La emperatriz infantil suspira y coge el libro negro con ambas manos, observándolo con detenimiento.
- No se nada de alquimia.- Dice en voz baja, como pensativa.- Pero no me gusta este libro. Tiene algo...- Mientras le da la vuelta para ver la contraportada, se estremece ligeramente.- No deberíamos dejarlo aquí. Pero tampoco es seguro llevarlo con nosotras.
La niña mira a Victoria, sin saber muy bien que hacer.
- Lo mejor es que nos libremos de él - admito, mientras sigo tirando del báculo -. Pero de una forma que luego no pueda servir a nadie más...
Mi mirada se detiene sobre el material químico. ¿Habrá ácido? Y, lo que es más importante, ¿el ácido funcionaría?
- Tal vez ese bastón vuestro pueda hacerle algo.- Murmura la niña mientras se quita la mochila y comienza a rebuscar a ver lo que hay dentro.- Y si no quizás haya algo aquí que nos sirva. Aunque sea un mísero tarro de tinta.
- Está bien, lo intentaré - murmuro.
Vuelvo a coger el escudo.