Partida Rol por web

Dave preparó la escena para incriminar al cocinero como nuevo consumidor de la droga que allí se vendía. Una vez que todo estuvo a punto, el cuerpo del cocinero "desmayado" con pastillas en la boca y bolsas en las manos, se escondió detrás del frigorífico. Observaría la escena y sorprendería al motero para sonsacarle información de la situación del bar y el cliente sospechoso que había visto momentos antes.

El motero entró bastante contento en la cocina.

Bueno. Ya está arreglado. ¿Has preparado..?
¿Pero qué cojones haces? ¿Estás loco? Eso es para vender tio.

El tipo agarró a cocinero y lo tiró al suelo. El golpe ayudó al que ya tenía para acabar de dejarlo grogi del todo.

Me cagüen la puta. Tio, esta te la vas a cargar tú solito. Voy a hacer la venta con el musculitos, y cuando acabe se lo contaré a Big Jack. Esta vez no me la juego por tí.

Malhumorado cogió las dos cajas y salió refunfuñando al callejón. Parece que la jugada le había salido bien a Dave.
Eso le llevó a pensar en la cara del "musculitos" como lo llamó el motero. Ahora que lo recordabas, había algo que no encajaba. Cuando el motero se había girado para coger la mercancia, sonrió. Pero no de alegria, era una sonrisa macabra. Como si fuera a hacer algo perverso.

Dave siguió el motero hasta la puerta sin que éste le viera y observó escondido desde dentro del bar la escena que se producía en el exterior, preparado por si tenía que actuar en cualquier momento.

El cocinero estaba todavía tirado en el suelo quejándose, pero nada más. Y desde una ventana que había al lado de la puerta Dave tenía una estupenda visión de lo que sucedía.

El motero estaba con las cajas esperando, pero no tuvo que hacerlo mucho. Ya que el musculítos apareció enseguida. Dave no podía escuchar lo que decían, pero el lenguaje corporal era bastante claro. El motero se había enfadado por algo, y el otro tipo simplemente reía.
En un momento dado el motero se llevó la mano a la espalda y sacó una pistola, el musculitos seguía riendo. Parecía que en cualquier momento el motero iba a disparar, pero antes de que Dave pudiera hacer o decir nada empezó la violencia.

El musculitos agarró la mano del motero que sujetaba la pistola y apretó. Esta vez Dave sí que escuchó como el motero gritaba. Después vio como un montón de sangre salía a chorro de lo que había sido la mano del motero.
El musculitos le soltó, pero no había acabado. Agarró al motero antes de que este se cayera al suelo y lo levantó por encima de su cabeza sin esfuerzo aparente. Acto seguido lo lanzó contra la pared, justo al lado del contenedor en el que había caído Dave con anterioridad. No le hizo falta escuchar el ruido de crujir de huesos para saber que el tipo estaba muerto, había golpeado de cabeza y esta se había chafado contra el muro.

Sin dejar de reír el musculitos cogió las cajas y se dio la vuelta.