Un vampiro no deja de ser un humano bajo unas condiciones especiales. Interpretalo igual que si una persona normal se viese obligada a beber sangre y a dormir durante el día, además del constante peligro de morir o de ser utilizada por otros más poderosos. Saber que hay muy pocos en los que puedas confiar y que hay mucho que desconoces de lo que pasa a tu alrededor, como si solo fueras un peon de ajedrez. Tienes poderes, pero sabes que todos los demás tiene más poderes que tú.
Si haces eso tendrás un vampiro perfecto.