Andreas Zarpamos. Exclama michael tocandole el hombro.
Ey walt nos vamos. Preparate. Volvemos a casa.
Exclama tranquilamente sonriedole al niño.
Sawyer se levanta. Hacía un rato que había dejado de leer y el dolor de cabeza amainaba un poco. Miró a Michael desde el suelo y sonrió profundamente.
- Allá vamos, capitán. - dice sonriendo.
Tira el libro dentro de su antigua tienda y se dirige hacia el barco. No puede evitar mirar de reojo a Kate algúna vez. Quizás nos veamos en otro momento...
Lo importante ahora era salir de la isla, y Michael había hecho un gran trabajo para conseguirlo.
Kate tras estar un rato disfrutando del agua en sus pies, se levanta, se acomoda la ropa, el pelo, y mira a su alrededor.
Se acerca a Michael:
-Que tengáis un buen viaje.-señala sonriendo leve.-Suerte en todo. Procura llegar sano y salvo a tu destino.
Vuelve a sonreír, y se gira, saluda a Walt, y luego mira a Sawyer...
Lo mira durante algunos instantes, y parece que va a irse sin mediar palabra. Es lo que debería, y es lo que él querría... Pero se niega a satisfacer sus "deseos". Se acerca a él, le besa en la mejilla y señala:
-Suerte a ti también...-Tras lo que se gira y se encamina hacia el campamento.
Ahí ya no hacía nada.
Pues eso, que me voy, xD
Recibe lo que le dice kate con una sonrisa y luego comienza los preparativos para su salida de la isla. Por fin! se iba a ir de la misma.
Sawyer se sorprendió un poco ante la respuesta de Kate, pero finalmente la aceptó y sonriendo le dijo:
- Adios, pecosa... No me eches demasiado de menos.
Y se vuelve hacia Michael, preparado para ayudarle en lo que fuera necesario. Tenía que salir de una vez por todas de allí. Coge una gran rama para hacer palanca en el barco y hacer que ésta deslice, mediante los troncos situados en el suelo de la arena, hasta la orilla del mar.
Observas, junto con los demás supervivientes que se han quedado en la playa, como la barca de Sawyer y los demás vence las olas que se estrellan en la orilla mientras se adentra en el mar. Michael despliega la vela cosida con remiendos y el viento la hincha empujando aún más al bote lejos de la isla. Te quedas en la arena, haciendo pantalla con la mano para protegerte del sol, observando la embarcación hasta que esta no es más que un punto en el horizonte. Después, lanzas un profundo suspiro y regresas de vuelta a las cuevas.