Partida Rol por web

Notáis cómo el barco es arrastrado por una corriente muy fuerte, se mueve en todas direcciones, os golpeáis contra el suelo y las paredes, escucháis como objetos caen y se golpean, cómo el resto de la tripulación sufre del mismo mal, el barco gira, da vueltas, el espacio a vuestro alrededor parece girar a toda velocidad como si estuviéseis en un remolino.

Entonces el movimiento parece detenerse, sólo notáis que el barco avanza hacia delante y de súbito se escucha un ruido sordo que va haciéndose cada vez más y más fuerte hasta que llega un momento en el que os tenéis que tapar los oidos y aún así os duelen.

Pocos segundos después, notáis que el barco se inclina hacia abajo y notáis una caída libre...

—¡Qué demonios! —dijo Roger mientras trataba de sujetarse con las paredes.

Alternaba las manos entre las paredes para no perder el equilibrio y los oídos para no escuchar aquel sonido. De pronto todo le encajó: alguna extraña criatura comía la que aquellos seres capturaban y parecía no estar contenta.

Miro alrededor buscando una explicación al extraño bamboleo del barco en los rostros de los compañeros pero están tan desconcertados como el mío. Cuando el movimiento parece calmarse, busco entre los objetos repartidos por la bodega algo que permita quitarnos los grilletes o al menos arrancarlos de la pared.

Mientras Jack busca algún objeto susceptible de ser usado como rompe-grilletes, la caída se detiene, de igual forma que el movimiento ondulatorio del arco al navegar, dando paso a una extraña sensación  y una calma absoluta. Los estógamos os aprisionan y os recuerdan a esa sensación de vaivén al subir y bajar una cuesta muy rápido.

Jack no encuentra nada, sólo raspas de pescado y tres cuencos. Se escucha la puerta y dos marineros cariacontecidos entran a por vosotros

- El jefe quiere que veáis esto... -dice uno de ellos con una sonrisa, aunque más bien forzada.
 

Roger se acercó a mirar qué era aquello que el supuesto jefe quería que vieran.

—¿El jefe? ¿Quién es ese jefe? —preguntó.

Todo había sido muy rápido provocando una sensación horrible como si el barco fuese tragado por un remolino de agua, pero todo pasó y los marineros que vinieron a por nosotros nos invitaron a ver el suceso. Asentí a aquellos seres que tanto me desagradaban pero que nos tenían ahora mismo en sus manos sin poder hacer otra cosa, en cuanto a lo que nos querían enseñar también me sentía tentado a ver qué es lo que había sucedido en el barco...

Con mirada altiva me levanté y acompañé a los sujetos para que quería su lider de nosotros.

Los dos marineros cornudos os conducen hasta cubierta, casi os caéis de culo al ver que... al ver que... ¡ESTÁIS VIAJANDO EN EL ESPACIO! ¿CÓMO PUEDE SER? ¿QUÉ LOCURA ES ÉSTA? ¡NO PUEDE SER! ¡NO PUEDE SER! ¿ESTÁIS SOÑANDO? ¿ESTÁIS QUIZÁS EN UNA DE LAS SALAS DE LA PIRÁMIDE Y TODO ESTO NO ES MÁS QUE UNA PESADILLA?

La negrura absoluta del espacio sólo se atenúa por las muchísimas estrellas que circundan la nave en todas direcciones, de diversos tamaños, pero lo más sorprendente de todo, bueno lo más no, lo segundo más sorprendente... es ver que a vuestra derecha puede verse una esfera roja no muy lejana que todos identificáis como Marte y al frente una enorme esfera que os es muy familiar a todos, como a cualquier ser humano: La Luna. Váis directos a la Luna. Esa esfera blanca con infinidad de agujeros, como un queso, de rocas grises y blancas.

Estáis con la boca abierta, no dáis crédito a lo que véis. Los dos marineros os miran y se carcajean de vosotros. El Jefe está detrás vuestro, apoyado en el camarote de popa también riendo

- ¡ES MARAVILLOSO! ¿NO LES PARECE? -dice con su voz empalagosa.

¿Pero qué es ésto? me quedé boquiabierto, de estar en un barco ahora íbamos en algo que volaba y por si ésto fuese poco estábamos viendo la luna y acercándonos a ella no me lo puedo creer ésto no es posible estas cosas no existen oh creí volverme loco a que venía todo ésto y el otro planeta de donde salía .

Mi mirada altiva que pretendía aceptar nuestro cruel destino con orgullo militar se va diluyendo en un rostro de estupefacción al salir a cubierta. Miro alrededor tratando de entender la inmensidad que nos envuelve, busco el cielo azul sobre mi cabeza y, al no encontrarlo, me acerco a la borda a comprobar lo que mis ojos dicen y mi mente niega. Caigo al suelo y me arrastro hacia atrás mientras hacía el centro de la nave en un reflejo provocado por un vértigo antinatural, pues no hay arriba y abajo, solo barco y universo.

Mi respiración entrecortada delata la ansiedad por creer que se quedará sin aire, y la boca reseca busca saliva con la que digerir lo que no entra en mente cabal alguna. Estamos volando.  Por el espacio. Hacia la luna.

El miedo y la pequeñez que siento me mantienen bloqueado, con la espalda pegada al mástil, agarrándome sin sentido al suelo que parece ser lo único real que hay aquí, mirando atónito a nuestros captores que se mofan de nuestra incomprensión.

Es una sueño. Despierta Jack.

—¿Qué? —gritó Roger cuando vio el espectáculo de aquella navegación espacial.

No podía ser. Surcar el espacio era algo sólo posible en la mente de los grandes escritores de fantasía como Julio Verne. Tenía que ser un sueño pero no sabían despertar.

—¿Cómo despertamos de esta pesadilla? —dijo agarrando el poco pelo blanco que quedaba sobre su cabeza.

El jefe os señala con su huesudo dedo índice hacia estribor y al mirar hacia allí véis un horrible monstruo larvario de dimensiones gigantescas, con varios ojos y estructura compacta que va volando a través del espacio como quien va de paseo. La simple visión hace que todos vuestros valores preconcebidos se tambaleen...

Lo peor de todo es que va directo hacia el casco del barco, como si quisiese estrellarse contra él...

Cuando el cabecilla de los extraños humanoides nos indica que miremos a estribor, me resisto un momento pero acabo cediendo a la curiosidad. La escena que ven mis ojos confirma lo equivocada que ha sido la idea de seguir el dedo del cabecilla.

La imagen del monstruo, sacado de las peores pesadillas de un demente, golpea mi mente. Me quedo un segundo petrificado, espantado por el indescriptible horror que se incrusta en cada nervio de mi cuerpo impidiendo toda reacción. Creo que por unos segundos incluso mi corazón se detiene y asiste mudo al espectáculo que debería estar vetado para cualquier persona que quiera decirse sana.

Esa criatura, esa mole que viaja por el vacío, salpicada por reptilíneos ojos, de morfología completamente ajena a cualquier cosa que la naturaleza terráquea haya concebido jamás, se dirige hacia nosotros.

Cuando nos indicó que mirásemos a través de la ventana vimos un monstruo descomunal, especie de una larva gigante que iba hacia nosotros, no no podía ser todo aquello era una locura así que cerré los ojos serené mis pensamientos y desconecté de aquel mundo por un momento.

—¿Qué es eso? —gritó Roger mirando a su alrededor compulsivamente—. Nada de esto tiene sentido. ¿Qué diablos ocurre? 

Durante mucho tiempo miró a su alrededor buscando algo, por pequeño que fuera, que le devolviera al mundo de la realidad que hacía tiempo habían abandonado. Todo lo que veía a su alrededor le recordaba que aquello no era lógico, que estaban muy alejados de la realidad. Barcos que sobrevuelan las galaxias, criaturas sobrenaturales que invocan seres más sobrenaturales. Todo fuera del campo de la lógica en el que Roger se había refugiado durante tanto tiempo. Su mente estaba apunto de entrar en shock.

—Patterson, usted es un hombre lógico. ¿Qué sentido tiene todo esto? —preguntó desesperado.

La criatura enfila dos tentáculos espinados en dirección al casco del barco, como si quisiese destrozarlo, pero en el último momento, un relámpago sale despedido desde el propio casco del barco y alcanza de lleno a la bestia, abriéndola un agujero en el costado izquierdo. La enorme criatura entonces da la vuelta y se aleja a gran velocidad. Los marineros lanzan vítores en su asqueroso idioma. Os acercáis más a la luna y véis otra de esas criaturas que también es repelida por una descarga eléctrica, enfiláis el pequeño "planeta" y lo rodeáis, dirigiéndoos a la cara oculta.
Al acercaros a la superficie, lanzáis un grito ahogado al ver bosques de extraños hongos blancos y ruinas de ciudades de altas torres y edificios circulares.

El barco va directo a un inmenso mar de color negruzco, os acercáis más y os dáis cuenta de que va a posarse sobre el líquido que al acercaros más aún, os dáis cuenta de que es una sustancia aceitosa muy opaca. El barco se posa sobre la sustancia y empieza a navegar a través del océano, produciendo un ruido muy peculiar, como de succión al moverse.