Partida Rol por web

Aunque no me cogiera por sorpresa saber que no habíamos sido la primera opción de ese hombre, no por eso dejaba de resultar molesto e, incluso, me sentía herida en mi orgullo. Pero no se podía quitar la razón a ese comportamiento, sobre todo después de echar un vistazo al local en el que nos reuníamos y que, por desgracia, daba una pésima imagen de nosotros. La decadencia de lo que habíamos sido.

Escuché con atención sus palabras, desmenuzando cada una de ellas, pensando en lo extraño que resultaba saber que nadie había sido capaz de realizar con éxito su encargo. ¿Acaso el ladrón era tan peligroso? O quizás simplemente es que no tenían ni idea de quién había sido o de dónde podía estar.

Pero había algo que me hacía sospechar de las verdaderas intenciones del hombre. ¿Tan valiosas eran esas tierras? ¿O acaso escondían algo que no quería que se descubriera? Este último pensamiento me asaltó al escuchar a Roger que no le importaría que matáramos al culpable. ¿Por qué? ¿Acaso tenía miedo de que contara alguna historia que al noble que teníamos delante no le interesaba que se supiera?

Preguntas, preguntas y más preguntas. Pero por mucho que recelara no podía negarme a colaborara. No dejaba de ser un trabajo, uno de verdad, y nuestra situación distaba mucho de ser la mejor. Necesitábamos el dinero y, si conseguíamos triunfar donde otros habían fallado, quizás recuperásemos parte del buen nombre que habíamos perdido.

Miré al resto antes de clavar mi mirada en Dyn, y al igual que había hecho Aramiel, yo también asentí con la cabeza dispuesta a aceptar el reto.

—Por mí de acuerdo. —Dije mientras me encogía de hombros.

Dyn escuchó atentamente las palabras del anciano asintiendo con la cabeza, con seriedad. Con las manos unidas sobre la mesa, intercambió miradas con sus compañeros. Había ciertas cosas que no cuadraban en la mente del albunix, algunos detalles que por poco no eran casi contrarios. 

-Parrece algo medianamente fácil -dijo con voz grave clavando sus ojos en los de Roger. -Por nuestrra parte no hay nada que objetar. Lo único que me gustarría saber es el motivo por el que los demás han fracasado. 

Guardó silencio durante unos segundos, a la espera de observar cualquier gesto del anciano que mostrase alguna intención oculta. 

-Es extrraño que mercenarrios no hayan podido cumplir la tarrea que usted les encomendó, algo que me llama la atención, si me lo permite. 

Roger asintió a vuestras palabras.

- Creanme cuando les digo que más me sorprende a mi el hecho de que no se hayan conseguido resultados a mi propuesta. He tenido que invertir tiempo, dinero y mi paciencia en vano. Vosotros sois mi última esperanza - el hombre se incorporó y sacó un pequeño mapa.

- Veréis, las investigaciones de los otros grupos apuntan a que el rastro del ladrón o ladrones recae en este punto - señaló una recóndita ubicación donde ninguna ciudad aparece anotada.

- Al parecer en ese lugar se encuentra una pequeña aldea, "Villa Risueña". Todo apuntaba a que si existía un escondite o refugio debía ser allí, pero nadie encontró nada - Roger apretó el puño, parecía enfurecido.

- Me niego a creer que eso es así, necesito que encontréis esa aldea y la pongáis patas arriba si es necesario para encontrar lo que me pertenece - se separó un poco de la mesa y tomó aire.

- ¿Creéis que podéis partir lo antes posible? - parecía que aquel hombre esperaba una rápida actuación por vuestra parte.

- Me conformaré con que recuperéis las escrituras que están a mi nombre, me dan igual las joyas o el oro si al menos recupero ese papel -

Quizás fuera mi carácter precavido, pero cuanto más escuchaba al noble que teníamos ante nosotros más desconfiaba de él. Su historia hacía aguas por muchas partes, o por lo menos a mí me lo parecía, ocultando mucho más de lo que nos decía.

Desde luego aquellos papeles debían ser muy importantes, tanto como para invertir dinero y tiempo tal y como Roger nos había dicho, de hecho parecía ser lo único que le interesaba. Y cuantas más vueltas le daba al asunto más convencida estaba que eran precisamente esos papeles lo que los ladrones habían ido a buscar.

Mi instinto me decía que estábamos ante una misión mucho más peligrosa que todas a las que nos habíamos enfrentado hasta el momento, que si aceptábamos la propuesta tendríamos que estar alerta constantemente ya que esos papeles parecían ser muy importantes para mucha gente.

Pero había dinero por el medio, y a mi parecer mucho dinero. Si Roger había pagado tanto por esos papeles y no le importaba las joyas que le pudieran haber robado, eso significaba que era muy rico. Y nosotros, por desgracia, demasiado pobres. Necesitábamos el trabajo recelase de él o no.

Miré a mis compañeros intentando ver en sus caras lo que estaban pensando. Mi vista descansó en Dyn, nuestro recién nombrado portavoz, el cual se mostraba demasiado silencioso para mi gusto. Teníamos que tomar una decisión y tenía que ser ya.

—Yo estoy dispuesta a arriesgarme, sobre todo si hay una buena recompensa esperándonos. Pero... —Hice una pequeña pausa para centrar mis ojos en los del noble mientras hacía un gesto con la mano señalando el local tan deteriorado donde nos reuníamos—. Necesitaremos un adelanto para aprovisionarnos de todo lo necesario.

Esperé la reacción, no sólo del noble sino también de mis compañeros, para saber si ellos estaban de acuerdo o no.

Aramiel examino a Roger con detenimiento, cuando explicó el lugar donde podría estar el ladrón o los ladrones, cuando seguía insistiendo en que los papeles eran más importante que el dinero y las joyas, además de enfatizar con ahínco que pagaría lo que fuera necesario por esos papeles. El sabía que si le presionaban más para obtener información, podrían tomar ventaja para obtener un adelanto. Ya que como el dijo, eran su última oportunidad para recuperar el famoso papel. Pero Sora inmediatamente planteó lo de obtener un adelanto, provocando que una mueca de disgusto se presentará en el rostro del pelirrojo.

- Dada la información que nos ha proporcionado y la prisa que tiene, maese Roger - dijo el mundae tomando la palabra- nesesitaremos del adelanto para poder llevar a cabo esta tarea como usted quiere.- miro a Sora tratando de reprender con los ojos su falta de tacto- Si, no contamos con mucho recursos, pero aún así podríamos reunir lo que necesitamos para la misión, -dirigió su mirada hacia el comerciante con una sonrisa calculadora, la que siempre aparecía cuando quería conseguir los mejores precio en el mercado- sólo que tardaríamos en reunir lo necesario y no podríamos acomodarnos a sus requisitos. El dinero acelerara nuestra partida y retorno. 

Un comerciante nunca debía demostrar que estaba en desventaja, siempre debía hacer creer que tu contrincante pensara que el te necesitaba más, que tu a el. 

Dyshael permaneció en silencio a la espera de la respuesta del noble ante la propuesta de Aramiel. No era demasiado versado en las palabras y sabía que era mejor estar callado cuando no podía aportar nada nuevo.

Roger cambió su semblante, parecía disgustado.

- Habéis pedido exactamente lo mismo que aquellos que fracasaron. Lo siento, no voy a dar adelantos, ya he perdido mucho dinero y prefiero dar mi confianza a aquellos que tienen confianza en si mismos y saben que van a lograr su objetivo, sino... pues tendré que abrir la puerta he irme a buscar a otra parte... aunque es una lástima... me dabais buenas sensaciones - Por un momento os disteis cuenta que vuestra oportunidad de trabajo se estaba tambaleando.

- No hagáis lo que hicieron otros gremios, si es que aceptáis mi humilde consejo, no despleguéis a todos vuestros efectivos... mandad a investigar a dos o tres miembros y así no llamaréis la atención... - las palabras de Roger os hacían ver que igual el fallo que tuvieron otros gremios fue el actuar en un perfil alto.

- Por desgracia no puedo demorarme mucho más, ¿lo tomáis con mis condiciones o lo dejáis? Cada día que pasa complica las posibilidades de encontrar lo que busco -

Obivando las miradas de reproche que me dirigía Aramiel, resoplé por lo bajo molesta por el comentario del noble. Estábamos sin dinero para comprar hasta lo más necesario para la aventura, tampoco me parecía tan descabellado pedir un adelanto, al fin y al cabo era lo habitual. ¿Quién nos aseguraba que, una vez realizado el trabajo, el hombre nos fuera a pagar?

Me crucé de brazos con el ceño fruncido, guardando silencio para no volver a molestar al hombre que nos ofrecía el trabajo. Simplemente asentí aceptando, de esa forma, el encargo, aunque no sabía muy bien cómo íbamos a hacer para conseguir víveres y cualquier otra cosa que necisitásemos.

—Está bien.  —Gruñí entre dientes esperando que el resto se decidiera.

Aramiel no sólo desaprobó las actitud de Sora, sino que la de Dyn. Pues en comparación con Mink y Dyshael que se mantuvieron callados y sin estropear la negociación, pero el era el vocero del grupo y no dijo nada. Peor aún fue la reacción del comerciante ante la propuesta de obtener dinero por adelantado. El mundae esperó un momento, mirando hacia Dyn después de que Sora máscullara una escueta aprobación. Pero el guerrero no dijo nada y nuevamente el pelirrojo desaprobó dicha actitud, por lo que decidió tomar la palabra.

- Lo lamento si lo ofendi, Maese Roger. Como usted apunto, nos encontramos en una situación precaria. Sólo aclare que sería más rápido conseguir lo que necesitamos para la misión con el adelanto - El mundae puso sus manos detrás de el y se irguió un poco más- Pero quiero dejar claro que a pesar de nuestra situación aún mantenemos nuestros contratos, eso es algo que no ha cambiado con el tiempo y no lo hará hasta que el último de nosotros siga en pie - Para Aramiel, el que dudarán de su gremio, era como si algún loco insultara a su comunidad en la arboleda, simplemente inaceptable- Por lo que hablando por el resto de mis compañeros -dijo él, mientras miraba al grupo de mercenarios, para finalmente posar sus ojos en Roger- aceptáremos la misión y por supuesto seguiremos su consejo. 

El pelirrojo dijo esto, extendiendo su mano hacia el comerciante.

- Pero antes hay algo que aún me inquieta respecto al fracaso de los otros mercenarios. ¿Qué sucedió con ellos? ¿Qué encontraron en ese lugar? Y por supuesto, si pudiera darnos una lista detallada de lo robado, podríamos seguir más fácilmente el rastro de los ladrones

Roger inclinó la cabeza a modo de aceptación de la disculpa.

- Bueno, por lo que se ve las negociaciones siguen en buen puerto - se frotó las manos e intentó ser lo más claro posible.

- Los otros grupos fracasaron porque no encontraron a los ladrones allá donde deberían estar según las investigaciones... y eso me recuerda a que vuestras preguntas se parecen más a las que hizo el último grupo que fracasó estrepitosamente después de llevarse mi dinero - parecía que Roger no tenía interés de alargar aquello mucho más.

- Id hasta la aldea que os he indicado en el mapa y ponedla patas arriba si hace falta con tal de encontrar mis posesiones. Ya dije anteriormente que eran joyas y oro... pero por la Diosa Plenaal, no olvidéis las escrituras -

- Ahora me marcharé, tengo a mi criado esperando desde hace bastante tiempo. Cuando encontréis lo que es mío buscadme en la ciudad de Ardan, yo poco más os puedo decir - os dejó unas indicaciones para que supierais donde encontrarle una vez terminada la misión.

- Buena suerte, algo me dice que en ustedes encontraré la luz de esperanza que casi había perdido ya. La recompensa estará a la altura de las expectativas - sonrió y se dirigió a la puerta de salida.

Preferí no volver a abrir la boca mientras hablaba el noble para no meter, una vez más la pata. No quería que el trabajo que tanto necesitábamos se fuera por la borda por culpa de mi poca diplomacia. Sólo cuando por fin parecieron quedar todas las cuestiones contestadas y las dudas resueltas, aunque poca información nos había dado, me decidí a hablar y sólo fue para despedirme.

—No se preocupe, le devolveremos sus riquezas y sus documentos.

Mostraba una seguridad que estaba muy lejos de sentir ya que seguía pareciéndome demasiado extraño que ningún grupo hubiera aportado más información y, lo peor de todo, que no hubiera uno solo que hubiera tenido algo de éxito.

Cuando por fin el noble se fue me quedé mirando a mis compañeros, había que tomar una decisión sobre todo si hacíamos caso a lo que nos había dicho Roger y debíamos mandar un grupo reducido. Por otra parte consideraba que esa era una buena idea porque, de esa forma, podríamos ahorrarnos algo de dinero. No era lo mismo equipar para una misión a cinco que a dos.

—Lo primero que tendremos que decidir es quién irá a esta misión. —Me encogí de hombros restando importancia al peligro del que se nos había hablado, no era por falta de miedo sino más bien por resignación—. Yo me ofrezco voluntaria, necesito alejarme un poco de aquí y sabéis que soy buena exploradora. —Centré mi mirada en Aramiel sabiendo que quizás con él sería con quien más roces pudiera tener, los dos éramos demasiado distintos—. Si alguien más se anima que lo diga ya para ir haciendo los preparativos. Cuanto antes nos pongamos en camino antes terminaremos la misión y, por supuesto, antes cobraremos.

No tenía pensado incluir entre mis pensamientos cualquier idea de fracaso.

El mundae se quedo mirando al Toger sin decir palabra alguna. Primero hablo Sora con mucha firmeza, algo que él aprobó, para luego  el decir unas palabras de despedida. El pelirrojo de doblo ligeramente en una postura de servicio antes de hablar.

- Que  Plenaal cuide de su camino de regreso a su hogar, Maese Roger. Nos volveremos a reunir con buenas noticias para usted.

Esperó a que el hombre cerrara la puerta, antes de volverse y mirar al resto del grupo. Sora nuevamente demostró una actitud de confianza, pero también con una pisca de insulto hacia Aramiel cuando decía sus palabras mirándolo a el. Por supuesto este no se amedrento.

- Estas en lo correcto, Sora. Debemos seguir algunos consejos de nuestro empleador -dijo con una leve sonrisa y mirando a Sora- es por eso que creo que debería ir. Hará falta diplomacia en esta misión, sin mencionar que mis habilidades curativas serán de mucha ayuda- miro al resto de sus compañeros y señalo la mesa con alimentos-  Sobre la misión y lo que necesitáremos. Debemos pensar en tres cosas. Comida, armas y dinero.- luego dirigió su mirada al mapa sobre la mesa- Tengo algunas ideas, pero primero quisiera hablar de la información que tenemos sobre el o los ladrones y sobre esta Villa ruiseña. Creo que todos tenemos muchas dudas y sentimos que algo no encaja con la historia de nuestro empleador -los miro nuevamente antes de continuar y marcó una media sonrisa- se que no somos cercanos o tenemos ciertas discrepancias, pero si queremos que resurja el gremio, tenemos que confiar entre nosotros y no guardarnos nada para que esta misión resulté como esperamos.

Aramiel deseaba lograr cumplir con la misión. Pero para eso debía haber confianza entre el grupo, de lo contrario la catástrofe sería el único resultado.