La joven samurai-ko consiguió contenerse lo suficiente como para no emprenderla con los insistentes mercaderes. A su sombra, un aliviado Tsinichi se permitió un breve suspiro a la vez que se secaba la frente con la manga del kimono.
El respiro parecia haber sido provocado por una discusión entre mercaderes que habia conseguido bloquear el avance de la comitiva. Nanako y Saito, el monje enmascarado, se acercaron a los heimin, tratando de averiguar que estaba pasando y despejar el camino del Magistrado Unicornio.
Doji Ako, sin embargo, se colocó a la izquierda del jinete, adoptando una postura defensiva. Entornó los ojos y escrutó a la multitud con gesto severo, advirtiendo en silencio a los heimin de que era una pesima idea acercarse a ella o a su protegido. Su mano izquierda se cerró en torno a la saya de su katana, preparandose para desenvainarla. Con delicadeza, apoyó suavemente el dorso de su mano derecha sobre la empuñadora, con la palma invitadoramente abierta...
Nanako continua caminando con el resto, y sus sandalias Getta hacen un peculiar sonido al pisar el duro pavimento del camino de los vendedores
"Su excelencia, Otaku-sama, nos dijeron que a un magistrado le vendría bien la presencia de unos samurai para resolver problemas aqui, en el camino de los vendendores"
"Asi pues ¿Se trata de este tipo de asuntos, y de esta gente?" dice dedicándole una mirada al señor magistrado. Al fin y al cabo, ella no sabe mucho de leyes o de la jurisdicción en esta zona, y si los pobres comerciantes sin honor pueden pelearse como gallos en esta zona.
"El trabajo de un samurai es servir en todo a sus superiores. Y por la voluntad de mis ancestros, serviré a estas tierras y su gente en cuerpo y alma"
- Asiento a las palabras de la joven Nanako, como corroborando su argumento, sobre todo en lo referente a darse en cuerpo y alma a las tierras Cangrejo y a sus moradores - Demostrado quedó en su afán por mermar las fuerzas del Oscuro en la muralla. Sus ancestros deben estar bien orgullosa de sí misma, al igual que los ancestros de los demás aquí presentes - Digo a su fin para dirigirse al magistrado - Arigato magistrado-sama*. Yasuki Sakura para servirle - Realizando los gestos d cortesía adecuados al rango del magistrado Unicornio
* ¿Es la manera correcta? Se que existe la variante "domo" pero creo que es para mucho más altos rangos, ¿verdad?
Doji Ako deslizó suavemente su sandalia por el camino de los mercaderes, para encarar mejor a sus potenciales enemigos. El silencio del Magistrado la intrigaba como al restos de sus compañeras, pero habia sido educada para no importunar a las personas de mayor posición con la falta de... tacto de la que hacia gala Nanako.
Chasqueó los labios y negó ligeramente, paseando de nuevo su mirada por la multitud. Con cuidado se deslizó suavemente de lado, tratando de avanzar y de proteger al Magistrado. Todo su cuerpo estaba concentrado en descargar un golpe letal contra el primer mercader, peón o buhonero que osase siquiera respirar demasiado fuerte.
A la espera de la respuesta de Otaku Hotorogu-sama y de nuestro bienamado director, tengo una duda sobre la escena:
Entiendo que ibamos caminando tranquilamente y que, delante nuestra se ha producido un altercado entre verduleros. Saito se ha adelantado -Atravesando la multitud, según creo.- para enterarse de lo que pasa y tranquilizar al personal. Mientras que nosostros... ¿seguimos avanzando lentamente entre el gentio para llegar al grupo que se pelea? ¿Nos hemos detenido?