Partida Rol por web

Felix se encuentra transtornado y le cuesta responder con coherencia a los estímulos del exterior. Mientras los demás os recomponéis del último ataque del Devorador, Ezekiel le propina un tortazo con ánimo de traerlo de vuelta a la mundanal cordura y sensatez, a lo que él responde con una repentina cara de sorpresa y unos ojos que le miran fríamente al profesor universitario. Agotado, avergonzado y con un estado emocional hecho añicos, Felix se separa un par de metros del grupo y se recuesta en la arena en posición fetal. Parece que quiere algo de soledad, aunque al poco le escucháis llorar en silencio. Parece que la experiencia terrorífica en la isla le está provocando una herida en su mente difícil de curar. La situación es incómoda y con vuestras miradas lo demostráis. Con un poco de suerte, se quedará dormido en breve.

Y como todas las noches, quedáis envueltos en esa horrible neblina nocturna.

Felix realmente me inspira lástima. Es normal, no todo el mundo está preparado para enfrentarse a lo sobrenatural. Por un momento me planteo ir a consolarle, pero no estoy segura de cómo reaccionará un hombre adulto a las palabras maternales de una mujer, por otro lado, prácticamente desconocida.

Me acomodo todo lo que puedo en el sitio elegido para dormir, temiendo otro ataque durante la noche.

Leroy, agotado emocional y físicamente, se tumba en el suelo, buscando una posición que le permita descansar. Felix susurra nervioso durante un buen rato, aunque al final parece que consigue dormir.

La niebla se balancea sobre vosotros toda la noche, como una entidad que os observa pero vosotros a ella no. Como una mirada desde un lugar inalcanzable, que esconde secretos que harían añicos vuestro sentido de la realidad. Tan solo esperáis que esos últimos pensamientos no se manifiesten en sueños, y podáis descansar unas horas a la intemperie.

Consiento en que todos se duerman, pero creo que hacer guardia es mejor, dadas las circunstancias. Me quedo despierto más rato, y tanto como puedo. Cuando el sueño empieza a vencerme, aviso a Félix para que me sustituya vigilando.

Temo a las criaturas, temo a su extraño poder. Por muy armados que estemos, por mucho arrojo que pongamos al luchar con ellas, me sigue dando muy mala espina su posible origen, y sus malas intenciones.

Doy por finalizada la escena y seguimos en ESCENA 4: SUEÑOS DE LA ISLA TERRIBLE.