Habib preparó su ballesta y disparó al enorme cuerpo del monstruo putrefacto. Pero erró su virote hacia arriba, perdiéndose en la lejanía.
Mierda!!
Pensó mientras veía caer al lagarto muerto viviente. Pero su vista ahora seguía la flecha que cortaba el viento de un cielo lleno de nubes y que amenazaba un desastre o algo peor. Pues sus ojos no estaban acostumbrados a los presagios que da la naturaleza ante la inminente lluvia.
Camaradas, el cielo ha cambiado. No sé si es por haber acabado con el poder de Milaszor, pero temo qué pueda depararnos. Sólo agradezco que no parece que va a hacer calor mientras nos movemos por el desierto andando. No perdamos tiempo y salgamos de aquí.
Se acercó a Willem y le ayudó. Vendó las heridas lo suficiente para que pudiera viajar sin temor a desangrarse.
Ánimo, compañero. Cuando descansemos, te curaré.
Tirada: 1d20(-2)
Motivo: disparo
Resultado: 3(-2)=1
Vuestra ex-montura cae muerta, su cuerpo polvoriento adorna un paisaje tenebroso, a vuestras espaldas se oye un chillido de ultratumba y parece que las sombras de Ok'Ragna se estiran para atraparos, en esa ciudad muerta, sus podridos habitantes van a salir a pasear de nuevo, por suerte no estareis aquí cuando salgan. Vuestras armas se apoyan en el suelo, vuestros hombros caen cansados por el combate, Sutu resopla extasiado, por vez primera en vuestra vida, alzais la vista al cielo con los ojos bien abierto, por vez primera en vuestra vida veis un espectáculo sin ningún tipo de precedente
Enormes nubes blancas se arremolinan cubriendo el sol, el magnífico astro, auténtico Rey del Desierto de Has'sara, se ve eclipsado por un poder mayor que él, tal vez, aún con las escasas provisiones y la poca agua, quede una oportunidad, quizá si las nubes se mantienen, podais cruzar el desierto con vida.
"En el trono reposaba la venerable Reina de Zalas, frente a ella, Vadrian envuelto en su túnica más elegante, de lino blanco con bordados de plata y oro y un broche de jade, las manos dentro de las mangas y el semblante taciturno al escuchar cada una de las palabras de su Reina
Bruja~ Lo han conseguido, con la muerte de Alaszor, el poder de Milaszor se ha desvanecido, su voluntad ha sido férrea, y su valor incomparable, no podemos dejar que mueran
Vadrian~ Mi señora, sabían a lo que iban, han realizado este sacrificio con gusto, no pagueis vos
Bruja~ No Vadrian, mi tiempo pasó hace cientos de años, y ellos pueden hacer más por esta tierra que cualquier mortal o inmortal, tienen madera de héroes, y yo les daré mi último aliento si con ello puedo ayudarles a volver con vida, ya sabes qué es lo último que puedes hacer por mí, lo dejo todo en tus capaces manos
Vadrian asiente entre lágrimas, cuando la bruja sin ningún gesto en su muerto rostro sujeta entre ambas manos la poderosísima filacteria para susurrarle unas palabras tan poderosas que nadie más en este y otros mundos es capaz de pronunciar, la cajita hecha de hilos de oro, que en su interior se ve un rubí engarzado justo en el centro visible al exterior, empieza a derretirse en las manos de la bruja para desaparecer totalmente cuando ella termina, y su cuerpo queda totalmente quieto.
Sin la fuerza mágica, su cabeza cae al suelo rompiendose en mil pedazos y ambos brazos caen a los lados dejando una imagen deprimente de la que fué la Reina de Zalas durante cientos de años, todo el cielo empieza a cubrirse de nubes entonces, y una silueta parte de Zalas levantando tremenda polvareda tras ella."
1050 puntos de experiencia para cada uno