Fue ayer al mediodía. El pueblo estaba volcado en sus preparativos de las celebraciones de la cosecha, Mi hermano, Rod, y los descerebrados de sus amigotes estaban bromeando con un robot de cultivo, un F2 Helper. Cuando los vi, estaban tratando de volcarlo, peor no lo consiguieron. Estaba caminando hacia ellos, desde el barracón, cuando aquel armatoste comenzó a lanzar chispas azules, cayendo sobre Rod. Sus compañeros echaron a correr, bromeando, diciendo que el capullo de mi hermano se había metido en una buena. Cuando los rebasé, vi al Helper salir despedido hacia el bosque, pero un Buster T-7 se había plantado sobre el cuerpo del muchacho que, borracho, le respondió gritando, tratando de librarse del dolor.

- La destrucción de equipo robótico está prohibida.

Aquel engendro tomó los gritos de Rod por una amenaza y clavó su brillante brazo metálico en su pecho. Aceleré mi paso, alcanzándolos justo cuando el Buster lo lanzó a un lado, echándome una mirada antes de seguir al Helper, hacia el bosque. Traté de detener la pérdida de sangre de mi hermano, su pecho abierto en un agujero enorme, pero nada se podía hacer.

Estaba llorando, desesperada, cuando me miró directamente a los ojos, escupiendo sangre. - No se puede razonar con ellos.- Parecía delirar mientras su consciencia abandonaba su cuerpo roto. - Deberíamos haber terminado con los dioses hace mucho tiempo. Sin dioses. Sin monstruos- Sus ojos se iban tornando vidriosos, ya no respiraba, solo resollaba. - No dejes que te controlen. No pueden pensar por sí mismo.

Aquellas fueron sus últimas palabras. No. Pueden. Pensar. Por Si. Mismos.

Le dije que se apretase la herida, que iba a por ayuda, afirmó, poniéndose de lado, en postura fetal, mientras trataba de ir al barracón, a por ayuda, peor cuando volví ya era demasiado tarde.

Al día siguiente fue su funeral. Todos pasaron a despedirlo, a tratar de animarme. Todos repitiendo la misma frase. - ¡Qué accidente tan absurdo! Los bots nunca actúan así.- Pero yo podía recordar otros 'accidentes absurdos', claro que sí. Y cuando me cansé y le pregunté al anciano Rum quién programaba a los bots, me miró confuso. - Es... Es un dios, pero nunca lo hemos visto ni oído. Él programa los robots y ellos nos ayudan en las granjas... Todo... Todo funciona.- Hasta que ocurre otro accidente absurdo.

Tras los servicios, de vuelta en casa, sus últimas palabras no dejaban de volver a mí. No se puede razonar con ellos. Ni dioses ni monstruos. No pueden pensar por sí mismos. Quedé dormida, mecida por esas palabras, y tuve una pesadilla. Era tan débil, tan poca cosa, que no podía ayudar a mi hermano.

Me desperté antes del amanecer, con el piloto automático. Me vi tomando mi mochila y guardando unos cuantos enseres básicos. Recorrí el pueblo, aun dormido, en silencio. Caminé sobre el suelo en el que Rod murió y crucé la línea de árboles que marcaba la frontera del pueblo. Me giré para mirarlo por última vez y me deslicé hacia la espesura, con la determinación de hacer lo que nadie se atrevía a hacer... Iba a dar fin al tiempo de los dioses.

DÍA 1: UNA PEQUEÑA HERIDA
(Día herida 1, al tercer día volver)

Mientras miraba por la zona, me he torcido un tobillo, teniendo que quedarme a hacer noche aquí para poder hacerme las curas pertinentes y descansar. 

Espero que mañana la cosa vaya mejor.

DÍA 2: PRADERAS 
(Día herida 2, al tercer día volver)

He alcanzado las praderas. Mi avance ha sido lento por culpa del maldito tobillo, pero tampoco he encontrado nuevos obstáculos o detalles de interés.
 

DÍA 3: EVENTO

He terminado en un bosque donde encontré un rascacielos de vidrio. Se elevaba sobre los árboles por encima de los 30 metros. Dentro, pasé junto al puesto de seguridad y subí hasta el quinto piso, donde escuché un zumbido bajo.

Encontré una chaqueta de cuero (Chaqueta de Cuero del Durmiente), en un perchero cerca de la puerta. En ese piso había pasillos de cápsulas metálicas con humanos secos dentro. Las cápsulas se iluminaban a medida que caminaba entre ellas. Toqué la parte superior de cristal de una cápsula vacía y se abrió. En el interior parpadeaban luces blancas y me invitó a entrar. De repente, la voz de una mujer resonó por los altavoces del techo. Miré hacia arriba.  

“Hola, viajera. Has llegado desde muy lejos. Me temo que es demasiado tarde para unirte a nosotros. La vida eterna fue una oferta por tiempo limitado”. Sentí un pinchazo agudo en la mano que tenía apoyada en la cápsula.  

Parpadeé y me encontré en una habitación vacía. Las paredes y el suelo tenían un suave resplandor azul. La voz de la mujer continuó hablándome. “Ha pasado mucho tiempo desde-” “¿Dónde estoy?”, pregunté. “Estás a salvo”, dijo ella. “Pareces enojada. Ya veo. Ah, corregimos ese error en los Buster T-7. Tu hermano no merecía lo que le pasó. Espero que puedas encontrar en tu corazón el perdón”.  

Desperté con luces rojas brillantes parpadeando en mi cara. He caído dentro de la cápsula. Arranqué un cable de mi mano y retrocedí mientras este se movía, intentando encontrarme de nuevo.  

“¿Qué demonios es esto?”, pregunté en voz alta.  

Tomé mis cosas y regreso a las escaleras. Las luces del techo parpadeaban. “Sabes que no puedes matarme, ¿verdad?”, dice la mujer por los altavoces. Bajo rápidamente las escaleras. “No soy el enemigo que crees que soy”.  

Al pasar por el puesto de seguridad, vi un Taser Solar y lo tomé. “Por favor, no hagas nada imprudente”, dijo ella.  

Cojeé por un bosque oscuro. La luz de la luna era tenue y inquietante esa noche. Escuché una rama romperse detrás de mí y me quedé paralizado. Me giré lentamente y vi el cuerpo de mi hermano arrastrándose hacia mí. Su rostro tenía cuatro ojos que brillaban en blanco mientras escupía sangre y me pedía que lo ayudara.

Congelada por el miedo, intenté hablarle, pero no salió nada. Mientras me esforzaba por decir algo, desperté.

Solo había sido una pesadilla. Me sacudí el miedo y volví a dormirme. Cuando desperté por la mañana, mi tobillo había mejorado, pero sentí que me faltaba algo. ME HE QUEDADO SIN COMIDA.

DÍA 4 DESIERTO + BUSTER T-5

Las praderas han dado paso al desierto.

Los pavimentos del pasado han destruido esta zona, que, sin la cubierta arbórea, sufre demasiada exposición al sol. El suelo se ha secado y apenas sobrevive vegetación. No es un lugar divertido si no eres un lagarto.

Mientras exploro el antiguo jardín delantero de una casa suburbana, escucho a un Buster T-5 caminando por la calle. Comienzo a escabullirme tras la casa, pero derribé unos cubos de basura oxidados. Salté una cerca y corro por la calle, pero el Buster T-5 es mucho más rápido y me disparó.

Logré esquivarlo y traté de huir. Casi me dio con una segunda descarga, pero logré esconderme a tiempo, dándole esquinazo. Probé con él mi Taser, pero aun dejándolo conmocionado, me quedó claro que todavía podría hacerme pulpa, y mi única arma se había quedado sin batería, así que huí.

DÍA 5: BOSQUE, GASOLINERA

Todo fue abandonado en la década de 2050. Los estacionamientos, suburbios y centros comerciales del pasado han sido invadidos por la naturaleza. El tiempo casi ha borrado el viejo mundo. Mientras caminaba entre los árboles, no pude evitar sentir que todo me observa.

Coches oxidados cubiertos de enredaderas estacionados frente a una gasolinera. Dentro, encuentré una bolsa de papas fritas que caducó en el 45. Abrí la bolsa y probé una. Como era de esperar, estaban rancias. Todavía hay un perrito caliente en exhibición que gira unos minutos al día gracias al panel solar de la tienda. Detrás del mostrador, encontré 2 Bitliths. Si al menos me los pudiera comer...

DíA 6: BOSQUE, RUINAS DE UNA GRANJA

Mientras me tambaleaba, hambrienta, por el bosque, me encontré con los restos de un antiguo granero. Solo quedaban su base de cemento y columnas de madera. Un gallo me persiguió para proteger a sus polluelos... Al menos encontré cuatro frutas en un árbol junto a la carretera. Comí tres, desesperada, solo pude contenerme para guardar la última.

DÍA 7: RETORO A DESIERTO Y BUSTER T-5

A pesar de no estar completamente curada, he decidido volver en busca del Buster T-5 que enfrenté hace un par de días, tal vez guarde herramientas o pistas necesarias para que continúe mi camino. No lo tomé por sorpresa, peor tampoco tenía materiales para repararse. Me atacó pisándome el pie derecho, me hizo daño pero lo superaré. Aproveché la proximidad para freir sus entrañas mecánicas con el taser, dejándolo inservible. No tenía nada util, solo 3 frutas, tampoco me quejaré. Tomo dos para celebrarlo.

DÍA 8: DESIERTO, EL COMERCIANTE

Encontré un banco y me hice con 10 Bits, pero un Seeker K-9 me salió al paso. Saltó para atacarame pero una flecha se clavó en su cabeza, cayendo como un peso muerto.

Extraje su batería con dedos rápidos y me giré para ver quién me había salvado el culo. Vi a una figura completamente embozada huyendo con un arco en la mano.

- Gracias.- Le grité.

- Cierra el pico, van a venir más, loca.- Me contestó.

Caminé en su dirección pero me detuvo. - Hay un pueblo hacia el oeste.- Dijo mientras continuaba alejándose.

DÍA 9: DESIERTO, VILLA

Siguiendo las señas de aquella sombra furtiva que me salvó ayer he llegado a un asentamiento más pequeño que aquel dlel que partí hace ya nueve días. La gente fue cálida y acogedora.

Terminé encontrando una taberna de ambiente cálido y acogedor en el que había distintos grupúsculos, cada uno entretenido, jugando, discutiendo o solucionando pequeñas rencillas, pero parecían felices. No me costó convencer al posadero de que me dejase pasar la noche en uno de sus cuartos. Insistió en no cobrar.

Echando un ojo a la plaza, vi como unos críos adiestraban con palos pintados a modo de armas, esquivando y atacándose entre si con una técnica pasmosa que nunca había visto. Nunca habíamos necesitado eso en la granja. Intenté convencerles de que me enseñasen cómo lo hacían, pero hasta que no les solté unos cuantos créditos, no lo hicieron. Voy a necesitar un arma nueva para ponerlo en práctica. Me indicaron una tienda en la que tal vez podría encontrar algo.

Hablando con los parroquianos me encontré con un recado peculiar que me `pidió una joven al ver que era una viajera de fuera y pretendía seguir mi camino.

- Mi abuela escondió su joyero a una milla al noreste de aquí, en las montañas, probablemente en la cueva donde conoció a mi abuelo. ¿Puedes ver si todavía está por ahí?

DÍA 10: CASILLA AL NORDESTE, BÚSQUEDA 1 - CUEVA FAMILIAR

Decidí ir a investigar la ruta que me habían comentado ayer, ya que no sabía por dónde seguir. 

Subí por un sendero que rodea una pequeña montaña. Cuando me acerqué a la cima, descubrí la entrada de una cueva. Estaba llena de desperdicios, como mantas sucias y latas de refresco de hace 50 años. Vi una caja de madera pulida que sobresalía de un montón de rocas y hojas.
La desenterré, encontrando un joyero. Lo abrí y encontré joyas para toda la vida, anillos de oro y collares de perlas. Cerré la caja, la metí en mi bolso y di la vuelta para marcharme. Pero un gran Oso Grolar acababa de volver a casa y no se alegra de verme en su cueva.

Forcejeamos y realmente llegué a pensar que tal vez podría huir para contarlo otro día, peor aquella bestia terminó sentada encima mía, haciéndome trizas hasta que perdí la conciencia, cayendo en el pozo de la negra muerte. Lo siento, hermano, no pude matar a dios...