Saray entró corriendo, echando un rápido vistazo del lugar. Se fijó en el pequeño pokemon herido, y en que allí ya no había nadie. Todo apuntaba a que habían salido al otro lado de la cabaña.
Se quedó unos momentos pensativa, y finalmente decidió coger al Pichu entre sus brazos. Como no había tiempo que perder, se arrodilló a su lado. -¡Seguidlos, ahora os alcanzo! Seguidamente se colocó la mochila puesta hacia adelante, aplastó un poco sus pertenencias, y metió al Pichu de forma que estuviese con la cabeza por fuera, y sujetándole lo justo para no caerse, pero tampoco para hacerse daño con las cremalleras. Así se levantó, y avanzó con paso rápido, pero esta vez sin correr para evitar movimientos bruscos a aquel joven inocente, buscando a los malvados y a sus compañeros.
Vamos amigo, aguanta... Pronto pasará todo.
Al entrar a la cabaña Marina, Marin y Saray, esta ultima se detuvo a levantar al inconciente Pikachu y colocarlo con cuidado en su mochila. Al quedar ultima pudo ver como dos miembros del fastidioso Equipo Magma ingresaban a la ya semiderruida casa de Riwto, el Criador Pokemon. Ambos estaban algo alarmados y sin Pokemon a la vista. Pero antes de que alguno pudiera hacer algo, Marin y Marina gritaron, mas agudamente la chica. Saray, Ecnal y Steven se miraron hacia la cocina de la cabaña. Donde debia estar la puerta hacia la parte trasera de la Guarderia, se veia todo oscuro. Poco a poco, acostumbrandose a ese vacio pudieron vislumbrar algo inimaginable. Una suerte de espacio azul negro donde incluso algunas pequeñas pintillas perladas simulaban ser estrellas. Pero era demasiado similar a una galaxia como para negar esa posibilidad.
La casa entera comenzo a temblar. Los pocos libros que aun quedaban en las estanterias terminaron por caerse. Alguien mas grito. Por detras de los miembros del Equipo Magma, una persona que ellos desconocian, pero que los otros entrenadores conocian mejor. Se trataba de Alice. Su grito termino cuando el temblor acabo. La cabaña estaba sumida en una inexplicable oscuridad. Aun estaban dentro de ella, algunas sombras de los muebles se los demostraba, pero seguir en las Islas Remolino, era algo que ninguno de ellos podia asegurar.
Fin de escena