Partida Rol por web

Logramos hacerle una fea herida al dragón, quitándole una de sus escamas, pero su fuerte rugido, y su posterior bramido nos sorprendió bastante, tanto, que con cierto ahínco nos desperdigamos alrededor de este, sin poder asestarle un nuevo golpe. Nótt se había llevado lo peor del aliento del dragón, y parte de sus ropas (que ya eran pocas) se veían a medias chamuscadas. Me preparé junto a Alice para volver a golpear al dragón en algún punto débil.

Nótt tenía sus ropas en llamas. De hecho, podía decirse que era la primera vez que sentía tanto calor, puesto que el hecho de estar en las montañas más heladas que han existido, el fuego realmente hacía que su sangre hirviera. Y ahora, estaba hirviendo de rabia al fallar sus golpes uno tras otro, al menos, ya le había tomado el ritmo al dragón, y, rodando por el lugar, saltó y pegó un hachazo directo a donde el Darkon y Alice habían realizado la primera herida a esta bestia, hundiendo su hacha profundamente en esta herida, pero no lo suficiente para matarlo.

Viendo como Nótt estaba logrando esquivar todo el daño del Dragón, me lancé conjunto a Alice, aprovechando que ella lo estaba hiriendo para golpearlo nuevamente, pero el dragón, astuto, parece que nos estaba esperando. Recibimos entre los dos una llamarada directa que hirvió nuestras armaduras, y sentimos como el metal caliente hacía que nuestros cuerpos ardieran de dolor, pero aún así, continuamos, intentando golpearlo en varias oportunidades, pero sin hacer gran daño.

Aprovechando como el dragón se concentraba en Darkon y Alice, tome respiración profundamente, moviendo mi hacha hacia el lado izquierdo, mientras reunía todas mis fuerzas en mis músculos para dar el último golpe a la bestia. Cuando notó que fue su oportunidad, ella dio un salto con todas sus fuerzas. Gracias a la magia de sus botas, saltó con una fuerza sobrenatural, y usando ese impulso, golpeó por tercera vez la herida del cuello del dragón, logrando hacerle un golpe de gracia a la bestia, matándola en el acto mientras toda la tierra temblaba debido al desfallecer de la bestia.

Tras derrotar a aquel dragón, el grupo pudo comprobar que aquella criatura tenía a su resguardo no solo la comida, sino también grandes riquezas en joyas y monedas de oro. Sin lugar a dudas había sido un éxito rotundo.

Me senté descansado, mientras respiraba profundamente. Lo habíamos logrado, lo impensado, lo habíamos conseguido. Mire a mis compañeros y les dije;

-Bueno...supongo que ahora en la ciudad podemos negociar una buena ganancia, ojalá algo digno de esta victoria, puesto que hemos salvado incontables vidas. Yo tomaré una parte del tesoro, tu tomas el resto. -Dije, tras lo cual me levante y, acercándome al cadáver del dragón, le saqué varias escamas para poder cobrar la recompensa,después de eso arregle mis cosas para seguir el camino hacia la ciudad. 

Nótt respiró en paz, pues esto era un desafío a ella misma. Si vencía un dragón, ella sería capaz de vencer cualquier cosa, quién sabe, quizás algún día podría convertirse en un cazadragones. Levantándose y recogiendo las cosas necesarias, comenzó a seguir a Darkon y compañía para volver a la ciudad. 

Regresasteis a la ciudad de forma segura.

En primera instancia, por entregar la prueba de haber acabado con la amenaza de los Trasgos, os han hecho entrega de un saco con monedas de oro.

Los alimentos recuperados aún están en vuestra posesión y podéis elegir qué hacer con ellos.

Lamenté que no apoyaran la información del dragón, pero bueno, si ellos no pagaban por haber matado esa bestia, sabía que podía arriesgarme con el consejo, después de todo, tenía las escamas ensangrentadas de la bestia. Repartí equitativamente la recompensa, quedándome con una parte de los alimentos y una parte de los recursos. Tras eso le dije;

-Vamos al Santuario, allí estarán todos los líderes de la ciudad. Seguramente valorarán el hecho de que hayamos matado un dragón, o al menos algo podremos negociar. -Dije, mirando a mis compañeras y seguimos el camino por la ciudad.

Quería presentarle al consejo las escamas de dragón, e informarles de la presencia de este en las cuevas cercanas a la ciudad, para explicarles que los goblins estaban adorándolo como una deidad, y que contra todo pronóstico, lo habíamos logrado matar. Informarles además de que el gremio solo nos pagó por la hazaña de los trasgos, y queríamos ver la opción de una compensación del consejo, después de todos salvamos la ciudad de una bestia temible.

Nótt miró con cara de muy malos amigos al tipo del gremio, puesto que ellos tenían las heridas, la sangre y las escamas del dragón para probar su punto, pero bueno, la idea de Darkon le parecía mucho mejor. Aceptó de buena gana la repartición que hizo Darkon, y lo siguió hasta el consejo, donde vería como exponía su punto sobre la matanza del dragón.

Después de no haber conseguido una recompensa justa, el grupo decidió ir hasta el santuario, el núcleo de gobierno de Corglar. Allí atendieron a los valerosos aventureros tras claro está, hacerles esperar más de lo deseado.

En la reunión expusisteis vuestros logros al igual que el riesgo asumido. Tan solo queríais lo que era propio.

Terminando mi discurso, les dije;

-Y así fue como finalmente Nótt decapitó al dragón. Era de un tamaño gigantesco, y de no ser por pura suerte, habríamos terminado como bocadillos para el dragón. El dragón fácilmente podría haber sido una amenaza para la ciudad, pero tuvimos la suerte de haberlo detenido en el lugar que se encontraba más a gusto y desprotegido. Aquí están las pruebas de la bestia. -Dije, tras lo cuál, levanté la bolsa donde había echado las escamas del dragón, y sacando algunas (las más grandes) para que el consejo las viera, espere a ver si Nótt agregaba algo, o nos quedabamos con la respuesta del consejo.

Nótt, terminando de escuchar la explicación de su compañero y agrega;

-Todo partió con unos trasgos, luego escarabajos gigantes y finalmente el dragón. Como podrán ver, tenemos heridas de sobra. -Dijo, mostrándoles las feas quemaduras que le había dejado el dragón, y añadió- Como dice Darkon, hemos tenido una suerte con la que ninguno de nosotros podría contar en otro momento de la vida, y creo que, si queréis hacer opulencia de esto, para demostrar lo mucho que se preocupa el consejo por la ciudad, deberíais ir a la cueva de la que os hablamos y traer la cabeza del dragón, para mostrar sus huesos al público, así demostrarán con hechos que sois los mejores líderes que la ciudad podría tener. -

Dijo Nótt, con una sonrisa despreocupada.

El consejo os escuchó y debatió sobre vuestra experiencia. Os sentisteis analizados de pies a cabeza y parece que a los Diabal no les hizo demasiada gracia que una Albunix colaborase.

Finalmente llegaron a una conclusión: os darían oro como agradecimiento, pero consideran que la labor fue voluntaria en cuanto a la muerte del dragón y no están obligados a daros ningún tipo de recompensa adicional.

Esa resolución no os pareció justa, pero también tuvisteis en cuenta que el tesoro del dragón fue íntegro para vuestro beneficio, y alguna que otra escama de dragón.

Oro era mejor que nada, al menos habían duplicado su recompensa, claro está. Repartiendo la mitad para Nótt y la mitad para él, salieron de la habitación conjunto con Alice, y mirándolas les dije;

-Bien, no habremos ganado una gran recompensa, pero al menos ahora tenemos suficiente capital y comida para el viaje. Ahora solo nos queda lo último antes de partir. Tengo un plan para negociar con el armero de la ciudad, le propondremos que nos haga algo con los restos del dragón (a mi y a ti Nótt), a cambio de quedarse con todo el resto de las cosas del dragón, me parece algo justo, pues fácilmente podrá hacer diez armaduras de escamas de dragón, e incontables armas con los huesos de estos, y que decir si el decide vender los restos al gremio de alquimistas. -Dije, tras lo cuál, inicie el camino a la tienda del mejor armero de la ciudad.

Nótt asintió con la cabeza escuchando las palabras de Darkon, mientras guardaba el resto de sus monedas en su morral. Tenía suficiente comida, bebida y recursos para un buen viaje, ahora solo comenzaba iniciarlo. Siempre había deseado tener una armadura de dragón, y creía que una armadura de color púrpura como las escamas del dragón amatista le vendrían muy bien.

Después de la reunión con el consejo, tomasteis rumbo a la armería más próxima, que de hecho, era la única de toda la capital Diabal.

Llegasteis con una propuesta que parecía sacada de la historia de un niño, pero cuando enseñasteis el género conseguisteis toda la atención del armero.

Escuchó vuestra propuesta, pero sabíais que en el mundo de los negocios no solo bastaba mostrar el género, sino saber conquistar con las palabras...

-​​​​​​Y así fue como yo, Alice y Nótt matamos al dragón de amatista. Como podrás ver, hemos traído unas escamas como prueba de nuestra labor, por lo que hemos venido a ofrecerte lo siguiente. Te diremos donde se encuentran los restos del dragón, esta fresco, lo hemos matado solo unas horas atrás, y todo el cadáver será tuyo. A cambio, solo queremos que nos fabrique dos artefactos maravillosos a nosotros. Todo el resto será tuyo. Sabes bien que podrás ganar una millonada de oro si vendes las entrañas al gremio de alquimistas, y que decir de lo propio que puedas sacar a las escamas y huesos. -Dije mirándolo.

Ahora, solo le quedaba responder. 

Nótt encontró estúpido el actuar del consejo, pero no le dio mayor interés. El plan que había dicho Darkon era suficiente para ella, y, a pesar de todo, se veía muy interesado. Seguramente les pediría escoltarlo con algunas carretas para poder traer todo el cuerpo del animal, o bien, el se uniría con algún gremio y organizarían eso. Fuese lo que fuese, era una oportunidad de negocio, y fuera la mirada que se le diera, les daría frutos. 

El armero escuchó la propuesta de Darkon. Al principio se quedó pensativo, analizando los pros y los contras pero concluyó que realmente lo único que tendría que perder son horas de trabajo.

Finalmente aceptó, pero no sin antes intentar indagar qué es exactamente lo que estabais buscando. Él era un maestro armero experimentado y si algo le encantaba es que le sorprendieran con las sugerencias.