Partida Rol por web

Mientras ascendía iba reflexionando sobre las palabras que Laroche había dicho, por supuesto que había pensado en ello desde que despertara, pero Debecker no era un hombre muy dado a compartir sus pensamientos, especialmente con personas a las que no conocía de nada, que, dicho sea de paso, era todas las del mundo ahora mismo, ya que nada recordaba.

He pensado en el tiempo que hemos podido estar ahí dentro, pero si fuera mucho, nuestro cuerpo no se movería con la facilidad con la que lo hace, si tus músculos se tiran un tiempo inactivos, no responderían como lo han hecho  era algo a lo que se había aferrado desde que recuperó la conciencia, y se había esforzado en usarlos. Hablaba cada vez un poco más alto, puesto que seguía su ascensión supongo que la doctora podrá confirmar lo que creo, de hecho su opinión será mucho más válida que la mía al respecto.

No recordaba si tenía familia o amigos, pero prefería no angustiarse con eso ahora, los problemas solían venir solos sin necesidad de ir a buscarlos. Resopló un poco, la cuesta era más larga de lo que le había parecido.

Aún no veo nada contestó como respuesta a la pregunta directa que le habían formulado. Se detuvo cuando Hahn habló, pero no entendía a que se refería, ¿para qué iban a servirle un panel electrónico posiblemente averiado? Seguramente al otro lado de la colina encontraran un pueblo o una base militar, tal vez sacudidos por algún tipo de desastre natural y por eso se habían olvidado de ellos allá abajo, quizás fuera un experimento secreto y las personas responsables murieron, había muchas explicaciones, lo que pasa es que ninguna terminaba de convencerle.

Siguió avanzando, la intranquilidad aumentaba en él de manera inconsciente.

Al parecer tiempo es de lo que si disponían, ni una alma viva parecía amenazarles por el momento, y respirando aire libre LaRoche no se sentía tan apremiado, así que podía concederle un par de minutos, quizás cinco o diez, pero no tardaría a impacientarse pues sentía necesidad de moverse. Podía concederle eso a Hahn aunque apenas comprendía la utilidad de todo aquello.

Mientras, escuchó la voz de Marc que se perdía en la distancia. Maximilien no era un experto, o no recordaba serlo, pero si les había criogenizado, fuera por la razón que fuera, de funcionar… sus músculos no deberían mostrar signos de atrofiarse. –¿Qué opina doctora?- Preguntó, pues las mujeres del grupo llevaban un rato ensimismadas en sus propias preocupaciones, y LaRoche temía haber sido instigador involuntario de pensamientos poco alegres. –¿La criogenización a largo plazo puede suponer que se atrofien los músculos?-

Tras aquella pequeña colina, extensos valles llenaban el horizonte, la hierba alta abundaba por todas partes y algún que otro árbol despuntaba aislado. Tras esta, la montaña se alzaba vestida con la espesura de los arboles. La misma montaña se extendía alrededor de los valles fundiéndose con estos en la lejanía.

Detrás de los verdes prados podía distinguirse la silueta de una pequeña ciudad. Con el sol de cara era difícil distinguir los detalles de aquellos edificios, pero si se podía apreciar algo extraño… ¿Por qué no se veía ninguna carretera que saliera de la ciudad?