Partida Rol por web

Cuando veo que empiezan a hablar, que soy capaz de entenderlos  y ellos a mi finalmente me encuentro con el rpimer problema de todo esto: La falta de nombres. Camino hasta "el centro" del lugar, que es sobre una gran piedra la cual llego a escalar con facilidad, para luego carraspear y llamar la atención de todos los Rootlings. Aplaudo con las manos, que en lugar de ser simpls palmadas ritmicas parece que el sonido cambia al de un tambor, luego la cantidad de tambores que se escuchan se triplican, siendo el principal sonido del de mis manos un ritmo constante y tranquilo, mientras que los otros dos tambores fantasmagóricos parecen ir en doble tempo, y al final cuando consigo una considerable cantidad de los Rootlings para que me miren, doy un pisotón, así desvaneciendo el sonido de los tambores de forma etérea.

-¡Atención chiquillos! Me enorgullece saber que pudieron finalmente aprender a comunicarse, a hablar, y simplemente es un deleite ver como han crecido todos, pero aún falta más. Pero iremos a un paso a la vez. Puede que lo entiendan, o que encuentren confuso que se refieran unos a otros como "Ese Rootling" o esas cosas por el estilo, pero eso tienen una solución. Véanse, mirense a ustedes mismo y a los que tienen al lado. ¿Que ven? ¿Ustedes o la persona de sus lados es alto? ¿Hay algún Rootling que sea más alto o fuerte?... Pues ese se llamará Nu'Ralik*. ¿Hay alguna Rootling muy linda entre ustedes? ¿Sobresale su belleza? Pues se llamará Kani'rok. Puede que sea confuso al inicio, pero así funcionan los nombres, tienen un significado que los describe, como alguien que sea Fuerte, alguien que sea Alto o que sea Audaz, traten de cambiar un poco esa palabra, y si es un hombre al inicio del nombre se les pondrá "Nu'" al inicio de su nombre, y a las mujeres se les pondrá "'rok" al final de su nombre.- Luego de hacer esa explicación esperé que hicieran sus preguntas sobre los nombres, les respondería sus dudas y trataría de poner más ejemplos, incluso alternativas al uso de "Nu'" y "'rok" en caso de que no les gustara. Luego traté de decirles nombres con significados no tan simples, como uno que significaba "El madrugador", "El ruidoso", "El artesano" y cosas por el estilo.

-Es normal que algunos nombres se repitan, así que para diferenciarlos pueden decir el nombre de la persona, y luego decir "El hijo de" y decir el nombre de alguno de sus padres. ¿Entienden? ¿Alguna pregunta?-

El sistema no termina de cuajar, por un lado el grupo es bastante uniforme, pocos son los individuos que destacan y eso hace que la búsqueda de características diferenciadoras sea bastante exhaustiva. Por otro lado, aquellos que se tienen inquina, aprovechan la circunstancia para darles nombres bastante feos a sus enemigos y las mujeres empiezan a discutir sobre cual de ellas es bella y que características merecen otros nombres. Esto también hace que surja otro debate, ¿solo los machos son fuertes? ¿Solo son hermosas las hembras? ¿Qué es eso de que otros elijan tu nombre en función de las características que vean de ti?

Los Rootling no tardan en llevar su conflicto a las manos. La discusión se agrava rápidamente y antes de que alguien pueda reaccionar, uno de los Rootlings apuñala a otro con uno de los Sílex que llevaba en la mano.

Sus cuerpos, más vegetales que animales, sangran savia más lentamente y eso salva la vida del Rootling herido. Sin embargo, sufre intensamente. Sin métodos de curación disponibles, todo dependerá de su suerte.

-Alto, esperen un momento... ¡Oigan, presten aten!- Pero antes de que pudiera terminar de hablar vi como uno de los Rootlings apuñalaba al otro. Al verlo sufrir, de pronto se escuchó un poderoso estruendo en todo el lugar, como de unos gigantescos platillos chocando uno con el otro con fuerza y solo queda el sonido reverberando hacia el cielo. -¡Alto!- De mi provenía de nuevo el sonido de una cascabel, mientras que la máscara empezaban a cambiar de colores de forma muy colorida a partir de los ojos, y las puntas empezaban a vibrar como una clara advertencia, mientras me abría paso de entre los Rootlings para acercarme al herido.

Al llegar hasta él, concentré la niebla de mi interior y extendí mi mano, curando la herida en un segundo y aliviando su dolor. El sonido de cascabel se detuvo y el de los platillos desapareció mientras lo ayudaba a levantarse, pero de nuevo volvieron a aparecer en donde se habían detenido, con la máscara aún con ese patrón peligroso de colores mientras volteaba hasta el Rootling que apuñaló al otro. -¡¿Creen que esto está bien?! ¡¿Tratar de esta forma a sus iguales?! ¡¿Hermanos y hermanas?! ¡Porque si ustedes no quieren cuidarse entre ustedes, me aseguraré de que se cuiden de otra forma! ¡Y ahora silencio!- La voz sonaba fuerte y clara, amplificada, y entonces los sonidos volvieron a desaparecer despacio. A un paso firme y severo volví a subir hasta la piedra, mirando de nuevo a todos esta vez con un aura más calmada de antes.

-Cada uno de los más adultos elegirán sus nombres, pero los nombres de los niños los recibirán de sus padres. No importa si un hombre decide llamarse "Hermoso" o una mujer "Fuerte", son cualidades que cualquiera de los sexos pueden tener, es por eso que para los nombres de los hombres se usará "Nu'" al comienzo, y para los nombres de las mujeres se usará "'rok" al final. Si no les gusta esa forma de dividir los nombres de los sexos, aceptaré escucharlos y ver cual de las opciones les gusta a la mayoría. Y no es necesario llamarse tampoco por características, si acaso les gusta un nombre, pueden usarlo, si quieren inventar uno, entonces háganlo y úsenlo...-

El tiempo pasa:

- ¡Todo esto es tu culpa!- Grita un Rootling entre la población. Na´boruck no puede predecir las pedrada que le impacta en la máscara. No es tan doloroso físicamente, como el sufrir el rechazo. La piedra está cargada de la creencia de que no pertenece a este sitio y la punzada golpea la esencia que guarda su avatar.

El conflicto aumenta de intensidad, y se forman dos grupos que comienzan a luchar. El rootling herido muere lentamente, mientras el conflicto surge a su alrededor.

Cuando las aguas vuelven a su cauce, los Rootlings parecen muy apenados por la pérdida de uno de los suyos, pero no saben como canalizar esas emociones. 

Aunque me tomó desprevenido aquella pedrada, simplemente no hice nada. Llevé mi mano a mi "frente", mirando la piedra en el suelo mientras los Rootlings peleaban entre sí, pero una vez el conflicto termina y todos los Rootlings parecen afectados por la perdida, me acerco hacia el cuerpo del fallecido. -Puede que algunos estén enojados conmigo, y lo entiendo... Pero hay que asegurarnos de darle un buen descanso a su hermano.- Hablé en voz alta, claramente afligido, triste, y hasta un poco molesto.

Con toda la delicadeza del mundo cargo con ambos brazos el cuerpo del Rootlings, acomodando sus manos juntas en su regazo. Veo a los Rootlings que de seguro me están mirando, que me rodean, con una clara pena que les logro transmitir, y luego camino despacio hasta El Árbol Eterno. Al ponerme frente a él, despacio recuesto al Rootling hacia un lado. Luego pasando por un lado del cuerpo y voy hasta los trozos de Sílex que habían amontonados, tomando 6 trozos. Luego vuelvo al cuerpo, dejo las lascas apiladas y tomo una, para así darme la vuelta y ver a los Rootlings. -Siento la pena de todos... La tristeza... La culpa y la ira de todos ustedes, de cada uno pues estamos conectados. Siento cada uno de sus anhelos, de sus felicidades, todas unidas, mil veces más fuertes de la que ustedes sienten... No me echen la culpa de esto, porque cada uno es responsable de sus acciones: Ustedes empezaron a ponerse nombres feos a cada uno, nombres hirientes a cada uno de sus enemigos, hasta que aquel Rootling decidió apuñalar a su hermano... A alguien con la misma sabia corriendo por su cuerpo y el de cada uno de ustedes... Les di las lascas con la esperanza de hacer herramientas, de abrir sus mentes al progreso y mejorar las vidas de cada uno, pero en lugar de eso, la mancharon con el sufrimiento de uno de los suyos... ¡Pero no estoy molesto!... En algún momento iba a pasar algo así, y fue muy infantil de mi parte pensar que estas cosas no pasarían...- Bajo la cabeza en una pausa, guardando el silencio por unos segundos antes de volver a subir la cabeza.

-Aquí hay varias lascas de Sílex, así que por favor, los que sean familiares de este difunto Rootlings, ya sea por ejemplo su pareja, hijos, hermanos o padres, por favor acérquense, pues en lugar de que esta sea una simple herramienta para hacer daño, también será una herramienta para despedir a su ser querido.- Sin decir nada más, con la lasca en la mano caminé hasta el espacio que había apartado, un espacio de tierra cerca de las raíces del Árbol. Me coloqué a un costado del espacio, tomé la lasca con firmeza y la planté contra el suelo, para luego mover la tierra hacia mis piernas, básicamente cavando despacio, mientras que empezaba a murmurar una tonada profunda y triste, solemne, esperando a que con suerte los familiares de este Rootling se unieran.

Pocos Rootlings se acercaron a participar en la ceremonia. No parecían especialmente interesados, ni siquiera entre los que consideraban a Na´boruck de fiar. 

Los Rootlings parecían algo aburridos. Parecía que no les quedaba mucho que hacer, y la idea de participar en la ceremonia no era muy atractiva precisamente. 

Algo molesto por el hecho de que los demás Rootlings no decidieran unirse, cuando terminamos de enterrar al fallecido entonces vuelvo a hablar. -Lamento mucho su pérdida... Aunque ya no esté con nosotros, su alma seguirá aquí en el Árbol Eterno, jugando entre sus ramas como lo hizo una vez cuando era un niño... Es tarde para esto, pero si ustedes están interesados a que algo así no le vuelva a pasar a otro Rootling o sus seres queridos, les puedo enseñar una forma para que puedan sanarlos, para tratar de evitar otra muerte así.-

Les dije a los pocos Rootlings que se habían unido, mostrando obviamente pena y tristeza en mi voz, esperando que así acepten esta oferta que les estaba haciendo.

El suceso reciente permite que el discurso del dios resulte especialmente atractivo para los Rootlings, pero la ausencia de materiales o herramientas útiles para la tarea, así como la dificultad técnica de lo que proponía el dios se convierte en una nube de información teórica y poco práctica.

El tiempo pasa:

Los Rootling adquieren el hábito de tararear para sus adentros, y acompañan las melodías con palmadas. Tal vez fuera por el aburrimiento, ya que la piedra no daba para más por el momento, o tal vez que aún quedaba resquemor de sus nuevas identidades, pero lo cierto era que se estaban formando grupos, diferencias sociales que separaban a los pequeños Rootlings y generaban estallidos de violencia. Unos pocos había decidido alejarse del árbol con intención de saber que había más allá del bosque o en las ramas más altas.

Por si fuera poco, algunos de los que llevaban existiendo desde los inicios de la tribu sencillamente habían muerto durante su sueño y de los vivos, algunos sencillamente habían dejado de creer en la existencia de cualquier cosa más allá de lo mundano.

Con del tiempo no sabía que hacer, estaba un tanto estancado, y ahora en ese tiempo me puse a pensar... Ya otros Rootlings desafortunadamente habían muerto, y al menos yo traté de darles una despedida digna, pero mis hijos simplemente iban creyendo menos en mi... Y sentía que era el único con ese problema. Y pensé y pensé, sentado en la misma roca de siempre, hasta que se me vino una idea, y es que si los Rootlings dudaban de mi poder, debería hacer un despinfarro del mismo, mostrarles lo divino.

-¡Atención!- Dije desde el centro del lugar, parado justo al frente del Árbol Eterno, tratando de llamar la atención de todos. -¡Yo me he dado cuenta, de que no les he dado todo lo que necesitan para crecer, para avanzar, y es por eso que vengo aquí! ¡Para traerles prosperidad, abundancia, avance y todo lo que necesitan!- Mientras hablaba mi voz se iba amplificando, y en todo el lugar se empezaban a escuchar muchos instrumentos, desde tambores, trompetas, violines y otros instrumentos más que hacían que este discurso fuera más impresionante, llamativo, mientras juntaba mi poder para desafar por unos momentos la realidad, empezando a flotar del suelo. -¡Algunos de ustedes no creen en mi, han perdido la fé y he permitido que haya sido así! ¡Pero se acabó, ahora vengo aquí para dedicarme por completo a ustedes, a llenar estas maravillosas tierras, a mostrarles como pinto sobre este lienzo vacío y les doy más detalles! ¡Yo, les traigo, VIDA!- 

Y así, en un gran retumbar mientras se escuchan coros de admiración, alzo mis manos al cielo haciendo que todo el cielo se despeje, y la luz del sol que cae sobre todos nosotros aumenta, los rayos del sol se sienten como un cálido abrazo, mientras que del suelo empieza a crecer unos centímetros más del cesped, y empiezan a crecer varios árboles a una velocidad nada natural, apareciendo como pequeños brotes y en cuestión de segundos llegando a igualar el tamaño de los Rootlings hasta llegar al máximo de su tamaño. 

Y no todo se queda allí, el despilfarro de Niebla seguía mientras de las ramas de los árboles empieza a crecer un pequeño brote de color morado oscuro entre las hojas del árbol del mismo color, que ante los ojos de quienes lo observen se ve como va creciendo una hermosa flor de un morado pálido con blanco. Luego se va cerrando y crece, crece y crece, haciéndose de una textura como de pequeñas y suaves escamas, hasta que entonces al estar completamente maduras pasan del morado oscuro hasta un color más claro y cálido, hasta volverse un rosa amarillento de un tono suave. Cuando la fruta deja de crecer dejo de levitar del suelo y me acerco a uno de esos árboles recién salidos, y al extender la mano una de las frutas se desprenda, cayendo con suavidad y elegancia en mi mano. Sujeto la fruta con ambas manos y tomo un trozo de sílex que tenía en los bolsillos de mi ropa, donde decido cortar un pedazo de la fruta donde sale el jugo de un color amarillento, con una composición ligeramente espesa. Guardo el sílex y camino hasta uno de los Rootlings más pequeños, ofreciéndole el trozo de la fruta.

-Pruébala, pequeño, te gustará.- Y una vez el niño la probaba, sentiría un sabor dulce y delicioso, no para ser empalagoso, un sabor único y sabroso. Cuando la prueba suelto una risilla y entonces me empiezo a erguir, levantando la fruta con una mano. -¡El nombre de esta fruta es "Kahee'li"! ¡La "Fruta del Amanecer", el dulce y cálido beso de cada mañana, pruébenla y regocígense con el sabor, pues como pueden ver, he traído más que suficiente para cada uno de ustedes!- 

Los rootlings empujados por el dios muerden las frutas, sorprendidos por el mundo de sensaciones que les ofrece el sentido del gusto. Aunque es toda una experiencia nueva, y el estímulo de probar comida les genera risas, no tardan en volver a sus conversaciones. Aquellos que no creían o aborrecían al dios, ni siquiera se acercaron. 

Sin embargo, parecían más interesados en las propias ramas de los árboles y sus troncos. Parecía que por primera vez eran conscientes de la cantidad de madera que les rodeaba. 

-Son... Muchos arboles, ¿No? Pero igual todo parece muy oscuro, ¡Es por eso que traeré la luz!- Anuncié de nuevo con todo ese tono y música rimbombante, tratando de llamar la atención de los Rootlings, y una vez sus miradas se posaron en mi, llevé mis manos hasta mi ojo derecho (o el de la máscara). Llené mis pulmones de aire, y entonces empecé a forcejear... El ojo de la máscara, MI ojo, traté de forcejear mientras lo sujetaba con firmeza, y de la cuenca del ojo y deslizándose por la máscara y mis manos empezó a brotar sabia, una sabia brillante, de un hermoso color dorado que iluminaba esa oscuridad, y así como si nada, finalmente arranqué el ojo.

Lo sujeté con mi mano derecha mientras la izquierda ocultaba donde estaría mi ojo, aún saliendo esa sabia luminosa. Alcé el ojo encima de mi cabeza, y el iris se empezó a mover de forma traviesa y sobrenatural por toda la superficie del brillante y amarillento ojo, de un lado a otro, hasta que entonces con todas mis fuerzas lo lancé al cielo, al horizonte encima de las copas de los árboles que rodeaban El Árbol Eterno, y a medida que se alejaba el ojo parecía brillar más hasta que se perdió de la vista de todos. -¡Observen al horizonte hijos míos, hacia el sol, hacia un nuevo mañana!- Y la sabia que se había deslizado de mis manos, antebrazos, codos y la propia máscara empezaba a subir en vez de deslizarse despacio hacia el suelo, todo uniéndose de nuevo hasta donde estaba mi anterior ojo, y cuando finalmente quité mi mano izquierda de la cuenca, aparecía como si nada otro ojo, con el cual traté de parpadear un poco.

Y justo entonces cuando finalmente recuperé la vista, luego de haber concentrado una gran cantidad de Niebla en mi anterior ojo que había lanzado, finalmente empezaba a asomarse algo en el horizonte, el cielo haciéndose cada vez más claro, a medida que se habría paso el Sol.

El brillante orbe comenzó a emitir luz y calor. La sensación, nueva para los Rootlings, les hizo apartar la vista y parpadear en repetidas ocasiones. Sin embargo, nada les impedía exponerse a ella y emitían cierto arrullo de placer. Cuando empezaron a poder abrirlos, disfrutaban de mirar al cielo, ahora azul y despejado donde antes había niebla. 

Na´Boruck podía notar los árboles revivificados, con sus hojas activándose ante la presencia de luz. Las piedras se calentaban lentamente. 

A medida que las horas se pasaban, el sol se oscurecía, pues el ojo al girar sobre su eje, pasaba a enfocar su negra pupila hacia los rootling y les brindaba oscuridad. 

Aún con la magnificencia de este milagro, había aún voces discordantes que no se fiaban del dios, pero era consciente de que había acallado las voces que negaban la existencia de lo divino. 

Luego de aquel milagro, y ver que finalmente había acallado a los no creyentes sentí una gran satisfacción, finalmente mostrándoles mi poder, pero el gran costo de Niebla si que fue mucho... No era la primera vez que pasaba, pero la sensación de perder ese poder en poco tiempo si que era un gran cambio.

-¡El sol, su fuente de vida, de calor, de brillo!- Proclamé con gran alegría. -¡Pero aún no he acabado!- Y así trotando fui a una zona amplia de aquel terreno, alejada de los árboles que había hecho crecer y con un trozo de Sílex en la mano. Al llegar a los límites de ese terreno, donde los árboles nos encerraban del exterior, tomé el Sílex y lo presioné contra la tierra, empezando a cavar, o más bien a hacer un camino donde quitaba la tierra, antes de dibujar una forma ovalada en el suelo, no una forma perfecta, algunas veces el óvalo se desviaba hacia adentro o hacia afuera levemente, y al terminar de dibujar la forma salí de esta.

Me coloqué de frente, mirando primero aquel camino de tierra que había cavado en la tierra y levanté las manos en el cielo. -¡Hoy les di la luz del sol, les di una fuente de vida que necesitan para crecer y florecer, pero hoy les traeré el agua, y yo, Na'boruk, no seré solo el Dios de las Artes, pues ahora con este milagro, seré el Dios de la Vida!- Y la tierra empezó a sacudirse muy suavemente. El óvalo que había dibujado en la tierra, la tierra dentro de esa figura que había dibujado empezó a moverse, los granos de arena empezaron a frotarse entre si y se podía ver como rápidamente empezaba a hundirse, con varias piedritas empezando empezando a salir entre los granos de arena. El camino de tierra que había cavado en el límite de el territorio empezó a hacer lo mismo, los granos de arena haciendo fricción entre si y empezando a salir varias piedras de diferente tamaño, y de pronto se pudo ver como el agua empezaba a fluir, rápido, comenzando a llenarse hasta que se hizo un hermoso estanque de agua de color turquesa claro y trasparente. Sin perder el tiempo empecé a entrar al estanque, paso por paso hasta que el agua me llegaba a las rodillas. Empecé a mover el agua con mis manos mientras que el agua se habría paso y salía hasta otro lado del límite de este lugar.

-Acérquense, beban y prueben la deliciosa agua del río.-

Los rootling estaban emocionados con el cambio. Si algunas piedras y árboles habían sido tragados por el milagro del dios, pero al menos ahora tenían algo más con lo que jugar. 

Los pequeños comenzaron a jugar con agua, lanzándosela los unos a los otros, riendo.  Parecía que tenían claro que era algo inofensivo, y el dios les había demostrado que podían acercarse sin problema. 

Algunos rootling hablaban de lo que había ocurrido y lo fascinante que era el poder de Na´boruck.