Partida Rol por web

En ese momento se comenzaron a escuchar sirenas procedentes de vehículos de emergencia acercándose al lugar. Todavía estaban lejos pero en breve estarían encima suyo. Tan solo habían pasado unos minutos desde el inicio de tiroteo, pero estaba claro que alguno de los jóvenes que huyó de la zona del callejón había llamado a los servicios de emergencia. 

- ¡Carles reacciona joder! - Le dijo el cabo na su subordinado. - ¡Ve a por el coche! - Le ordenó. - ¡Aina, tu compañera y tú acordonad la zona!

Aunque María ya no está allí. Había salido corriendo hacia el furgón y en su camino había recogido las llaves del mismo, las cuales pendían de un llavero del cinturón de Campaner. 

Carles había podido reaccionar a lo sucedido una vez que Aina había ido a hablar con él. La voz de la oficial le sacó de sus peores pesadillas aún estando despierto, sin embargo, no fue hasta la orden que le dio su cabo, cuando por fin se puso en marcha y fue corriendo a por el coche de la guardia civil. 

- Lo se... - Le dijo entonces a Aina en referencia a sus palabras acecade que había hecho lo correcto. - Enseguida vuelvo... - Y salió corriendo a por el coche patrulla.

María había salido corriendo hacia el furgón y en su camino había recogido las llaves del mismo, las cuales pendían de un llavero del cinturón de Campaner. Fue duro tener que enfrentarse a ello, pero aún así lo hizo. Necesitaba cambiarse de ropa y necesitaba ir a recoger el furgón, pero antes de volver a vestir de policía debía entrar en la discoteca. 

Mientras corría en dirección al vehículo polical, le vinieron a la mente un montón de ideas terribles. Ya no solo había perdido a un buen compañero, sino que había sido por su culpa. Había sido una negligencia exponerse tanto y mucho más entregar su arma a aquellos dementes. Si lo contaba así como había sido, perdería sin duda el trabajo. 

Además, pondría en peligro también la carrera de Aina. Ella le había autorizado a hacer algo tan peligroso y había incumplido la normativa permitiendo que fuera de paisano sin la autorización de jefatura. Además, que habían actuado de una forma tan irracional, sin consultar a sus mandos superiores. 

Solo quedaba inventar una mentira excelente o asumir la responsabilidad de sus actos y un más sus posible expediente disciplinario con más que probable separación de empleo y sueldo por un mínimo de dos años. 

Fuera como fuera, María llegó al furgón y rápidamente aunque no se cambió todavía.  Se sintió desnuda sin su pistola, pero no podía coherla, la había dejado en el lugar de os hechos, junto al joven que había matado a Campanero y que había dejado sus huellas en la empuñadura de la pistola. 

María acercó el furgón a la entrada de la discoteca y entonces salió a toda prisa adentrándose en el interior de la misma. Allí todavía había gente bailando y bebiendo como si nada hubiera pasado fuera. Tras echar una ojeada encontró a Matías en su rincón de siempre, apoyado su espalda contra la pared y su codo sobre un extremo de la barra, mientras sujetaba un combinado con la otra mano.

El furgon habia quedado en la entrada de la calle y me dispuse a entrar al bar no sin sentir remordiento. Hacia menos de una hora Campaner estar sentado alli mismo de chofer diciendome lo complicado que sonaba todo.

Golpee el volante con toda mi rabia. Como era posible que nadie me hubiese hecho cambiar de idea, como era posible que hubiese entregado mi arma, y cargada. 

Estire mis manos frente a los ojos respirando profundo. Tenia que controlarme. Tenia que controlarme y sabia como hacerlo. 

Matias....

Al menos habia conseguido mi telefono y mi cartera, y antes de entrar tome el efectivo en euros que tenia, despues de todo no me iba a aceptar tarjeta de credito. Entre nerviosa al Bar, porque sabia que no debia hacerlo, sabia que Aina no me lo perdonaria, sabia que solo podia complicar las cosas. Sabia..

- Solo sera una vez mas.... Me dije a mi misma. 

Alli estaba Matias y mientras avanzaba hacia el me convencia a mi misma que ahora que tenia experiencia podria controlarlo. Podia consumir sin volver a la adiccion, conoci en su mente gente que vivian vidas normales y consumian algo de alguna manera, al final todos usabamos algun tipo de valvula o escape. 

- Hola Matty!!!! Dije lo mas risueña que pude.  

Casi como si estuviese flirteando con el me sacudi el cabello y esperaba sonar lo mas normal posible.

- Hace mucho tiempo que nos vemos, que buena suerte encontrarte esta noche, sabes!!!

Al parecer segun su reaccion, aun me recordaba y eso era bueno, sino, simplemente era una chica rubia que se acercara y le daba un beso de saludo, lo cual era bueno tambien. 

- Tendras algo que puedas venderme, estoy muy tensa sabes y seguro tienes lo que necesito, un par de dosis porque no tengo mucho dinero, vale? Le susurre al oido y al separarme le mostre el dinero.

Esperando completar la transaccion continue la conversacion como si fuera de lo mas normal. 

- Sabes que estoy buscando a dos chicos que estaban aqui hace un rato, y ahora no los veo, por casualidad los conoces y sabes si andaban con alguien por aqui?

A continuacion pase a describir como era Juan, el asesino, y su amigote que ahora estaba detenido, sino obtenia informacion podria preguntar al chico de la barra por la misma pregunta y luego regresar con Aina con mi premio bien oculto.

- ¡Ey María, volviste por acá! - Dijo sonriente. - Pensé que habías olvidado a los viejos amigos. - Bromeó mirándole de arriba abajo. - Pensé que te saliste de este mundillo. Pero veo que solo cambiaste de... - Le miró fijamente a los ojos. - ... proveedor. - Ladeó la cabeza. - Tengo algo para ti. - Le dijo metiendo su mano en el bolsillo. - Dos pollos. - Le entregó las bolsitas. Dos dosis de cocaína. - Y si quieres... - Se puso una pastilla entre los dientes. - También tengo esto. Te gustará... - Y se acercó unos centímetros hacia ella. Esperaba evidentemente intercambiar la pastilla de boca mediante un pico*. 

*  *  *  *  *  *

- ¿Juan y José? - Le preguntó. - Son unos losers. - Comentó. - Me compran a veces, pero no son habituales. A veces me han hablado de sus mierdas. Parece que están en una mierda de secta o algo así. - Sonrió. - Dicen que están metidas gente importante en ella. Creo que pretendían meterme en esos follones. - Soltó una carcajada. - Pero el más loco era otro chico que iba con ellos. Un tal Tomeu... Aunque ahora que lo recuerdo... Era Tomeu el que me contaba esas mierdas. José y Juan nunca hablaban de esas cosas...

Tome las dos bolsitas y las guarde en el vestido y por un instante vi la pildora en sus labios. 

Que demonios!!!!

Tome la pastilla con mi boca y despues tras tomar su cabeza entre mis manos le di un tremendo beso profundo con lengua y todo que le llegaria hasta lo mas hondo. Al menos habia tomado la precaucion de mantener la pastilla en mi encia ya que conocia muy bien los efectos y en 20 minutos o menos estaria viendo todo lleno de colores y tal vez hablando incongruencias lo que haria que Aina se diera cuenta y no podria regresar a la comisaria y podia perder mi trabajo, aunque eso ya estaba tela de jucio pero no iba a complicar mas las cosas. 

Al separme de el sentia la adrenalina de aquel beso y estaba fascinada de senrtirme viva otra vez aunque fuese solo un instante sabiendo que no podia demorar mas el beso o la saliva haria su trabajo. 

- Eres un encanto Matty, pero esto tendra que ser para mas tarde. 

Saque la pastilla y la puse en mi brassiere dejando que viera lo que no se le habia perdido, asi que me anime a preguntar mas.

- No sabras donde puedo conseguir a Tomeu verdad? Puedo ser muy agradecida, y no cambie de proveedor, solo tuve una mala racha y tuve que desintoxicarme, ya sabes como es, pero aqui estoy, todo bajo control!!

Y di un saltito de alegria demostrando que estaba bien.

- Y bien, sabras algo mas de Tomeu?

Ya no tenia tiempo, asi que era eso y salir de alli.

Poco probable que el cantinero supiera algo mas, pero ya habia confirmado algo mas, teniamos peces gordos detras de Vich y sabia que Campaner no moriria en vano.

Tambien a veces compraban drogas... podia ser util. Tal vez otro proveedor supiese algo. Incluso si llegaban a suspenderme podia ser util investigando por mi cuenta sin estar atada a un horario y podria ayudar a Aina con nuestro caso.

Casi no tuvo tiempo de detener a María. No le hacía demasiada gracia que fuese por ahí sola. 

Asintió a Carles y se puso manos a la obra acordonado la zona. Esperaba que María no tarda se en volver y terminar el trabajo pronto. Ambulancia y Policía no tardarían en estar ahí, al menos era lo que ella esperaba que enviarían desde emergencia. Al menos ganarían el tiempo de ir al médico para recibir las curas, Aina no veía el momento de interrogar al detenido. 

- Puedo hacer mis averiguaciones. - Le dijo sonriente y evidentemente animando en un amplio sentido de la palabra a tenor de cómo había engordado su entrepierna. - Dame tu teléfono. Creo que no lo tengo y si me entero de algo, te digo cosas. ¿Vale? 

Pronto llegaron dos patrullas de la guardia civil y una ambulancia. Cuatro agentes salieron de sus vehículos y sorprendidos ante lo que estaban viendo sus ojos, sacaron sus armas. Joaquín pronto se puso al frente controlando la situación. Habló con los agentes y estos, al reconocerle se pusieron a sus órdenes. 

En breves instantes sacaron cinta policial acordonando la zona y cerrando el tráfico tanto a pie como rodado en las calles adyacentes. También se encargaron de custodiar la salida trasera de la discoteca. No les interesaba que algún empleado o peor aún, algún borracho saliera por ahí y merodeara por el escenario del crimen.

Joaquín comenzó a hacer llamadas. Debía en primer lugar alertar al teniente de lo sucedido y luego al juzgado de guardia. Debían prepararse allí el forense y el resto de la comitiva judicial. Eso estaba claro. Mientras tanto, no había ni rastro de María y Carles seguía abstraído en sí mismo.

Joaquín tomaba las riendas del escenario y hacia las llamadas pertinentes. Una vez acordonada la zona debidamente y todo organizado, a la espera de la llegada de los forenses, Aina sacó también el móvil. Ella también tenía ante quien responder. 

-Estoy bien, estoy bien- protestó ante un sanitario que se acercaba a comprobar su corte.Ya habría tiempo para eso después, no pensaba ponerse a lamerse las heridas hasta que María hubiese vuelto sana y salva. 

Marcó el contacto del Inspector Mate, debía ponerle al corriente, más cuando Campaner yacía inerte en el asfalto. Aina no podía mirar el cadáver, era difícil aceptar que lo habían matado, así, de un plumazo. Ya no podría ponerlo recto nunca más, llamarle la atención por llegar demasiado justo de tiempo ni nada. 

Se puso el teléfono al oído, ¿cómo iba a contárselo? ¿Seria capaz de hacerlo con delicadeza? Era curioso que le preocupase despertar a Mate, como si eso tuviese alguna importancia comparado con lo que estaban viviendo esa noche. 

No todos, no todos vivimos esta pesadilla... 

Miró de reojo el charco de, sangre de Campaner, que ya se espesaba, oscuro y denso. Sintió la presión en el pecho y la cabeza, dejó de mirarlo, no era momento de abrir la puerta a los demonios para que entrasen, ni a las emociones para que saliesen. 

El teléfono sonó hasta cinco veces antes de que alguien respondiera. No era habitual que el teléfono del inspector sonará durante el turno de noche y mucho menos cuando Aina, una joven siempre aplicada y concedora de su trabajo, estaba de servicio. 

- Buenas noches, Aina. - Respondió él jefe. - ¿Todo bien? - Preguntó no demasiado convencido de recibir una respuesta afirmativa.

En ese momento, los sanitarios ya estaba estaban encima de Campaner. Ya le habían monitorizado y empezaban a tomarle las constantes. 

- ¡Sigue vivo! - Gritó el sanitario.

- Vale!!!

Tome su telefono y marque mi numero para que ambos tuviesemos nuestros numeros y guarde su numero tambien. 

Lo abrace metiendo mi pierna entre sus piernas para poder besarle de nuevo de mejor manera y luego susurrar al oido...

- Estare esperando tu llamada.... 

Y con una sonrisa me despedi. Pase por la barra pero el chico esta ocupado y no me parecia hablar con el otro, tal vez hubiesen camaras pero si ibamos por ella era mejor que fuese oficial, asi que mire alrededor a ver si las habia para informar a Aina y sali de alli ir a cambiarme.

Sali del bar por la entrada principal aun asombrada de que nadie se hubiese percatado del incidente en el callejon. Era mejor asi despues de todo. Entre al furgon una vez y me puse mi uniforme rapidamente para salir y encontrarme con Aina.

Al vestirme revise la herida de la pierna, aun sangraba un poco, sobre todo si la movia, pero no habia mucho mas por hacer. De seguro Aina tendria peor el brazo.

... mal nacido....

Al menos eso me traia a la realidad y me di cuenta que haber estado en el bar nuevamente me habai subido de animo, tal vez demasiado, y a veces me preocupaba de que la Maria profesional, policia y amiga, tuviese que luchar nuevamente con la Mabel alocada y despreocupada de la vida. Ambas me hacian feliz a su manera.

Me mire al espejo del retrovisor antes de salir al callejon dandome cuenta que la noche parecia dejar sus marcas. Pense en Sofia y Matias, porque habia hecho lo que habia hecho, porque habia arrastrado a Campaner, porque no pensaba mejor las cosas....

A veces me sentia jodida por completo.

Revise mi uniforme y mi brassiere, asegurandome de que estuviese todo en su lugar pero ya no era necesario tener una correa para portar arma, de hecho, tal vez no me dejasen portar otra por un tiempo. 

... maldicion .....

Respire profundo y fue a encontrarme con Aina, para contarle lo que habia descubierto.

- Aina... converse con un chico en el bar que parecia conocer a Juan y Jose, los amigotes de Vich.... Obviamente no fue oficial, ya que estaba como paisana, pero me comento que conocia a Vich de vista y entre habladurias habia comentado su culto y como estaba relacionado con algunos peces gordos, la verdad que no parecia recordar nada mas.

Faltaba corroborar lo de las camaras, tal vez podriamos sacar algo mas de alli.

- Y ahora que lo pienso, Vich me escribia desde este numero y le mostre la pantalla a Aina, pero al parecer daba ordenes a estos dos de que iban a hacer conmigo o a donde llevarme. A estas alturas es posible que ya se imagine que algo paso pero como no vimos ningun auto sospechoso pienso que es posible que este cerca, no me iban a llevar a pie por toda la ciudad? O simplemente ya se fue... no se, crees que deba escribirle? 

Entonces le mostre la ultima conversacion que tuve con Vich, incluso si Joaquin o Carles estaban pendientes de nosotras compartiria la informacion con ellos, pero me aseguraria de que el detenido no escuchara nada si aun no lo habian metido al furgon.

MENSAJES ENTRE VICH Y MARIA 

Mensaje para Vich:

Hola cariño! Me ha encantado tu pagina! Eres genial y super!

[...]

Besos cariño y espero podamos conocernos algun dia.

Mensaje para Mabel Orihuela:

Hola, guapa.

No te conozco, pero me gustaría. ¿Quieres que nos veamos? Hoy mismo? Veo que eres de Llanura. Yo estoy en el puerto...

 

Mensaje para Vich:

- Hola Lindo!!!! Claro, claro, casualmente estoy con una amigas en el Puerto, pero puedo desocuparme en una hora, y asi nos vemos en una hora y media en el Bar Tolo. Te parece, que emocion. Dale espero me confirmes, sino, podemos cuadrar para mañana.

Mensaje para Mabel Orihuela:

En media hora estaré allí. ; )

Una hora es demasiado tiempo de espera.

Mensaje para Vich:

Bien, me apurare entonces, mis amigas se lo pierden, ja ja ja, nos vemos dentro de un rato.....

Mensaje para Mabel Orihuela:

Perfecto. Ve sola. Que tus amigas no molesten... jejeje

Mensaje para Mabel Orihuela:

Cambio de planes. Nos vemos en el Alex bar. Tienes dos minutos.

Mensaje para Mabel Orihuela:

Sal por la puerta trasera y guarda tu teléfono. Te estoy viendo. Si no lo haces, no hay encuentro. ¿Entendido? Y nada de mensajes. 

Mensaje para Vich: 

Claro cariño, aunque me asustas un poco sabes, ahi voy pero no hace falta tanto cuidado, vale. 

Aina no sabía cómo enfocar la conversación de un modo que no resultase traumático. Quería hacerlo bien. 

-Sí.. bien- Había dicho no muy convencida y el inspector lo había notado. Los médicos estaban ya con Campaner y entonces anunciaron que vivía. El corazón de Aina dio un brinco, pero al poco por su mente pasó que ellos lo habrían dejado morir. ¿Cómo es que a ninguno se le había pasado por la cabeza comprobar sus constantes? Quizás tampoco hubiesen percibido un latido demasiado débil o una respiración superficial. En cualquier caso siquiera lo habían intentado y aquello la mataba por dentro.

-Sí- dijo ahora más convencida, su voz había cambiado por un segundo llevada por la alegría de la noticia -Bueno, relativamente- corrigió volviendo a la realidad. No podía calificar la noche como que había ido bien. Había ido como el culo, pero podía haber sido peor.

-Ha sido una noche complicada. Informé a la guardia civil sobre Vich, como hablamos. Vinieron un par de agentes al poco tiempo y enseguida nos pusimos con ello. La agente Miranda y Campaner patrullaban el puerto, si veían a Vich debían avisar, y así lo hicieron. La agente Miranda quiso ganar tiempo y se vistió de paisano, lo se, fue una locura y debí disuadirla- apretó los labios, dispuesta a aguantar el toque de cresta que le daría el inspector ahora o más adelante, al conocer el final de la historia - Todavía me faltan datos, pero creo que les tendieron una trampa, porque para cuando llegamos Vich no estaba. Redactaré un informe con todos los detalles. Lo importante es que la noche se ha saldado con un detenido, un joven armado muerto y Campaner muy malherido. Le dispararon en la cabeza- No quería extenderse demasiado. El inspector querría saber lo ocurrido, pero ahora, casi con total seguridad, querría conocer el destino de Campaner y como fuese evolucionando. 

Lo lamento, lo lamento mucho... habría añadido, pero no podía expresar en voz alta todos aquellos sentimientos, no podía venirse abajo. Al final sus decisiones habían llevado a su compañero a ese punto y lo lamentaba más de lo que nadie podría hacerle sentir. Pero eso no significaba que no mereciese todo lo que el inspector hubiese de decirle. Y sobre todo no le daba derecho a impedir que Mate pudiese actuar como considerase tanto en cuanto a ella como respecto a Campaner, quizás volviese a dormir junto a su esposa y esperas a que Aina le fuese informando, o tal vez decidiese vestirse para ir al hospital dónde le tratasen la herida.

Miró la conversación que había mantenido María con Vich desde el móvil.

-Joder, creía que le habías citado desde algún perfil falso de alguna red por el ordenador - La cara de Aina estaba tensa, sus ojos reflejaban verdadera preocupación para quien la conociese - Vale, tiene tu móvil. ¡Tienen tu móvil! - aquello asustaba a Aina. Si realmente se codeaban con gente importante, cosa que tampoco era tan sorprendente, también creía que tendrían gente muy capaz en distintos campos importantes, como el informático - María, ¿y si no solo pueden seguir tu ubicación? ¿y si pueden copiarte los contactos? ¿te das cuenta? tu familia, tus amigos... joder - se pasó la mano por la barbilla. Realmente no sabía qué hacer, ¿debía Maria borrar ya mismo todas sus fotos y contactos? ¿Siquiera se había hecho un perfil falso? ¿Tenía Vich su nombre y apellidos? -¿Te das cuenta que igual sabían quien eras desde el principio? ¿Igual no tenían que llevarte a ningún lado, si no sacarte información de hasta dónde sabemos y matarte?- No quería ser dramática, pero la situación no era para menos. Sabía que María ya no se querría ver con Alex, pero él quizás supiese ver si habían violado la seguridad de su teléfono. María, en cualquier caso, debería cambiar de número, cosa que harían al día siguiente, pero también podía serles útil mantener este operativo. Al fin y al cabo era el contacto que tenía Vich mediante el cual podría, quizás, tratar de seguir las pistas o de pensar que se trataba de una joven inocente, de captarla para lo que fuese que tuviese planeado para ella.

Esperemos que no sean tan listos. 

-Hablaremos con Joaquín y Carles, quizás ellos tengan alguien que sepa mirar lo referente a los teléfonos y borrar el rastro a tus contactos y fotos... mierda, es que no se si deberías eliminarlos ya. Cuando ese par no vuelvan les olerá la cosa.- cogió aire - Si no, también podemos acudir a Alex...- lo dejó en el aire. Aina no es que confiase al cien por cien en nadie, pero algo debían hacer, y esperaba y deseaba que Alex no estuviese en toda aquella mierda. Tantos años de amistad, escaladas juntos y demás, sería una auténtica desgracia si le hubiesen estado engañando. 

- Por ahora vamos a ver a Campaner, los sanitarios han dicho que está vivo. Después te mirarán esa herida - ella sabía que también deberían mirar la suya, lo último que necesitaban era una infección que las sacase del caso.

- ¿Qué han disparado a Campaner en la cabeza? - El inspector parecía furioso. Aquella pregunta fue realizada con verdadero enfado, o quizás no era eso, sino mero sobresalto. Al fin y al cabo, ese tipo de cosas no solían suceder. De hecho, no había sucedido nunca antes. - Voy para allá. ¿Estáis en el Puerto, dices?

- Si. Junto al Alex's. - Respondió Aina y es que no le quedaba otra.

- Bien. - Se hizo un breve silencio. - En media hora estoy allí. Ves informando si hay cambios y no abandonéis el sitio. ¿Entendido?

- A sus órdenes... - Respondió respetando los códigos jerárquicos.

En ese momento se cortó la llamada.

El cabo Joaquín no se separaba del teléfono. Tenía que dar muchas explicaciones, al igual que Aina, que hablaba con el Inspector. A tenor de la expresión que mostraba su rostro, el jefe no estaba muy contento con lo que estaba sucediendo esa noche en el Puerto de la Cabeza. Fue entonces, que quien recibió una llamada fue María. Al ir a coger su teléfono se dio cuenta de que tenía siete llamadas perdidas, todas ellas salvo dos, de números diferentes y de buenas a primeras no entendió que estaba sucediendo.

Cogió el teléfono y respondió. 

Mientras tanto, los sanitarios luchaban por estabilizar a Campaner. Aina se acercó a ellos y observó que estaba sucediendo. Obviamete, Camapaner estaba inconsciente y había perdido mucha sangre. La situación era crítica sin duda alguna. Los sanitarios le habían vendado la herida para que dejara de sangrar, mientras que uno de ellos realizaba el masaje torácico y otro utilizaba el ambú para suministrar oxígeno por vía oral. Mientras tanto un tercero controlaba los monitores y preparaba una inyección de adrenalina. Eso quería decir que aunque no estaba médicamente muerto, no respiraba ni tenía pulso.

Por otro lado, un montón de curiosos habían comenzado a agolparse en las inmediaciones. Los tres guardias civiles trataban de disuadir a los curiosos y de hacer que dieran media vuelta, pero en unos pocos minutos, ya era medio centenar de personas los que se encontraban cerca de la entrada del callejón tratando de saciar su curiosidad morbosa y de tomar unas buenas fotografías para subirlas posiblemente a alguna red social.

Una nueva ambulancia llegó entonces y corrieron en dirección al joven abatido. Aunque parecía que el disparo de Carles había sido letal, no lo podían dar por muerto así como así y al menos tenían que hacer ver que intentaban salvarle. Y Carles, que si bien había reaccionado bien inicialmente a las palabras de ánimo de Aina, ahora parecía haberse hundido y se había sentado sobre unos escalones con la cabeza entre las rodillas y las manos en la nuca.