Partida Rol por web

-Hasta ahora se os ha permitido mucho, no toleraré una falta de respeto y como pareces ser ignorante lo explicaré como si fuera para una oveja. -Su rostro está colérico, no parece apreciar vuestra interrupción ni vuestras formas-. Nadie os está liberando, se os otorgan... Concesiones. Balon Greyjoy no habría sido tan clemente, su acto de traición que secundasteis es la razón por la que estás aquí. Como os dije, ¿qué preferís?, ser nuestro invitado... O nuestro prisionero en una mazmorra.

El impacto fue brutal, y Gale entrecerró los ojos aguantando el embite... La lanza se partió y sintió su brazo temblar por la violencia del impacto. Cuando Ser Osbin le instó a volver a justar no perdió tiempo y apremiendo a Erryk recogió una nueva lanza y cargó de nuevo contra su oponente.

_ ¡Vamos Vidriagón! _ gritó clavando los talones en los flancos del caballo.

Nuevamente las lanzas impactan en los escudos, esta vez ha ido más atinado y ambos cuerpos se han tambaleado ligeramente pero aguantaron el embite. La fatiga se va notando

Balon Greyjoy no hace prisioneros.- recalcó Brent, sin desviar la mirada un centímetro. En sus ojos verdemar asomaba un resquicio de triunfo. El sarcasmo y la tosquedad habían dado sus frutos en el antes apaciguado rostro de Bronwell.- ¿Habéis visto vuestras manos? - inquirió el isleño, frunciendo el entrecejo mientras las señalaba con un seco gesto de la cabeza, sin contener el desprecio que sentía por aquel hombre, y que reconocí recíproco.- Si los hombres del Hierro somos traidores por tratar de recuperar nuestra libertad y las tierras que nos correspondían por derecho, entonces, hemos nacido a partir de la misma mierda, Lord Bronwell.

Encogiéndose de hombros, giró sobre sus talones y se dispuso a abandonar la sala.- Espero ansioso conocer la empedrada decoración de mi nuevo dormitorio. 

Las últimas palabras del hombre del hierro fueron como un detonador. Una sombra tras él y un sonido metálico como único anuncio precedieron a un golpe seco en la base de su cráneo, sus últimas imágenes fueron las del granito acercándose a su rostro sin que pudiese hacer nada por evitar el choque.

El sol no tardó en cruzar el firmamento y dirigirse a su ocaso. Todos los futuros competidores del torneo organizado por la corona estaban magullados y destrozados estaba claro que no eran los mejores competidores pero eran capaces de plantar cara y hacer un buen desempeño en el torneo, tan solo quedaba orar a los siete porque los cruces fuesen bastante benevolentes.