Fiona sonrió al muchacho al ver que recordaba y que parecía estar bien. Se giró hacia el señor Proudfoot para responderle cuando una enfermera entró toda alvorotada en la habitación.
- Si, si. Está bien y estable- le dijo a la enfermera- Me gustaría que avisaras al Sanador encargado del señor Proudfoot de inmediato, yo me encargaré de él. No se quién es, mira su expediente. Y trata el tema con discreción, por favor.
Cuando la enfermera se hubo marchado, la sanadora se volvió hacia el patriarca de la familia.
- Si, parece que está bien, aunque es demasiado pronto para ver si le quedarán secuelas. Su médico le atenderá de inmediato- le dijo amablemente.
Se volvió hacia el enfermo y le puso una mano en la frente para tomarle la temperatura. Parecía más o menos normal y estable. Presentaba un aspecto bastante saludable y, desde luego, estaba mucho más tranquilo.
- Me alegro de que lo recuerde señor Proudfoot, pero gracias a Dios sigue entre nosotros. Es normal que se sienta cansado o que tenga palpitaciones después del ataque de nervios que acaba de sufrir. Le he administrado un calmante. Por lo demás, ¿siente dolor en alguna parte, pinchazos, ganas de vomitar…?
Por lo que Gary le contestó a Fiona parecía encontrarse todo lo normal que podía estar dadas las circunstancias. Lo único que parecía preocuparle eran las extrañas pesadillas que había tenido, pero después de haber sobrevivido a la las artes oscuras aquello era aceptable.
La enfermera, al ver las credenciales de Fiona y darse cuenta de que aquel no era su campo le agradeció que hubiese acudido a la llamada de los Proudfoot, pero enseguida comenzó a echarla.
-Desde aquí puedo encargarme yo, Srta O'Brian, si no es molestia... -dijo mirando disimuladamente hacia la puerta.
Era una mujer territorial.
Fiona casi lo agradeció. Tenía ganas de volver a casa y echarse a dormir.
- No, por supuesto- se giró hacia el señor Proudfoot- Un placer haberle atendido, Sr. Proudfoot. Espero que se mejore.
Dicho esto se dio la vuelta y se marchó cerrando la puerta tras de si. Con suerte no se encontraría a ningún cargo superior de vuelta a su despacho y se podría ir a casa por la red flu. Quizás por la tarde pudiera pasarse por el Callejón Diagan para tomar algo con alguien.