar al animal con cordajes ni cosas raras. A medida que avanzasen y el animal comiera el saco dejaría de ser un estorbo, además yendo a paso de a pie poco se iba a cansar Furioso en aquel trayecto.

Los despojos de la guerra daban paso a una nueva vida, tabernas y campos de batalla saqueados alimentaban las esperanzas de un futuro a aquellos los suficientemente hábiles o afortunados para aprovechar la oportunidad. Eso Helmut podía respetarlo en cambio la mujer que lloraba desconsolada por su hijo, o el borracho que había sido desvalijado, tsk, tsk, tsk... esos, esos no tenían arreglo, nadie ayuda a los que no se ayudan a si mismo y entonces la gente se desespera, y una persona desesperada es una ventana abierta para la semilla de los poderes ruinosos. Una que tarde o temprano los sabuesos acabar cerrando, en el mejor de los casos...

Notas de juego

-3 peniques de cobre menos para cada uno por el desayuno (Comida Normal).
-2 chelines de plata por comprar medio paquete de raciones (Para cuatro días, el paquete de una semana cuesta 6) (la comida es realmente buena).
-15 peniques de cobre para el forraje de Furioso de tres días. 
-Odre: 8 chelines.
-Antorcha: 5 peniques
-Yesquero: 30 peniques
-Anzuelo y sedal: 3 chelines
-15 chelines de plata por la bolsa de pólvora y la bolsa con balas (5 disparos, 6 balas).
-7 coronas con 11 chelines por las grebas de cuero.

7 coronas, 39 chelines, 53 peniques = 9 coronas, 3 chelines, 5 peniques

Me quedan: 16 plata y 7 peniques.

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17/05/2021, 09:22
Leopold Schwarz

No había nada interesante en los anuncios que leyó así que con un gesto de hastío se levantó tirando los panfletos al suelo donde aterrizaron sobre el durmiente flagelante y su lecho de pulgas. Yendo en pos de sus compañeros los encontró en un almacén donde Helmut se había camelado al viejo que lo regentaba y vendía cosas a buen precio, mas hacía rato que Leopold estaba servido y respiró con alivio cuando expresaron deseos de marchar ya de una maldita vez.

Se acerca el medio día, ya hemos perdido bastante tiempo. Vámonos...

Y con paso decidido comenzó a caminar hacia la salida de Carroburgo, ansioso de comenzar la caza, como no, y de alejarse de esa sucia marabunta humana para poder respirar el aire limpio de los bosques del Imperio. Ya tendría tiempo de estar sumido en esas mareas humanas persiguiendo a su presa pero, de momento, si podía evitar pasar un segundo más entre ella, así lo haría. Con esos pensamientos, iba ajustando sobre la marcha su mochila para adaptarla a su nueva carga y que fuera lo más cómoda posible ya que bien sabía Leopold lo que podía estorbar en una larga marcha y es que las ampollas, aunque no fueran incapacitantes, sí que podían darle el día a un viajero no tan avezado como ellos.

Ya una vez fuera, se aseguró que sus armas estuvieran listas, prontas a salir de sus vainas si la situación lo requería y preparó la ballesta, alimentándola con un virote, para llevarla acunada entre sus brazos, una forma que le enseñó Dieter de portarla y es que así apenas se notaba su carga y podía ser disparada en cuestión de décimas de segundo. Leo se sonrió, al final tenía más de su viejo mentor de lo que creía y la muestra de ello era que había adoptado la actitud y precauciones que éste le había enseñado como un acto inconsciente, como el que se rasca cuando algo le pica, sin darse cuenta apenas.

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17/05/2021, 14:04
Owen Hank

Había sido finalmente Helmut el que había hallado lo que buscaban. Siempre había un lugar donde se vendía a buen precio lo que uno necesitaba si trabajaba lo suficiente en descubrirlo. Ésta vez había sido un veterano de la guardia, con más necesidad de monedas que de equipo.

En cuanto vio al jinete hacerse con aquellas estupendas adquisiciones se dirigió donde él. Invirtió buena parte de lo que le quedaba en unas grebas de cuero en un estado envidiable. El resto se fue entre raciones y equipo de campo adecuado. Su nuevo compañero había adquirido aun más cosas y el decidió completar, a fin de cuentas trabajarían juntos al menos un tiempo.

Salieron al fin de Carroburgo y Owen ya sentía menor peso sobre sus hombros, aquel era su medio. Quizás sólo en la batalla se encontraba más en su elemento. 

La capa de lobo que portaba indicaba casi con toda seguridad que alguna vez ese lobo había muerto bajo sus manos, quizás con algún arma creada por el mismo. El largo cuchillo era lo único que llevaba delante. La mayoría de sus otras pertenencias las llevaba colocadas en la espalda. Primero su petate con las raciones y otros utensilios, sobre esto llevaba el carcaj de virotes y el amenazante y pesado bracamarte sobresaliendo por su hombro derecho y sobre todo lo demás el escudo. Lo llevaba todo colocado con cintas y cuero de forma que era cuestión de un parpadeo estar listo. Había pasado años desarrollando el sistema, y dudaba que se pudiera mejorar. 

La ballesta la llevaba en la mano, casi de forma descuidada. Era un arma que solía emplear una o dos veces como mucho antes de lanzarse a la refriega. Más de un incauto había pensado que podría asaltarle mientras la cargaba, para acabar con los dientes llenos de sangre y algún resto de madera entre ellos.

-Bien jefe, vamos a ponernos en marcha de verdad-

En cuanto salieron a las veredas rodeadas de arboles y arbustos, Owen respiró mejor.

-Un paseíto de tres días hasta nuestro destino, esperemos tener suerte, algún hombre bestia nos entretendrá.

Notas de juego

Me va mejor pasar todo a peniques, si algo está mal avísame.

Inicio: 10 coronas = 2400 peniques

Raciones 2 chelines= 24 peniques

Desayuno 3 peniques

Grebas de cuero 7 coronas y 11 chelines= 1812 peniques

antorcha 5 peniques

yesquero 30 peniques 

Compro. desayuno, raciones cuatro días, grebas de cuero, antorcha, yesquero: 3+24+1812+5+30=1874

2400-1874= 526 peniques me quedan.

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18/05/2021, 09:20
Narrador

Hank y Websgert se paseaban por el mercado local cada vez con una mayor soltura. Mientras que Helsmut desembolsaba las brillantes monedas de Altdorf que atraían la mirada de los vendedores norteños, Owen se ocupaba de colarse por sus oídos e incitarlos a ser más generosos con sus tratos. Intercambiaban dinero por recursos casi con la misma soltura con la que realizan sus crueles empleos. Nunca hacía mal ensuciarse un poco con el hedor al bullicio de la ciudad portuaria. 

Sus miradas se asomaron al lado de un burdel barato y con un nombre sugerente y divertido. Las mujeres que no habían Sido tomadas ya por los trabajadores de los diques llamaban con besos al jinete viajero, casi parecían tiburones que podían oler el aroma metálico de sus monedas como si fuera su sangre. El par caminaba al lado de locales de comidas dónde los Halfling vendedores de empanadas se les acercaban a darles las "últimas muestras gratis" antes de arrojarlas a los puercos. Ambos se negaron. Incluso un viejo sin ojos que afirmaba sostener una bota negra y raída que había pertenecido al mismísimo Sigmar les rogaba que la entregasen al templo más cercano como última voluntad. Ignoraron las sacudidas del viejo loco como lo hacía todo el mundo, pasándole por un lado en silencio. Owen se dió cuenta mientras revisaba su cambio que una de las monedas que le habían dado era, en efecto, una moneda de la ciudad imperial de Nuln. La moneda tenía un pequeño agujero grabado en su interior con un mensaje demasiado pequeño y extenso como para poder leerlo correctamente. El inescrupuloso ladronzuelo de alimentos importados se la entregó sin siquiera darse cuenta del hecho.

Leopold por su parte seguía leyendo los papeles hasta perder el interés. Por lo que se había enterado los estragos de la guerra habían dejado al norte incomunicado del Imperio, más o menos lo mismo con la lejana Nordland. Ahora los pueblos cercanos se protegían entre ellos para evitar ser devorados por el olvido durante su aislamiento, o cosas peores. En el peor de los casos los hombres se mataban entre ellos por los escasos recursos... ¿Pero qué podía haber causado semejante estrago como para arruinar el comercio de la región? El aprendiz de Dieter guardó un interesante panfleto de una compañía de diligencias que decía que todos los viajes se habían cancelado por la "desaparición de los caminos".

Eventualmente los Sabuesos volvieron a encontrarse, como si supieran dónde estaba cada quien en todo momento solo siguiendo su aroma. Una vez juntos y pertrechados con sus últimas adquisiciones, se dispusieron a abandonar la ciudad.

Avanzaron varios kilómetros durante la mañana atravesando pueblos pequeños y campos de cultivo. Un par de granjeros los avistaron desde lo lejano y uno parecía saludarles desde la distancia con su azada. Helsmut iba a caballo un kilómetro más adelante del par para poder avistar mejor el terreno, ya se estaba entrando la tarde cuando el jinete se reunió con los Sabuesos para advertirles de un hecho insólito.

El camino había desaparecido o, más bien, terminaba súbitamente donde ellos se hallaban parados, y un gran grupo de árboles se extendía hasta donde llevaba la vista. Habían llegado a las lindes del Drakwald antes de lo que habían pensado.

El bosque de extendía frente a ellos con árboles altos y de tronco grueso. Podían escuchar el sonido silvestre de los pájaros y demás animales al otro lado. Pero una cosa era segura, una vez penetrasen en la gigante arboleda tendrían que valerse por sí mismos hasta llegar al otro lado... Donde sea que les lleve.

Notas de juego

Los caminos no desaparecen así como así... Tirada de Voluntad +10% o recibirán una penalización de Orientación y Seguimiento una vez entren al bosque hasta que salgan de él.

Owen encuentra una moneda extraña. Por favor todos actualicen sus fichas con las últimas modificaciones a los enseres y dinero. 

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18/05/2021, 13:57
Helmut Websgert

El jinete chasqueó la lengua el sol estaba en lo alto, las compras en el mercado había sido propicias y ya había digerido el desayuno; no le hubiera importado descargar algo de peso en el burdel antes de partir. Él mismo había propuesto partir, así que ahora le tocaba joderse, morderse la lengua y maldecir para sus adentros, por tanto decidió aflojar algo de su mal humor pateando al hafling en el trasero por ofrecerles comida podrida; advirtiéndole que como le volviera a ver lo encerraría en los calabozos. Donde suplicaría por comer la bazofia que ahora mismo les estaba ofreciendo. Al anciano lo despachó mucho más rápido llevándolo ante el flagelante que dormía en la plaza, sería muy interesante ver de que lado estaba Sigmar si del dueño de la bota o del flagelante. Bien seguro si el fanático consideraba aquello una herejía el anciano acabaría mal, y sino todo el mundo contento, Carroburgo perdía a un lunático y a un flagelante peregrino en el mismo día. Dos alborotadores menos en un solo día, todo un éxito por parte del patrullero.

Una vez se pusieron en marcha Helmut se iba adelantando por el camino, avanzaba hacia las aldeas y las granjas vecinas interesándose por las nuevas en la zona además de pedir alguna que otra indicación, sobre todo cuando vio como el terreno empezaba a complicarse y como el viejo camino Imperial parecía haber desaparecido de la faz de la tierra.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Ficha actualizada.

Usé uno de Suerte para repetir Voluntad. De todos modos no paso la de Orientación, que la tengo de clase, y la de Cotilleo para preguntar por las aldeas y granjas tampoco.

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20/05/2021, 11:18
Leopold Schwarz

Lejos de hallar un empleador resultaba que no podían haberlo pues los viajes hacia el norte se habían cancelado. Todos. Ojeaba los papeles con un sentimiento creciente de extrañeza y preocupación. ¿Cómo que habían desaparecido los caminos? El cazador hubiera deseado disponer de más tiempo para sondear esa compañía de diligencias pero éste era un recurso cada vez más escaso y tenían que ponerse en movimiento lo antes posible.

Al reunirse a las afueras y comenzar el camino, sin necesidad de decir nada, cada uno ocupó su orden de marcha, él y Owen a cada lado del camino, uno ligeramente adelantado al otro, unos diez metros mientras Helmut cabalgaba de arriba a abajo explorando la vanguardia y los alrededores. Según avanzaban y consumían los kilómetros y veían una apacible y normal vida rural Leopold empezó, a cada paso que daba, a poner en duda, cada vez más, la veracidad de la información que había leído aunque no encontraba razón alguna para que nadie quisiera desinformar de esa manera, con semejantes patrañas.

Todo eso cambió cuando Helmut volvió con el rostro marcado por la preocupación. Los caminos habían desaparecido. Todos.

Y ahí estaban en el linde del bosque, donde el camino sencillamente no estaba. Leopold se rascó la barbilla sin poder disponer de una explicación lógica a esto. Así que es verdad. Por lo visto el norte del Imperio está aislado, ahora sabemos por qué. No hay caminos, no hay comercio, no hay viajeros, no hay nada, solo el bosque entre nosotros y ellos. Parece que no queda más que seguir, si no hay camino lo haremos nosotros. Delberz, o más bien el camino a Delberz, tiene que estar siguiendo esa dirección... La indicó con la mano. ...Y deberíamos encontrarnos antes con varias poblaciones, la primera, Senden, así que vayamos allá, a ver qué encontramos. No hace falta que os diga que esto no es natural, algo pasa ahí dentro, que Sigmar nos guíe. 

El sabueso escupió a un lado del camino y comenzó a avanzar hacia la espesura del bosque y recordó un pasaje de un famoso poeta estaliano cuyas obras Dieter le había hecho leer. Caminante no hay camino, se hace camino al andar... Musitó más para sí que para nadie más.

- Tiradas (4)

Notas de juego

No he podido evitar la cita a Antonio Machado jejejejejeje

Gasto un PS para orientación que saqué un 100.... Si se añade algo por visión excelente o por haber superado voluntad, me saldría  con un +20% jejejejeje

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21/05/2021, 04:18
Owen Hank

Las noticias de Helmut no eran nada buenas, los caminos del Drakwald eran muy variados en tamaño y seguridad pero desde luego por el que ellos habían tomado debían poder cruzarse dos carretas sin problemas. Nada de eso existía según los informes del jinete.

-El caos está detrás de esto- 

No era un comentario para nadie, el trío tenía muy claro el alcance que podían tener los poderes oscuros, pero aun así lo dijo. Asintió cuando Wesgert terminaba de hablar. Hubo un momento de silencio y enseguida un zorzal lo rompió un segundo después. 

Owen sabía donde estaba el norte, y eso era todo lo que necesitaba. Así lo había hecho en Kislev, en Sylvania o en Mariemburgo, y por supuesto era lo mejor para guiarse en el oscuro bosque que se encontraban. Era el lugar de nacimiento de Owen y era el lugar donde prefería vivir y luchar, posiblemente también sería el lugar de su muerte.

-El camino debería estar justo aquí y seguir en esa dirección. No tiene perdida-

Continuó caminando, situado en retaguardia, como hasta el momento.

- Tiradas (1)
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21/05/2021, 06:02
Narrador

El grupo finalmente reúne el valor suficiente como para adentrarse en el extraño bosque. A pesar de que el sentido de la orientación se hubiese ido al caño tras darse cuenta de que los caminos habían desaparecido el deber para con la misión era más fuerte.

Los árboles empezaban a bordear a los Sabuesos, quienes intentaban abrirse paso conforme las sombras de sus copas empezaban a cubrir más y más el sol...

Notas de juego

Cierro escena de Prólogo, nos vemos en el capítulo primero el fin de semana.