Partida Rol por web

Os encontrais junto a un montón de rocas, durmiendo entre el barro, los cegadores rayos del sol se cuelan entre las nubes que no han parado de descargar agua en todo el día.

De vez en cuando, en la calma entre llovizna y llovizna, el resplandor del astro os hace despertar interrumpiendo vuestro ya dificil sueño

Llevais ya varios días sin un rumbo, varios dias desde que vuestra tribu se extinguió, apenas os queda comida

Dormís sobre el petate, cubriendoos la cara con la mochila en un intento de repeler los destellos de luz que tan incómodos os resultan.

Teneis frío, estáis mojados, teneis sueño y no teneis donde ir.

Cuando uno de vosotros alza la cabeza, observa como sus compañeros duermen forzadamente acurrucados entre charcos de barro

- Esto no puede quedar así - Briscas, finalmente explota en su mal humor - Lo hablamos muchas veces, pero no tomamos ninguna decisión. Debemos vengarnos. Y supongo que lo mejor será hacerlo contra esos ridículos pieles rosas. No deben quedar impunes. Si conseguimos sorprenderlos en el camino podremos comenzar nuestra venganza... Además quiero comer humano, hace demasiado que no lo hago - completa dando un nuevo giro a la conversación que han mantenido durante los últimos días - Y estas provisiones se acabarán en cualquier momento... para cuanto tenemos... un día más? Debemos tomar la decisión AHORA! -

Tras pensarlo un momento aclara - Además si matamos a unos cuantos humanos podemos buscar una cueva para dormir lejos de este maldito sol. Solo a ellos les puede gustar estar al aire libre durante el día... es desagradable incluso cuando llueve! -

 Lo pagarán, lo pagarán caro esos necios rostros pálidos!

 Incapaz de dormir más tiempo en este suelo empapado el más corpulento de los cuatro orcos se levanta, de su caballera negra, terminada en rastas, chorrea el agua. Recoje su equipo del suelo y lo deja sobre una roca y el se sienta en otra. Tras unos instantes cambia de opinión y empieza a overse en lentos círculos alrededor del improvisado y triste campamento, para entrar en calor.

 Me comeré a sus crías, violaré sus mujeres y beberé su sangre de sus calaveras. Pagarán por su osadía!

 En su érratico deambular breves murmullos escapan de entre sus fauces. Mascullando maldiciones y juramentos.

 Las palabras de  Briskas le sacan de sus cabilaciones, se lo queda mirando un tiempo antes de contestar.

 - En el camino... tal vez. Aunque yo estaba pensando en una granja, allí tienen herramientas y más provisiones. A parte de crías, tienen una carne más tierna y sabrosa.

- Si. Lo de las crías es un buen punto - asiente el brujo con la cabeza - Pero tambien tienen más sitios para protegerse de un ataque.. .aunque la verdad es que una caravana puede tener más defensores - acariciándose la barbilla Briskas medita en las alternativas - La pregunta es DONDE hay una granja que podamos atacar. Alguno lo sabe? -

- No muy lejos de las comunidades, esos cerdos rostros pálidos están en su mayoría encerrados en sus poblados rodeado por empalizadas, como si de rediles se trataran.- Hace una pausa mientras su rostro esboza una sonrisa macabra al imaginarse sus palabras.- Igual que cualquier ganado, necesitan tener una importante funte de alimentación no muy lejos de los poblados. A diferencia de nosotros esos cerdos comen flores y demas cosas que salen del suelo, eso hace que se tenga que asentar. Es seguro que haya varias granjas por los alrededores de los poblados. Podríamos atacar algunas de las más alajadas.

 Da unos pasos más completando otro círculo antes de proseguir.

 - Imagino que por el momento creeran que los orcos no somos una amenaza tras su último ataque. Estúpidos.- Sentencia Trash.- Pero mejor para nosotros.

Sentado sobre una piedra, en posición de meditación, rezando mientras "piensa"

El ataque fue un verdadero combate, la pena es que lo han destrozado todo, estan bastante bien alimentados estos "rozaditos", tenemos que conseguir algo de su comida, con esta lluvia no saldran muy lejos, y por la noche seran mas vulnerables. Solo si Gruumsh me hiciera una señal, mirando a los que quedaban de la aldea, algo empezo a dibujarse en su mente y una comilluda sonrisa aparecio entre sus labios.

-Escuchad hermanos, he tenido una revelación!!!-

Digo en alto para que se me escuche por encima del sonido de la lluvia, y los botarates de sus compañeros dejen de farfullar como viejas charlatanas.

-Gruumsh me ha susurrado, aun no estamos acabados y lo unico que necesitamos es un nuevo jefe, para realizar una astuta venganza y el unico capaz de llevarnos por ese camino es: Trash-

Digo señalando con un verde dedo. Me levanto y me hacerco a Trash mientras le golpeo en la espalda.

-Sus fuertes hombros llevaran el peso de la nueva tribu, la antigua era devil, llena de viejos mirando a matriorca

y de mujeres, pero la tribu que crearemos desde cero, se hara escuchar en todo el paramo, sera fuerte y decidida, y la venganza llegara con sangre de los pieles rozadas-

Gruumsh estara orgulloso, una nueva era se habre, y yo llegare a ver su explendor.

Briskas miró al clerigo con una sonrisa socarrona en el rostro. El no creía demasiado en las revelaciones... excepto que le conviniera. Sin embargo, en esta ocasión las palabras de Ruzgalñ tenían sentido. Necesitaban un jefe y el sabía que no sería aceptado como tal por sus compañeros. Era demasiado distinto.

- Porque no?... Si es capaz de dirigirnos yo lo seguiré - comentó en voz baja - Y mis alimañas también - añadió haciendo referencia a su extraño poder de convocar insectos en cantidades monstruosas - Claro que ser jefe requiere responsabilidad... no solo es dar ordenes, sino también tener ideas... Esperemos que sea una buena opción - completó en tono neutro.

 Trash era el más grande y mejor preparado de los presente, los supervivientes de la antigua tribu. No le sorprendió que Ruzgal le propusiera como líder, y que Briskas se sumara al nombramiento.

 - Elegís bien. Si lo que quereís es sobrevivir y vengaros de esos cerdos.- El rostro de Trash, ornamentado por cicatrices rituales, mostraba gran determinación.- Y creedme, esos cerdos no os dejarán vivir si conocen de vuestra existencia, el único modo de que volvamos a ser los amos del valle, es castigarlos, esclavizar a los varones, comernos a las crías y violar a las mujeres para sembrar nuestra semilla para crecer en número otra vez, este es el único camino para que no se opongan, APLASTARLOS!- Las venas de su cuello se hincharon de forma impresionante, parecía que su sangre hervía dentro de sí.

 Tras unos momentos, en los que miró a los ojos de cada unos de los presentes, retomó la palabra.

 - Pero tenemos que ser cautelosos, ellos son más y han demostrado sobradamente su poder eliminando al resto de la tribu.- Su voz había bajado de intensidad.- Tenemos que ser pacientes, igual que los demás depredadores. Empezaremos con las presas debiles para recuperar parte de nuestras fuerzas, y a medida que estas crezcan iremos acechando a presas más grandes.

- Bien... la prudencia es un buen comienzo - comentó Briskas como al pasar - Esta noche será el comienzo de una nueva tribu. "Los sobrevivientes" comienzan su gesta - añadió seguro - Solo debemos encontrar una granja para asaltar... y una base de operaciones donde no debamos sufrir al sol. Si no estuviera lloviendo este sitio sería insoportable - aseguró mirando el precario grupo de rocas donde se encontraban - Y lloviendo no es mucho mejor -

 Trash escucha con atención a Briskas, pero en las últimas palabras tuerce el gesto.

 - No nos conviene tener un lugar fijo, pues de esta forma nos podrán rastrear más fácilmente cuando lo hagan, sería conveniente movernos, durante el día podríamos descansar en tiendas, para movernos la noche siguiente. De este modo podremos atacar a objetivos dispersos, sin depender de un refugio. Si no lo hicieramos así sería como anunciar a los cuatro vienos donde estamos.

- Puede ser... la verdad es que así es como nos encontraron la primera vez... claro que si nos movemos todo el tiempo no podremos llevar muchas cosas... por el peso. Provisiones, armas... bueno, mis habilidades no requieren nada de eso, pero tener algún refugio nos permitirá almacenar provisiones y, en caso necesario, descansar. Quizás deberiamos hacer ambas cosas. Tener un refugio protegido para emergencias y movernos todos los días, sin volver a el... no lo se, esto es muy complicado - Briskas, al limite de sus capacidades mentales se rasca la pelada en un claro signo de inseguridad.

La vieja orca temblaba, no por el frío o la lluvia. Ella siempre temblaba. Era demasiado vieja y su cuerpo ya no mantenía la compostura.

...Me parece bien que Trash sea el jefe. Será un buen líder. ¿Pero acaso tengo algún derecho a pronunciarme?

Tal vez... Están hablando de formar una nueva tribu... Una oportunidad de tener un sitio al que pertenecer y del que irme para ser deborada por los huargos.

Ahora que la tribu ha sido formada, aunque mi presencia sea un estorbo, puedo hablarles y dar consejos...

Hasta que hayamos ubicado las granjas, podríamos asentarnos temporalmente en una cueva.

Estira su brazo tembloroso hacia las montañas.

Las cuevas están en las montañas... podríamos ir al sur... o ir al camino...

La comida de las granjas se lleva en carretas... Las carretas andan por el camino... siguiendo las bifurcaciones llegaremos a alguna granja.

 Tras escucha las palabras del brujo y luego la voz de la frágil orca. Finalmente asiente.

 - No está de más encontrar un lugar en el que tener un alijo de provisiones, armas y herramientas. Pero no será más que esto, tenemos que mantenernos en movimiento. Para hacer el trabajo que tenemos en mente no necesitamos cargar con demasiado peso y de seguro que con la primera granja  a la que lleguemos encontraremos alguna bestia que pueda liberaros del peso que encorva vuestras espaldas.

 Trash era más o menos conocido por la tribu como un guerrero de gran fuerza, pocos tenían más que él, su pecho es más hancho que un tonel, y sus abultado brazos son más gruesos que vuestros muslos.

 - Hay razón en tus palabras, Matriorca, tenemos que encontrar esos caminos que nos conduciran a las escásamente protegidas granjas. Y estos los allaremos partiendo de las carreteras principales.

- Si, es un buen plan - reconoce el brujo mientras intenta acomodarse en el sitio que han escogido para descansar - parece que elegimos un buen jefe - agrega en tono zalamero - Solo debemos cumplir ese plan y luego buscar una caverna para tener una base de emergencia... y unas tiendas para evitar el sol. Aunque reconozco que prefiero las cuevas a las tiendas, estas son muy frágiles... y no puedo moverme por sus paredes como puedo hacer en la roca -

 Trash mira pensativo a Briskas.

 - Desafortunadamente las cuevas demasiadas veces conducen a ninguna parte, y en caso de que nos atacase una fuerza demasiado grande, quedaríamos acorralados... o moriríamos ahogados, más de la mitad de las cuevas de este valle tienen agua en sus profundidades.- Trash se rasca la enredada barba.- Pero no tenemos por que pasar todos los días en tiendas. Nosotros somos los hijos de estos valles, y no todos los que conocían sus secretos murieron en la batalla, yo acompañé en numerosas ocasiones a los cazadores, conozco el terreno, sé como subsistir y Matriorca también.

 Tras esas palabras busca una piedra y se sienta en ella, apartándose unos mechones de pelo que se le habían pegado en el rostro por el agua.

 - Ya que dormiremos poco con esta lluvia, podemos pensar en poner unos objetivos, para no titubear cuando sea el momento. Como cuanto tiempo pasar en las granjas, que tomar, que quemar, que matar, que esclavizar...- Una sonrisa maníaca aflroa en su rostro. 

Un grupo avispado, esto llegara lejos.

-Nuestro nuevo jefe ha hablado, dejadlo meditar, el sera el que nos enseñe los nuevos senderos que debamos recorrer, las dificultades las elegira él- digo señalando al cielo, refiriendome a Gruumsh-como humilde servidor que soy, dare consejo al nuevo jefe, y le seguire para todo lo que precise, si él me acepta como sumo deboto suyo que sere apartir de ahora-saco la punta de un virote, y me la clavo en la piel -lo juro por mi sangre- digo derramando un poco por mi piel y haciendo una pequeña plegaria a Grummsh.

Me empiezo a quitar la armadura y todo lo que tengo, cogo mi agua y mi ultima ración de comida, y me empiezo a alejar un poco.

-Esperadme un poco, voy a consagrar los ultimos alimentos que tengo a Gruumsh para que vendiga al nuevo jefe, es una pena no tener una cria de "rozados" o un esclavo para sacrificar, pero nuestro dios sabra entender nuestras dificultades, y algo tan pequeño sera grande para él- entre susurro digo - de momento, solo de momento-digo con la mirada caida.

Me alejo un poco y me pongo entre 2 piedras, en un pequeño charco de agua y barro formado por la lluvia, alli empiezo ha hacer pequeños canticos. mientras derramo el agua, mezclandola con mi sangre y el barro, y luego voy despedazando la comida y la voy tirando dentro, me arranco un poco de la camisa y tambien lo mezclo, mientras rezo fervorosamente a Gruumsh

Matriorca se mece hacia delanta y hacia atrás, al ritmo marcado por los cánticos de su clérigo, mientras se da palmadas en su pecho mustio.

Recuerda el cuento del orco nómada de cuando era niña:

No más de medio día en una casa aislada...

No más de media hora si en el horizonte hay alguna otra casa...

No más de tres libras de botín, dos libras de provisiones y una libra de ropa seca...

Sólo quemar cuando tengas un caballo en el que marchar...

Matar todo menos a las exclavas que puedas llevar...

Una rosada violada dará a luz en nueve meses...

Déjala y asáltala otra vez tras tres estaciones para cobrar tu vástago... o llévala contigo y córtale la lengua...

Esa es la vida de Tokk el Tuerto. Anda y anda, orco nómada.

Brikas menea la cabeza sorprendido ante la idea de perder la propia comida para ofrecérsela a un dios que, evidentemente no los ha protegido. Sin embargo permanece callado, poco dispuesto a generar un roce con sus compañeros.

- Buena canción - sonríe a la vieja orca - La oí de pequeño, pero no la recordaba. Y es más que acorde a nuestras necesidades. En cuanto oscurezca nos podemos poner en marcha y conseguir nuestra primera victoria -

Durante mas de una hora, hago caso omiso, a los compañeros, a la lluvia y en general al mundo, estoy metido en un trance del cual solo se escuchan rezos, jadeos y gruñidos.

-Ouuummmmm!!

Me molesto en leer el resultado de lo que estoy haciendo, la tierra, la comida, la sangre casi hablan con migo.

-Grrr!!! AAARRRGGHTTT!!! ... Oummmmmm!!!

-La tierra... esta hablando... silencio... espiritus... si si!!!

-Ouuummmmm!!!

Continuo asi un poco mas.

 Trash, sentado en su roca, mira el juramento de sangre que formula el sacerdote. Y por respuesta da una leve inclinación de cabeza. Luego contempla como ese se quita la armadura y tomando sus últimas provisiones se va a rezar a unas yardas de donde están, echando a perder la comida, entre el fango y su sangre. El guerrero permanece a la aspectativa. Entonces empiezan unos leves cánticos guturales y estridentes, le resultan familiares.

 En su cabeza algo largamente enterrado pugna por salir, mientras al compás de la melodía del sacerdote, la anciana orca pone letra a la música, saca de lo más hondo lo que pugnaba por salir. Las raíces de su pueblo, de su gente, de su raza. A medida que escucha las palabras su rostro se carga de gran determinación.

 Finalmente concluye la letra de Matriorca, y Briskas habla y al terminar sus palabras Trash asiente, acercando una de sus garras, cerrada en puño, hacia su pecho.

 - Nuestras raíces nos hablaron. Sabia eres, anciana. Esta es nuestra cultura, nuestra forma de ser, nuestras raíces, somo ORCOS. Nosotros no cultivamos, nosotros esclavizamos para que los débiles nos sirvan, o mueran. Así ha sido desde que el primer orco pisó la tierra y así será hasta que el último lo deje de hacer.