Partida Rol por web

- ¿Es la policía? - Preguntó una mujer con acento mallorquín al otro lado del teléfono de María.

Ahora sabía el porqué de las llamadas perdidas. ¡Acababa de recordar que había desviado las llamadas de la operadora a su teléfono! Con todo el ajetreo no había escuchado sonar el teléfono...

- Si, policía local de Llanura del Buenpaso. - Respondió al fin María.

- Si... estoy en la calle Jaime I - Eso era en el núcleo urbano de Llanura. - ha habido un accidente. Un tío me ha chocado. Creo que está borracho. Necesito que vengan...

- Disculpe agente... - Llamó la atención de Aina uno de los enfermeros que estaba llevando a cabo la maniobra de resucitación cardio-pulmonar. - ¿Puede hacerme un relevo? - Le pidió. - Así podré ayudar yo con la vía...

Evidentemente le estaba pidiendo que hiciera las compresiones torácicas a Campaner. Aquello podía suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Aina lo había hecho antes ya, tres o cuatro veces y nunca había sacado a nadie. Era difícil devolver a alguien a la vida y eso que había hecho algún cursillo de primeros auxilios. En ese momento sólo recordaba el 30-2, treinta compresiones por dos insuflaciones. Podía hacerlo, lo había hecho otras veces, aunque nunca a alguien tan cercano... 

- Pero claro, ademas no es mi nombre de.....

Pero tenia razon, aunque algo me habia dicho que mentir en el perfil solo haria las cosas mas dificiles, ahora lo veia claro, todavia podia meter mas la pata.

Era mi nombre aunque fuese mi segundo nombre y apellido, cualquier con Facebook o cualquier otra red me conseguiria rapidamente, como yo consegui a Vich.

Mire a Aina con cara de no saber que decir. Sencillamente dude que ahora sirviera para algo nada de lo que habia hecho y solo queria salir corriendo de alli, irme lejos a donde la tierra pudiese tragarme, pero no seria tan sencillo. Aina continuo enumerando los riesgos a los que me habia expuesto y lo cierto era que tenia razon. 

- Pero es que era......

Trate de explicarme pero sabia que cualquier cosa que mencionara solo me hundiria mas, ademas no me estaba regañando, estaba preocupadisima por mi, y ademas poniendome super preocupada a mi misma. Una de mis manos comenzo a temblar mientras Aina enumeraba toda la informacion que podia contener mi movil. Practicamente sabrian hasta si tenia la menstruacion.

- Joder Aina, se que la he cagado, pero Vich no es el tipo que sabe hacer esas cosas, es un pelele....

Pero ella seguia mencionando mis contactos y mi familia y.....

Inconscientemente comence a comerme a una uña.

- Vale, ni que acaso estuviese con la mafia rusa, joder!!!!

Pero y si era otra mafia? No importaba el pais, si los telefonos eran mas seguros ahora, pero los hackers eran mas avispados tambien. Tenia el telefono en mi mano y solo tenia ganas de lanzarlo contra la pared para que estallara en mil pedazos, cosa que no solucionaria, nada.

- Ademas si mentia no me iba a responder Aina, lo siento mucho, ni siquiera esperaba que me contestara, yo no queria que nada de esto pasara, no tenia que ser asi....

Y con una mano cerre mis parpados mientras respiraba profundo para irme en llanto de impotencia, porque era rabia lo que sentia, rabia con Vich, rabia por esos malnacidos y rabia conmigo misma.

Segui escuchando a Aina casi como una automata, no era la primera vez, y Aina podria recordarlo, porque desde que me hablaba asi desde hace mas de dos años, era en mis peores momentos, no tenia opciones y solo podia hacer todo lo que ella me dijera, como y cuando ella dijera, y tal vez tendria suerte. Hacia mas de dos años que habia salvado mi vida, y ahora tal vez podria salvar mi carrera. 

Ademas Aina siempre podia mantener la calma en la peor tormenta. La amaba por eso. 

- Claro, claro hablaremos con ellos y.....

Entonces abri los ojos de par en par.

- Alex?? El Alex???  

mierda....... 

Lo que mas me molestaba era tener que explicarle a Alex porque le pediamos ayuda, mas alla de necesitar su discrecion.

Respire profundo.

- Si no hay mas remedio.... Dije derrotada.

Entonces menciono a Campaner y no pude mas que correr hasta donde estaba. No podia creer que aun estuviese con vida con toda la sangre que habia perdido y ademas de la ubicacion de la herida.

Aun asi no podiamos hacer mucho por el, salvo mantener a los civiles apartados que ya comenzaban a formar grupos y tomar fotos. Odiaba a la gente por eso.

En cierto momento decidi comenzar a borrar cosas de mi telefono, despues de todo, habia cosas que no eran importantes y definitivamente tendria que cambiar de numero. Fue cuando vi las llamadas perdidas. Con duda revise los numero sin poder entender porque de las llamadas.

- Bueno???

- Si Policia Local de Llanura del Buenpaso.

Algo hizo click en mi cerebro al darme cuenta que era una llamada transferida de la Central.

Porque no escu.....  mi telefono estaba en la basura!!!!

Atendi la llamada de la mujer.

- De inmediato le mando una unidad Señora. Buenas noches.

Y fui directo con Aina. 

- Aina acabo de recibir una llamada de un choque en la calle Jaime I, al parecer fue transferida de la Central, la señora informo que la choco un hombre que parece borracho y pidio nuestras presencia.

Estaba claro que nosotros no deberiamos ir todavia,  tal vez Aina podia mandar a los novatos? Si tuviese mi moto, llegaria en menos de 5 minutos pero no querria dejar a Campaner hasta que los sanitarios le llevaran al hospital. No tenia muchas esperanzas, pero alguna esperanza era mejor que nada, y casi me daba asco que atendieran al asesino.

Entonces volvi a revisar los numero que me habian llamado. 

Y si alguno era Vich?

Habria que comprobarlo, pero despues.

Y entonces senti un baño de agua fria, un escalofrio de miedo y hielo que me recorrio toda la espalda. 

¡¡¡¡Sofia!!!!

Porque si los malos tenian un hacker y querian hacerme daño seria la forma mas rapida y directa.

Comence a escribirle un mensaje pero estaba tan nerviosa que nisiquiera podia escribrir. Le llame. No me importaba la hora, tenia que saber que estaba bien y avisarle que no tomara riesgos sin necesidad. Mañana la pondria al corriente.

.. atiende por favor ... 

Escuchaba el telefono sonar en espera que alquien atendiera y cada repique aceleraba mi corazon.

... joder Sofia atiende.....

Y volvi a marcar. 

- ¿Diga? - Respondió finalmente Sofía, aunque el ruido atronador de la música de fondo hacia muy difícil la comunicación. Estaba en el trabajo, claro... - ¡No te oigo, encanto! - Exclamó. - ¡Luego en un rato te llamo! - Y Sofía colgó el teléfono.

-A sus órdenes...- Había dicho Aina justo antes de colgar el teléfono.

-Vale, tranquila, ahora no podemos cambiar nada, estamos en la situación que estamos y debemos tratar de controlar lo que esté por llegar ¿vale?- su mirada era dura, pero posó sus manos sobre los hombros de María tratando de calmarla y ayudarla a centrarse. -Hemos de pensar qué hacer después, pero ahora hay que controlar a esta gente y ayudar en lo que podamos ¿vale? El inspector Mate está de camino - Cosa que no estaba segura de si era buena o mala, esperaba cualquier cosa, se intentaba preparar mentalmente para la bronca de su vida y ella tan solo agacharía la cabeza, porque al fin y al cabo habían sido sus decisiones lo que habían conducido a todo aquello.

- Vale, ayuda si puedes a los policías de la civil para controlar a toda esta chusma morbosa- siempre le había molestado la gente que se agolpaba alrededor de la cinta para observar las desgracias ajenas y tener batallitas que contar. No aportaban nada y sí molestaban bastante. 

La noche iba de mal en peor, parecía que el destino se había empeñado en complicar las cosas, y ahora, por si tuviesen poco, había un accidente en la calle JaimeI. El inspector no tardaría ya mucho, y ellas dos no debían moverse de allí, evidentemente Campaner no iría a ninguna parte, y Aina solo podía disponer de los dos novatos. Con un poco de suerte el choque no sería grave y tan solo debería hacerse el parte rutinario y el papeleo, quizás fotos y demás, pero nada que no pudiesen controlar. Esperaba que hubiesen atendido en la academia y no cometiesen fallos. Suspiró.

Cogió el teléfono, quería marcar para contactar a la otra patrulla, la que estaba por Llanura, pero se encontró con su móvil roto. Mierda -Déjame el tuyo un momento- Solicitó a Maria.

-Hola, ¿cómo os va la noche?- Por favor, que no hayan tenido complicaciones hasta ahora -Bien, debéis dirigiros a la calle Jaime I, ha habido una colisión entre varios vehículos, seguramente dos. Si la cosa se complica o dudáis llamadme-

Después no tendría tiempo para mucho más, pues un sanitario le habló y Aina, pálida por la inseguridad afirmaba con la cabeza y sustituía en su labor al sanitario.

30 -2 -30 -2 ...

Sentía como un sudor frío le recorría la espalda, sus manos parecían heladas. Jamás había logrado sacar adelante a nadie, quizás con la ayuda de los médicos, que la guiasen, lo lograría. La presión era grande, pues la vida de Campaner estaba de nuevo en sus manos, y no eran las mejores desde luego, no en esa situación.

Joder, vive, por lo que más quieras, vive.

-Venga Campaner, vuelve con nosotros, quédate, por favor...- le dijo a su compañero que se debatía entre la vida y la muerte, rogando que le oyese y luchase con todas sus fuerzas.

- Todo tranquilo jefa... - Le respondió Gubía por teléfono. - En la plaza hay bastante ambiente, pero esta tranquilo la verdad. No hay incidencias. - Entonces fue cuando les indicó el servicio pendiente. - Vamos para allá. No se preocupe, cualquier, cosa nos ponemos en contacto con usted. - Acto seguido colgó el teléfono.

Campaner no reaccionaba. Aina reconocía que aquello no era lo suyo, aunque estaba dando lo mejor de si para intentar sacar adelante a su compañero. Los sanitarios seguían a los suyo, controlando los monitores y administrando medicamentos vía intravenosa a su paciente. 

Seguían con el treinta dos y Aina empezaba a cansarse. Ciertamente, aquel ejercicio era costoso y empezaba a sentir fatiga. ¿Cuanto llevaban, media hora? Lo cierto era que tan solo habían pasado tres minutos desde que Aina había empezado a hacer el rcp, pero se le estaba haciendo realmente cuesta arriba.

Por otra parte, María, junto a los guardias civiles, se estaba encargando de mantener a raya a los curiosos. Ya habían empezado a saltar algunos flashes de las cámaras de sus teléfonos móviles y algunos gritaban eufóricos al ver lo que estaba aconteciendo, como si fuera parte de un espectáculo grotesco incluido en el pack que les había vendido su agencia de viaje en aquel tour por Mallorca. 

Habia logrado hacer aquella llamada, que si bien no hable sino dos segundos era suficiente para saber que todo esta bien. Conclui con un mensaje para que todo estuviese bien y luego volvi al trabajo de controlar a los civiles.

En cierto momento note como Aina realmente luchaba por la vida de Campaner junto con los sanitarios lo que parecia no ser suficiente. Tenia que ayudar como fuere.

Puse mis manos sobre las de Aina dandome cuenta que estaba cansada y comence a hacer presion yo y luego a soltar para comenzar el bombeo. Ella tendria tiempo para descansar sus manos y tal vez ayudar al sanitario con el masaje, las paletas o las inyecciones. Mas no podiamos hacer.

Porque no lo llevabamos de una vez. 

Estaba claro para mi que necesitaba un quirofano y al menos una transfusion, el masaje respiratorio o la reanimacion podian continuar en la ambulancia.

Aina sudaba, sudaba por el esfuerzo y sudaba por la presión. Si Campaner moría por su culpa sería eso, su culpa, y jamás podía olvidarlo. Tenía que salir adelante como fuese, y ahora deseaba haberse preocupado más por aprender bien los primeros auxilios y no tanto a pelear. Se sentía estúpida por no haber pensado en ello antes, cuando estaba a tiempo.

María adivió su cansancio y quiso ayudarle, deberían compenetrarse bien, y sin duda parecería un poco extraño. Quizás lo mejor sería relevarse la una  a la otra, pero no estaba segura, tenía demasiadas cosas en la cabeza Pero ninguna de ellas es una bala así que decidió centrarse en lo que tocaba, sacar adelante al agente herido y tratar de pensar tan solo en eso ahora, no en las secuelas que tendría de sobrevivir ni en que si ella hubiese dado instrucciones distintas quizás mañana pudiese controlar que estuviese en su puesto justo al minuto en el que le tocaba entrar al turno.

Aina y María se intercambiaron un par de veces la posición a la hora de hacer el masaje torácico. La cosa no pintaba nada bien. El desfibrilador dio hasta tres descargas, más de media hora realizando maniobras de RCP hasta que un cuatro disparo de desfibrilador logró que aquella desesperante línea que marcaba las constantes vitales en el monitor, empezó a salir bajo unos parámetros adecuados. 

Campaner había sido estabilizado. Viviría o no, todavía quedaba mucho trabajo por delante de los sanitarios y doctores, pero sobre todo de el mismo, pero al menos no moriría en aquel callejón como un perro. Rápidamente los sanitarios pusieron a Campaner en una camilla, lo introdujeron ens ambulancia, todo ello sin dejar de controlar su estado y salieron a toda prisa hacia el hospital "Son Espases", en Palma.

Para ese entonces, otra patrulla de guardia civil ya estaba en el lugar y al parecer estaba todo más controlado. A los mirones ya les había quedado claro, algún porrazo mediante, que no tenían que molestar y así al menos , dentro de la locura, podían trabajar más tranquilos. 

Joaquín dirigía el asunto con evidente diligencia. Se notaba que era un hombre experimentado y con dotes de mando. La investigación, las comunicaciones con el juzgado y el resto de pesquisas estaban ahora a su cargo. Quién seguía sentado en el mismo sitio desde la última vez que Aine miró, era Carles. Estaba evidentemente muy afectado por lo sucedido. 

Y entonces, cuando Aina y María, ambas satisfechas por lo que acababan de hacer, se debatían entre abrazarse, abrazar a Carles i ponerse a disposición del cabo Jiménez, vieron llegar a un rostro conocido.

El inspector había llegado. Había sido muy rápido. Vestía de paisano, pero lo primero que hizo fue identificarse con su placa para pasar el control policial. Al acercarse al lugar de los hechos vio de reojo a sus dos agentes y les dedicó de lejos un saludo mudo. Luego fue a hablar con el cabo Jiménez.

Con el ruido de fondo de los locales e ocio nocturno,no pudieron escuchar absolutamente nada de las palabras que ambos intercambiaron, pero la seriedad del rostro de Luis Mate hacia indicar que estaba cuanto menos preocupado y si no algo peor. Podía estar enfadado o decepcionado. No lo sabían...

Momentos después se giró hacia Aina y María. Ambas estaban recostadas contra la pared, todavía agotadas del RCP. Luis se acercó a ellas serio, sin modificar su expresión y si dejar de mirarlas. Segundos después estuvo a su lado. Las miró unos segundos sin decir nada y momentos después, con todo lo enorme que era ese hombre se abalanzó sobre ellas dándoles un cálido abrazo que duró tan solo unos segundos, pero que en cierta manera trató de tranquilizarlas. 

- No os diré: ¡Buen trabajo! - Abrió al fin la boca. - Pero si os diré que todo irá bien. ¿Vale? Hay que ver qué decimos que ha sucedido, pero lo que está claro es que no podemos decir la verdad. No toda al menos. -​​​​​​ Chasqueó la lengua. - Me ha dicho el cabo que se han llevado a Campaner. Tiene mala pinta... - Resopló. - ¿Como estáis vosotras? - Les preguntó finalmente. - Tenemos que ir a escribir. ¿Vale? Jiménez me ha dicho que omitirá que ibais de paisano y que os expusisteis de la manera que... - Cerró la boca. -​​​​​​ Carles vendrá con nosotros. Si puede claro... Es importante que las versiones cuadren. ¿De acuerdo? Jiménez se quedará a esperar a la comitiva judicial. Les dirá que pidieron apoyo para detener a unos sospechosos y que todo se precipitó. Uno de ellos robó el arma de María y pasó lo que pasó. Los detalles ya irán en el atestado. ¿Nos vamos?

Ver como se llevaban a Campaner me dejaba un sabor amargo en la boca, pero nos habiamos dejado el alma tiradas a su lado hasta que finalmente habia reaccionado. Tal vez muy tarde, sabia que el cerebro se quedaba sin oxigeno despues de 12 minutos, aunque nuestros esfuerzos alargarian ese tiempo no habia forma de saber si recuperaba la conciencia, se tendria daños posteriores porque de seguro algunas neuronas habian muerto ya. 

Solo esperaba que fueran aquellas neuronas que afectaban sus gustos de las series de TV. Aquel pensamiento me hizo soltar una risa ironica que detuve al secar mis ojos que se humedecian al ver partir a la ambulancia.

Mire a Aina que estaba tan cansada como yo pero habiamos hecho nuestro esfuerzo. Nos miramos sin necesidad de decir nada mas para ponernos a controlar a la gente que ya tambien se dispersaba al perder la emocion del momento ya que nada mas habia para ver.

El Inspector.....

Vi como se acercaba Mate con una seriedad que abrumaba y me quede helada esperando su sentencia. Ya me habia hecho la idea de la suspension y muchas cosas mas que pasaban por mi mente, hasta la burla de mi padre y mi hermano por haber sido expulsada mientras me señalaban que ni para eso servia, que era mejor que regresara a ser ama de casa.

Aquel rostro laconico, inexpresivo y penetrante se nos quedo mirando mientras apretaba mis labios sabiendome culpable y sin tener nada que decir. Sus brazos nos agarraron a Aina y a mi en un fuerte abrazo que solo podia secundar apretandole fuerte y si no hubiese estado Aina alli con todos los civiles, camaras y los otros policias seguro me iba en llanto como una Magdalena.

Al separarnos escuche las instrucciones de Mate mientras asentia con la cabeza automaticamente. Por un instante mire a Aina sabiendo que no estaria de acuerdo con la mentira, pero tenia sentido contarlo como lo indicaba el inspector, me salvaba el pellejo y de seguro el de ella tambien porque algun reproche le iba caer por mi culpa, ademas era una orden del Inspector, Aina no podia ir en contra de una orden.

- Si  Señor... dije al final.

Le di un apreton en la mano a Aina antes de marcharme. Aun seria una larga noche pero estaba segura que mi reporte de los hecho serian una Novela de Cervantes. Tras asegurarme de que el detenido estaba en el furgon, me dispuse a regresar a la Comisaria.

Ya en la Jefatura tuve algo mas de tiempo para mi. Me lave la herida con calma y aunque se habia cerrado un poco aun dolia y sabia que seria asi por varios dias. No parecia necesitar puntos, pero tendria que caminar con cuidado para que no se volviera a abrir. Hice un suave vendaje para tenerla unida y listo.

Me mire al espejo y me sorprendi de ver como habia envejecido al menos 10 años, o asi me sentia al menos y al lavarme la cara senti las bolsitas que tenia guardada....

Saque una y la mire con desprecio..... Tenia ganas de lanzarla por el inodoro y tambien de aspirarla. Sabia que me haria sentir mejor mucho mejor, sabia.....

Volvi a guardarla y volvi a revisar la herida solo para enfocarme en lo importante. 

Hubiese preferido un whiskey triple y fondo blanco, pero solo habia cafe, asi que me servi una gran taza de cafe y me fui a escribir un borrador para que cuando llegara Aina y el Inspector lo pudieran revisar antes de emitir mi reporte oficial. 

Manteniendo la version de Mate, solo di algunos detalles que solo yo sabia al haber sido la agredida y desarmada por ambos sujetos. Nunca mencione mi telefono, la conversacion, ni que estaba de paisana.

Al terminar fui por otra taza de cafe aunque me detuve en la pared. Tenia que ir al hospital a ver como estaba Campaner. Claro que entregaria el informe primero, pero al terminar todo iria al hospital.

... dios mio, que puedan salvarle.....

Yo no era muy catolica, pero en ese momento...... era la mejor plegaria que podia hacer.

Ya con la segunda mega taza de cafe volvi a revisar el escrito para acomodar lo que hacia falta aunque no podia ver bien del cansancio asi que fui a la Central a ver si habia alguna novedad, tan solo para poder charlar con alquien y no aplastarme en mis pensamientos. 

- Sabes que ocurrio con el choque de la calle Jaime? Pregunte al de la Central.

- Bueno... - Comentó Gubía. - No fue mal. Le hicimos la prueba de alcoholemia a uno de los conductores y dio positivo. Tenía la culpa, se saltó un stop. - Explicó. - Ahora nos toca instruir el atestado... - Se encogió de hombros. - El compi está en el lavabo. - Señaló con la mirada hacia el servicio. - ¿Vosotros tranquilo? - Le pidió Ernesto a María.

La puerta del lavado de abrió y Alberto salió tranquilamente y con la mirada baja. Fue cuando ya estaba casi al lado de María cuando la vio. 

- ¡Ey! - Exclamó a modo de saludo. - ¿Tú por aquí? ¿Todo bien por el puerto? - Preguntó extrañado.

Al menos el mundo seguia su curso alrededor de nosotras, y porque no? Habia toda una isla que no dependian de lo que habia pasado en esa noche y por un momento, solo por un momento agradeci lo risueño que podia llegar a ser Ernesto.

- El compi? Pregunte confundida. 

Entonces me di cuenta que tal vez estaba demasiado abrumada por todo lo que habia pasado. 

- Ah si, claro, claro... Todo bien. 

Entonces me di cuenta que tal vez, solo tal vez aun no se sabia nada de Campaner y por eso todos actuaban tan normal. 

- Sabes que estaba en un procedimiento con Campaner apoyando a la Judicial y unos hombres me desarmaron, Campaner los vio les dio la voz de alto y uno de ello disparo contra Joan hiriendole en la cabeza, en este momento lo estan atendiendo en La Palma, llegaron los de la judicial con Aina y mataron a uno de los sujetos y el otro esta detenido no sin oponer resistencia.

Respire profundo para no deprimirme de nuevo. 

- Asi que hay que tener cuidado alla afuera. Le di una palmada en el hombre antes de continuar con mi taza de cafe.

Solo por curiosidad revise mi telefono a ver si habia alguna novedad en el perfil de Vich, algun mensaje o algo mas, aunque no esperaba encontrar nada y tampoco esperaba responder a nada. 

Cuanto faltaba para que aquel dia terminara.

Aina no llegaba aun ni el Inspector Mate, y yo queria ir al hospital a ver a Campaner, y .... 

Mire la hora.

Sofia estaria por cerrar al menos. Aleje mis pensamientos al sacudir la cabeza, solo para darme cuenta que Ernesto seguia alli frente a mi. 

- Vamos Ernesto, se que Campaner se pondra bien, le tomara tiempo, pero es un tipo duro despues de todo. 

Y justo entro Alberto quien se quedo en silencio al verle la cara a Ernesto. 

- Le dispararon a Campaner en la cabeza, y esta en el hospital, en La Palma.

... y fue todo mi culpa, y fue con mi arma, y soy una estupida.....

Aprete mi labios otra vez para controlarme antes de soltar todo lo que tenia por dentro... respire profundo.

- Estaba deteniendo a un sospechoso y llego otro que me desarmo, llego Campaner le dio la voz de alto y el hombre disparo dandole en la cabeza, justo llego Aina con la Judicial y lo mataron y detuvieron al otro mientras Joan....

Joder, que dificil era esto. Todo volvia a pasar por mi mente y tuve que apretar mis ojos aunque no por eso no se llenaron de lagrimas. 

- Joder, era demasiada sangre, maldita sea.... Me di media vuelta y sali de alli deteniendome en la puerta, necesitaba tomar algo y ni siquiera tenia un cigarrillo.

- Lo siento, lo siento... 

Pero no me disculpaba por mi sensibilidad, me disculpaba porque sabia que era mi culpa.

Aina suspiró de puro alivio y esperanza al ver que lograban sacar a Campaner adelante, al menos por el momento. Aquel era un peso enorme que se sacaba de encima, Campaner tenía una oportunidad, aunque a saber dónde le habría dado la bala y cuánto cerebro le habría destrozado... o con un poco de suerte igual había roto hueso pero ... no quiso pensar más en ello, los médicos informarían, no podía dejarse caer en ese agujero negro, hundirse en un bucle de pesimismo y esperanzas desesperadas. No, había cosas que hacer.

Llegó Mate, y Aina volvió a sentir ese sudor helado en su espalda y nuca. Era bien bien como en las películas de terror, cuando un fantasma entra en escena y el protagonista respira y se aprecia el vaho de su aliento porque la temperatura ha bajado en picado. Su fantasma era el inspector, pero Aina se enfrentaría a lo que hiciese falta. Apretó los puños para dominarse.

El inspector se dirigió a ellas finalmente, y para Aina todos los sonidos desaparecieron, excepto uno, las pisadas de Mate, que a cada paso hacían "bom, bom" golpeando en sus sienes y parecía acercarse como a cámara lenta. Presentía que podía ser su fin como agente, debía asumir la responsabilidad y no sería justo parapetarse detrás de María. Sí, la rubia había tenido aquella idea casi suicida, pero Aina le había dado la luz verde, de no ser así MaMi jamás hubiese vestido de paisano ni hubiese caído a manos de aquellos dos locos.

Quiso aguantar la mirada a Mate, no retándole, en absoluto, si no como quien está listo para recibir lo que deba, como quien es llevado al paredón y escoge que no le cubran los ojos. Y entonces él simplemente las abrazó, Aina sintió como sus músculos se aflojaban, apretó los dientes, quería contenerse, pero las palabras del inspector lograron derribar el muro. Tanta tensión, el miedo, la adrenalina, etc habían hecho en realidad mella en Aina y sus ojos comenzaron a arderle mientras estaba presa de los brazos de aquel hombretón, les decía que todo iría bien y parecía estar dispuesto a ayudarlas para solucionar todo aquel lío y poder seguir adelante. Al separarse los ojos de la agente Vallespir estaban muy abiertos y tan rojos que podría confundirse con una repentina y severa conjuntivitis, sin embargo perdió la lucha contra unas lágrimas que cayeron gruesas y silenciosas por sus mejillas. Sorbió por la nariz y se secó rápidamente los ojos, se sentía estúpida y avergonzada por su propia reacción, no podía caer.

-Gr.. gracias- respondió a su superior mientras se exigía a ella misma recomponerse -Yo, yo estoy bien, solo es un rasguño-añadió como si la pregunta por su estado fuese dirigida únicamente al físico, no porque el inspector fuese frío, si no porque ella quería bloquear todo lo demás. -Hablaré con Carles para que venga- y justo cuando iba  a ponerse en camino hacia el guardia civil se detuvo, frunció el ceño y confesó al inspector -He accidentado el coche- lo dijo rápido, como un chiquillo que confiesa a su padre algo por lo que espera un seguro castigo.

El inspector sonrió levemente ante aquella confesión, aunque pronto se borró dicha sonrisa. Al fin y al cabo, no era el momento oportuno para aquello. 

- Si, lo he visto cuando venía. - Le comentó. - Los demás estáis bien, espero que no haya más bajas. - Comentó. - Vaya nochecita habéis tenido... - Ladeó la cabeza.

María fue mucho más seca y menos sentimental que Aina, o al menos expresó menos que la oficial. Era curioso como en momentos transcendentales de la vida de las personas, en muchas ocasiones uno de sorprende sacando a la luz el carácter oculto en su interior, esos sentimientos que uno habla guardado muy al fondo del cajón. Como una mujer de hierro rompía a llorar y como una alocada cabra loca se ponía sería y manos a la obra.

Sin más, María se marchó dejando sola a Aina con el inspector. Tenía trabajo por delante, pues quería relatar un buen informe y si, en esta ocasión el relato una a ser eso, una buena historia y tenía que ser digna de ganar el premio nobel de literatura, si querían que se lo tragaran en un juzgado.