Los días pasaban en la más absoluta rutina. Algunos lo agradecían, tras el encuentro en Rayingri, pero poco a poco el ambiente iba volviéndose más tenso y saltaban algunas quejas sobre perder tiempo y recursos en misiones de reconocimiento en sistemas vacíos.
La situación cambió, cuando se ordenó a la Tours acudir al sistema Hong, donde se había reportado actividad Geth muy recientemente. Los Geth parecían salir del planeta Casbin, por lo que se le pidió a la Tours precaución extrema antes de actuar en el planeta, puesto que aterrizar en el planeta estaba prohibido y penado con altísimas multas e incluso penas de cárcel, ya que Casbin había sido designado como un Mundo Santuario por el Consejo de la ciudadela por sus condiciones, similares al de planeta Tierra en la era Proterozoica; Atmósfera caliente y húmeda mayormente compuesta por nitrógeno y dióxido de carbono, con una superficie cubierta de líquenes y algas que acabarán cambiando la atmósfera por una de nitrógeno y oxigeno en unos miles de años si su frágil ecosistema era dañado de alguna manera.
El plan era el de mantener el planeta vigilado, con los escaneres buscando actividad en la superficie de manera casi constante, mientras la Tours se mantenía oculta a una distancia prudencial, preparada para activar los sistemas de sigilo si hiciese falta. En cuanto se pudiese ubicar la posición de la base Geth, se mandarían los datos a una fragata de combate, con mayor equipamiento para actuar en este tipo de acciones terrestres, ya que la Tours ya no contaba con un Mako.
Lo que acabó por cambiar el plan fue la transmisión urgente de una baliza de socorro, desde el cercano planeta Matar. Según los técnicos de comunicaciones, el mensaje no venia encriptado de ningún tipo de forma y parecía ser de una nave civil, aunque lo extraño es que había empezado a emitirse hace varios días, antes de que llegaseis al sistema para comenzar la vigilancia de Casbin, pero solo ahora los sistemas de la Tours la habían detectado.
Tras informar a sus superiores, se pidió a la Tours que acudiese de urgencia a rescatar a los posibles supervivientes; Matar era un planeta de condiciones hostiles, con una atmósfera muy pesada de nitrógeno y krypton y una temperatura treméndamente baja.
Repiqueteó los dedos sobre el reposabrazos, impaciente, mientras mantenía sus ojos clavados sobre los escáneres. Habían recibido una señal de emergencia desde Matar mientras vigilaban Casbin, y Rinko se dedicaba a esperar las órdenes para el inminente descenso. Parecía que volvían a entrar en acción pero la piloto no las tenía todas consigo. La señal había sido captada repentinamente, ¿algo la había estado bloqueando hasta ese momento? ¿Estarían los mismísimos Geths implicados? ¿Y si sólo era una maniobra de distracción para dejar al mismo Mundo Santuario descubierto? Se notó nerviosa, más de lo habitual, como si algo no encajara e imaginó que el propio nerviosismo que había invadido a parte de la tripulación, deseosa de algo de movimiento, no ayudaba. Sacudió la cabeza, seguro que a alguien ya se le habría ocurrido.
Se decidió que debían bajar. Cambió el rumbo de la Tours hacia el planeta y pilotó hasta allí.
—Vamos a llegar con toda la caballería.-le dijo a Vinny. Era extraño no lanzar el Mako y arribar directamente con la nave.
Esta vez la Tours había recibido una misión bastante más importante. Ya no se trataba de explorar sistemas desiertos o hacer tareas absurdas sino vigilar un planeta muy importante (por algo del ecosistema... Vincent no se había enterado mucho). Los geth seguían haciendo de las suyas así que por fin habían necesitado su ayuda. Mandarlos al culo de la galaxia era un malgasto de efectivos y finalmente lo habían comprendido.
No solo eso, sino que la misión dio un giro inesperado cuando la Tours recibió un mensaje de socorro. ¡Una ocasión perfecta para estirar las piernas y salir de esa lata voladora! Vincent estaba más que agobiado por no estar haciendo nada útil. Le emocionaba pensar que en poco rato estaría tocando tierra con su fusil entre manos. Además, se trataba de rescatar civiles. ¿Qué había más honrado que eso?
- ¡Bien, bien! ¡Vamos a Matar!- gritó emocionado en cuanto se dio la orden de proceder. Quizá lo había dicho con demasiado furor, porque algunos tripulantes se le habían quedado mirando como si fuera un krogan sediento de sangre-. Me... me refiero al planeta, no a...
Lo dejó correr porque era más urgente prepararse para descender. Fue a buscar sus armas y su equipamiento y empezó a colocarse la armadura.
El tiempo pasaba, y yo pasaba de él.
Simplemente esperaba tranquilamente mientras tuviéramos la oportunidad, o llevábamos a cabo misiones de poca monta si así se nos ordenaba. No entendía por qué la gente se ponía de los nervios. Había que saber aprovechar cada momento que se nos daba.
Llegué con el resto de la tripulación en el momento perfecto para el malentendido.
Tanner se había coronado con la frasecita. -Te hemos entendido... Le dije con una mezcla de cariño con un tono burlón,
pero casi en el acto salió corriendo. Tampoco ha sido para tanto... Pensé.
Desde el dichoso planeta Matar habíamos captado una señal de socorro, sin encriptar de ningún modo ¿Tenían prisa?, procedente de una nave civil, ¿Qué hacían ahí?, y el inicio de la señal tenía ya varios días ¿Estamos a tiempo?...
Unos civiles sin preparación en un planeta hostil de esas características durante varios días, no era el cóctel perfecto para irse de vacaciones... Sinceramente, no tenía demasiadas esperanzas...
Un accidente, un fallo técnico, un asalto, una trampa, las opciones eran bastantes, pero ninguna me convencía...
Aguardé a la espera del resto del equipo, o a que alguien me informara de algún detalle adicional sobre Matar o la misión.
Por suerte -de eso nada, todo gracias a mi enfermiza obsesión por la preparación- mi equipo estaba listo en todo momento al cien por cien, así que no tuve que salir corriendo a ninguna parte.
Sin nada que hacer hasta el despliegue, me senté y cerré los ojos a la espera de nuevas instrucciones.
La rutina le estaba matando sabiendo lo que había en el exterior diseminándose por diferentes sistemas, estar sentado en aquella silla recibiendo noticias de lo que sucedía en los diferentes sistemas tampoco le ayudaba en nada. Por eso, cuando detectaron una baliza con una señal de emergencia del planeta Matar, estuvo atento a los detalles que pudo captar hasta que por fin llegaron las órdenes que estaba esperando, la Tours tendría que realizar la misión de rescate.
No tardó en volver a su puesto a realizar los trabajos pertinentes antes de poder salir de aquella silla. Una vez hubo dispuesto todo, se levantó a todo correr de la silla a preparar minuciosamente su equipo para juntarse con el equipo que realizaría la misión. - Por fin. dijo al llegar junto a sus compañeros.
La baliza de emergencia emitía un mensaje automatizado, radiado con la voz de una IV, libre de emoción. La mayoría es jerga protocolaria propia de la IV, pero las partes importantes son las siguientes. "Nave de recreo con licencia número 1483-HX2 solicita rescate de la superficie del planeta Matar", "Tripulación de cinco miembros, humana en su totalidad", "Problemas con la energía electroestatica en los propulsores", y la fecha, hace 4 días, más de 15 horas antes de que llegaseis al sistema.
La misión consistiría en acudir al punto en el que se ubica la baliza con la Kodiak, con Alisha para tratar a cualquier herido que lo necesite, con Ellie para que haga una inspección a los propulsores de la nave y ver si tiene algún tipo de arreglo, y con Shield, Katherine y Vincent porque, en palabras de la capitana, "Esto no parece del todo correcto".
El hecho de que una nave tuviese problemas con la electroestatica de los propulsores era común, y peligroso. Si se acumulase demasiada, podría descargarse en la nave calentándola de tal manera que mataría todo lo que hubiese dentro. Pero era raro que se llegase a una situación así; bastaba con acudir a la de cualquier planeta, y descargar la energía en su campo magnético. Si bien es cierto que Matar carece de campo magnetico, imposibilitando la descarga de la energía, era raro que cualquier piloto o capitán con dos dedos de frente dejase que se acumulase de tal manera como para que resultase peligroso llegar hasta otro planeta, y encima fuese tan estúpido como para acudir a un planeta con las condiciones de Matar.
Pero de idiotas estaba la galaxia llena, y no se podía simplemente ignorar una llamada de auxilio porque "no puede haber alguien tan tonto suelto".
Así que tocaba acudir al punto marcado por la baliza... aún preparados para lo peor.
Al mando de la nave quedaba el navegante Goodwin, que dio orden de preparar la Tours para combate. Vosotros, os preparabais para ir a Matar... El planeta, claro.
Ellie dio un largo sorbo a su copa de vino mientras terminaba el capítulo de la novela en la que se encontraba inmersa desde hacía un par de días. Aún no se había recuperado del todo del impacto que le causó su primera misión de campo… de la que falto muy poco para que no lograran salir de allí con vida. Alisha, la doctora de abordo, había hecho un excelente trabajo con la Comandante Ferguson y el resto de la tripulación, pero eso no había mejorado el estado de intranquilidad y ansiedad perpetua en el que se encontraba desde entonces. Le costaba horrores conciliar el sueño, vislumbrando casi en todo momento a aquellas criaturas geth saltarinas que les acechaban por todos lados.
Pero estaba en la Tours. Y allí todo era un especio seguro. O todo lo seguro que podía ser una nave vagando por el frío espacio.
Los sistemas de comunicación se activaron entonces de improvisto. Al parecer la Tours había captado la señal de socorro en los aledaños del planeta Matar. Dejó el PAD de datos sobre el camastro y apuró el contenido de la copa antes de salir de su camarote y dirigirse al puesto de mando.
Allí le esperaban la Comandante, el Navegante y parte de la tripulación. Saludó a Vincent, a Ackerhart y a Shield con un leve cabeceo, si bien conservando un semblante serio y manteniendo las distancias. Les debía la vida, en efecto, pero eso no hacía que dejase de evocar los acontecimientos de Eden Prime cada vez que les veía. Negó con la cabeza y prestó atención a la grabación.
—No, desde luego no parece correcto que alguien maneje los propulsores de manera tan negligente, Comandante —coincidió con Ferguson—. Voy a preparar la omniherramienta, no tardo nada.
En el hangar de la Kodiak esperaba con impaciencia el momento de la partida, si bien era cierto que solo acudían a una llamada de rescate, las circunstancias que rodeaban a esa llamada eran extrañas, demasiado y el echo de que la tours se preparara para el ataque desde el espacio así lo indicaba.
Miro a sus compañeros de acción si se mantenían unidos y luchaban en conjunto no les podrían parar.
Vincent hizo una mueca de fastidio cuando aparecieron Ellie y Alisha. En la última misión ya habían tenido que hacer de niñeras de la ingeniera y ahora tendrían que asegurarse de que a las dos princesitas no les sucediera nada malo. Si realmente pensaba que era peligroso, la comandante debería mandar primero al equipo de tierra y luego dar paso a esas dos.
Pero, en fin, ambas habían demostrado que no eran inútiles en su campo. Mientras supieran moverse con cautela y siguiendo la formación, la cosa iría bien. Quizá.
- Esperemos que esas cinco personas estén bien- comentó por decir algo.
Había ignorado todo el rollo técnico del mensaje pero se había quedado con lo que le interesaba. Las misiones de rescate podían ponerse peliagudas si había enemigos en el campo. Especialmente cuando los rescatados se ponían histéricos por cualquier cosa...
Algo no marchaba del todo bien. Sus sospechas se confirmaron cuando supo la causa del accidente, aunque tratándose de una nave civil…todo podía haber sido culpa de un piloto muy inexperto. Le tranquilizó que la comandante Ferguson tampoco lo viera del todo claro. Mientras se acercaban al planeta, Rinko se preparó para cederle los mandos a su copiloto. Una vez llegaron, abandonó el puente de mandos y descendió rápidamente hasta la cubierta de carga, donde preparó su equipo de tierra.
Observó la Kodiak, rememorando la desastrosa misión en Rayingri. Le recorrió un escalofrío. Deseó que esta vez todo fuera más fácil.
Todo el equipo montó en la Kodiak una vez estuvo preparado, y la comandante dio la orden de acudir a las coordenadas emitidas por la baliza. No era sencillo ver la superficie del planeta debido a que las partículas de Krypton de la atmósfera estaban ionizadas, emitiendo un brillo verde, pero conforme la nave de transporte iba acercándose, se hacía mas visible la silueta de una nave derribada en una gran llanura abierta. Quizá la nave había acabado sufriendo una fatal sobrecarga electromagnetica, pensasteis, pero pronto os disteis cuenta de que ese no había sido su destino; Junto a los restos de la pequeña nave, descansaba el cadáver de unas fauces trilladoras.
Pero cuando los sistemas de la Kodiak amplificaron las imágenes que captaban, quedo a la vista que la nave tenia un claro diseño militar, y para colmo, batariano. Era una pequeña nave de asalto y abordaje, que se podría comparar con una Kodiak, aunque con bastante más potencia de fuego. Al parecer, la nave y el gusano subterráneo se habían destrozado entre si; La bestia tenia prácticamente la cabeza separada del resto de su cuerpo debido a una fuerte explosión, y la mitad de los restos de la nave batariana seguían encajados entre sus mandíbulas. Probablemente los batarianos dispararon sus misiles como venganza cuando se vieron atrapados por el repugnante gusano.
Esclavistas - Comenzó a decir la comandante - Seguramente algún capitán batariano que decidió dejar el ejercito llevándose algo de material de oficina. No es que haya tanta diferencia entre su ejercito y los piratas o esclavistas, salvo los uniformes.
Aún así, había que bajar y explorar más de cerca el lugar, o eso decía la comandante.
Una vez en la Kodiak, Exor se dispuso a disfrutar de las vistas del espacio, siempre tan pacifico y silencioso. Según se acercaron a la nave vieron cual había sido el problema para el envío del mensaje de emergencia, la visión de un cadaver de unas fauces trilladoras no era agradable de ver. La nave que vislumbraron tampoco le hizo ninguna gracia y cuando la comandante mencionó a los esclavistas sus dientes rechinaron.
Esperaba que hubieran caído todos bajo las mandíbulas de las fauces trilladoras y que realmente no pasara nada allí, el universo se estaba viendo hostigado por la amenaza de los Geth y no le parecía correcto que malgastaran demasiado tiempo con aquella calaña.
Durante el camino Rinko se mantuvo concentrada, observando los escáneres ante la perspectiva de posibles problemas, ya que seguía sin tenerlas todas consigo. Pequeños destellos verdes rodeaban Matar, dotándole todo de una atmósfera extraña a la par que bella. Continuaron acercándose hasta que empezaron a vislumbrar parte de lo que había sido una pequeña nave…¿y qué carajo es eso? Mientras abría los ojos progresivamente, repasó el contorno de aquél animal horripilante; una fauce trilladora muerta. No le hizo ni un pelo de gracia imaginarse enfrentándose a ese bicho, que solía salir de la nada y en el peor momento, lanzando ataques muy jodidos. Empezó a pensar en la posibilidad de que rondaran más por la superficie del planeta.
Distinguió el diseño de la nave. Batarianos…esto va a complicarse más de lo esperado. La idea de rescatar a esclavistas le revolvió el estómago. No sabían si seguirían vivos, si no…no sabían nada. La comandante decidió continuar con la misión. Rinko asintió y arribó hasta el planeta.
Vincent se quedó mirando esa silueta con atención hasta que la proximidad le permitió saber qué era. Abrió los ojos de par en par y se removió en su asiento, medio emocionado y medio incómodo.
- ¡Hostias! ¡¿Y ese bicho?!- chilló al ver el cadáver de las fauces trilladoras-. ¡Pensaba que solo estaban en el planeta de los krogan!- continuó exclamando con sorpresa.
Se rió por pura incredulidad y miró a sus compañeros para comprobar sus reacciones. Seguro que se estarían muriendo de miedo al ver esa cosa. Él mismo no tenía ningunas ganas de encontrar algo así en toda su vida, a ser posible. Esos bichos gigantes podían devorar a pelotones enteros sin dificultad alguna.
- ¡Y encima es una nave batariana!- se quejó cuando identificaron el modelo-. ¡Tenían que ser batarianos, no me jod-! Quiero decir, vaya tela. A esos los salvará su pu-... Es decir... Que les vaya bonito allí abajo.
No podía evitar la ristra de palabrotas después de encontrar esa nave, aunque lograba contenerse... más o menos. Por la cara que ponía, era evidente que los batarianos no le hacían ni pizca de gracia.
El viaje sería corto, pero el espectáculo de luces lo valió. Entre los destellos titilantes de la atmósfera se comenzó a vislumbrar los restos de la nave accident... -¿Batarianos? Exclamé para mis adentros mientras abría los ojos atónita.
Casi sin quererlo, la mirada se desviaba inconscientemente hacia el enorme cadáver de las fauces trilladoras, algo que no pasó desapercibido para Tanner, a lo que me dirigí hacia él: -Me preocuparía mas de uno que estuviera vivo...
Acto seguido, volví a acomodarme a la espera de nuestra llegada a la superficie, solo incomodada por el hecho de que ESA no parecía una nave civil y que las fauces trilladoras tuvieran algún vecino fácilmente irritable, aunque sin haber llegado a la parte del trabajo de campo, solo podíamos sacar conjeturas.
Apoyé los codos sobre los muslos, mirando hacia abajo, a la espera de nuestra llegada a la superficie de Matar.
No tardaron en prepararse y embarcar en la Kodiak. Rinko les llevó hasta las coordinadas de la baliza sin incientes… pero lo cierto es que si las circunstancias que rodeaban a aquella llamada de socorro eran ya de por si extrañas, encontrarse una nave batariana injertada entre los mortíferos quelíceros de un enorme gusano de la fauna autóctona… no ayudaba a esclarecer qué diantres hacía esa nave ahí... ni por qué semejante engendro la había confundido con su almuerzo.
Unas fauces trilladoras… La pregunta de Tanner era más que legítima, ¿qué diantres hacían unas fauces en aquel planeta? Se suponía que las condiciones de vida del planeta aún eran incipientes. ¿Cómo se las habían ingeniado las fauces para medrar en aquel ecosistema tan alejado del mundo natal Krogran?
—Supongo que es otro misterio que añadir a la lista… —dijo distraídamente contestando a su compañero—. Y supongo que eso no cambia en nada la misión de reconocimiento.