Partida Rol por web

Finalmente el rastro se detiene unos pocos cientos de metros más adelante, justo en la base de uno de esos cráteres-colina que abundan en este territorio. Su pared se eleva unos veinte metros de forma irregular y casi verticalmente desde el suelo.

Dos banthas pastan entre la escasa vegetación que crece en los alrededores de la pronunciada meseta. En la cima sobresale la enorme cabeza de una antigua e improvisada grúa cuyos gruesos cables descansan en el interior del cráter. 

Detectas que tiene que haber algún tipo de plataforma en lo alto, pues detectas las siluetas de dos figuras humanoides asomadas como si estuvieran haciendo guardia en las almenas de algún tipo de fortaleza.

Parece que algún tipo de grupo, bandidos o piratas chatarreros, ha robado la nave y la ha depositado en el interior del cráter con ayuda de la grúa. De eso no tienes la menor duda. 

Lo que no sabes es qué tipo de gente sobrevive en esta territorio tan alejado de la civilización...

Gluz espera a sus compañeros mientras otea el montículo que se sitúa frente a él. Cuando todos se encontraron cerca, empezó a hablarles de lo que había descubierto mientras les ofrecía los binoculares para que también echaran un vistazo.

- El raztro termina juzto en la baze de aquel cráter - el rodiano señala un montículo de paredes verticales e irregulares de unos veinte metros de altura. Un par de banthas pastan tranquilamente bajo la ladera. En la cumbre de la elevación hay una vieja grúa cuyos cables cuelgan hacia el interior del cráter - También hay allí un par de guardiaz vigilando dezde lo alto azí que el cráter tiene algún tipo de plataforma o pazarela.

Gluz chasquea la lengua y da su opinión. No he zido capaz aún de identificar a ezoz tipoz. Zon chatarreroz o bandidoz, pero no conozco a ninguno de ezoz grupoz de ezta zona. Hace una pausa para mirar a todos, especialmente a Renci. Eztoy zeguro de que tu nave eztá en el interior de eze cráter. Dezde aquí no puedo averiguar máz. Cuando ozcurezca podré acercarme y ver zi dezcubro algo zobre quiénez y cuántoz zon.

Alana llegó hasta donde se encontraba Gluz quien le tendió los binoculares. La mercenaria miró hacia donde el rodiano le señalaba para por fin ver los banthas, la plataforma y los guardias. Desde allí era imposible ver qué tipo de especie eran por lo que desistió y se los tendió a Sarek para que él también los viera. 

-Hay que encontrar la forma de llegar hasta ahí arriba -comenzó diciendo-. Una vez arriba veremos si es mejor bajar sin que nos vean o dejar KO a los vigías, actuando con sigilo para llegar hasta ellos y dispararles con las armas en aturdir. No quiero que esto se convierta en una escabechina y que luego nos busquen en la galaxia por algo que podría haberse solucionado aturdiendo a la gente.

-Demos un rodeo y subamos por otro sitio. Des de ahora todos juntos y con mucho sigilo, atención y concentración -dijo Alana mirando a todos-. ¿Alguna pregunta o sugerencia?

Entiendo entonces que esperáis a la noche, para dificultar ser detectados, y os acercáis sigilosamente a la colina con forma de cráter tratando de encontrar alguna forma de entrar o alcanzar la cima, que está a unos veinte metros desde su base.

Si es así, tenéis que hacer una tirada de Sigilo o Esconderse CD12.

También una de Buscar, CD10.

La dificultad de Buscar sube los mismos puntos que bajan los de Sigilo o Esconderse por la oscuridad de la noche.

Igual os interesa más dividir el grupo, o que algunos esperen alguna señal una vez hayáis explorado los alrededores de la colina, para disminuir las posibilidades de ser detectados.

Gluz y sus compañeros esperan al anochecer para así cubrir más fácilmente sus movimientos. Cuando el cielo ha dejado de ser de color rosado, el rodiano se prepara para hacer una descubierta y así allanar el camino de los demás. Su objetivo será detectar más guardias, sistemas de vigilancia, incluso animales que estos chatarreros podrían usar de guardianes. Y todo ello intentando no ser detectado por la gente que habitaba ese cráter.

- Noz comunicaremoz como ez habitual por el canal trez. Zi hubiera peligro oz avizaré y tendreiz que zalir de aquí rápidamente. Yo ya me apañaré como pueda si me detectan.

Como explicó Alana, Gluz pone sus armas (tanto la pistola bláster como el bláster de caza) en modo de aturdimiento. Después comenta que le sigan tras unos minutos y siguiendo las instrucciones para avanzar a medida que el terreno reconocido sea seguro, y se pone en movimiento. A ver si hay suerte.

Esperaron hasta la caída del sol para adentrarse en el cráter, donde anidaban los que se habían llevado la nave. Amparados por la noche, esperaban poder pasar desapercibidos y llegar hasta la cima y desee ahí decidir qué hacer.

Gluz subió por uno de los lados iniciando el asalto. Por su parte Alana intentó el subir por otro lado, así, si daban con uno el otro tendría una oportunidad de pasar desapercibido.

Ayudada de su vista en la oscuridad la chiss puso su arma en aturdir y, arma en mano, inició la subida.

Vais los dos por delante mientras los otros, incluida Renci, esperan en retaguardia, no muy lejos, lo suficiente para no ser detectados y al mismo tiempo lo suficientemente cerca para alcanzaros rápidamente a vuestra señal.

Decidís separaros y avanzar cada uno por un lado flanqueando la colina rocosa, que se alza unos veinte metros sobre vosotros y en cuya superficie interior hacen guardia un par de siluetas humanas apenas iluminados por antorchas cercanas.

Más de cerca observáis, mientras tratáis de ocultaros aprovechando la oscuridad que brinda la noche, que la falta de peldaños en la pared impide una probable escalada sin herramientas apropiadas. Eso sí, con cable líquido y un generador para alzarlo se podría alcanzar la cima en algunos minutos.

Os reencontráis en la pared opuesta mientras os preguntáis cómo demonios hará esta gente para entrar.

Asumo que enviáis la señal y el resto del equipo acude a vuestra posición minutos más tarde.

Podéis percibir que los ojos de Ashara Tavryn brillan a pesar de la oscuridad que os rodea.

- Podríamos usar mi lanzaclavos. - una sonrisa irónica se exhibe en su rostro mientras saca la herramienta, una especie de blaster grueso con un gran agujero en su boca. - Hasta tiene gatillo.

Sarek observa la imponente colina rocosa, su perfil oscuro recortado contra el cielo estrellado de Ord Mantell. Las figuras humanas en guardia en la cima se vislumbran como sombras danzantes en la penumbra. La propuesta de Ashara hace que su ceja se arquee ligeramente, un gesto apenas perceptible en la oscuridad. La lanzaclavos, un ingenio tecnológico de apariencia tosca pero seguramente funcional, podría ser la clave para superar este obstáculo aparentemente infranqueable.

Un pequeño destello de entusiasmo brilla en sus ojos mientras considera la idea. A pesar de la gravedad de la situación, Sarek no puede evitar apreciar la inventiva y la actitud decidida de Ashara. Esa chispa de rebeldía y creatividad es un reflejo de la lucha constante contra la opresión que caracteriza a quienes se enfrentan al yugo del Imperio.

Observas la herramienta con mente analítica y visualizas la forma en la que puedes añadir el cable líquido de Gluz para que pueda ser impulsado con el lanzaclavos y escalar el muro con seguridad.

Aunque la oscuridad no es tu mejor aliado en este caso para manipular las herramientas, puedes tratar de ensamblar ambos objetos con una tirada de Artesanía CD10. Recuerda añadir a la tirada tu modificador de INT.

Ok

Alana sonrió y asintió al ver el aparato que les había mostrado la togruta. 

-Eres un océano de sorpresas, amiga mía -comentó sonriente la chiss.- por supuesto que nos vale. ¿Haces tú los honores o disparo yo? -preguntó sabedora de que tal vez ella tenía más puntería pero que aquel cacharro era de Ashara y tal vez sabía ella manejarlo mejor.

-Lo que sí que tenemos que hacer es separarnos unos metros de los guardias de arriba para que no nos detecten cuando lo lancemos. Además tenemos que encontrar un lugar propicio para la ascensión. Vamos -dijo Alana moviéndose con cuidado para cumplir con lo que había propuesto.

Esto continúa en el Capítulo III.