Partida Rol por web

Por la sesión del sábado consigues 5 px + 3px por convertirte en el líder Muñón.

Mis conocimientos sobre la lengua de los primeros hombres eran bastante escasos, pero podía entender perfectamente aquellos gritos de Muerte. Sin duda eran salvajes ya que hacía un instante animaban a su líder y ahora la querían ver muerta.

Me agaché sobre el cuerpo de Sonriente y le arrojé por encima la fría agua de mi cantimplora para ver si volvía en sí. Para asegurarme de que despertase le dí un par de tortas con la mano abierta en sus mejillas, dejándolas levemente rojizas.

- ¡¡Despierta!! - grité mientras la zarandeaba- ¡¡Despierta maldita mujer!! -seguí zarandeandola- ¡¡Despierta ahora como Sonriente, ManoFirme ya no existe!!

El resto de salvajes no me entendían, pero sabía que Sonriente hablaba mi lengua. No queria matarla ya que sabía el pórque de su odio hacia los cuervos y el abandono de su clan los Hendedores. Ella merecía la venganza, ver la cabeza Arlik clavada en una pica y yo merecía alguien a mi lado que supiese enseñarme la lengua salvaje para enseñarme a la vez que mi querida Dulce, alguien a mi lado que cubriese mis espaldas, alguien a mi lado que me ayudase a unir a los Hombres Libres.....

 Cuando empiezas a zarandearla los gritos cesan y se hace el más completo silencio entre los salvajes que te rodean. un silencio espeso y pesado.

Se coloca Aplastador ante ti. Entre él y tú está el cuerpo tendido de Manofirme, o Sonriente, o como la quieras llamar. Empieza a removerse, aunque aún está muy grogui por la paliza recibida.

Aplastador lleva su maza enorme al hombro y con la mano libre te señala a Manofirme.

YABU! Dice él, que entiendes claramente como "muerte!".

El silencio a mi alrededor no auguraba nada bueno, y la aparición frente a mi del buen Aplastador tampoco. Todos ellos querian muerte, querian Yabu. Asi que hice acopio de inteligencia, algo que no era mi fuerte pero mucho menos el de esos salvajes. Pense con rapidez y ideé un buen plan.

Alzé mi potente voz dirigiendome hacia Aplastador y todo el clan de los Muñones Sangrientos. Hice un gesto señalandome el pecho, señalandome a mi mismo.

- ¡¡Yo Jefe!! ¡¡Jefe follar ManoFirme!! -señalé entonces a Sonriente haciendo el gesto mas vulgar refiriendome al fornicio- ¡¡Después YABU!! - me eché a reir en carcajadas grotescas trincando a Sonriente de los pelos y llevandomela a rastras hacia su tienda que era la mas grande.

Sabia bien que los salvajes se apareaban venciendo a la mujer que querian montarse, debia jugar esa baza. Una vez pudiese estar dentro de la tienda a solas con ella podria hablar con ella si volvia en si. Esos eran mis pensamientos mientras con la mano de mi gran escudo atado al antebrazo llevaba de los pelos a Sonriente dirección a la tienda, y en mi diestra llevaba mi enorme espadón por si alguien queria interponerse a la voluntad del nuevo Jârl de los Muñones Sangrientos.

 Los murmullos crecen a tu alrededor cuando dices lo que dices, y a medida que te llevas a Manofirme el corro se abre para dejarte pasar y todos te siguen hasta la tienda más grande, la que supones que debe ser de Manofirme, y la rodean, en silencio.

Ves que es una turba tensa, como si en cualquier momento pudiera pasar una tragedia, notas que no ha gustado nada lo que has hecho y sólo falta una señal para que todos se lancen sobre ti. Una señal como un grito, una palabra mal dicha o una acción que pueda ser malinterpretada.

Una vez dentro de la tienda, no tarda en volver en si. Está aturdida y hecha una mierda, pero vive y te puede escuchar.

¿Qué querer, cuervo? Mata a mí, cuervo. Mata ya. Estar preparada.

La situacion era tensa, tanto fuera como dentro de la tienda. Debia volver hacer acopio de inteligencia y eso no me gustaba. Siempre habia preferido solucionarlo todo con el acero pero esta vez no seria posible. Estaba herido antes de llegar aqui y tras el duelo con Mano-Firme aun mas. Tal vez este fuese mi primer y ultimo dia como Jârl de los Muñones Sangrientos y no solo eso, tal vez seria mi ultimo dia en el mundo de los vivos....

Le tapé la boca con la mano y la mire fijamente, con un susurro en su oido le transmiti lo que queria decirle.

- Sonriente, vamos a hablar en susurros. Mientras yo hablo tu gimes de placer, y cuando tu quieras hablar yo tambien hare sonidos de placer. ¿Entendido? -esperé a que asintiese con la cabeza- Yo no soy un cuervo, soy un hombre libre. Soy Aesgaard el de la Fuerza del Trueno, la Montaña que camina. El gigante.

Dejé muy claro que no me relacionase con los cuervos, ya que ahora eran mi enemigo aunque no desease tener que matar a Floki y Lothar.

Añadí tambien a mis susurros lo siguiente:

- Ahora tenemos el mismo enemigo, y quiero ver muerto igual que tu a ese bastardo de Arlik. Así que sigueme el juego y dime que podemos hacer para que de momento todos los Muñones Sangrientos no nos maten. Veo que estan tensos y cualquier error significaria joderla.

Retiré la mano de su boca y esperé a que me respondiese rapidamente. Para saber si empezar con el "numero" de estar forniciando o que hacer.

 Sonriente te mira con ojos agresivos, peligrosos, pero también cansados, y escucha mientras le hablas. Cuando le comentas lo de gemidos y placer se agita inquieta pero luego suspira resignada y acaba de escucharte hasta que acabas. Cuando le dejas hablar se incorpora con dificultad hasta rozarte la oreja con sus labios.

Sonriente murió... Ahora Manofirme... Y Manofirme no jugar a follar... Si tú tocar yo arrancar oreja... Yo morder fuerte... Tú matar a mí... Costumbre ser que vencedor comer corazón de vencido para comer su valor. Luego vencido ser cocinado y toda tribu comer su carne para que antiguo jefe siempre estar entre Muñones... Siempre nuevo jefe matar antiguo jefe.

Luego se vuelve a tumbar en el suelo, a la vez que suspira por el esfuerzo.

¿Qué querer de mí, hombre libre? Dice con cierto retintín. Hablar rápido y quizás Muñones no matar.

Con resignacion escucho sus palabras, su caracter salvaje no les deja pensar con libertad y maldigo por dentro que me de tan pocas opciones, mejor dicho una unica opcion. Pero de nuevo tengo una buena idea y decido ponerla en practica.

- Yo no quiero tocarte ni follarte Mano-Firme. -decido llamarla por su nombre- Si yo hubiese estado delante cuando ese cuervo Arlik hizo lo que hizo te juro que le habria cortado la polla y juntos habriamos visto como se desangraba.

Rapidamente añado, a sabiendas que el tiempo ahora mismo es oro.

- De ti quiero que sigas siendo la Jefe de los Muñones Sangrientos, te he demostrado que soy mas fuerte y lo mismo ha pasado con los Hendedores y lo mismo va a pasar con el resto de tribus. Los Tuétanos atacaron a los hendedores y yo maté a su tropa de elite, sus guerreros mas fuertes. Incluso su jefe huyó como un cobarde. -dejo caer delante de ella las armas de buena calidad que llevaban esos tuetanos de elite. A partir de ahora tu eres la Jefe de los Muñones Sangrientos pero YO soy el REY del Norte. Voy a unir a todos los clanes y solo hay dos opciones, unirse a mi o morir.

Hago una pausa, en todo momento hablo con mi voz grave cargada de personalidad y la observo con mis frios ojos azules.

- Qué me dices Mano-Firme? Quieres morir aquí y ahora o salir fuera de la tienda y explicar a los tuyos que soy el Rey en el Norte y que todos los clanes se van uniendo a mi o mueren? Mi enemigo ahora son los cuervos y van a ir a por mi. Pero pienso uniros a todos, y cuando todos los hombres libres me sigan haré que mis hermanos de sangre los Gigantes de más al Norte se unan también. No tengas ninguna duda de que voy a conseguir todo lo que te digo. Así que respondeme ahora o callarás para siempre mujer.

Me quedo mirandola, habiendo jugado la unica opcion que tengo para no matarla. Dentro de mi se que hago lo correcto y que por fin estoy donde siempre debi estar, uniendo a los clanes de los hombres libres.

Ella te mira, te escruta en el fondo de tus ojos... No encuentra razón alguna para que le estes mintiendo.

Gigante del Trueno ser ambicioso... Rey del Norte... Tú perdonar a mí y ofrecer justa venganza. Todo lo que decirme gustar. Aceptar...

Dice mientras te ofrece la mano y se ayuda de ella para ponerse en pie, con mucha dificultad.

Yo ayudar a conocer a otros pueblos Libres...

Te dice que para aceptar a los Hendedores quiere la cabeza de Partecráneos o Malamirada, pero al enterarse que estan muertos, lo acepta como una venganza de los espíritus del Bosque y cree que puede luchar al lado de ellos, si tú los guías, claro.

Salís de la tienda y se dirige a gritos a los suyos.

YABUYABUYAAAAA!!! YABU!!! YA! YA! YABUYABUUUUUUUU!!!!

Y ellos gritan en respuesta y eres aceptado.

Te pongo aquí un poco lo que pasará, para que así sea una sorpresa para los otros pjs.

Al día siguiente el Hendedor que te acompañaba quiere que lo acompañes al campamento Hendedor. también te acompaña un guerrero Muñón, que ha accedido a acompañarte como testigo de tu hazaña con los Muñones.

Después de los dos días (que esto lo jugaremos en mesa) llegarás al campamento Hendedor, donde te recibirá Dulce y hablarás con ella.

Me han informado de todo lo que ha ocurrido... Eres muy valiente, hombre libre... y muy osado... Y ambicioso... Ya sabes que mi pueblo está contigo... y yo también... Pero está el problema de los cuervos. El hombre moreno es cortés y educado, y es un extraño pero letal guerrero... Creo que nos podría ser útil. Y el cambiapeles tiene alma de hombre libre como tú... Creo que también podría ser uno de los nuestros. El problema es el cuervo de la maza. Es todo lo malo de los cuervos. Violento, cruel... Desfió mi autoridad en mis propios salones y ahora mismo es él o yo. Si no lo castigo no sé si podré mantener mi posición.

Hace una pausa dramática.

Sabemos de su oido hacia los Muñones... Quizás podriamos llevarlo hacia una trampa para matarlo... Puedes decirles que no pudiste matar a Manofirme y ellos te explusaron de su pueblo. No deja de ser verdad... Así puedes ganarte a tus antiguos compañeros y convencerlos para que acudan a matar a un grupo de Muñones. Irían algunos hendedores y ellos serían los que matarían al cuervo cruel.

Ese muñón que te acompaña podría ser un traidor que se ha pasado a tu servicio por tu valentía demostrada... Mi pueblo necesita ese herrero del sur para poder sobrevivir... O bien si nos unes a todos podremos viajar al sur y reclamar lo justo. unas tierras para nosotros.

Se acerca mucho hasta ti, rozándote con su cuerpo contra el tuyo.

Cuando Lothar esté frío, yo calentaré tu lecho, mi gigante.