Partida Rol por web

Compton cogió las llaves y aunque Alexandra le quitó importancia, lanzó una mirada asesina a Louis y a Kerrick. El más joven sacó las suyas del bolsillo encogiéndose de hombros, y Kerrick rebulló en su asiento apartando la mirada.

Claro agente... Si tienen que estar por aquí... Se levantó y se acercó a un archivo. Aunque lo tenia en el ordenador, sabía que acabaría  por encontrarlo antes buscando al copia en papel que la de la computadora.

Norrington Falls, 02/11/2010, 12:10 PM

Desde arriba, bien arriba, había llegado el día anterior una llamada a la comisaría de Norrington Falls. Al parecer, seis niñatos se habían perdido en las montañas. No es algo del todo raro en esas montañas, cada cinco o seis años desaparece algún despistado que menosprecia sus acantilados, su fauna protegida y territorial, o sobreestima su resistencia física, y no siempre se les encuentra.
Bastante más a menudo (uno o dos al año) los que se "pierden" se trata de que se han quedado sin batería en el móvil, han tenido algún percance menor o han decidido alargar su estancia.

Por lo visto llegará una agente del FBI en el día de hoy con más información sobre el caso. Como se trata de una misión de búsqueda, se encargará el servicio de guardias forestales, y como agente de la ley, la agente del FBI será más que suficiente. Su nombre es Alexandra Wright, y el comisario os ha pedido que estéis desde la mañana para recibirla y empezar la búsqueda cuento antes, por si aún hay algo que hacer.

Tampoco es extraño que móviles y GPS no funcionen como es debido, pero seis jóvenes y cuatro días sin saber nada de ellos puede significar o una gran juerga o una idiotez colectiva que se les haya ido de madre.

Scott Carson, el encargado de los perros (Y el que tiene que venir con el jeep) aún no ha llegado a la comisaría, pero en la oficina, escuchando rancheras, se encuentran el resto del equipo y algunos de los policías. El coche patrulla y las dos motos están fuera, además de un potente y flamante coche negro.

En el interior están los policías de turno, el resto del grupo de búsqueda y la agente. El jefe, el Sheriff y ella están en la mesa del Sheriff, que está buscando un papel en el archivo.

El crujido de los guijarros bajo las grandes ruedas del jeep avisó la llegada de Scott al resto de agentes de la comisaría. El agente dejó salir a sus perros y se arrodillo para rascarlos con aprecio. Mientras recibía las muestras de cariño de los magníficos ejemplares, Scott pensaba en lo que había cambiado su vida aquel lugar.

Hoy hacían ya cuatro años del "incidente". Cuatro años en los que había perdido a su mujer y a si mismo. No obstante, ahora estaba mucho mejor. Cuando había entrado a trabajar en Norrington Falls se había ganado la fama de huraño. Decían que se relacionaba más con sus animales que con las personas. Podía ser verdad. Sea como fuere, su médico no mentía al decirle que estaba mucho mejor. Se sentía con ganas de trabajar, y de relacionarse y conocer a gente nuevo. Hoy podría hacer ambas cosas. Sí. Se sentía mejor.

Dio un profundo silbido.

--¡Vamos chicos! --se oyó su voz desde el exterior--. ¡Nos esperan allí dentro!

El cuidador de los perros penetró en el interior de la comisaría.

--Disculpen el retraso, no encontraba sitio para aparcar --bromeó antes de que alguien pudiera decir nada. Mientras los canes se arremolinaban en sus rodillas, Scott buscó con curiosidad a la agente de la ley que estaría al frente del caso.

Ah Carson... ¿Usted también necesitaba GPS? Preguntó con rintintín dándose la vuelta con una carpeta en la mano.

Aquí está Dejó la carpeta en la mesa y se sentó, abriéndola. Lo que hay del caso que murió Samantha.

El resto de los agentes le saludaron con la mano. Louis acarició a uno de los perros, y Philipp ofreció un trocito de Donut a otro de ellos.
 

La respuesta de la agente le hizo sonreir. Una mujer aguda, eficiente. Eso quedó patente cuando comenzó a hablarles de datos, muchos de los cuales conocía de primera mano, pero otros no. En esas, Carson llegó, y allí ya estaba todo el pescado vendido. Sin embargo, quedaban un par de flecos todavía.

-Dice usted que dos de ellos tienen permiso de armas, y que de hecho uno se llevó un rifle. Eso es curioso, ya que tengo la sensación de que se han sentido "obligados a volver", no se si me entiende. Varios de esos chavales no habrían regresado aquí. Quizá si para poner flores en el barranco, donde buscamos exhaustivamente el año pasado, pero lo de la excursión resulta bastante inquietante. El accidente ocurrió precisamente por hacer una excursión por una ruta dificil para alguien que no sea un montañero experto. ¿Pretender repetirlo un año después no es un poco... masoquista?

Suspiró, pensando sobre el particular.

-Quizá es que sienten que tienen que arreglar algo, algo peligroso, quizá, y de ahí llevar un rifle. No lo se, es una conjetura simplemente.

Miró a Carson, y luego a la hora.

-Agente, ¿Necesita tiempo para consultar esa información? Son las 12 pasadas, y en esta época del año, oscurece en torno a las 18 o 19. Eso nos deja unas 7 horas de luz, 5 de luz plena, para iniciar hoy la búsqueda.

Quizá... le tocaran las narices a algún depredador, se acercaron a su zona de caza o a la guarida de un lobo o un oso, que se cargó a Samantha, lo mataron o lo hirieron y por eso no encontramos a la mujer, para que no encontrásemos también su "delito".

Hombre, tiene sentido... Pero es un poco rocambolesco no? A lo mejor se llevaron el rifle por si acaso solamente...

Sí, pero el hecho de meter un rifle en el parque ya sería suficiente para que les cayese una multa de padre y madre... o algo más. Se la han jugado un poco, estos han ido a buscar el cuerpo, o a cazar algo. Quizá se cayó porque huían de algún animal, no necesariamente un depredador, pero quizá un herbívoro cabreado.

El año pasado no llevaban ningún rifle Dijo girando la silla hacia Louis No hay que ser tan... "de ciudad". Si algo parece simple es porque será simple Habló gesticulando Hicieron el primo, se mató una de ellas y ahora van más prevenidos por si se meten en territorio salvaje... Y sí a lo mejor han ido a buscar el cuerpo que los expertos no encontraron hace un año por si les ilumina el Cielo... Pero ya me parece mucho C.S.I. andar especulando tanto.

Mientras los agentes hablaban, el Sheriff le pasó las hojas grapadas de las declaraciones de los 7 supervivientes del año anterior, varios mapas y planos de la zona donde supuestamente se perdió la chica, datos de todos, y papeleos varios.

Alexandra emitió un sonido interrogante levantando una ceja y girando la cabeza hacia la puerta para ver entrar a alguien más, o bueno, alguien más rodeado de una nube de perros.

"Vaya, ¿no estábamos todos?"

Tenía los brazos cruzados aunque separó uno hacia atrás elocuentemente como si fuera a darle la mano.

—Alexandra Wright, FBI. Un placer—sonrió un poco—¿hago bien si asumo que usted es nuestra "nariz" en el caso? siéntese, caballero.

Cuando el sheriff dejó la carpeta sobre la mesa, directamente ignoró el comentario sobre el GPS y la abrió buscando algo en concreto.

"También podrían haberle parado en un control de alcoholemia... ya que estamos , sr.Compton".

Patterson hizo un apunte sobre las horas de luz, apunte muy acertado, aunque ella se limitó a coger sólo las hojas con las declaraciones de los implicados que había dentro.

—No mucho, no se preocupe—respondió sin prestar tampoco mucha atención a las especulaciones de los presentes, pasó rápidamente una hoja tras otra tomándose para leer a penas un minuto cada una tal vez por fuerza de la costumbre o tal vez porque lo estaba haciendo por encima—sólo quiero comprobar algo.

Eran siete declaraciones en total pero a partir de la tercera frunció ligeramente el ceño, en la cuarta se paró, miró otra vez la tercera y saltó a la última la cual se quedó mirando con suspicacia.

—Vaya—dijo tras unos segundos—a simple vista son unas declaraciones de lo más... peculiares.

Las volvió a juntar dándoles un par de golpecitos sobre la mesa para alinearlas, luego las metió otra vez en la carpeta. No había tocado el informe que consistía en un grueso considerable de folios, ni las fotos que se adjuntaban aunque debía ser por alguna razón.

—Cuando volvamos le echaré un vistazo con calma a todo lo que hay aquí dentro—dijo poniéndose en pie con el archivo más a modo de formalismo que de otra cosa, a fin de cuentas si quería hacerlo o podían decirle que no—por lo pronto estaría bien que saliéramos. A mi por lo menos me gustaría reconocer el lugar... ¿tenían algo concreto en mente?

Por supuesto la propia Alexandra barajaba unas cuantas opciones en mente, pero antes quería conocer la opinión de los que iban a ser sus guías.

¿Explorar algo en concreto y volver? Aquello era una manera extraña de hablar, y más en una agente del FBI acostumbrada a casos de desaparición y secuestro. Miró a Carson cuando llegó, y le respondió con una breve sonrisa. Ya habría tiempo para informarle sobre lo que había dicho la agente, de camino hacia el viejo hotel.

-Agente... er... ¿Wright, no? -intentó hacer memoria, pero luego prosiguió- El protocolo de rescate del servicio forestal, bomberos, policía y todas esas agencias, suele coincidir en un punto. Una vez iniciada la búsqueda, debe proseguir procurando peinar el terreno, se aplique la lógica o la simple dispersión de observadores cada x metros de terreno. Eso quiere decir, que al menos nosotros estábamos pensando que, como la otra vez, posiblemente nos pasemos 24 horas o más ahí fuera, buscando activamente. Eso supone parar para dormir, y dormir posiblemente en el mismo bosque, si estamos lejos de la carretera. En el 94 ocurrió un caso similar, y encontramos pistas de los desaparecidos a las 12 de la noche. Puede imaginarse que ni siquiera paramos para dormir, y nos dieron las 10 de la mañana cuando encontramos al excursionista perdido. Su compañero apareció muerto dos horas más tarde.

Parpadeó, incómodo.

-Huelga decir que en un rescate, el tiempo es oro, agente.

—Es que puede que no estemos rescatando a nadie, señor Patterson—soltó aquello con toda la naturalidad del mundo aunque al cabo de unos segundo pareció caer en la cuenta de que el resto de la gente no tenía acceso a lo que se pasaba por su cabeza a menos que dominase la clarividencia así que sonrió levantando las dos cejas— ...es decir, me atrevo a pensar que viniendo a resolver lo que parece una "simple" desaparición, terminemos descubriendo otra cosa.

Cogió las fotos que ella misma había sacado antes y volvió a guardarlas en el bolsillo interior de la cazadora.

—No se me ocurren muchos motivos por los que un excursionista decida arriesgarse a meter un rifle en un Parque Nacional—añadió mientras cerraba de nuevo la cremallera y metí ala mano en el bolsillo—o al menos no muchos que no sean de peso... suponiendo que se sabe a dónde se va. Como usted mismo ha dicho, pretender hacer lo mismo después de lo que pasó "parece" un poco masoquista.

Estaba acostumbrada a trabajar entre compañeros de oficio así que inconscientemente había dado por sentado demasiadas cosas, algo ella podía encadenar sobre la marcha, aquella gente no tenía por qué hacerlo ni porqué intuir nada propio de un oficio que no era el suyo. Así que su deber era explicar lo que hiciese falta.

—Cuando he leído las declaraciones de los desaparecidos sobre el caso Samantha, me ha dado la sensación de estar leyendo la misma declaración una y otra vez... son demasiado parecidas. Por supuesto, todas tienen que decir lo mismo, pero se trata más bien de las palabras que utilizan, parece más un guión argumental aprendido que la narración de una vivencia. Suele decirse que cada persona es un mundo y precisamente por eso es demasiado raro que siete personas diferentes expresen algo de la misma manera.

"Quizá sea desconfiar demasiado, pero no sería la primera vez que intuyo algo así y acierto..."

Definitivamente más tarde pensaba leerse a fondo todos y cada uno de los datos archivados en la carpeta del caso Samantha, sobre todo el supuesto motivo por el que no se había encontrado el cuerpo y que había dado por cerrado el caso.

—Diría que el lugar más indicado para intentar encontrar alguna pista de lo que pudiera haberles pasado sería seguir sus pasos, es decir, la ruta que une el hotel con el punto al que pensaban ir ya que al menos sabemos que se perdieron en algún punto de esa ruta—Alexandra se encogió de hombros sin sacar las manos de los bolsillos— ...pero ustedes son los expertos, por eso he preguntado.

Era algo irónico oírla decir aquello puesto que la experta en desapariciones, secuestros, y similares en teoría era ella, pero claro... a lo que se refería con "expertos" no era a eso, si no a expertos en la montaña...

Las reflexiones se repetían de nuevo, pero en otra boca. No dejaban de ser conjeturas, todas ellas. Conjeturas pronunciadas a eso de las 12 y cuarto del mediodía. Eso le impacientaba un poco, y no era para menos. Perdidos o no, era su trabajo salir a indagar.

-Coincidimos entonces en que el hotel es el primer punto. Excelente.

Se levantó despacio, cogiendo el chaquetón del servicio forestal que colgaba del perchero poco más allá.

-Diane, ve al bar y pide unos bocatas para nosotros -dijo, sacando un billete de 20 dólares de la cartera- Así no perderemos tiempo en parar a comer.

Había preparado equipo de emergencia aquella misma mañana en la oficina, y entre él se contaban unas raciones de excursionista (latas precocinadas, galletas y barritas energéticas). Pero prefería que, si aquello duraba, al menos la comida del mediodía la hicieran en condiciones. A decir verdad, no tenía ni idea de si estarían cerca de los vehículos cuando cayera la noche, o si seguirían buscando hasta el amanecer, o más.

-Carson, Dawson, vamos a echar un ojo al equipo que vamos a llevar, a ver si nos hemos dejado algo importante.

Se colocaba ya el sombrero, con cierta parsimonia, cuando reparó en la agente del FBI, y más concretamente en su calzado. Gracias a Dios, lllevaba uno bastante apropiado.

-Puede seguir revisando papeles en el coche, si quiere. En 10 minutos estaremos enfilando ya el camino hacia el hotel.

Hmmm... ¿Quién tomo esas declaraciones? Preguntó el Sheriff a sus hombres.

Yo señor... pero le aseguro que el shock de esos chavales era de lo más auténtico... va-vamos, si ella dice que se parecen pues será porque se parecen, pero a mi no me parecieron poco perturbados

Al final será lo que digo yo, que han ido a vengarse del cerdo salvaje o el oso o de lo que fuera. Ha de ser muy traumático que un macrocerdo se cargue a tu esposa, o la tire por un barranco.

Tienes el tacto de una servilleta de lija, macho...

Al grano, ostias. Allumbaugh, ¿Te pareció que a pesar de todo pudiera estar preparado?

N-no lo sé señor... a mi no me lo pareció.

Allumbaugh, Thruman, echad una mano por si han de ir a buscar algo que se entretengan lo menos posible.

Alexandra se rascó la nuca con la carpeta mirando de reojo a un punto indeterminado del techo con disimulo mientras las conjeturas volvían a saltar por todos lados como el agua de una fuente.

—.......

"Bueno, supongo que no se puede evitar... ojalá fuera todo tan obvio como en las películas".

Carraspeó diplomáticamente volviendo a mirar a los presentes y señaló atrás hacia la puerta con la susodicha carpeta.

—No... adelantemos acontecimientos—dijo—voy un momento al coche mientras revisan el equipo. Si hay alguna cosa que necesite saber o si puedo ayudarles con algo, estoy fuera.

Evidentemente sólo iba a volver a repasar las declaraciones, el vistazo afondo y con calma se lo echaría más tarde sin prisa pero como excusa para cortar una lluvia de especulaciones que sólo venían a traer tiempo perdido, venía bien. A fin de cuentas ya habían fijado el punto de inicio de la búsqueda y cuanto antes comenzaran, mejor.

Durante todo aquel rato, Arlene había permanecido en silencio dejando que fueran los "profesionales" quienes se encargaran de hacer las conjeturas. Ella tenía claro cual era su lugar, y precisamente descifrar enigmas no era lo suyo.

Cuando el jefe Patterson se dirigió directamente a ella, asintió con un movimiento de cabeza y se levantó de su silla. Ya se había encargado anteriormente de preparar el equipo, pero iría bien una revisión por si se había dejado algo. Sabía que darse cuenta en medio de la montaña de la falta de algo importante podía ser una putada.

Cogió su anorak y se lo colocó sobre el jersey de lana que llevaba. Tras eso se encaminó a la otra sala, siguiendo a Patterson.

- Señor, aquí está todo lo que he creído importante. He arreglado aquel transmisor - . Dijo señalando el aparato con el que había estado liada media mañana. - Pero prefiero llevar los nuevos, y probarlo más adelante - . Terminó diciéndolo abriendo uno de los sacos y mostrándole los transmisores que había en su interior.

-Sí.

Diane cogió los 20 pavos que le ofrecía el jefe y salió al bar en busca de los bocatas. Tenía ya una edad para dejar de ser considerada la becaria, pero no cabía engañarse: era la novata. Estaría llevando y trayendo cafés hasta que pudiese demostrar que valía, y ni siquiera ella era capaz de verse intentándolo... de momento. Mientras los jefes hablaban, ella había callado y observado. Tenía alguna que otra idea, pero nada demasiado original. Mejor que ellos hablasen, que si se les olvidaba un aspecto de la historia, ya lo señalaría. Tampoco quería dárselas de sabelotodo. Mejor estar calladita.

Pidió bocadillos de bacon para todo el mundo. Con el bacon una no podía equivocarse. Si eras americano, el bacon tenía que gustarte por narices.

Después de traerlos en una bolsa, Diane recopiló las cosas que fuese a necesitar para ayudar a Dawson. Luego llamó a casa y avisó a Larry de que estaría unos días fuera por cosas de trabajo. Esperaba que Roberta, la niñera mexicana, no diese mucho por saco para quedarse con Randy.

Una vez hecho todo lo que le habían pedido, aguardó en pie y firme, como una soldado.