Partida Rol por web

Los cuatro amigos compartieron una cena frugal en el hotel Belvedere de Arkham. Apenas se dirigieron unas palabras. Todos parecían perdidos en sus propios pensamientos e incluso abatidos por el cansancio. Al acabar se dieron las buenas noches y cada cual se retiró a su habitación.

Al llegar a su cuarto Marion no necesitó encender la luz. El resplandor de una luna enorme se colaba entre las nubes de tormenta para atravesar su ventana. -Agh, la noche es joven y yo atrapada aquí, en este pueblucho de mala muerte- pensó, maldiciendo el momento en que se dejó arrastrar a aquel reino del aburrimiento constante que era la costa de Nueva Inglaterra.

No tenía sueño. Durante un instante dio vueltas a la idea de ir a buscar a Bialy y arrastrarlo a la calle en busca de un local, con buena música, una pista de baile y quizá algo de alcohol ilegal. Pero al final lo desechó, dudaba que a aquel lugar hubiera llegado la música, y probablemente Bialy no sabría bailar. Suspiró y lanzó un largo soplido mirando al techo, pero que habría visto en ese tipo.

Se puso un camisón decidida a meterse en la cama. Se acostó boca arriba y cerro los ojos. Sonó una risita, como si alguien más estuviera en la habitación. Luego silencio. Marion se estremeció y se quedó helada; tuvo miedo de abrir los ojos. Le pareció que el tiempo pasaba más lento, eterno. Se armó de valor y se dispuso a mirar, comenzó a entreabrir los ojos poco a poco. De repente un gemido contenido y otra risita algo más escandalosa atravesaron las paredes como si fueran de papel. Marion abrió los ojos como platos.

Media hora después Marion daba vueltas en la cama tratando de taparse los oídos. Un somier rechinaba en algún lugar del hotel, acompañado de un par de golpes de cabezal contra la pared y algún que otro gemido ocasional. El hotel que Aldus Warnok le había conseguido a J.P. era un cuchitril mohoso y oscuro, con un gusto pésimo en la decoración. Por Dios, seguro que hasta había cucarachas. Pero aquello era el colmo, alguien se estaba divirtiendo más que ella y además se lo estaba restregando por la cara.

Trataba de aislarse de todo aquello, el vaivén y la orquesta de gemidos y chirridos iban "in crescendo". De repente paraban y minutos mas tarde volvían a comenzar con más risitas de regalo. Sin saber cómo, Marion comenzó a pensar en sus clases. Quizá si conseguía aburrirse lo suficiente le entrara el sueño. Y si pensaba en sus asignaturas podría abstraerse del ruido. Si J.P. pudiera leer su pensamiento ahora seguramente se reiría a carcajadas.

-Quinina.- Marion puso a trabajar su mente. -C20H24N2O2 es un alcaloide natural, blanco y cristalino, con propiedades antipiréticas, antipalúdicas y analgésicas. Es un estereoisómero de la quinidina. La quinina es la única droga antimalaria existente.- su tren de pensamiento cogía velocidad.

-Puede tomarse por vía oral o inyectada, y normalmente hace efecto en 1-2 días. En las dosis altas utilizadas para tratar la malaria, la quinina causa pitidos en los oídos, dolores de cabeza y visión borrosa y en casos raros, puede ser incluso letal, provocando un edema pulmonar agudo y fulminante.- bostezó -¡Bien, esto funciona!-

-Síntesis catalítica estereoespecífica de la quinina y la quinidina. La síntesis comienza con la alcalinamida, la sublimación del… Es un experimento.- la ocurrencia surgió de repente, sin buscarla. -¿Las profanaciones son como un experimento? Claro, es como… como cuando pruebas una fórmula nueva. Primero intentas distintas variantes en varios sujetos a la vez. Después escoges la mejor opción y la mejoras. ¿Están llamando a la puerta?- rompió su concentración y los ruidos volvieron. –No, no, concéntrate Marion. El tercer paso es coger la alternativa más radical y contrastarla directamente. Finalmente vas refinando la solución poco a poco. Se parece a un experimento.-

Por supuesto no tenía ninguna prueba de todo aquello, pero a ella le encajaba. –J.P. y Ángela se reirán de mí, con sus teorías sobre rituales y grupos secretos. Después de todo para ellos no soy más que una tonta descerebrada a la que hay que controlar, como iba la niña a descubrir algo en lo que los “profesionales” no habían pensado.- el sueño la estaba atrapando -¿Y Bialy? Bialy sólo quiere una cosa de mí.-  bostezó profundamente y se quedó dormida.