Las clases estaban a punto de comenzar en el instituto Nagaloma, y vosotros ibais corriendo porque pensabais que no llegaríais a clase. Cuando llegáis os dais cuenta que la gente pasea plácidamente, hablan unos con otros y no parecen para nada presionados. Parece que por ser el primer día, después del gran acto de apertura de ayer los profesores se han quedado un poco... rezagados, aunque no tardarían más de diez minutos en llegar a toda prisa.
Había una chica que siempre habíais querido conocer pero no habíais tenido oportunidad: Mayurit. Era la nueva sensación del momento. Ella estaba en cuarto curso, por lo que al no coincidir en el mismo curso no habíais podido intercambiar palabra.
Ahí estabais los cuatro, conocidos del mismo barrio, prácticamente crecisteis juntos, aunque cada uno a diferente ritmo, pues vuestro grupito era heterogéneo (había desde una chica de segundo hasta un chico de undécimo).
Mayurit está en octavo. Tenéis que especificar un curso en vuestra ficha que no sea el de Mayurit.
¡Good luck!
¡Ah! no esperéis a que yo os indique qué tirar, en cada post que lo veáis necesario haced una tirada.
Al llegar a la escuela noto que iba con tiempo más que de sobra, así que decido dirigirme con calma a mi aula cuando de pronto logro ver a Mayurit.
En ese momento decido detener mi marcha y acercarme a ella simplemente a saludar.
Buen día Mayurit-kun. ¿Qué tal las vacaciones? Espero hayas podido asistir al festival de verano, en verdad fue nastante divertido. - digo con una sonrisa amable y algo cautivadora.
Bueno será mejor que me apresuré en llegar al aula o de lo contrario me pueden echar una bronca. Por cierto, no olvides que si necesitas ayuda con alguna materia siempre puedes contar conmigo.
Soy Nobunaga Kenichi, pero tu puedes llamarme simplemente Kenichi. Nos vemos en el receso.
Motivo: Belleza
Tirada: 4d6
Resultado: 5, 4, 6, 6 (Suma: 21)
Realizo una tirada de belleza por la sonrisa, ya me diras si vale o no, en este caso no uso la ventaja.
El día parecía que empezaba con calma. Sobre todo por parte de los profesores, que parecían tardar algo más de la habitual en llegar. Bueno, a mi me vale. No es algo que debería decir en alto, al fin y al cabo soy uno de los estudiantes "respetables" y se supone que tengo que dar ejemplo... aunque no dejo de ser un chico normal de mi edad, al que la pachorra de los primeros días del curso después de las vacaciones le llega como a todo el mundo.
Mirando alrededor, empiezo a hacer cálculos. El principio del curso también quiere decir el principio de los clubes, y como cada año tengo que ocuparme del mío. El año pasado, durante la semana de iniciaciones, la verdad es que otros clubes más espabilados nos ganaron por la mano, este año tendría que buscar algo... a lo mejor un lugar mejor donde entregar los folletos y...
Hablando mirar...
Capto a una chica por el rabillo del ojo, y me giro para mirarla. El pelo es lo primero que me llama la atención, supongo que como a todo el mundo. Largo, liso y de un color que la favorece muchísimo con esta luz. Siempre lo había tenido así, ¿no?. Creo recordar que ya de más niños en el barrio donde crecimos, más de uno se fijaba en él. Pero si eso no había cambiado, el resto... el resto desde luego que sí. Era más joven que yo, así que en esos días nunca me fijaba mucho. Pero hoy era difícil no fijarse. Estaba radiante, como si ella también acabase de estrenarse a sí misma con los primeros días del curso.
Decido acercarme. Hace muchísimo que no hablamos, aunque de niños vivíamos casi puerta con puerta. ¿Cómo era esa canción que le gustaba tanto a mi padre? 'Cause for twenty four years, I've been living next door to Alice...
Bueno, yo desde luego no pienso esperar tantos años. Saludo a Mayurit y a... eh, ese es otro de los del barrio. ¿Como se llamaba... ¿Keichi? ¿Kenichi? ¿Kenji?. Kenichi, sí. Es un año mayor que yo, y es un clásico del día de los deportes. No es precisamente él quien me ocupa la mente en estos momentos.
Saludo levantando la mano, y me dirijo a los dos en un tono neutro, aunque amable.
Buenos días... Vaya, Nobunaga-san. Tan enérgico como siempre, todavía te recuerdo del festival deportivo del año pasado. Bueno, creo que el resto de gente de los clubes de artes marciales también te recordará. Pero es un poco pronto todavía para que Mayurit-chan necesite protección, ¿no?
Hola, Mayurit- digo, volviéndome hacia la chica. Eeeh, perdona por el "chan" de antes. Como recuerdo haberte visto a menudo por el barrio durante tantos años antes de secundario me salió sin pensar...- digo, rascándome la coronilla algo molesto. No pretendía ofender. Aunque tengo que admitir que mis recuerdos de entonces no te hacen justicia para nada.
Bueno, qué modales los míos. Soy Haranobu Asano, el presidente del club de ocultismo- digo, haciendo una reverencia. Espero que tengamos la ocasión de vernos más a menudo. Eres bienvenida al club, por supuesto, si te interesa. Todavía no hemos hecho ninguna tarjeta para repartir, pero siempre sabemos sacarnos algo... de la manga.
En diciendo esto, cojo con un discreto pellizco la manga del uniforme de Mayrit y, con un movimiento practicado, deslizo una de las tarjetas del club, que suelo llevar en el forro de la manga de mi propio uniforme, para que se deslice por mi palma y acabe en mis dedos, dando la impresión de que la acabo de sacar de la manga de la chica.
Por desgracia, estas vacaciones no he practicado tanto como debería. El movimiento ha soltado las otras tarjetas, que caen el suelo desde mi propia manga mientras sujeto la tarjeta delante de Mayurit. Con un suspiro audible, me agacho a recogerlas. Vale, esto no ha salido exactamente como esperaba. En fin. Me alegro de veros por aquí, Asano-san, Mayurit-san...- digo, repartiendo una de las tarjetas del año pasado a cada uno. Después de haber hecho el ridículo, que menos que que sea provechoso. Ahora, mis poderes de predecir el futuro me dicen que los astros me guardan una buena bronca si no voy yéndome a clase. Yo estoy en el pasillo C. ¿Alguno de vosotros vais allí?
Motivo: General (hacer truco magia)
Tirada: 5d6
Resultado: 3, 2, 3, 6, 1 (Suma: 15)
Tirada para intentar hacer un truco gracioso.
Tipo general (no veo que tenga ningún atributo Destreza, juegos de manos o similar)
+2 por Efecto Nº7
1 éxito, así que supongo (2 por el 6, -1 por el 1) que no me ha salido muy bien qe digamos.
Me desperté amodorrada de la cama, algo espesa. A los segundos, recordé que hoy empezaban las clases. Tuve una reacción involuntaria -¡Mierda, llego tarde!- dije nerviosa mientras me levantaba de la cama corriendo y me vestía. Si me hubiera parado a ver el reloj, hubiera visto que era temprano y que no llegaba tarde a ninguna parte. Salí de mi casa con mi bici, pedaleando lo más rápido que podía, pensando en lo mal que quedaría si llegaba tarde.
Me frené en seco cuando empecé a ver a compañeros yendo con mucha tranquilidad hacia el colegio, casi me caía de boca por frenar tan repentinamente -¿Todavía hay gente yendo al instituto...? No creo que sea porque lleguemos todos tarde- pensé, viendo que mi acelerada llegada no había servido de nada. Fui yendo a mucha menos velocidad hacia el aparcamiento de las bicis del instituto y dejé la mía allí encadenada.
Fui dirigíendome hacia clase, caminando cuando vi a... ains, Mayurit, la chica que me estaba desordenando la cabeza. Estaba con dos chicos de mi barrio: Kenichi, con el que recuerdo haber coincidido cuando iba a karate, y Haranobu, que estaba en el consejo y estaba era presidente de ese grupo tan raro -Humm... que raro que estén los dos hablando con ella ¿que estarán?... ¡AHHH!- estuve pensando, hasta que empecé a caer; estaba tan concentrada pensando y viendo a Mayurit que me tropecé con algo del suelo -¡Cuidado, que me caigo!- dije tanto a Nobunaga como a Asano, mientras involuntariamente les cogía del hombro para no caerme, pero lo único que conseguí es llevarles al suelo junto a mi... aunque ellos cayeron de culo mientras yo caí con la cara por delante.
Me fui levantando lentamente mientras me llevaba una mano a la cara -Ains... mi jeta...- mascullé algo dolorida. Al alzar la vista y ver a Mayurit, me puse roja por el estropicio que había montado. Les tendí la mano a los dos chicos -Ay Dios, lo siento mucho... Nobunaga-san, Asano-san, ¿estáis bien?- les dije disculpandome. Luego mire a Mayurit, viendo que era una "buena" oportunidad para presentarme -Tu eras Mayurit ¿no?. Yo soy Mika, mucho gusto... y perdón por cortarte la charla con estos dos, ha sido un accidente, jejeje- le dije con una risa algo nerviosa; tampoco quería presentarme a ella en estas circunstancias.
Motivo: Torpeza
Tirada: 3d6
Resultado: 2, 3, 4 (Suma: 9)
No uso la ventaja, que no me quiero arriesgar a un accidente más grave aparte de sentirme abochornada delante de Mayurit (y lo de tirar a esos dos).
Buen día Asano-kun, yo sólo estaba ofreciéndole mi ayuda a Mayurit-kun con sus asignaturas, pero si gustas, también puedo asistitrte a ti también, aunque dudo que necesites de mi asesoría, después de todo eres uno de los jóvenes más brillantes de tu generación. - digo con una sonrisa amable.
Bueno chicos los veo luego, aquí les dejo el número de mi móvil para cualquier cosa.
Al momento que me apresto a retirarme noto que alguien se precipita hacia nosotros.
Cuidado Asano-kun. - digo al tiempo que trato de atrapar a Mika para evitar que se lastime.
Motivo: No te caes (fuerza)
Tirada: 8d6
Resultado: 1, 1, 5, 2, 1, 2, 5, 2 (Suma: 19)
Uso mi ventaja, pero aún así terminamos todos en el suelo.
¡Tarde! ¡El primer día de clase e iba a llegar tarde! Y encima su madre insistiendo en que se tomase todo el desayuno, que se lavara los dientes y que no se olvidara de ponerse los pantalones. ¡Como si eso fuera excusa para hacerle llegar tarde a clase! Bueno, los pantalones tal vez sí. Después de todo, ¡ese era su gran año! ¡El año en el que por fin iba a lanzarse a la conquista de la mujer de sus sueños!
Desde que había coincidido con ella un par de veces por los pasillos del instituto el año pasado, Hiroshi no había podido quitarse de la cabeza a esa chica. Sus bellas facciones, acentuadas por aquella sonrisa que hacía temblar su corazón cada vez que la recordaba… Su risa cantarina que era como la más fina y pura miel en sus oídos… Su grácil figura que parecía danzar en lugar de moverse cada vez que daba un paso… ¡Era perfecta en todos sus aspectos! Y por eso, ese año… ¡Ese año iba a confesarle sus sentimientos y a conseguir que fuera su novia!
Corriendo como un elefante desbocado, Hiroshi consiguió milagrosamente llegar al instituto antes de que las clases comenzaran. ¡Menos mal! Y encima para mejorar las cosas, ¡Mayurit aún no había entrado en el edificio! Eso era una oportunidad de oro para hablar con ella. Oportunidad que fue aprovechada también por otros alumnos. ¿Qué hacían coqueteando con Mayurit? Hiroshi se quedó espiando la escena a una distancia prudencial. Conocía a esos tres, eran de su mismo barrio y podría decirse que se habían criado juntos. ¿Estarían también enamorados de Mayurit? A lo mejor sólo querían hacerse amigos suyos. ¡Claro, seguro que sería eso! Una chica tan maja y amable como Mayurit seguro que tenía una lista de espera inmensa para hacerse amigo suyo. De hecho, la amistad debería ser el primer paso para llegar al corazón de su amada, ¡sí señor!
Ni corto ni perezoso, y después de haber observado lo suficiente, Hiroshi salió de su refugio y se acercó al grupo para saludarlos a todos. La cercanía de Mayurit hizo que sus pasos se volvieran rígidos y que un enorme nudo en su garganta le impidiera tragar saliva, por lo que, nada más llegar junto al grupo, fue derecho a ayudar a sus compañeros caídos, agarrándoles del cuello y poniéndoles de pie.
-Bu-buenos días a todos.
Luego finalmente se atrevió a mirar a la mujer de sus sueños a la cara.
-Ho-hola, encantado de conocerte, yo soy Tameyama Hiroshi, pero puedes llamarme Hiroshi a secas. ¿Tú cómo te lla-llamas?
Que ya lo sabía, pero prefería fingir que no para que no pensara que era un pervertido que se dedicaba a espiarla.
Mayurit, que está con sus amigas, se gira ante las palabras de Kenichi.- Hola...- y queda embobada con su sonrisa. Se sonroja y mira cómo Kenichi se va a clase. Parece algo intrigada, posiblemente por esa sonrisa. Acto seguido se acerca a ella Haranobu, que con un jueguecito de... ¿magia? tira todas las tarjetas al suelo y se presenta llamándola como "Chan", algo atrevido por su parte.- No sé quién eres, no me acuerdo... y... deberías de practicar tus juegos de magia antes de lanzarte a hacerlo sin más.- desde luego, no se había llevado una buena primera impresión.- Por cierto, ¿Conoces al chico de la... sonrisa?.- le dice ignorando todo lo que le ha dicho antes. En el fondo no creía que el chico con el que ahora hablaba fuera mala persona, tan solo un poco atrevido.
Entonces ve como Mika cae delante de sus pies y se da un golpe en la cabeza.- Cuidado.- dice mientras pasa por encima suya sin pisarla, como el que sortea un obstáculo, ignorándola completamente. Entonces se percata de que Kenichi está en el suelo con ella.- ¿Estás bien chico de la sonrisa?.- dice riendo mientras se tapa la boca. Sus amigas se han apartado y están en una esquina riéndose, aunque la multitud parece que no se ha dado cuenta del detalle.
Entonces la interrumpe Hiroshi, que se presenta sin más.- emm... ¿Nos conocemos?. Yo soy Mayurit- estaba claro que se sentía popular en ese momento, habían ocurrido demasiadas cosas positivas para que su ego aumentara. Acto seguido giró la vista a Kenichi.
Una cosa importante es que no narréis los efectos que le ocurren a los demás o a los PNJs (Como por ejemplo el post en el que uno tropieza se cae y tira a dos personajes). Esto lo resolverá el máster. Él puede narrar hasta lo que puede hacer su personaje, pero no lo que ocurre a continuación.
Kenichi apúntate en tu ficha 6 monedas, por las primeras tiradas que hiciste de carisma.
Haranobu apúntate 1 moneda
Me pongo de pie sonriendo y tras ofrecer mi ayuda a Mika, me giro hacia Mayurit.
Sí, tranquila, no fue nada. Por cierto, soy Nobunaga Kenichi, si hay algo en lo que pueda ayudarte a ti o a tus amigas, no dudes en hacérmelo saber y gustoso - digo en tono amable y nada sugerente.
Luego me giro hacia Mika. - Kaori-kun trata de ser más cuidadosa la próxima vez, podrías llegar a lastimarte seriamente, lo que en verdad sería una lástima teniendo en cuenta lo habilidosa que eres para el Karate.
Bueno chicos, los veré en el receso y Kaori-kun, por favor llega a tiempo al entrenamiento de la tarde, el sensei me comento que inamos a preparar una nueva rutina. - digo con serenidad antes de sonreír por última vez y retirarme a clase.
No lanzó dados de nuevo xq sé que no va a tener el mismo efecto
Por la reacción de Mayurit, está claro que mi presentación no ha sido un entrar con buen pie, precisamente... no debería haber sido tan familiar con ella. Ahí creo que los nervios, y el intentar competir con la sonrisa de bishojo de Kenichi me han jugado una mala pasada. Por lo menos no parece que esté muy enfadada, así que algo hemos salvado.
Aunque que siga sin saber quien soy después de habérselo dicho...
Ya lo sé, relájate un poco, hombre- digo sonriendo a Kenichi y tratando de quitarle un poco de hierro al comentario, que parece que se ha tomado al pie de la letra. Se agradece el ofrecimiento, y no le hagas mucho caso- comento, volviendo la vista a Mayurit mientras me rasco la cabeza un poco incómodo. No se me dan bien las alabanzas- simplemente saco buenas notas, sólo es cosa de trabajar duro.
Tengo que suprimir un gesto de fastidio cuando veo que me pregunta por Kenichi. "Vaya, así que le gustan los guapitos de cara", pienso para mi mismo, contrariado. Eso va a ser un problema. Por "suerte", antes de que me vea en la tesitura de contestar, una chica aparece a toda velocidad y logra, de algún modo inverosímil, irse de morros al suelo delante nuestro. Intento cogerla antes de que caiga, igual que Kenichi, pero los dos estamos demasiado lentos ya acabamos de morros en el suelo con ella.
Bueno, por lo menos hay alguien que ya ha hecho una entrada aún menos digna que la mía. Acepto la mano y me levanto. Sí, estoy bien, tranquila.... Kaori-san, ¿no?- Kaori, esa era.- Fue un golpe en la cabeza y ahí ya no queda mucho que estropear...
Es un comentario bastante típico de mi. Tengo un sentido del humor algo cínico. Mejor que lo tenga bajo control, no me parece que a Mayurit fuera a gustarle.
Noto como si algo hubiese pasado delante del sol y me giro a tiempo de ver a Tameyama acercarse. A este no me cuesta recordarlo. A nadie le cuesta, vamos, es... distintivo. Un auténtico gigante, con un aspecto intimidatorio, aunque al menos por lo que se, no se sabe que realmente haya hecho nunca nada malo, y viéndole ahora cuesta creer que sea capaz siquiera. ¿Será el aura de Mayurit?
Ah, buenos días, Tameyama-san. Hago una nota mental de seguir usando el honorífico de ahora en adelante. A Mayurit no parecen gustarle las confianzas. Bueno, creo que voy a hacer caso a Nobunaga-san y empezar a despejar esto un poco, antes de que... me paro un momento. Me doy cuenta de que no sé realmente cuál es el apellido de Mayurit, así que no puedo usar el honorífico como se supone que debo. Bueno, improvisemos. Total, ya la he llamado "chan", peor no va a ser- Mayurit-san se agobie. Si necesitas ayuda mía o del Consejo con algo, mi teléfono y mi mail están en la tarjeta. Hasta el receso, chicos y chica- comento, alejándome con un gesto de la mano.
Esto era poco probable. No soy nadie importante en el Consejo, y de todos modos los estudiantes normales tienen poco que ver con sus miembros. De hecho, cuanto menos se fijen en tí, mejor. Pero oye, de perdidos al río.
¿Cual es el nombre de familia de Mayurit?
Me sentí muy incómoda; Mayurit había pasado de mi... por Kenichi, grrr, que rabia, no me había dedicado ni una mirada de lastima. Al menos los demás implicados estaban bien de la caída... lo único que habían resultado herido en el accidente fueron mi orgullo y mi cara. Sin duda, había sido un fiasco mi presentación a Mayurit, ains... bueno, partidos peor empezados he conseguido remontar con trabajo.
-No te preocupes, Nobunaga-kun... peores caídas he tenido- le respondí a su consejo. -No voy a ir a Karate... ya lo hablé en verano con el sensei, creía que ya os lo había dicho: este año no voy a renovar en el club- le respondí a Kenichi cuando dijo lo del entrenamiento -Este año me voy a centrar exclusivamente en el Béisbol... así puedo tener más tiempo libre para estudiar y asumir mis responsabilidades como subcapitana. Además, así los demás miembros también tienen posibilidades de ganar algún combate- le dije con una sonrisa, fanfarroneando un poquito, lo suficiente como para no quedar como una engreída.
Ya viendo que la gente se dispersaba, yo hice lo mismo -Bueno... ya nos veremos; y en serio, perdón por el tropiezo- me fui despidiendo, disculpándome una última vez con una reverencia -Hasta otro momento- les dije mientras me iba hacia mi clase -Tendré que encontrar otro momento en que acercarme a ella cuando haya menos gente... y más cuando no esté Kenichi- pensaba mientras me iba.
¡El plan funcionaba, Mayurit le había dirigido la palabra! Aunque parecía estar bastante más pendiente de Kenichi Nobunaga… Bueno, eso era normal, Kenichi era un chico guapo y él… pues como que no lo era, no nos vamos a engañar. ¡Pero eso no importaba! Porque por mucho que la belleza llene los ojos, es la personalidad la que llena el corazón. Y personalidad tenía de sobra.
-No, creo que no nos conocíamos, Mayurit-san. Pero el año pasado nos hemos cruzado un par de veces y me di cuenta de que eras una chica simpática y que estaría bien ser amigos y eso...
¡Maldita sea cerebro, construye frases que tengan sentido y suenen bien! Porque las que estaban saliendo ahora mismo de la boca de Hiroshi sonaban como las de un niño de tres años…
-Bueno, creo que deberíamos ir entrando, las clases empezarán dentro de poco y me gustaría pasar por el tablón de anuncios a mirar los clubs disponibles este año. ¿Te has apuntado ya a algún club, Mayurit-san?
Motivo: Conversación encantadora (carisma)
Tirada: 3d6
Dificultad: 4+
Resultado: 1, 2, 5 (Suma: 8)
Exitos: 1
Un éxito que se me va con el uno, por lo que me quedo a -1. Vaya tiradón XD.
- Gracias Kenichi.- dice agarrando la tarjeta de Haranobu y guardándola más por compromiso que por gusto, ya que en el momento le había impactado más la sonrisa de Kenichi. Acto seguido mira al grandullón y ve claramente su intención, tan solo de ver cómo babeaba casi encima de ella.- Bueno... me tengo que ir. ¡Hasta luego!.- dice, en parte aliviada de poder salir de esa situación. Nunca había sido abrumada tanto como hoy, ¡Parecía una famosa!
Se va acercando la hora, la sirena está a punto de sonar. Así que mas vale que os apresuraseis o llegaríais tarde el primer dia.
Me apresuro a mi salón tomando un pequeño atajo por los camerinos del gimnasio.
Listo para una larga jornada escolar, por el camino saludo a mis amigos y trato de no armar mucho jaleo, después de todo no me gustaría iniciar el año con un castigo.
Había pasado de él… No, no había sido sólo eso. Mayurit le había mirado a la cara y había puesto una expresión de repugnancia antes de salir huyendo…
¡No era justo! ¿Por qué había tenido que nacer tan feo que las chicas huían con sólo verle? De repente el soleado día de inicio de curso se había vuelto gris y deprimente. Con la cabeza gacha el enorme muchacho entró en el instituto dispuesto a ir a clase. De camino a su aula pasó por delante del tablón de anuncios donde estaban las listas que reclutaban gente nueva para los clubs.
Desde que empezó la secundaria, Hiroshi había estado en el club de sumo y lucha tradicional, pero ese año se había propuesto cambiar, elegir algo en lo que tuviera oportunidad de encontrarse con Mayurit-chan. Además, su madre era chef profesional en un restaurante y siempre le animaba a desarrollar su talento como cocinero, por lo que acabó por inscribirse rápidamente en las listas de nuevos integrantes del club de cocina. Al menos su madre se alegraría de saberlo…
Y entonces fue cuando se dio cuenta de la hora que era y a la frenética carrera fue a su aula, confiando en llegar antes que el profesor.
Nada más me separé de ellos, caminé hasta mi clase de manera tranquila... no quería que por las prisas me volviera a tropezar. Fui saludando a todos los compañeros que me encontraba; podía decir orgullosa que me sabía el 95% de los nombres de los alumnos desde octavo hasta duodécimo.
Esperaba que por ir tan calmada no llegara después que el profesor... aunque por desgracia, eso era costumbre para mi, al menos el año pasado. Espero poder romper la costumbre este curso.