Partida Rol por web

- Bueno, bueno se alegro Mondo mientras contaba las pociones. Que os parece que las de curar heridas serias se las lleven Halem y Lybious y el resto nos llevemos una de curar heridas ligeras. Total van a ir delante enfrentando al peligro.

Los viales y frascos me gustaria coger uno o dos de cada tipo, no se lo que pensaran vuestras mercedes, acabo en tono ironico con un leve reverencia Mondo

Silene sonrió ante la repartición de Mondo.

Me parece bien, con mi arco estoy mejor lejos de la primera línea, y prefiero que estén en buena forma.  Terminó guiñando un ojo a los que se encargarían de que los enemigos no llegaran a atacarla a ella.

Bakji, espérame. Llamó al samsarán mientras este se retiraba. Yo también quería ir a la biblioteca, necesito buscar información. Con agilidad se levantó y avanzó hacia el mago, tras un par de pasos se dio la vuelta, cogió su cerveza y la de Bakji, y dando un trago le siguió.

No soporto este calor. Se quejó. Constantemente estoy bebiendo y lanzándome conjuros para soportarlo. Y avanzando junto a su compañero le pasó su cerveza, dando ella misma un trago de la que ya llevaba por la mitad.

Tras el reparto se dirigieron a ver la ropa que les haría hacerse pasar por mercaderes. Va a ser difícil ocultar mi armadura, no creo que haya algo tan grande que la pueda disimular.

Si todos vamos de mercaderes no sería lógico, lo normal es que hayamos contratado guardaespaldas o no será creíble, yo puedo hacerme pasar por uno de ellos y así no renunciar a estar protegidos si nos atacan. Al menos otro de nosotros debería hacer lo mismo, si no más si la princesa tiene a bien asignarnos varios soldados ocultos.

Justo en ese momento vieron pasar al humano con los gnolls. El modo en que comían la carne cruda le puso los pelos de punta. Sigo sin entender cómo siquiera han sido aceptados, su raza ya ha hecho suficiente daño aquí como para permitirles moverse entre nosotros y ese Dashki debería ser un proscrito, no una pieza útil para ningún ejército que defienda la libertad.

Olvidando el tema trató de centrarse en encontrar un buen disfraz. Algunas telas poco llamativas y algo roídas, él mismo haría los agujeros si ninguna los tenía, le servirían para hacerse pasar por un curtido veterano que ya solo pudiera ganarse la vida ofreciendo estos servicios. Su vieja armadura estaría en consonancia pero debía ocultar las partes más brillantes o las más adornadas. Por suerte nunca había tenido algo tan ostentoso y la que llevaba encima era bastante discreta ya, ser práctico frente a ser opulento, siempre había preferido lo efectivo frente a lo llamativo y era el momento de sacar provecho.

Buscó una capa que fuera también funcional y le protegiese de las arenas del desierto, ya que conocia de sobra lo dura que era la arena en la cara y la suya aún estaba bajo tierra, en las cavernas del extraño guardián que habían encontrado días atrás.

- Me parece logico, dijo Mondo mientras cogia sus provisiones, Soy educado y cortés cuando me lo propongo, podria ser el mercader y vosotros mi escolta, a no ser que algun otro sea mejor orador que yo

La idea de formar una compañía parece bastante buena. De hecho, Halem tiene un porte que le indica como guardián. mis espaldas anchas y el hecho de que voy desarmado me servirán para yo pueda pasar de siervo. Silene puede ser un cadí, ayudando a las cuentas, y Bakji... puede ser el marido de Mondo. O su hijo. No se como va la diferencia de edad en otras razas más puras.
Pero hay un fallo en este plan:

"Mondo. Me he dado cuenta de una cosa: para ser El Mercader necesitarías algo con lo que mercadear" digo señalando un fallo gordo del plan "Si no llevamos sacos, aunque sea con arena, y tratamos de pasarlo por grano, vas a cruzar el umbral de Katapesh y te vas a poner un cartel de 'soy un falso mercader y vengo a atacaros'. "

"Necesitariamos saber algo acerca de que se compra y que se vende en este lugar. Y quizá un contacto de referencia. Algo de 'buscamos la mercader Fukencia, hija de Flatulencia' "

Me quedo mirando al horizonte, allende la formidable tienda de la gran Almah.

"Necesitariamos los consejos de un autentico mercante para hacerte pasar por un mercante. Pero ¿Donde habrá uno, o una?"
"Si tan sólo conocieramos a alguno de los célebres mercantes..."

Hizo una señal con la cabeza indicando a la aasimar que fueran hacia la biblioteca. Le gustaría verse rodeado de libros de nuevo, poder pensar en lo que sucedería en las horas venideras. 

- Vamos, voy a prepararme para el peor de los casos.

"¿A que te refieres con el peor de los casos?" digo mirando al brujo con extrañeza, con duda, y con indecisión

Bakji miró hacia el joven semiorco, parecía mentira que no supiera cuál era su peor amenaza, las historias de aventureros devorados no se equivocaban.

- Halem te diría que la ausencia de licor con el que reverenciar a su dios pero yo creo que sería una congregación enorme de pequeñas criaturas hambrientas. Eso es lo peor que podemos encontrar durante la travesía por el desierto, me prepararé con un conjuro de fuego, los elementos son mis aliados.

Más bien servía a los elementos, al menos así era en esta vida.