Partida Rol por web

Voy mal diciendo un poco la selva mientras nos adentramos en la jungla dispuestos a dar caza a esos tipos. Fíjate que se supone que el peligroso es el general pero a mi me asusta más el brujo. Después de todo a saber lo que puede hacer.

Logan por lo pronto salva a Qieter de un problema. Por mi parte encuentro una zona de barro y me aplico un poco en brazos, cara y piernas para evitar a los mosquitos, a veces más mortales que las balas. También invito al resto a que hagan lo mismo.

Por fin nos poníamos en marcha, los Marines se alejaban por su lado nosotros por el nuestro.
Me tomo mi tempo para realizar la revisión y ajustes necesarios de todo mi equipo, proceso rutinario y quizá no necesario, pero me daba confianza y seguridad al empezar, sabiendo que todo estaba en su sitio.

Una vez terminado, agarro mi arma y comienzo a caminar, nos quedaban unas 8 horas pero el tiempo y la distancia en la selva eran cosas abstractas muchas veces, y había que estar preparados para ello.

Vadeáis el río con cuidado, Bluestone tiene la precaución de elegir un punto en un meandro donde cruzar sin riesgo, con el agua hasta el pecho. Divisáis cocodrilos a lo lejos. ¿O quizá son troncos?

En cualquier caso ya estáis en la otra orilla del río Kha, y tenéis unos plazos que cumplir. Tras comer un poco (raciones MCI: carne con garbanzos) y secaros, volvéis a marchar.

Descendéis una colina siguiendo la zona pantanosa del río (pronto llegaréis al valle del complejo). Cuando el ruido de aves e insectos se ve superado por el croar de alguna especie de... ¿sapos, quizá? Aunque a veces suena como un coro intentando imitar a los batracios. ¿Podría ser alguna especie de señal de aviso? 

Hay que extremar la precaución...

En un momento del descenso, tras escuchar el aparente pequeño escándalo animal, me agacho un poco, sin dejar de caminar, casi en cuclillas, y le hago una seña a Bluestone -que espero comprendan todos- pidiéndole sigilo y discreción.

Es curioso cómo cuando una se acerca a un objetivo, todo, incluso en la naturaleza, parece hablar de él y lanzar señales. El peligro tiene su propio idioma. El miedo también, pero no hay diccionario para el miedo.

Poco a poco nos vamos acercando al campamento. Tras vadear el río estamos ya mucho más cerca de nuestro objetivo, así que aprovechamos para comer algo antes de acercarnos.

Conforme nos acercamos al campamento los sonidos de la selva cambian. De inmediato noto como todos los pelos de mi cuerpo se erizan y empiezo a temer que estemos dirigiéndonos a una emboscada. Así pues empezamos a caminar más despacio, acercándonos a nuestro objetivo mientras vigilamos alrededor.

Puedo sentir el corazón latiendo acelerado, pero realmente esto es lo mío. Después de todo mi especialidad es el camuflaje y el sigilo. Por lo tanto voy indicando a mis compañeros con señas por donde pisar y por donde caminar para acercarnos hasta el punto desde el que tengamos visual de todo el campamento.

Merill debe tener oidos de zorro, porque sabe cuando debéis deteneros a su gesto y contener la respiración, apretando el cañón de vuestro rifle M-16, mientras sentís como unas criaturas se deslizan por debajo de la capa de musgo de la marisma, o repta por entre la vegetación a apenas unos metros de vosotros. El croar de ranas se multiplica, como si cada una de esas cosas tuviera varias bocas. Sean lo que sean, conseguís que no os presten atención. Se alejan. Respiráis tranquilos.

Freeman conserva la calma y sigue las instrucciones de Merill cuidadosamente.