Sérézin del Ródano (Sérézin-du-Rhône) es una pequeña aldea, enclavada en el Valle del Ozon, entre éste y el Ródano, a no más de 20 km al sur de Lyon. El río Ozon cubre uno de sus costados, en el norte, y rodea la aldea para correr a reunirse con el gran Ródano, al oeste, que marca el límite de los campos y tierras de cultivo.
Se trata del hogar de campesinos y gente sencilla, alejada del bullicio de la gran ciudad o de los grandes acontecimientos del mundo. Aquí rara vez pasa nada, y cuando eso sucede, se soluciona entre todos los vecinos. Su habitantes son pobres y humildes, pero no miserables, y sienten un especial orgullo y apego a su tierra. Todo el mundo se conoce y el ambiente es más el de una gran familia que el de otra cosa.
Las casas son sencillas, casi todas de madera, adobe y techos de paja. Un bajo muro de piedra seca, sin argamasa, rodea la población, sólo interrumpido por una puerta de acceso, guardada por una sencilla torre de vigía. El edificio principal es, sin duda, la iglesia, que se alza en el centro, y cuyo campanario domina los alrededores.
La gente se dedica a la agricultura y a la ganadería, principalmente. No rinden tributo a ningún señor feudal, pues el último regente de estas tierras murió antes de que nadie recuerde. Desde entonces, un concejo, formado por el alcalde, el párroco local y el molinero, regenta la villa.
La única guarnición de Sérézin son tres hombres de armas; los tres, hermanos. Los Hermanos Chastel (Pierre, Aubin y Christian, de mayor a menor) se han encargado desde que pudieron empuñar un arma de mantener la paz y mediar en los pequeños conflictos que puedan surgir. Nunca se les ha visto utilizar las espadas, bastas pero efectivas, que les forjó el herrero, en su día, pero aún así las portan al cinto con orgullo y cierto aire de autoridad.
Jacques Candau es el actual alcalde. Las malas lenguas dicen que consiguió el puesto a base de preñar a la hija del molinero, Ève, su actual esposa. Por supuesto, la versión oficial es que el retoño fue sietemesino. A pesar de todo, ha demostrado ser un buen hombre y un buen alcalde durante los años que ha ocupado el puesto, y su buen sentido del humor le ha granjeado la amistad de casi todos los habitantes, pese a su juventud.
Fiacre Chavanel es el molinero y, en consecuencia, el hombre más rico de Sérézin. La planta baja de su casa es de piedra, y la puerta tiene goznes y postigos de hierro forjado... y eso es sólo lo que se ve (a saber lo que tendrá en el sótano, bajo llave...). Tiene fama de avaro, aunque quizá sea inmerecida (o quizá no, ¿quién puede estar seguro de estas cosas?). Tiene cinco hijas, Ève, Joséphine, Olivie, Gisèle y Vérèrene. La única casada es la mayor, Ève, con el alcalde Jacques Candau. Su principal preocupación es encontrar buenos maridos para desposar al resto de sus jóvenes y hermosas hijas (y que a ser posible, se conformen con una dote modesta...)
El Padre Claudio es el párroco local. Se encarga de mantener la Iglesia, de dar limosna a los pobres, acoger a los peregrinos o a cualquiera que pida asilo en su Iglesia. A pesar del cariño y aprecio que le tienen todos en Sérézin, él no es natural de la villa. Antes era monje y, desilusionado por lo que él llama "la farsa de la vida monacal", renunció a los votos de su orden y se retiró a la aldea, donde predica la palabra del Altísimo en paz desde entonces. Regenta los oficios religiosos desde hace más de tres lustros.
El hermano menor de Daphné cuenta con 6 años. Tiene una larga y ondulada cabellera rubia y unos grandes ojos gris azulado que siempre parecen estar analizando algo. Nunca ha hablado, y aunque le toman por mudo, en realidad no lo es. No se muestra interesado en socializar pero no se siente incómodo en presencia de la gente, ni siquiera cuando se trata de una multitud. Se mantiene distante en actitud y es muy observador. A pesar de no hablar, fue muy precoz en otras cosas, como andar o comer sólo. Físicamente destaca por su agilidad y velocidad, además de unos rápidos reflejos. Su carácter es serio e independiente, pero no frío. Es una persona resuelta y tiene gran afinidad con los animales. Da la sensación de comunicarse con el entorno y con ellos de un modo distinto a los demás, como si contase con una percepción más desarrollada.
Olivie Chavanel descubrió que tenía varias cosas en común con Daphné, además de ser ambas la tercera de cinco hermanos, aunque si su amiga tiene siempre la vista en el cielo, Olivie mantiene los pies en la tierra. Podría definirse como una persona pragmática, responsable y trabajadora. También es divertida y extrovertida, excepto con Fabien, por quien siente una gran atracción y con quien actúa de un modo distante y reservado. Ambos comparten un secreto: mintieron Daphné fingiendo haber visto a Roland tranquilamente en Lyon tras no acudir a su encuentro, convencidos de que con ello evitaban un mal mayor.
Olivie es bastante independiente y aunque quiere y cuida a sus hermanas pequeñas, no le entusiasma llevarlas consigo en su tiempo libre. Suele ser amable con todo el mundo, aunque tiene una relación excesivamente tirante con su hermana Joséphine, quien siempre ha competido con ella por la atención de su padre.
A la edad de 15 años, Elouan partió de la Aldea en busca de una presa tan grande que todos se rendirían a sus pies por un trozo de carne. No lo logró. Sin embargo, encontró a un perro herido al que curó la pata y alimentó. Su nombre significa "amigo valiente" y siempre acompaña a Elouan a donde quiera que él vaya, capturando las piezas abatidas por las flechas.
Reynaud Legrand. Es el mejor amigo y peor enemigo de Elouan. Ambos tienen la misma edad, por lo que muchas veces han jugado juntos y se han acabado peleando. Eso no sólo sucedió en el pasado, sino que hoy en día siguen compitiendo y discutiendo por cualquier cosa. Reynaud es visiblemente más alto y fuerte que Elouan, por lo que es bastante frecuente que él gane en las competiciones físicas donde el tamaño y la fuerza sí importa. Llevan dos semanas sin dirigirse la palabra y con tensiones cada vez que se cruzan, ya que Reynaud pegó a Elouan por un asunto de poca importancia y éste no se lo ha perdonado.
Elvire Descoteaux. Hija de su mentor y mayor rival de Elouan con el arco. Ha vivido toda su vida en Lyon, siempre bajo la tutela de su padre, por lo que actualmente es una mujer realmente inteligente y hábil con el arco y las flechas. A pesar de no poder optar a un puesto en la corte como Arquero por ser mujer, Elouan envidia la facilidad con la que le destroza cada vez que compiten.
Ève Candau, hija de Fiacre Chavanel y esposa de Jacques Candau. Se la conoce por ser una persona bondadosa y generosa. Durante el día a día, ayuda a su marido en las tareas de la alcaldía y cuida al hijo de ambos, de apenas tres años de edad. Se la puede ver a menudo por la plaza del pueblo, por la taberna o por la iglesia, y siempre está al día de todo lo que pasa en Sérézin.
Dominique Tavernier. Posadero y dueño del local. Herencia familiar. Se encarga de llevar la parte de la taberna. Es un tipo rudo pero alegre. Prefiere perder un cliente a que le destrocen el local, así pues, frente a cualquier indicio de pelea, este la frenará y sacará a culpables fuera. Sus casi 2 metros de altura son suficientes como para que le repliquen poco y no se atrevan a enfrentarse a él.
Gina Tavernier. Esposa de Dominique. Cristiana fiel, procura no faltar nunca a misa. Se encarga de llevar la posada y ayuda a su esposo en la taberna cuando tienen mucho lío. Bajita, rechoncha y pechugona, puede ser un verdadero angel o el peor de los demonios si alguien se mete con su familia. Es una negada en la cocina y bastante tiene con cuidar al idiota de su hijo Eric.
El matrimonio tuvo dos hijos: Éric y Amélie. A Amélie se la llevó el Señor a su lado cuando esta acababa de cumplir 15 años, de la forma más violenta y cruel imaginable. Una noche desapareció de la posada, nadie se dió cuenta hasta la mañana siguiente. Cuando la encontraron en el bosque, su cuerpo estaba medio devorado por los animales salvajes. Era 6 años menor que Eric, la niña guapa y mimada de la familia.
Eric Tavernier. El hijo único de los Tavernier. Sufre algún tipo de retraso, a sus casi 30 años de poca ayuda sirve en el lugar, al menos mentalmente. Ayuda en el campo y con el ganado en la aldea, pero es poco constante y si uno se despista, Eric ya ha salido corriendo al molino, pues anda siempre detrás de las hijas del molinero (a todos los tontos les da por lo mismo). Tiene las manos muy largas con las mujeres.
Jean Paul Lestrange. Llegó al pueblo traido por guardias del reino. Era uno más de ellos, estaba malherido. Le dejaron en la iglesia, junto con unas monedas para sus cuidados y su fosa. Dijeron que estaban persiguiendo bandidos cuando estos cogieron al guardia y le dejaron en ese estado lamentable. Se marcharon dejando allí al hombre a su suerte, continuando su caza de bandidos y jurando vengar a aquel hombre. El padre Claudio, al no tener sitio en la iglesia para hacerse cargo de él, lo llevó a la taberna, allí le prepararon una habitación y Justine se encargó de sus cuidados. Lejos de toda esperanza, la gracia divina quiso que aquel guerrero herido de muerte lograse recuperarse. Unos dijeron que fueron los cuidados de Justine, otros que él hombre se aferró al hilillo de vida que le quedaba pues sabía que un angel le cuidaba fuera.