Partida Rol por web

Al ver la reacción de Lady Anne, le paso mi cigarrillo discretamente a Irene mientras digo, para disimular un poco la acción y que se fije en mis palabras:

- Así es, luché en Vietnam más años de los que recuerdo y me hubiera gustado. Pero de eso hace ya mucho tiempo. Tras una pausa de pocos segundos. Debo reconocer que tengo curiosidad ¿Porque lo pregunta?

Me llevo la mano al mentón y pongo una expresión, totalmente sincera, de enorme curiosidad.

La mujer alza las cejas al ver cómo le pasas el cigarrillo a Irene, sorprendida. Sin embargo, continúa.

¿Qué piensa del Comunismo? —otra pregunta más, concisa, directa, sin anestesia.

Regina abre los ojos por completo cuando oye a Lady Anne y enseguida se queda mirando a ti, en sus ojos una especie de odio visceral y repentino hacia la Príncipe.

Si me disculpan, voy a seguir disfrutando del... Elíseo —la última palabra sale con vehemencia de su boca, y su mirada es completmaente asesina hacia la Reina, aunque hacia ti dirige un fugaz vistazo cómplice.

Con una elegante media vuelta, les dio la espalda y se dirigió a otro corrillo de asistentes.

La expresión de mi cara se vuelve seria, desde luego esto había dejado de ser una fiesta.

- Estuve matando comunistas durante 10 años, ¿usted que cree?

Con la misma frialdad que mantenía la príncipe, ahora sí, la miro examinándola, intentando descubrir sus verdaderas intenciones.

- No se debe hablar de los malos tiempos sin un motivo de importancia.

-Bien, entonces es usted perfecto para una propuesta que tengo -dice, sin inmutarse ante tu ironía-, ¿me hace el favor de seguirme fuera? No tengo ganas de provocar a la Primogénita Toreador.

La mujer comienza a caminar y a dos pasos, se para y mira de reojo.

-La chica debería quedarse dentro. Esto es entre usted y yo, por favor.

Con curiosidad sigo sin decir nada a Lady Anne. Al oír sus últimas palabras, le doy un beso en la mejilla a Irene mientras digo:

- Disfruta de la fiesta, ahora vuelvo.

Dejando atrás a mi ghoul, vuelvo a caminar al lado de Lady Anne, hasta que ella decida pararse.

- Bien Lady Anne, tengo curiosidad por saber porque se ha fijado usted en mi. Oigamos su propuesta.

Ya fuera, a la luz de la luna en Londres, Lady Anne habla, con su tono aburrido y lleno de desprecia.

La Camarilla tiene algo que creo que puedo encomendarle a usted. Se trata de algo que puede definir el futuro de la secta en la guerra contra el Sabbat y que podría traerle a usted múltiples beneficios -se da la vuelta y te mira-. Queremos que vaya a Cuba. El Sabbat pretende hacerse con el control de esa zona y no podemos permitirlo. Esa panda de comunistas que creen gobernar la isla son demasiado estúpidos como para darse cuenta, y debemos aprovechar. No se preocupe en negarse, si lo hace, se pondrá en contra de toda la Camarilla.

En el silencio que sigue a sus palabras parece reverberar el eco de las palabras "caza de sangre", pero ella mira con total indiferencia, como si todo lo que estuviera contando e incluso tu decisión última, le importase realmente poco.

Oigo con atención las palabras de Lady Anne, aunque con más desagrado del que me gustaría. Durante el silencio reflexiono durante unos pocos segundos.

- Nunca dejaré ese maldito estilo de vida, me va a perseguir para la eternidad.

- Hablemos de esos beneficios, o mejor aún, de los vuestros. Si voy a tener que jugarme la no-vida, no va a ser por unas monedas mientras otros se quedan todo el botín. Es obvio que voy a aceptar, pero quiero negociar mis honorarios y por otro lado, no estaría de más algo más de información... más concreta. ¿Voy a hacer esto solo? Tengo muchas preguntas, mi Reina.

Espero su respuesta con impaciencia y algo de preocupación.

- Caza de sangre...

-Lamento no tener demasiada información, pero le enviaré un dossier con ciertos datos acerca de la pequeña colonia de la Camarilla en Guantánamo en cuanto usted parta. Cuando vaya a buscar su billete de avión a Heathrow, le entregarán con él ese archivo del que le hablo. De momento le puedo decir que se pedirá de usted que aproveche el tiempo bien para asegurarle a la Camarilla una ventaja al Sabbat. Usted sabe tratar perfectamente con comunistas, por lo que veo, así que no será nada nuevo para usted -cruza los brazos-. Las recompensas no se las daré yo, sino la Camarilla cubana, así que serán ellos los que sabrán. Pero no se preocupe, si resulta usted competente, me encargaré personalmente de que sea usted bien recompensado, no quisiera que me dejara usted en mal lugar, ni por sus actos, ni por mi negligencia como la persona que lo ha escogido como el más adecuado.

- Está bien, iré para allá mañana mismo, a primera hora de la noche. Hoy mismo compraré un billete de avión en Heathrow, mandaré a alguno de mis ghouls, de paso, si no le importa que le entreguen esos documentos con información. Así cuando me levante, ya podré estudiarmelos. Mis criados son de total confianza. Otra cosa, mi reina, tratándo con asuntos del Sabbat y anarquistas necesitaré armas y algo de dinero para poder moverme con discreción, hacer tratos, y lo que se requiera por Cuba. En fin, siendo estas las nuevas debo marchar para poner en orden algunas cosas. Un placer, como siempre.

Me marcho tras una sonrisa protocolaria y voy a buscar a Irene. Mientras, llamo a Luís mi otro ghoul:

- Luís, nos vamos de viaje, a Cuba. Ves a Heathrow y compra tres billetes a Guantánamo o lo que quede más cerca, para mañana por la noche. Tienen que darte en principio un dossier.