Partida Rol por web

Que extraño por un momento creí que era mi hora, hora de reunirnos al fin, hasta que le hoy hablar y me di cuenta que por alguna razón me llamaron a luchar una vez más, por una nueva causa que aun no entiendo bien – si me necesitan aquí estoy y ofrezco mis servicios para lo que sea – me ofrecí sin saber a qué me enfrentaba, pero no me importaba, es lo que él hubiera hecho, me cruce de brazos y me senté a esperar las instrucciones – mi nombre Feraligator y estoy tus servicios – cierro los ojos y medito

En cuanto aparecí en el lugar miré con curiosidad de pokémon recién salido del huevo.
El legendario se llevó toda mi atención en cuanto comenzó a hablar. Asentí en silencio a cada una de sus palabras, tratando de interiorizar lo que estaba ocurriendo y nuestro papel en todo esto.

Machamp necesita más información. Han dicho que necesitan nuestro código genético. ¿alguien tiene idea más concreta de cómo podemos ayudar?

Había que centrarse porque algunos habían comenzado a provocarse mutuamente

Cantidad de pokemons diferentes nos reuníamos, los dioses necesitaban nuestra ayuda -​Asique... los peces gordos no pueden encargarse del problema creado por nuestros esclavistas y recurren a nosotros... ayudare si eso ayuda a salvar a los pokemon pero espero que los dioses no se queden sentados en sus butacas sin hacer nada como siempre y no esperéis que colabore con ningún humano, en cambio si hay que dar una paliza a quien creo el gen, podéis saber que daré los primeros golpes, voy a ver ese documento grafico -​ No pegaba para nada la voz dulce del pokemon con lo que acababa de decir, tras terminar su discurso empezó a moverse hacia la sala recién creada contoneando sus caderas.

Dusknoir acudió a la llamada de Arceus, era verdaderamente imponente, más de lo que nunca podría haber imaginado, pero claro, no se podía esperar menos del Dios creador. Tras escuchar y digerir sus palabras observó atentamente las reacciones de los demás pokémon, eso le daba tiempo para ordenar sus ideas.

- Yo sí he oído algo sobre el tema, pero sólo eran rumores de pokémon que enfermaban en extrañas circunstancias y no sabían como tratarlos. Nunca imaginé que fuera algo tan grave.- Tenía una voz profunda que sonaba pausada y sosegada, hablaba en un tono neutro como analizando la situación. - Por supuesto que haré todo lo posible por ayudar, pero no se me ocurre que podríamos hacer nosotros.

Los pokémon que había llamado eran de lo más variopintos y con diferentes procedencias, le llamó la atención que un momento así dos de ellos se pusieran a discutir, pero hizo caso omiso del tema y esperó indicaciones sobre como podían contribuir a acabar con el mal que asolaba el mundo.

Realmente creo que sólo se están haciendo amigos...

Respondo con dificultad al hablar. Necesito bayas, una hyperpoción o algo parecido. Sin embargo, mis pensamientos no se notan en mi rostro, que sigue bastante serio.

Mi nombre no es importante, aunque la mayoría de humanos nos llaman Gothitelle: ¡como si fuésemos todos iguales!

Gruño levemente, algunos comportamientos no me agradan pero todos parecen dispuestos a asignarse los nombres por el que nos llaman los humanos. Sin embargo no quiero discutir en este lugar ¿santo? por una tontería como esa. Supongo que aún estoy furioso, por que siento cómo la sangre me golpea la cabeza y normalmente no hubiese tenido una reacción tan exagerada.

Aunque para reacción exagerada, la de nuestro compañero planta, al cual observo con detenimiento mientras se marcha.

Supongo que lo que yo ví no tiene que ver, entonces.

Deduzco, terminando de ver cómo sus caderas extrañas se marchan.

¿No se cansan de hablar? - Y mi voz carraspeó gravemente luego de mi siesta - Deberían agradecer que son libres una vez mas. Pareciera que nunca conocieron la libertad

Me levanté lentamente, imagino que a nadie le importa realmente la respuesta, solo parecer util ante su Dios - Ahora, a callar que es molesto escucharles cuchichear todo mientras nadie se ha preocupado por preguntar lo realmente importante

Caminé hacia una de las mullidas esquinas de la habitación. ¿Acaso sabíamos como habíamos llegado? podía ser un sueño. ¿Nos explicaron como era el lugar? Para mí cualquier piso es suave e idóneo para dormir...

Lo siento si mi intento de romper la tensión les molesto.

Suspiro mientras me alejo de los que parecen ser mas irritables.

Es cierto Gothitelle, no somos iguales a los humanos, pero tampoco lo somos entre nosotros.

Y así es como me conocía el compañero que me vio nacer y con el que crecí.

Mientras intento tranquilizara todos me dirijo al cuarto que preparo Genesect.

Ahora con su permiso veré que han preparado para nosotros.

Terminando mi discusión entro al cuarto dándoles la espalda a los otros Pokemon.

No había visto aún el documental sobre el Gen Z. Y me llamó la atención que al final, en la pelea entre los dos héroes y la malvada Dianta, aparecía un Arceus con el Gen Z. ¿Eso significaba que lo había experimentado en sus propias carnes? Pero entonces, ¿Por qué no era capaz de encontrarle una cura, tras curarse el mismísimo dios? ¿Para que necesitaba entonces a todos estos Pokémon?

Para llevar la evolución de la especie al siguiente nivel.

La voz de Arceus resonó por todo el lugar. Estaba respondiendo a las dudas de Silvally, aunque fueron todos los que escucharon su atronadora voz.

No he traído aquí a Pokémon puros para encontrar una cura del Gen Z. He traído a Pokémon infectados para activar el Gen Z y poder experimental con ellos.

Los ojos de Arceus brillaron, y los 18 Pokémon reclamados por él empezaron a gritar como nunca, retorciéndose de dolor y sintiendo que se descomponían internamente.

Giratina, ya es hora de llevarlos a donde corresponde.

Entonces el legendario Pokémon Renegado aparece y engulle a todos los Pokémon infectados por el Gen Z hasta la más absoluta oscuridad.

Silvally ha visto toda la escena totalmente paralizado, hasta que sólo queda él en presencia de Arceus y empieza a levantar el rostro hacia los ojos del dios Pokémon.

¿Así que Sistema Alfa? Muy bien, vamos a ver a que letra del alfabeto podemos llegar contigo…