Una de las lección de la guerra en Indochina, y una de sus principales lecciones es que la infantería, en esta guerra sin frentes, tiene casi una importancia única. Más que nunca, es la infantería la que se lleva la peor parte de la batalla.
Coronoel X, comandante de zona
Prefiero ser un ciudadano de un país libre antes que emperador de uno esclavizado.
Bao Dai (ultimo emperador de Indochina)
John Fitzgerald Kennedy
"Así pues, compatriota: no preguntes lo que tu país puede hacer por ti, sino lo qué tú puedes hacer por tu país. Conciudadanos del mundo: pregúntense no qué pueden hacer por ustedes los Estados Unidos de América, sino qué podemos hacer juntos por la libertad del hombre."
Discurso Inaugural, 20 de enero de 1961."Desde que se fundó este país, cada generación de estadounidenses ha debido dar fe de su lealtad nacional. Las tumbas de los jóvenes estadounidenses que respondieron al llamado de la patria circunda el globo."
Discurso Inaugural, 20 de enero de 1961.
El ejercito de Estados Unidos de America te reclama contra la lucha comunista en Indochina, si te sientes Americano, patriota y defensor de la democracia...
¡¡Alistate!!
Al no existir una declaración de guerra oficial el servicio de los soldados americanos en el sudeste asiático se encontraba regulado por la normativa general del servicio militar, que permitía destinar a los reclutas al extranjero, y por el acta del golfo de Tonkín, que otorgaba poderes excepcionales al presidente de los EEUU para proteger a sus fuerzas desplegadas en el área de Vietnam. El presidente podía así, valiéndose de sus privilegios ejecutivos, destinar a sus reclutas a donde desease, y asignarles misiones de combate. Sin embargo no podía mantenerlos movilizados mas allá del tiempo legalmente previsto: 12 meses. Para prolongar los periodos de servicio habría tenido que aprobar la declaración de guerra o de emergencia nacional, algo políticamente inaceptable. Así pues los soldados americanos eran reclutados una vez llegada la edad prevista y enviados a los campamentos de adiestramiento. Evitar el servicio militar no era difícil, cabía solicitar prorrogas por estudios superiores ( algo a lo que renunció el vice-presidente Al-Gore para combatir ), alistarse en la guardia nacional ( Lo que hizo el presidente Bush), desertar a un país extranjero ( Suecia, en el caso del presidente Clinton), declararse homosexual, tener un hijo...Pero en el caso de los jóvenes de clase obrera, hijos de veteranos de Corea o de la Segunda Guerra Mundial, servir en el ejército en una guerra lejana seguía siendo un rito iniciático que se aceptaba a riesgo de convertirse en un apestado social. Otros tomaron un camino mas directo en su oposición a la guerra: Cassius Clay se negó en redondo a realizar el servicio militar, aunque su fama le salvó de la cárcel. Otros miles de americanos, por motivos básicamente políticos, quemaron sus cartillas de reclutamiento y se declararon insumisos. Esta conducta estaba penada con la cárcel, pero pocos de ellos vieron una reja en su vida. El hecho mismo de que los jóvenes patriotas y responsables fuesen enviados a morir a los arrozales de Vietnam mientras que los pacifistas se quedaban en casa sin ser molestados hizo mas por destruir la moral del soldado americano que cualquier campaña del movimiento por la paz.
En los años que tratamos 27 millones de jóvenes americanos llegaron a la edad de reclutamiento: 2.2 fueron reclutados forzosamente al tiempo que 8.7 se presentaron voluntarios, bien por patriotismo o buscando mejores condiciones de servicio y destinos en cuerpos como los marines. Frente a ellos, 16 millones de jóvenes escaparon al reclutamiento. La situación llegó a un punto tal que el presidente Gerald Ford no tuvo mas remedio que decretar una amnistía total para los insumisos y desertores, que llegaron a suponer un 7% de los combatientes en 1971. De otro modo habría tenido que realizar millones de juicios y encarcelar por tanto a millones de jóvenes americanos, con las consecuencias inaceptables que eso habría traído. 10 años después, América solo comenzaba a recuperarse del golpe que supuso a su organización militar el trauma de Vietnam.
Los campamentos de adiestramiento en suelo americano han sido generalmente tachados de brutales e inadecuados, pero en realidad se trataba de cuarteles que tenían la misión de entrenar por igual a los soldados destinados a las patrullas en el Mekong que a los infantes acorazados que defenderían Alemania occidental, rellenarían facturas en Rota o prestarían guarnición en Corea. En poco tiempo y sin formación especializada poco más podían hacer los instructores, por lo que los soldados aprendían tan solo los rudimentos del empleo del arma individual y del combate en formación... y a desfilar, por supuesto. La frase mas típica era “ Recordad esto, por que puede que os salve la vida”. El terror de los soldados ante la próxima entrada en combate les hacía buenos alumnos, aunque la experiencia de sus instructores en guerras convencionales les llenaba la cabeza de consejos tan bienintencionados como inútiles.
Llegados a Vietnam los soldados eran distribuidos como reemplazos por las siempre necesitadas unidades. Es decir, no se formaban unidades coherentes, sino que se suministraban soldados individuales para cubrir las bajas por combate o los soldados licenciados. El servicio en las unidades de elite, paracaidistas, fuerzas especiales y marines, era puramente voluntario, pero la mayor parte de los soldados terminaría por servir, naturalmente, en la infantería.
En 1967 por ejemplo, había destacadas 9 divisiones en Vietnam del sur, 2 de marines, 1 aerotransportada, 1 de caballería y 4 de infantería, además de una brigada independiente de caballería, infantería y paracaidistas. Naturalmente apoyando estas fuerzas existía un servicio logístico inmenso, que no solo cubría las necesidades de estas fuerzas, si no también de los aliados de EEUU. Dejando aparte al cuerpo de infantería de marina había más de 331.000 soldados del ejército sirviendo en Vietnam en ese momento. El nivel de estas tropas era satisfactorio pero no destacable. Eso implicó la alta presencia de tropas “especiales” como los paracaidistas y los marines, cuyo comportamiento en batalla era superior. De hecho, y como ya hemos visto, estas tropas de “elite” suponían 1/3 de las unidades de combate destacadas en la zona., aunque la proporción en el total de las fuerzas armadas americanas era muy inferior.
El periodo de servicio abarcaba 12 meses en Vietnam. De este año completo los oficiales afirmaban que los soldados solo eran verdaderamente efectivos durante 8 meses, ya que al principio eran demasiado novatos, y al final del periodo perdían completamente el interés por el servicio. Como los oficiales también tenían un periodo de servicio reducido que además se esforzaban en rentabilizar sirviendo en el mayor número posible de destinos, la trasferencia de información de los veteranos a los novatos era muy limitada.
Los primeros soldados americanos combatieron con una moral y un convencimiento notables en los primeros años del conflicto, y resulta sorprendente hasta que punto lograron mantenerse como una fuerza de combate efectiva incluso cuando la guerra se había vuelto totalmente impopular en su patria y su moral había decaído hasta extremos sorprendentes debido a la presión de los medios de comunicación liberales y el movimiento de protesta por la paz. Teniendo en cuenta que su periodo de servicio era rotatorio, los soldados no llegaron jamás a sentir el espíritu de cuerpo de sus unidades, salvo en el caso de los marines y los paracaidistas, cuyos ritos iniciaticos cumplieron perfectamente ese cometido. En los paracaidistas actuaba el orgullo de ser uno de los elegidos, de los pocos capaces de cumplir con los elevados requisitos físicos que implicaba la formación aerotransportada. En los marines se trataba de un orgullo de cuerpo continuamente inculcado en los nuevos reclutas. Un corresponsal de guerra relata como durante la batalla de Hue los marines se agrupaban cabeza contra cabeza en los descansos del combate y cantaban a gritos su himno para animarse mutuamente y olvidar el miedo.
El soldado americano demostró durante todo el conflicto que era un elemento humano fiable y valeroso, y que podía hacer frente a cualquier desafio, si bien nunca pudo ser considerado como un elemento excepcional. En los primeros años se mostraron ilusionados por la oportunidad de luchar cara a cara con los comunistas, y por la posibilidad de ayudar a un pueblo atrasado a progresar. Sin embargo, la propaganda pacifista o izquierdista, la falta de progresos en la guerra, y el desanimo general de la sociedad hicieron que los sucesivos reemplazos perdieran la ilusión y el convencimiento en la justicia de su causa, así como en los verdaderos objetivos del conflicto. Cada vez más los soldados se iban dando cuenta de que su país abandonaría el conflicto, y nadie quería morir por una guerra que ya estaba perdida.
El servicio militar también supuso una vía de ascenso social para muchos soldados negros e hispanoamericanos. Así los afro-americanos lograron destinos en unidades de elite como los paracaidistas, mientras que los hispanos eran numerosos en las fuerzas especiales y la escala de suboficiales. Los sueldos eran notablemente generosos para los niveles de los ghettos urbanos de los que procedían y concedían la posibilidad adicional de hacer carrera tras el servicio.