Partida Rol por web

Llegas a una plaza. Es un espacio amplio, rodeado de casas bajas, todas medio derruidas, algunas quemadas. Hay varias callejuelas estrechas que salen desde distintos lados de la plaza. Justo en el centro hay una fuente.

La fuente está formada por una escultura de varias serpientes entrelazadas entre si, de cuyas bocas mana el agua, completamente transparente, que llena la pila. 

Sigue sin escucharse un solo ruido ni verse a nadie cerca. Puedes ver algo mas de la ciudad, que se extiende kilometros en todas direcciones. Parece estar igual de destrozada por todas partes, como si la hubiese asolado un terremoto o un huracán. Puedes distinguir torreones a los que les faltan trozos y... te atreverias a decir que lo que hay incrustado en el tejado de uno de ellos es un inmenso esqueleto... pero no puedes estar seguro, está demasiado lejos.

Tras salir de ese indómito y repulsivo lugar observo toda la plaza. Me acerco corriendo a la fuente corriendo, y llevo un poco de ese agua a mi cara, al menos para limpiarme los restos de sangre,al igual que limpio el trozo de tela que cubre lo que antes era mi dedo.

-"No se si deviera beber este agua"-Pienso para mí.

Me quedo durante un rato ahí mirándo la fuente mientras me lavo un poco. Trás ese tiempo decido moverme, hacia una de las callejuelas.

Antes de que abandones la plaza, escuchas unos pasos resonando a tus espaldas. De nuevo, el silencio es total salvo por ellos. En la plaza ha entrado una muchacha con rasgos orientales, suaves y redondeados, menudita, con una cabellera negra que cae sobre sus hombros y un pijama totalmente gris.

Te lanza una mirada fugaz, pero casi al instante, sus ojos se vuelven hacia la fuente del centro y, con una voracidad propia de alguien que muere de inanición, corre con los pies descalzos sobre el empedrado, y se abalanza sobre el mármol. Inmediatamente ahueca sus dos manos, las hunde y bebe todo el agua que ha reunido en ellas, para repetir el proceso un par de veces.

La miro extrañado, y observando si el agua le hace algo de daño o simplemente es agua potable. Me acerco despacio a ella y le pregunto:

-¿Quién eres?-Frunzo el ceño mirándola. Y me siento al lado de ella. Tocándo con el dedo el agua.

Cojo un poco de agua en las manos y bebo despacio,sosegado pero distante y prudente.

El agua esta fresca sin llegar a estar fría. No tiene ningun sabor extraño, es agua clara pero... Sientes que el líquido no solo baja hacia su garganta, sino que se extiende en ondas concéntricas por todo tu cuerpo. Notas un cosquilleo que se extiende por tu esófago, tu estómago, por tus venas, llegándote hasta la punta de los dedos. Tomas aire y de pronto, te das cuenta de que has dejado de pensar en tu idioma. Entiendes lo que piensas, está claro, pero eres muy consciente de que no estas pensando en español, ni en nada parecido. Piensas en ese nuevo idioma, extraño y musical, como si hubieses mamado de el desde tu nacimiento. Piensas en tu nombre, pero, aunque sigue siendo tu mismo nombre, hasta éste suena diferente. 

Eres absolutamente incapaz de acordarte de una sola palabra en español. Nada. Ni siquiera eres capaz de visualizar las letras como antes. Todas las palabras, todos los idiomas que conocías se han borrado absolutamente de tu cerebro y han sido sustituidos por ese nuevo lenguaje.

Parece que no has sido el único que ha sufrido esos extraños efectos, pues la chica se encuentra con los ojos abiertos como platos, su mano derecha posada sobre su cuello y la boca abierta en una expresión de sorpresa y consternación. Ves como intenta articular unos sonidos vagos, pero se reducen a unos gemidos indescifrables. Obviamente, ella no hablará español... Pero entonces...

—aaahhh... aaaahhhh... Agua... ¿Qué... Está pasando?— Ciertamente, no habla español, pero entiendes claramente cada palabra— Soy... Yu... 

Parece totalmente confundida, y te mira con ojos suplicantes, como rogándote una explicación que no le puedes otorgar.

-Pero, ¡que narices! ¿Qué hacemos aquí?,¿sabes algo?-Lanzo las preguntas así de primeras.

No me fio de ella,bueno, realmente no me fio ni de mi propia sombra. La miro extrañado, ella tiene rasgos asiáticos, -así que,¿como es que nos podemos comunicar?-Pienso para mí.

Me acerco a ella y le ofrezco mi mano ''sana'' -Chica,digo...Yu...así es tu nombre ¿no?, me llamo Jorge. No se que hacemos aquí y sinceramente no me importa ni como hemos llegado ni quién eres realmente, pero es obvio que tu estás aquí igual que yo, y este sitio es peligroso, así que, dime lo que sepas y todo será mejor- Expreso todo eso con un tono algo sosegado para el malhumor que tengo.