Pensé que regresaría a mi cuarto nada más atravesar el portal...pero aparecí en una extraña habitación totalmente sola. No había rastro del resto. Al poco ví al extraño hombre llamado Igor y su misteriosa ayudante y me dí cuenta de que había regresado a la Habitación de Terciopelo...¿seguía estando en un sueño...o había entrado en uno?
Igor empezó a hablar y yo escuchaba en silencio y con atención. Avisó de que en el futuro tendría que tomar una decisión importante...¿pero cual sería? ¿Cuando llegaría el momento? Aunque le preguntara, dudaba que Igor pudiese contestarme...supongo que tocaba prepararme para el momento...
Miré sorprendida como una llave aparecía por arte de magia en mi mano...era preciosa. Miré de nuevo a Igor cuando dijo que podía usarla para volver aquí. Antes de que pudiese decir algo, ya que tenía curiosidad de cómo encontrar una puerta...la voz de Igor se volvía lejana y todo desaparecía a mi alrededor en un flash de luz, mientras escuchaba con mucha fuerza la alarma de un despertador.
Entonces abro los ojos y me encuentro de nuevo en mi habitación. Miré a mi alrededor totalmente confundida. -He vuelto...-dije para mí sorprendida...
Tomoyo abrió los ojos cuando notó que salía del portal. La visión que le vino fue la misma sala del sueño que había tenido la noche anterior. Su mirada buscó a las dos personas que también habían estado en el otro sueño y los vio al fondo de la sala.
Escuchó atentamente lo que le explicaban, si lo que habían vivido antes de llegar aquí había sido algo más que un sueño o pesadilla, necesitaba estar lo más informada posible para no dar un paso en falso. Recordó al niño que habían encontrado en la casa en la pesadilla, esperaba que no le pasara eso a ella.
Cogió la llave con delicadeza y la observó con curiosidad. - ¿Qué tipo de puerta? – preguntó o lo intentó mientras notaba que se alejaba de la sala y de ellos.
- mmm… puerta? – murmuró mientras abría los ojos medio somnolienta. Tardó unos segundos en comprender, pero de golpe se sentó en la cama. ¡Qué pesadilla más rara he tenido! Menos mal que solo era eso… una pesadilla, aunque había sido tan real que recordaba todos los detalles e incluso podía recordar el hormigueo del ataque de las figuras oscuras.
Notó que tenia cogido algo en su mano derecha, al abrirla se dio cuenta que era la llave que le había dado Igor.
- No ha sido una pesadilla. – afirmó contundentemente.