Partida Rol por web

(TRADUCCION SUPERVISOR)

Aram Zey grita, alarmado, al aparecer un enorme desgarro en el Tapiz de Hao Jin. Un vacío plateado baila dentro de la brecha.

- Las rasgaduras se están ampliando, ¡nos estamos quedando sin tiempo! Rápido, pathfinders. Terminad vuestros preparativos y reuníos alrededor del tapiz.

La mirada de Aram Zey permanece fija en el tapiz mientras se dirige a la multitud que lo rodea. Está agobiado y pálido, con oscuras bolsas bajo sus irritados ojos. Sus manos tiemblan ligeramente cuando deja una taza de café sobre una mesa ya llena de tazas vacías.

- Pathfinders, el Tapiz de Hao Jin se está cayendo a pedazos. Tanto el objeto físico que veis ante vosotros como el reino místico que contiene se llevan deshaciendo varios meses, puede que incluso más. Mi única esperanza es que todavía haya tiempo para salvar el tapiz y a los que viven dentro.

El antiguo Maestro de los Conjuros mira el tapiz por un momento, y luego un nuevo desgarro atrae su atención. Señala con un dedo la deshilachada tela.

- ¡Ahí! ¿Lo veis? La degradación está causando grietas en el Plano Astral que aparecen a lo largo del semiplano o quizás está causada por ellas. Arreglar estos desgarros no es tan simple como coser tela o llevar a cabo algunos rituales. Debemos entrar en el tapiz, encontrar las grietas y repararlas lo mejor que podamos. Pero el tapiz está sumido en el caos: hay horrores muertos vivientes surgiendo a lo largo del semiplano, y no entendemos muy bien por qué. Además de eso, las personas y las criaturas del tapiz están reaccionando al caos, ¡y solo hacen que empeorar las cosas! Ahí, pathfinders, es donde entráis vosotros.

Aram Zey finalmente se vuelve para mirar a la multitud reunida a su alrededor.

- El tapiz es un reino enorme, y hemos pasado años explorándolo y usándolo para viajar. Temo que nuestras actividades sean, al menos en parte, responsables de la degradación. No creo que sea una coincidencia que muchas de las seis áreas más dañadas del tapiz sean ubicaciones de anteriores misiones Pathfinder.

La cara de Zey se retuerce en una expresión de dolor;

- Mis esfuerzos por reparar el semiplano durante los últimos días no han sido más que un fracaso. El declive sigue acelerándose. No tengo más remedio que enviaros al tapiz para lidiar con el caos en torno a estos seis lugares. Enviaré a otros equipos para llevar a cabo el laborioso trabajo de remendar las grietas una vez que hayáis recuperado el control de la situación. Entonces podré trabajar en una solución permanente. El tiempo es esencial. Según mis cálculos, dentro de poco más de dos días, todo el semiplano se derrumbará sin vuestros esfuerzos. No me importa lo que os motive, ya sea que queráis preservar artefactos poderosos, salvar vidas inocentes o ser buenos pathfinders, entrad ahí y terminad el trabajo.

Aram Zey vuelve a mirar el tapiz, se lleva la mano a la frente y se estremece de dolor. En un gruñido bajo, agrega:

- Sois la última esperanza de la gente de este semiplano. No les defraudéis.

Ambrus Valsin se aproxima a vosotros.

- Como ha dicho Aram Zey, hemos identificado las seis áreas más dañadas del tapiz. Desafortunadamente, cada una de ellas está poblada. En algunas encontraréis aliados que requieren ayuda, y en otras, antiguos enemigos que intentarán frustrar nuestros esfuerzos. Debemos derrotar a estos enemigos o ponerlos de nuestro lado. ¡Elegid vuestras misiones con cuidado! Si habéis visitado el tapiz antes, es probable que su gente os recuerde, para bien o para mal. Tengo una buena noticia: los intentos del tapiz de repararse a sí mismo han provocado que hebras sueltas de estas seis ubicaciones se conecten entre sí. Lo que eso significa para vosotros es que viajar entre esos lugares una vez que estéis dentro debería ser sencillo. Los exploradores de avanzadilla informan de que estas conexiones parecen puentes hechos de tela hecha jirones, decorada para parecerse a las dos ubicaciones en el tapiz conectadas por el puente.

En cuanto a volver a casa, al entrar dejaréis tras vosotros un pequeño portal azul. Se llama remolino astral y es vuestra conexión personal con el Plano Material. Retroceded por el mismo y volveréis a aparecer en Absalom. Sin embargo, una vez que hayáis regresado a casa, no os enviaremos de vuelta.

Tenéis dos días para completar todas las misiones que podáis, pero no os apresuréis tanto que acabéis perdiendo la vida. Tomaos tiempo para descansar si encontráis un lugar seguro.

Stryga compró un par de cosas que la ayudarian contra los muertos vivientes y luego se puso de acuerdo con los demás Pathfinders. 

-Si os parece bien, zagales, para no discutir y perder más tiempo, tratemos de hacerlas en el mismo orden que se nos presentan. Empecemos por los hombres lagarto de Bocafango y sus muertos vivientes.

Kiko acompañó a la anciana clériga en las compras. Obviamente cargaría con las bolsas y de paso también compró un par de bálsamos para preparase contra los no-muertos. Tu plan me parece bien querida. El tiempo corre en contra nuestro y no nos podemos demorar haciendo planes.

Voto por los hombres lagarto, destruir muertos vivientes siempre es bien

-Estoy contigo Stryga, empecemos por lo primero y sin demora, pues el trabajo es arduo y el tiempo limitado.

MISIÓN 1: LO QUE ACECHA BAJO BOCAFANGO

Las cuevas de la tribu Bocafango están secas pero llenas de huesos de peces que habitan en las cuevas. En la caverna central, una pequeña banda de hombres lagarto desaliñados observa a su antiguo líder que avanza cojeando. Largas cadenas de diminutos huesos cuelgan de sus brazaletes, golpeando el suelo de piedra.

- Bienvenidos, amigos pathfinders. Soy Oosthic, y recuerdo la deuda de mi tribu con los vuestros por rescatar nuestros huevos y nuestra casa. Debemos recurrir a vuestra fuerza una vez más. Nuestra agua ha desaparecido. Sin agua, Bocafango se debilita. Muchos han perecido buscando agua en las antiguas ruinas bajo de nuestro hogar. Las ruinas se están desmoronando, y los muertos vivientes serpentean desde las paredes. Temo que el imperio de las serpientes busque venganza contra Bocafango por perturbar sus ruinas, pero no tuvimos otra opción. Destruid a los muertos vivientes y obtened la magia perdida de los hombres serpiente para nuestra tribu. ¡Bocafango debe sobrevivir!

Los centinelas de Bocafango los conducen a través de retorcidos pasajes a una ciudad en ruinas de los hombres serpiente acurrucada en un valle montañoso de escarpadas paredes. *

Salís de los túneles en un valle lleno de edificios desmoronados, que contiene un enorme zigurat. Los hombres lagarto guías no os acompañan, estan bastante asustados.

Varios cuerpos de hombre lagartos se encuentran en las ruinas, y entre ellos, tres no muertos, uno de las cuales emite un extraño fulgor en sus ojos mientras otros dos roen los huesos de los cadáveres.

Al aparecer vosotros sus ojos muertos se giran en vuestra dirección ...

Al entrar en el Zigurat, Tharas sacó su arco y preparó una flecha. Estaba claro que algo o alguien se toparían y no sería nada bueno.

Al ver a los zombies el ranger no lo dudó preparó una flecha y la soltó. No quería que aquellas bestias se acercaran y pudieran hacerles daño.

Dos de los no muertos con piel azulada, con enormes garras y colmillos y una larga lengua babeante se aproximan hacia vosotros.

Stryga lanza bendicion

Tharas vio como los dos no muertos se acercaban y dando un paso hacia atrás disparó una de sus flechas hacia el primer enemigo (punto azul) y su segunda flecha al otro enemigo (punto morado) que se acercaba por el otro lado.

Una de las flechas de Tharas impacta en el cuello de una criatura babeante, dejándole malherido.

Rosario Gallardo apareció en la cueva algo sudorosa y angustiada...

- ¡¡¡Haaaa, estáis aquí...!!! Ya podía buscaros, la joven y despistada paladina parecía más aliviada al veros, lamento la tardanza, pero es lo que pasa cuando se mezcla una promesa con una taza de té, un gato y unas gallinas... Uy parece que he llegado a tiempo para apuntarme a la fiesta que tenéis montada. La Paladina se unió al combate con mirada alegre, con ganas de conceder a esos muertos vivientes el descanso eterno que se merecen.