Partida Rol por web

Las respuestas del amo dejaban bastante claro que la versión de Carmilla es cierta, o al menos lo suficientemente cierta como para no corregirla y seguirle el juego. Asintió quedamente para confirmar que lo había entendido. Hablaban de planes y hasta se habían puesto a pensar en un picnic. Comprendía que debían desconectar, pero había sido el primer día y habían tenido un intento de asesinato, no obstante... quería ese baño.

Si le atiendo alguna noche, no querrá levantarse de la cama.

Aseguró con cierto orgullo, preparaba las mantas mullidas y cálidas que te abrazaban, sus cenas eran reconfortantes y estaba seguro de que podría conseguir que fuese algo inolvidable.

Todo aquello quedó en un segundo plano en cuanto las primeras gotas salieron con furia de la manguera, con una reacción claramente inhumana, al igual que su velocidad, se puso al lado de Vlad y con una destreza digna de un príncipe demoniaco usó su látigo para cortar y desviar todo el agua como si se tratase de un muro de cadenas impenetrable.

Deberíamos revisar las fugas de agua, amo, podrían ser incómodas para nuestros invitados.

Observó, pero su mirada fue directa a la maid pelirroja, por algún motivo se esperaba que fuese a venir una reacción en cadena.

La mirada de Livia saltaba de unos a otros con curiosidad. Aunque se paró en la bella Carmilla cuando esta le habló de manera dulce. Los mofletes de Livia se inflaron, pero de sus labios no salió nada ¿Acaso había olvidado el lío que nos había armado hacía unos minutos? ¡Siempre tan despreocupada! Ya podía salir ardiendo el castillo, que ella no iba a ver el problema por ningún sitio. Menos mal que tenía a sus Maids y ellas se aseguraban de que no fuese arrasando allí por donde pisaba. Con suavidad hizo una sensual, pero tierna reverencia a la hermana del amo y al propio Vlad.- Estaré más que encantada de preparar un delicioso picnic para todos ~ -¿Pero ella sabía cocinar? Bueno, no podía ser tan difícil si los humanos lo hacían. ¡¡Vería videitos de cocina!! ¡Y prepararía lo último en picnic!

Mientras iba pensando en que cocinar su mirada rosada se clavó en la gata ¿Qué demonios....? La miró fijamente, cómo intentando comprender que era lo que pasaba y hacía ¿Por qué una manguera? ¿Acaso no era un día de piscina? ¿Sería para llenarla? ¿O tal vez para limpiarnos antes de entrar en el aguita? Fuese cual fuese la intención, no es cómo que le gustase demasiado la idea. Livia iba a escaquearse de la escena, incluso estaba de espaldas a Ruby cuando esta la apuntó. Pero en el mismo instante que la joven gata soltó el megachorro de agua esta se agachó al ver algo realmente maravilloso.- ¡Pequeñitas! -Bueno, pequeñitas eran las bebés, pues la mamá araña era una enorme tarántula.- ¿Qué hacéis aquí? Estáis demasiado lejos de la zona segura... ¡Aquí podría pisaros alguien! -Mientras ponía su manos para que madre y crías escalasen por su brazo, la joven Livia miró hacia arriba viendo cómo un chorro le pasaba rozando las coletas.- Aibá.... ¿Lo veis? Todo son peligros, todo todo ¡Os llevaré con el resto, y podréis estar tranquilitas! -Con la mano contraria acarició a las arañitas de manera tierna.- ¡Amo! ¿Podemos ofrecerles protección? -Livia llevó su mirada hacia el hombre y le sonrió de una manera que él sólo sabía lo que significaba.- Sphinx las arrastró con su furia y ahora están lejos de su casa ~

Cuando el chorro dejó de pasar por encima la joven se levantó sonriente y miró a Ruby.- Chica mala....

Por alguna razón, la pequeña bolita azul se había encaprichado a morir con la androide. En la robot veía todo aquello de lo que ella carecía. Y es que si bien podía decirse que Tanya era tonta, tal vez lo era un poco menos de lo que se podría creer. ¿Tal vez pensaba que si era tan linda y fuerte como M.A.Y.A. Vlad nunca la abandonaría? Lo cierto era que las palabras de la androide le entraron por una oreja y le salieron por la otra (o eso habría sucedido si Tanya tuviera orejas), pues con sus bracitos en forma de tentáculo se propuso a seguir escalando por la androide. Al menos hasta que Vlad se acercó.

Los aguerridos ojos de Tanya se sorprendieron al ver a su amo, pero mucho más por las palabras que este le dijo. El azul de las bolitas que eran sus ojos brillaron con más intensidad. Uno de sus tentáculos soltó con algo de duda a M.A.Y.A., dirigiéndose a las manos de su amo. —Amo... —sin embargo, el potente chorro de agua mandó a volar a la androide. Y si bien Tanya quedó suspendida por un momento, estirando sus bracitos para tomar las manos del amo, el chorro de agua no tardó en llegar a ella.

Como si de una pelota de goma se tratara, la pequeña bolita de slime salió disparada hacia una de las paredes del castillo, rebotando con fuerza sobre esta... y haciéndolo una y otra vez contra las demás paredes hasta por fin quedarse pegada a una de ellas y deslizarse, desparramada ya, hasta al suelo. Al ser un slime, Tanya no podía decir que sintió dolor, pero, al menos por sus ojos, sí se podía decir que estaba confundida. Aun así, una vez estuvo desparramada por el suelo, y sin reparar que su ropa probablemente estaba enterrada entre el montón de arena, la slime reagrupó sus partes y comenzó a recuperar su forma "humana".

- Sí, claro que nos conocemos. - respondió Vivi a la maid dragón que estaba tan confundida como ella - ¿Supongo...?

No conocía tanto de los ángeles como para saber si eso era normal o era otra de las características de Gabriel en especial. Se mantuvo en silencio cuando las otras maids se presentaron, asintiendo e intentando recordar todos sus nombres. Por algún motivo, le daba la sensación de que definitivamente iban a trabajar juntas.

Sintió un escalofrío al notar la mirada del amo sobre ella al mencionar la piscina. ¿S-se acuerda del bikini...? ¡Claro que se acuerda! ¡¿Cómo no se va a acordar?! Viviana intentó controlarse pero poco a poco sus mejillas tomaron color, acentuado por las pecas que tenía sobre ellas.

Tan distraída estaba que no vio el chorro de agua que iba sobre ella hasta que fue demasiado tarde. Con un chillido se cubrió con los brazos... Pero el agua de la manguera pasó justo sobre ella, sin llegar a rozarla. ¡OH, VENGA YA! 

- ¡¿P-Por qué no apuntas más bajo?! - le increpó la vampiresa, sin saber si ofenderse porque era demasiado bajita o alegrarse de no haberse empapado - ¡L-lo digo por quitar la arena, claro!

A medida que lanzaba el agua una a una sin fijarse si había dado en el blanco o no, simplemente en algún punto dejo de hacerlo, al dejar de sentir la adrenalina, poco a poco cambiando su apariencia enloquecida a una mas calmada, tierna y fria. Metería nuevamente la manguera en su bolsillo, recuperando su seriedad y miraría con cierto disgusto, como desepcionada de que las otras chicas continuaran de pie. Ya se encargaría de ellas...a su debido tiempo, pensó. Asi simplemente se acercó hasta el amo con pequeños pasos y dijo.

- Ruby se encargará de limpiar, amo- aunque lo decia con voz suave, delicada, su mirada fria como cuchillos, como sin vida, parecía que había pronunciado una sentencia de muerte. Así saco el trapeador gigante y comenzo lo que sería un largo trabajo, tal como lo había sido trapear ese dragón.

- Trapear..trapear...trapear...- susurraba como cantando, como si la imagen de la ruby enloquecida hubiera sido un sueño.

Tanya parecía haber sido la única en haber sido alcanzada por el chorro de agua, pues las demás no solo se las habían arreglado para evitar el golpe, sino que había quienes como Zuri lograron hacer más que eso. El látigo del mayordemon se movía a tal velocidad que su brazo no se veía y como un escudo logró evitar que toda el agua llegara hasta el amo. Se veía bastante conforme.

Cuando Livia se dirigió al amo, este la miró con una mirada más tranquila y rio – Claro, lindura – y se quedó un momento allí para luego carraspear -. Digo, por favor – y se giró hacia el mayordomo – Gracias, Zuri. Aunque no creo que haya goteras, te lo encargo – para luego mirar a Ruby con los ojos brillantes de nuevo, como cuando en ocasiones miraba a Viviana o a Livia. Incluso se quedó mirándola trapear con bastante atención. Las palabras de su hermana sobre Zuri le generaron un escalofrío, mas la respuesta de su mayordomo le pareció adecuada.

Claro que Carmilla no estaba tan dispuesta a darse por vencida. Se relamió mientras apoyaba una mano en su mejilla y sus colmillos se asomaban - Guapo, te faltan siglos para eso - y es que ella no lo había tomado como una negativa, realmente. Era más un reto de la vampiresa hacia el príncipe de las tinieblas.

Para cuando el estallido de Ruby pasó, notaron que el café ahora era una mezcla entre arena y agua. Tendrían que limpiar, por lo que las maids de Carmilla se ofrecieron a ayudarles. Si querían hacer la fiesta en la piscina, tendrían que esperar un poco más… Aunque tal vez eso le daría tiempo a Viviana para prepararse de usar el bikini. Algo le decía que el amo en verdad esperaba que usara aquel traje de baño.

Mientras todas se disponían a limpiar, M.A.Y.A. sacaba implementos para todas sus compañeras, dándoles la tarea de limpiar el café, el cual ahora era el doble de grande. ¿Cómo habría cambiado el resto del castillo? ¿Habría cambiado en primer lugar?

Dasatos llevó a aquel peliblanco aún inconsciente al calabozo por órdenes de Vlad, mientras que Carmilla había sido amarrada por esta con una cuerda mágica de cabeza para que no intentara escapar. Tanya recuperaba su forma humana y Gabriel parecía querer aún ser bañada por el agua de la manguera, cosa que tal vez lograría mientras limpiaba. Livia, por su parte, se iría a… ¿cocinar? ¿Qué haría cada una para ayudar a organizar el café antes de su fiesta en piscina? Y otra pregunta que tal vez algunos podían hacerse... o no. ¿Qué pasará ahora que hay dos amos y herederos legítimos? ¿Habrá una batalla de maids?

Vivi se quedó mirando a Ruby durante unos cuantos segundos después del ataque, viendo que parecía inofensiva después de su ataque con agua. Aún ligeramente preocupada, tanto por ella como por el hecho de tener que volverse a poner luego el traje de baño, la chica intentó calmarse pensando en todo el trabajo que tenían por delante. No era su trabajo realmente organizarlas, pero quería demostrar en cierto modo que ellas eran mejores que las maids de la hermana del amo, así que se esforzaría en todo lo posible.

- Gabriel, será mejor que te sacudas las alas antes de que empecemos a limpiar toda esta arena. - le indicó, acercándose ella misma para ayudarla a sacudirse pero deteniéndose en el último momento. M-mejor no tocarla por si acaso me quema... - Livia, si quieres quédate tú hoy en la cocina y yo ayudo aquí a limpiar. - asintió a la otra vampiresa, viendo que tenía ganas de hacerles un picnic - Y Tanya... ¿Tanya? - preguntó, girándose para buscarla - ¡¿E-eh?! ¡Espera! ¡Espeeeeraaaa!

Ver a la enorme slime empezar a formarse sin su ropa, provocó otro sonrojo en las mejillas de Vivi, quien se lanzó rápidamente a la arena para buscar el traje de la slime, sacudirlo y ponérselo rápidamente... O más bien estamparlo contra ella, esperando que sus formas voluptuosas se metiesen en el traje. Espero que el señor Vlad no lo haya visto... ¡B-bueno, ni nadie en general! En cuanto comprobó que sus compañeras no necesitaban más ayuda, se dispuso a coger las cosas de la limpieza y traer algunos cubos para sacar toda esa arena fuera de la mansión como pudiera.

Estaba satisfecho con su actitud con el látigo, si bien también le resultó curioso cómo dos de las doncellas habían evitado la totalidad de los daños por puro azar.

Asintió al encargo de revisar las goteras, más terminó por fijarse en la hermana del amo con un brillo que casi parecía gritar "desafío aceptado", al fin y al cabo él era un demonio y tenía toda la eternidad para lograr la perfección. La juventud con la que la vampira afrontaba las cosas le resultaba casi envidiable.

Por fortuna, dispongo de esos siglos. Sin embargo, creo que aprenderá a disfrutar antes de lo que puede imaginarse.

Terminó por mirar al peliblanco y comprendiendo que era la hora de limpiar. Se sentía pleno de demostrar sus verdaderas habilidades y dejar anonadada a Carmilla. Una sencilla escoba de esas antiguas con palo de bambú, y comenzó a moverse con esa velocidad que lo caracterizaba, mientras frente a él una especie de tornado iba recogiendo toda la arena, al fondo habían unos sacos para poder recogerla.

La arena es muy útil para limpiar, además podremos vender los excedentes para la construcción... ¡O incluso crear una playa propia!

Explicó, más de la mitad de arena estaba siendo reubicada para futuros usos y dejando la estancia como si nunca hubiese habido un desierto allí. Mientras lo hacía, los ojos no se apartaban de la pelirroja, esperando ver su reacción.

Cuando el ángel se levantó, el momento ducha por manguera había acabado, no estaba muy contenta pues estaba cubierta de arena y era bastante molesto, pero ahora se enfrentaba a un grave problema, limpiar cubierta de arena.

Viviana, muy amablemente, se acercó a ayudarla, aunque por algún extraño motivo se detuvo, como si el ángel pudiese abrasarla solo con la mirada – Alas? Que alas? – Pregunto el ángel desconcertada echando la vista hacia atrás, primero por debajo del brazo y luego por encima del hombro, y, efectivamente, ahí estaban, unas emplumadas y suaves alas blancas, cubiertas por la arena. Aquella nueva noticia pillo desprevenida al ángel, observando que, efectivamente, ella tenía control sobre las mismas, meciéndolas y, claro está, esparciendo más arena aun a su alrededor. Pero aquella no era la manera para limpiarse la arena de encima.

Por unos instantes estuvo rondando alrededor de la chica de orejas de gato, sin llegar a molestar en su labor, observándola detenidamente por si conseguía ser “duchada” para quitarse toda esa arena, pero no consiguió gran cosa; la chica de cabellos rojizos y adorables orejas de gato parecía estar ensimismada en su labor mientras canturreaba, eso o quizás simplemente la ignoraba deliberadamente (yo lo haría).

La cuestión es que no iba a conseguir gran cosa y el resto de maids ya estaba metida en sus labores de limpieza, por supuesto ella no iba a ser menos, con o sin arena debía dejar aquel lugar impoluto. El ángel no dudo en agarrar los utensilios de limpieza y comenzar con su labor, pero… ¿Qué harían con tanta cantidad de arena? No iba a ser tan simple como sacar escoba y recogedor y empezar a barrer, además, por el suelo, a causa del agua, se habían generado ya zonas con esa costra que secreta en la superficie cuando hay más arena que agua. Quizás lo más útil seria humedecer toda esa arena para “endurecerla” y que fuese más fácil de quitar, o quizás sería más fácil con una pala quitar las áreas que más cantidad de arena hay y luego barrer.

No había de otras, lo mejor era usar una pala ¡De las más grandes! No tenía ni idea de donde iba a sacar una pala, una bien enrome, pero seguro que en aquel castillo tan grande algo encontraría.

La neko escarlata se mantuvo limpiando, de vez en cuando, también limpiandose ella misma, la arena que tenía encima y el cabello según notaba que la estaba viendo el amo, aunque luego se enojara con ella misma diciendose de que no le importaba como la viera. Aun con todo, usando su enorme trapeador y su bolsillo del uniforme como tarro de agua interdimensional...o algo asi, recorrió todo el café, acercandose una a una a las otras Maids. Ya pasado todo el alboroto y sus nervios, y sus ganas de asesinato, tenía curiosidad por ellas. Le interesaba saber sus puntos flacos para que la proxima no pudieran esquivarla.

Así se le acerco a viviana, mirandola con esos ojos plateados detras de su flequillo y uno que otro pelo aun revelde saltando hacia fuera y su actitud sombria, pero inocente a partes iguales.

- Tienes buena tecnica...ya veo por que el amo te contrato.-

Con toda la inocencia que tenía, siguió recuperando su forma "usual" mientras ladeaba la cabeza por ver a Viviana así de escandalizada. Soltó un pequeño chillido cuando la vampireza estampó la ropa contra ella. Para fortuna de la chica, como esperó, la voluptuosidad y esponjoso cuerpo de Tanya se adaptó a la ropa, metiéndose dentro de ella y rebotando un poco más. Antes de que Viviana se alejara, Tanya se lanzó a abrazarla... lo que pudo ser algo asfixiante.

—Viviana quería abrazar a Tanya, ¿no? —dijo la slime sonriente, sin haber entendido lo que había hecho Viviana.

Después de eso, la slime se tomó un momento para mirar a su alrededor. Quiso ir con el amo, pero ver que todas las maids sin excepción se ponían a limpiar hizo que Tanya las mirase e inclinase un poco la cabeza de nuevo. Miró a Gabriel y Ruby, también a Viviana. Entonces, dando saltitos, tomó una escoba y se la quedó mirando fijamente por un momento. Miró un pequeño montoncito de arena y empezó a pasar la escoba torpemente por este, haciéndolo mal y levantando polvo sin más, ensuciándose a sí misma. Intentó trapear, usar bolsas o hacer que la arena se pegara a sí misma, pero no hacía más que ensuciarse o hacer más desorden, por lo que desistió de ello. A partir de ese punto, se acercó dando saltitos hacia todos preguntándoles si necesitaban ayuda o simplemente abrazándolos sin decir nada, incluso acercándose curiosa a Carmilla preguntándole si estaba bien y abrazándola también.

¿Qué podía salir mal en todo aquello? Nada, obviamente nada. Livia lo tenía todo perfectamente planeado en su mente ¡Y todo el mundo sabe que se planea bien, no hay fallos! La joven alzó los pulgares hacia arriba y se deslizó sobre la arena para bajar hasta el fondo y dirigirse dando saltos hacia la cocina, sobre sus hombros llevaba las arañitas que serían sus nuevas vecinitas. Pero claro, ella no podía cocinar con aquellas pequeñas criaturas, por lo que salió del gran salón y se dirigió hacia las escaleras que daban hacia los torreones, con un suave impulso se alzó del suelo y se elevó hasta una zona alta en la que dejó a las pequeñas y peludas arañas.- Bienvenidas a vuestra casita.-Y cómo si se tratasen de perritos, la joven las acarició con suavidad y se despidió de ellas con ambas manos de manera emocionada.

Con la gentileza de un ángel (¿He dicho un ángel? Bueno continuemos...) se posó nuevamente en el suelo, y una vez sus pies desnudos tocaron las frías piedras se permitió sacudirse las ropas un poquito más, pero no demasiado, porque tenía una gran misión entre manos ¡Preparar el picnic! Cómo una estrella fugaz salió corriendo hacia la cocina, se puso un delantal que le venía grande, colocó una banqueta a la que subirse y tras aquello volvió a llamar a libro. Frente a ella se abrió un portal lleno de chiviritas brillosas y de colores llamativos, la joven metió la mano y de él sacó un gran libro que parecía emitir fuertes ronquidos.- ¡Buenos días Libro! .... Por segunda vez, claro.-La joven se quedó mirando al libro con cara de confusión ¡Pero qué demonios le pasaba a ese maldito libro!

- ¡¡LIBROOOOOO!! -Gritó un poco estresada al ver que el coso no se despertaba. Livia lo zarandeaba, lo golpeaba e incluso lo lanzó al suelo a la par que ella se tiraba sobre él. Pero este seguía roncando con fuerza. La joven empezó a patalear cual niña pequeña dentro de la cocina, su única ayuda para cocinar la estaba ignorando y por más que lo intentaba este no le quería colaborar con la vampirilla. Desde la otra esquina de la cocina se deslizó cual alma en pena por el suelo hasta tener frente a su cara al libro.- Vamos, no me hagas esto libroooo..-Su vocecilla era cómo la de una pequeña niña y ante eso Libro sólo sacó su lengua y baboseó toda la cara de su portadora, tras aquello saltó al portal y este se cerró dejándola sola, ¡¡SOLA Y ABANDONADA!!

Mientras estaba tirada en el suelo se giró para mirar el techo y en su mente empezaron a aparecer imágenes sobre lo que estaba apunto de ocurrir.
 

¡No, de eso nada! No podía fracasar en tan importante misión. Se levantó de donde estaba, y sumida en la más enorme miseria salió hacia donde estaban las Maids de Carmilla para suplicarles. Miró a su alrededor y corrió hacia las más cercana y la más.... Más.... Más sexy. Livia se abalanzó sobre ella abrazando la cintura de la Maid, al ser mucho más bajita que ella su rostro quedó entre ambos pechos de Vylnys. La escena se podía ver terriblemente sensual, pues la más pequeña había pegado por completo su cuerpecito y la otra ya sólo con respirar provocaba seismos de sensualidad.- ¡Vyl-Vyl! Por favooooor.... Ayúdameeee -Livia la miraba con ojitos llorosos y un enorme puchero.- Libro no quiere ayudarme ¡No quiere ni despertarse! Y y y y... ¡¡Yo necesito ayudaaaaaa!!  Por favooor... O la cocina arderá, las ollas explotaran, harán agujeros en las paredes, la cocida se quemará ¡¡¡Yyyy..... No habrá picnic para nadie!! 

Las arañas movían sus largas patitas para agradecerle a Livia que las llevara a un lugar seguro mientras Libro se negaba a despertar. De hecho, una enorme burbuja de brillantina se formó en su nariz, mostrando lo profundamente dormido que estaba y que no parecía tener intenciones de obedecer a su ama.

Las palabras de Zuri a Carmilla parecían solo encender la lujuria interior de la vampiresa, cuyos ojos brillaban intensamente. En verdad parecía amar los desafíos – Me agradas. Así que te esperaré unos siglos. Espero que logres sorprenderme – y le guiñó el ojo mientras todos podían ver a Vlad hacerle gestos a su mayordomo para que cesara con lo que estaba diciendo. Él sabía lo peligroso que podía ser desafiar a Carmilla a algo así. Nadie más conocía a su hermana tan bien como él, aparte de sus maids. Claro que era difícil tomar en serio a la vampiresa que seguía atada de cabeza por una soga.

Cuando llegó el momento de limpiar, cada monstruo del servicio se puso manos a la obra a su manera. Zuri demostró por qué era el único mayordomo de la estancia y recogió con tal habilidad la arena que hacía pensar que venía del desierto por su experticia y el resplandor “oscuro” de sus habilidades. Porque los demonios no podían brillar, para eso tenían a Gabriel. Hablando de esta, con sus alas recién descubiertas (de nuevo), empezó a hacer más desorden, claro que poco después demostró por qué Vlad la había contratado y empezó a limpiar de manera diligente, lo que llevó a que los espacios donde ella aseaba brillaran por lo limpios. Pocos segundos después, pudieron ver al amo con los lentes oscuros que siempre usaba cuando el brillo celestial de su maid se volvía insoportable. Carmilla se estaba quejando por el brillo, por lo que Dasatos suspiró y, sin soltarla, cubrió a su ama y esta sonrió complacida. Gabriel se puso a buscar por los alrededores aquella pala y sí que la encontró. Era gigante, como una cargada por los titanes de la era mitológica, pero eso no era nada para una maid cuya arma era una bazooka.

Mientras Gabriel manipulaba la pala y las maids de Carmilla esquivaban los giros de esta, Ruby seguía limpiando como si aquel arrebato no hubiera sido la gran cosa. Aunque esta se dirigió a Viviana, había alguien que aún la miraba mientras temblaba y con sus largas orejas gachas por haber sido golpeada hasta tal punto que la camisa blanca de su traje se había pegado a su piel. Su cola no se movía y, de hecho, quería salir corriendo. Viviana había acertado en estampar el traje de Tanya contra su cuerpo gelatinoso, pues este se acomodó a la forma de la slime… aunque era pretencioso pensar que eso era un traje, pues era más acertado describir su uniforme como un montón de correas de cuero que solo cubrían lo importante. Era un traje de dominatriz, después de todo. Con diligencia, la maid de las coletas también se puso a limpiar y, junto a Ruby, ambas lograron abarcar gran parte de la zona. Entre ellas dos, Zuri y Gabriel, habían logrado limpiar completamente el café… Aunque había una dificultad adicional.

Tanya se acercaba a cada una y les daba un abrazo a cada uno que les hacía sentir su cariño y dulzura, y de cierta manera reconfortaba sus corazones, solo que los llenaba de arena y de baba. Una de las coletas de Viviana se vio atrapada por un momento en la slime, así como uno de los cuernos de Zuri se clavó en la slime, pero afortunadamente esta no sintió dolor. Por parte de Ruby, sus felpudas orejas y cola se vieron más pegadas de la cuenta a Tanya, por lo cual fue necesario imprimir algo de fuerza para separarse. Ya la piscina no se había vuelto solo una actividad recreativa, sino que de verdad necesitarían sumergirse en agua para poder limpiarse la baba con arena que ahora cubría sus cuerpos. Carmilla también cayó víctima del abrazo baboso-arenoso de la slime, pero ella no se veía para nada inconforme de tener su rostro sumergido en el gelatinoso cuerpo de la chica. De hecho, lo disfrutó bastante.

Para cuando las maids de Carmilla se veían dispuestas a ayudar a limpiar, ya todo parecía estar bajo control… al menos casi todo, pues lo que faltaba era la comida del supuesto picnic que tanto había prometido Livia, mas esto parecía estar bastante perdido, pues ella no parecía haber revelado su falta de habilidades en la cocina. Vlad iba a proponer a alguna de sus maids que le ayudaran, pero esta tomó la iniciativa de acercarse a Vylnys, quien la miró hacia abajo porque era casi tan alta como Tanya, y sin poder resistir los amables ruegos de la vampiresa, la abrazó dejándola atrapada entre sus enormes pechos mientras la abrazaba y apretaba de una manera… sexy. Cualquiera podría pensar que era tan atrevida como su ama, pero lo que dijo a continuación podría desviar esa visión de algunos - ¡Pobre Livia-chan! Claro que te ayudo. Déjale todo a Vylnys onee-sama – y después de casi asfixiar a la maid de cabello bicolor, la bajó y la llevó de la mano como si fuera una niña pequeña.

M.A.Y.A. se acercó a Vlad y le hizo una reverencia. Aún le salían algunas chispas del cuerpo, pero parecía más estable. Su voz robótica aún se distorsionaba un poco – Permítanos encargarnos de cocinar, ya que sus maids se han encargado de la limpieza, Vlad-sama -.

Este se sonrojó al instante en que la fría maid le habló y tosió para luchar por recuperar la compostura – Seguro. Adelante, M.A.Y.A. – y retiró la mirada un momento para que la androide se marchara, aunque esta lo que hizo fue agarrar a Kateina por la cola y arrastrarla hasta la cocina, ya que la maid caballo parecía aún paralizada del miedo. Tal vez solo Livia fue testigo de las habilidades de las maids de Carmilla, pero lo cierto era que la pobre Kateina fue todo un desastre. Estaba aún tan nerviosa que se equivocaba con frecuencia y Dasatos, aunque trataba de ayudarle, era demasiado torpe. Tal vez menos que la propia Livia, pero no era precisamente competente. En cambio, M.A.Y.A. y Vylnys trabajaban a tal velocidad que tenían incluso tiempo de arreglar los errores de las otras maids. Sobre todo M.A.Y.A., quien extendía sus brazos para evitar que las otras dos maids derramaran todo lo que tomaban entre sus manos.

Con la limpieza hecha, Vlad los invitó a todos para pasar al área de la piscina y lo que vieron pudo, o no, superar sus expectativas. No era solo una piscina, sino un área dedicada a emular una playa. Incluso tenía una especie de fuente de luz mágica que creaba una burbuja de un “día soleado”. Solo que, para sorpresa de las maids vampiresas, este sol mágico no les afectaba.

Más que una piscina, parecía un pequeño oasis y, en la roca junto a esta, había una sirena entonando una canción que le añadía al ambiente un aura aún más relajante de la que ya tenía. Era un lugar ideal para un poco de descanso tras tan arduo trabajo. Poco después notaron que aquella sirena traía un uniforme de maid y aunque tenía un cuerpo más infantil como Livia, Viviana y Ruby, había algo en ella que la hacía verse cautivadora. Su cabello era verde, mientras que sus ojos eran de un profundo plateado. Su uniforme era igualmente verde y llevaba una pequeña estrella en su cabello como adorno.

- ¡Morgane! ¡Estás aquí! – dijo Carmilla emocionada, aunque aún colgada de cabeza por Dasatos.

- Bienvenida, Carmilla-sama – y sus palabras sonaban cantarinas.

Poco después, las otras maids de Carmilla junto con Livia llegaron con un festín listo para ser disfrutado por los amos y todo el servicio. Más que un picnic, aquello sería un buffet lleno de comida, cocteles y vino, de modo que podrían tener una fiesta en la piscina a toda regla solo para ustedes. Además, eran monstruos. Los monstruos no sufrían resacas… ¿verdad?

El mayordemon asintió a las indicaciones del amo para detenerse. No comprendía exactamente el motivo, pero sabía cuál era su lugar. Además, el movimiento se demostraba volando ¿no? Así que no tenía razones para desobedecer.

Tras limpiar cerró el puño y miró a sus compañeras con un brillo en los ojos, incluyendo a la slime que se le había pegado al cuerno en alguno de los momentos del proceso de recoger arena.

¡Ha sido un trabajo brillante, chicas!

Les felicitó. No intervino en nada más, aunque con cierta nostalgia le pareció recordar el infierno de los mil desiertos.

Y tras ello llegó el momento de la piscina. Zuri apareció vestido igual que la última vez que se habían visto salvo que el traje estaba impecable en aquella vez. Caminaba sonriendo con confianza. Una vez puso el primer pie en la arena el sol se reflejó sobre uno de sus colmillos y con un rápido movimiento su ropa voló despedaza para dejarle... con un bañador extremadamente... extremo.

Toda su piel al desnudo brillaba con un óleo que sólo remarcaba más su atlético aspecto y resaltaba sus más de dos metros de altura sin incluir los cuernos. Su gesto era de satisfacción absoluta, poniendo ambos brazos en posición de jarra alrededor de su cadera, cuyos huesos estaban ligeramente marcados.

Dada la ocasión que era, con un chasquido las sombras manifestaron una botella de cristal opacado más vieja que el origen de muchas artes marciales. Sólo habían dos números en una especie de tinta roja ennegrecida "03". No habían muchas bebidas capaces de satisfacer por completo a un demonio. Fue hasta la barra para coger una copa de cristal hecha a mano, fina y elaborada con un estilo gótico, y vertió en ella la mitad del líquido, espeso como el alquitrán y de olor amargo y especiado. Gabriel podría notar un origen divino en aquel icor. No obstante, aún no bebió, esperó a que llegasen todos los invitados.

Si bien los abrazos de la slime pudieron ser molestos para alguno, lo cierto es que lo había hecho desde la más pura inocencia. También era cierto que si se tomaba en cuenta cómo iba vestida, su inocencia podría verse... ligeramente tergiversada. Pero bueno, que ella estuviera vestida así era responsabilidad del amo. Ella realmente quería animar a todos, incluso a Carmilla, quien correspondió al abrazo con intenciones no del todo puras, aunque Tanya no lo sabía. De hecho, al ver que Carmilla respondía de manera tan receptiva, Tanya la abrazó con más fuerza, feliz.

Con la limpieza ya hecha, la slime caminó un poco con sus manos en la espalda, mirando curiosamente a sus compañeros y sonriendo animosamente cuando Zuri las felicitó... aunque ella no había hecho nada sustancial. De hecho, había dado un poco de trabajo. No obstante, su sonrisa por un momento se borró al ver al amo sonrojarse por M. A. Y. A. Se le quedó mirando por un momento e infló los cachetes de forma exagerada, hasta el punto en el que parecían dos globos azules. Por segundo se quedó mirando fijamente a la androide y luego al amo. Sin embargo, apartó la mirada y les dio la espalda a ambos, bajando la mirada para ver su ropa y la forma que tenía su cuerpo en esos momentos. ¿Qué le pasaría por la cabeza?

Por un rato se quedó así, al menos hasta que llegó el tiempo de la piscina. Para entonces, las mejillas de la slime seguían levemente infladas. Pero vio en la piscina una oportunidad, un destello de razón vino a ella, uno que no era tan puro ni inocente. De hecho, era todo lo contrario. Por unos minutos se perdió de la vista de todos, corriendo a la mansión de nuevo. Luego, regresó, pero no vistiendo su uniforme, sino un bikini... bastante pequeño, con el "cabello" suelto y un sombrero de playa. Volvió a entrar a la instancia descalza y con toda su... voluptuosidad rebotando de un lado a otro muy peligrosamente, al borde de que cosas por las que Viviana se escandalizaría se escaparan. Así, llegó hasta donde todos estaban y buscó con la mirada al amo. Al encontrarlo, salió corriendo hacia él, tropezándose justo detrás de él y estampándole sus globos contra la espalda, cosa que evitó la caída. 

—Tanya... Tanya... —se separó rápidamente y levantó un poco los brazos, comenzando a temblar un poco. ¿El amo se enfadaría porque se había tropezado con él? Se giró un poco, primero a la izquierda, luego a la derecha; sus ojos comenzaron a dar vueltas. Y por fin, dando un gritito, salió corriendo con los brazos levantados en dirección a Carmilla para abrazarla.

Agarró la mano de Vyl-Vyl mientras se encaminaba de nuevo hacia las cocinas seguida del resto de las maids de Carmilla. Y menos mal, porque la torpeza de Livia cocinando no tenía nombre, cuanto más se esforzaba peor le salían las cosas y demostrado quedó cuando al entrar en las cocinas todo estaba patas arriba. Livia tomó la baqueta y se puso junto a Vyl-Vyl mientras la ayudaba con algunos adornitos que no requerían de grandes mañas, así como a cortar algunas frutas exóticas. La joven Maid miró a la Kat-Kat y la animó a ponerse junto a ella. Estaba claro que ninguna de las dos era demasiado diestra en aquello, y menos mal que Mayita estaba a todo y evitaba la caída de recipientes, porque de no ser así... La segunda cosa que hubieran tenido que limpiar era la cocina. Y no sólo limpiarla, si no que extinguir los fuegos y llamar a veinte equipos de albañiles ¡Mínimo!

Cuando todo estuvo listo, Livia se limpió las manos y se frotó la mejilla de manera tierna.- ¡Muchísimas gracias por vuestra ayuda! ¡Abrazo de equipooooo! -Dar abrazos siempre era una gran opción. La pequeña maid fue una por una dándoles abrazos y agradeciéndoles la ayuda. Algunas la recibían de mejor agrado que otras, pero no por eso dejó a ninguna sin cariñotos ¡Porque aunque fuese un ser de oscuridad! ¡Le encantaban los cariñitos! Cuando abrazó a la última, miró a su alrededor y dio un par de indicaciones ante de llevar todo aquello a la mesa de la piscina, lugar donde arregló la decoración y se aseguró de que se viera hermosísisimo. Aunque claro... ¿Cómo nadie se iba a fijar en su gran picnic? ¡Aquel lugar era terriblemente brilloso y hermoso! Eso era jugar con trampa...

Mientras unas iban y venían. La vampira se retiró para cambiarse al igual que sus compañeras y compañero, aunque no subió a la habitación pues... ¿Teniendo magia por qué dar tal paseo? Cual guerrera mágica, la ropa de Livia empezó a desaparecer de manera peligrosa , pero los brillos y nubes purpurinosas cubrieron las vergüenzas de la joven mientras sobre su cuerpo volvían a aparecer las prendas correspondientes para ese día o noche o... Lo que fuese de piscina. Sus coletas tomaron la forma de dos moños altos adornados por unos lazos de calabaza monísimos. Y sobre su fino cuerpo no demasiado desarrollado apareció un bikini que bien podría ser lencería. Cada pieza estaba perfectamente colocada y si bien su cuerpo era el de una lolita con no demasiado que presumir, las prendas la hicieron ver terriblemente sexy. Finalmente sus muñecas se decoraron con muñequeras a juego y sus pies quedaron decorados por unos zapatitos que parecían sacados del mismo conjunto.- ¡Liiiista y preparada!

Arreglando el lazo de la cadera, la joven regresó junto al resto de personal y amos. Una vez allí observó a la slime curiosa, y no pudo evitar poner carita de "Pero que mona es", aunque su atención pasó al mayordemon. Una vez a su altura y sin previo aviso le lanzó un suave mordisco en el costado, aunque se había quedado a la altura de la cadera por lo alto que él era y lo bajita que ella era.- Eres todo huesos.... ¿Sabías?  Deberías comer más, sí si...-Tras eso le sacó la lengua y se fue dando saltitos hasta donde estaba el Amo y Carmilla.- ¿Deseáis algo para beber? 

Por fin se había acabado el trabajo duro, era el momento de relajarse dándose un buen chapuzón en una piscina/playa o lo que fuese aquel lugar con el que el amo sorprendió a los presentes. Era magnifico, era como tener una playa privada tras tu casa, no tenías que aguantar a molestos turistas, ni a familias con bestias salvajes por niño, tampoco tenías que soportar al típico que al pasar por tu lado te llena toda de arena, aquel lugar parecía tan real que una se olvidaba de que era una piscina, ¿el agua estaría también salda como en la playa? Tampoco es que importase mucho.

Nada más entrar, la luz de aquel artificial sol deslumbro los purpúreos ojos del ángel que la obligaron a usar su mano como visera, y mientras esperaba a que sus pupilas se acostumbraran a aquella luminosidad recordó algo importantísimo, en ropa de maid no podía disfrutar de un día de playa; para su desgracia el ángel no trajo bañador, pero por suerte el señor Vlad siempre iba veinte pasos por delante y en los vestuarios había diferentes bañadores con diferentes taya, la cuestión era… ¿de verdad habría alguna para la talla de sus grandes… personalidades?

El ángel, desbordando alegría (y luminosidad), danzo dando saltitos hasta el vestuario con el típico cartel rosa y un monigote blanco con falda, allí dentro estuvo un buen tiempo probándose trajes de baño, aunque sería más correcto decir que se estaba probando bikinis, ya que era del único tipo de traje de baño que había, y más curiosos era que todas las tallas parecían ser una talla inferior, como si alguien quisiese que los bikinis quedasen bien ajustados, tenía sentido ya que el Señor Vlad era un tipo muy preocupado por sus sirvientas, seguramente no querría que alguna sufriese un vergonzoso accidente por ello prefería que estuviese bien ceñido y ajustado.

Había modelos de todo tipo: rosas, azules, rojos, de cuero, con tachuelas, de encaje, semitransparente, transparente… y cada uno tenía un detalle diferente que lo hacía más atractivo que el anterior, era casi imposible decidirse por uno, el ángel tenía un serio dilema. Finalmente la mujer termino decidiendo unos del mismo tono que el flotador que iba a usar, uno blanco con unos flecos que lo hacia la mar de mono, además era de espalda descubierta, no tenía ninguna tira que atravesara su espalda lo cual dejaba sus recién descubiertas alas (por tercera vez) tuviesen libertad de movimiento.

Ahora si, por fin estaba lista para disfrutar del día de playa; la chica, tras al empujar la puerta del vestuario, emergió con su ceñido bikini, que a cualquier movimiento sus… desbordantes habilidades, rebotaban como si fuese la gelatina de Tanya, y bajo su brazo izquierdo llevaba un flotador de tipo donut de un estilo similar al de su bikini (blanco y con flecos del mismo color que dividen el flotador, solo que este además llevaba un tono rosado en la otra mitad). Ahora si estaba lista y lo demostró dejando volar un alegre y cantarín ~~ Haiiiiiiiii!

La chica no tardo en introducir sus pies dentro del flotador y tirarse al estilo bomba al agua.