Partida Rol por web

Pongamos que hablo de Madrid

Entre Pinto y Valdemoro

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26/03/2012, 10:40
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

-¡¡Vamos señor médico!!

Empuño mis aceros y voy corriendo en dirección al coche.

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27/03/2012, 01:23
Gabriel Soto Queiroga

 - ¡¡¡Maldito estúpido!!. - Pienso furioso, mientras veo como es estúpido de Lope descubre todo... Definitivamente voy a matarle.

 Salgo de mi escondite y me lanzo al ataque, confiando en que no me pequen un tiro por culpa de ese idiota...

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27/03/2012, 11:17
Director

Correis en dirección al coche mientras el otro borgoñón, asustado de tanta emboscada y tiros por detrás, no sabe, espada en mano, si haceros frente o dejaros pasar. Mientras veis como una joven mujer de aspecto delicado y vestido blanco perla, baja del coche encarándose con uno de los guardia españoles a caballo, que pistola en mano, la tira al suelo y con un escalofriante siseo de su toledana le dirige unas palabras a la joven, la cual se queda como petrificada, dispuesto como un matador a acabar la faena de la tarde. 

No podeis dejar de preguntaros lo mismo que el guardia alemán, ¿que es lo que ocurre?.

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27/03/2012, 11:25
Director

-Estúpida niña.-Masculla el guardia.-Quería una muerte rápida para vos, sin dolor ni sufrimiento, al contrario de como lo quería vuestro hermano.-Un siseo escalofriante recorre tu espalda al oir salir el acero toledano de su vaina. Os apunta directamente, como habeis visto en las plazas de toros muchas veces en los festejos, al matador acabando la faena.-Adié.-Dice irónicamente en un mal francés.  

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27/03/2012, 13:05
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

Esa muchacha debe ser la causante de todo este festejo... En tal caso, no permitiré que ese valentón me fastidie mi recompensa...

De nuevo, intento acercarme lo más sigilosamente posible para colocarme a la espalda del guardia que encañona con su pistola a la joven.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro sigilo por si acaso, si hay otra tirada más adecuada no dudes en hacérmelo saber.

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27/03/2012, 14:16
Isabel Díaz de Noboa
Sólo para el director

Se me heló la sangre y mi rostro se contrajo en una mueca de horror al escuchar las palabras del hombre.

-¿Mi... mi hermano?- titubeé, notando un ligero temblor en las manos.

Todo empezaba a encajar en mi mente y no podía haber querido la diosa de la fortuna un destino peor para mí. Sabía que mis hermanos me odiaban, que me tenían recelo, malicia y aversión, pero, por un lado, siempre tenía a mis otros dos hermanos junto a mí, y, por otro, nunca imaginé que podían llegar tan lejos. 

Pude verles urdiendo todo el plan en un callejón oscuro, o en una posada, alejados de las demás personas, conspirando contra mi vida sin temblarles la voz o la mano que hubiera arrojado la bolsa de dinero.

En ese momento, clavé mi mirada en la espada y comencé a respirar entrecortadamente, debido al miedo que me provocaba la situación. No tenía a nadie a mi lado, nadie vendría en mi auxilio por más que gritara. Allí, en medio de los campos de Castilla no había nadie para que me ayudara. Podía darme por muerta.

Si hubiera estado en otra situación, me habría echado a reír por su mal francés, pero, la última palabra que salió por su boca no hizo más que darme cuenta de que aquello se acababa para mí.

-¡No! ¡Alto!- grité, levantando las manos a la altura de los hombros, indicándole que no continuara-. ¿Qué quiere a cambio de dejarme vivir?- pregunté, esperanzada-. ¿Dinero? ¿A vuestra merced le han dado dinero? Doblo la suma- aseguré, firme-. Lo que sea.

Me maldije por aquellas palabras. Si iba a morir que fuera con la cabeza y la barbilla bien altas, pero no suplicando por mi vida a cambio de unas cuantas monedas de oro. 

-Podemos llegar a un trato- no era una pregunta. Realmente, estaba convencida de que podía comprar su espada-. Por favor.

Estaba deseando que se lo pensara, que tuviera un momento de duda e indecisión. Quería salir corriendo de allí, aunque no fuese a irme muy lejos. Prefería que me cazara y me matara como a un perro en lugar de morir como una dama asustada anegada en lágrimas. 

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27/03/2012, 17:01
Gabriel Soto Queiroga

 Temiendo por la vida de la mujer, corro hacia el guardia que la amenaza, dispuesto a interponer mi acero contra el suyo...

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27/03/2012, 20:57
Hernando Marañón

Acudo presto junto a mis compañeros al rescate de la dama.

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27/03/2012, 23:39
Director

Ves como el guardia te mira extrañado. -¿Pagarme el doble? repite burlonamente.-No hago esto por dinero noble dama, tu hermano me salvó, le debo la vida.- Con cara de rabia, lanza hacia delante el brazo de la espada. Aquél instante se quedará grabado en tu memoria. Dicen que pasa despacio, pero para ti fue un momento cuando la punta del brillante acero, se desvió apenas unos centímetros cortando un mechón de tu cabello e impactando contra la puerta del carruaje. Un joven con perilla y sonriente mantenía desviada la hoja del guardia.

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27/03/2012, 23:52
Director

Veis a Gabriel Correr como alma que lleva el diablo intentando detener lo que parece escrito. La joven dice algo que retrasa un momento al guardia. El tiempo suficiente como para que llegue.  

Oyes al guardia español como le dice a la joven:-No hago esto por dinero noble dama, tu hermano me salvó, le debo la vida.- y en ese instante, SIIINNK, el acero desvía la mortal trayectoria que impacta contra la puerta del coche a escasos milímetros de la cabeza de la dama.

Notas de juego

Ya estais todos juntos.

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28/03/2012, 00:00
Director

Avanzas con paso sigiloso pero mas lento que el de tus camaradas de trabajo, cuando algo llama tu atención. El otro guardia español se desliza por detrás del carruaje, con una pistola en la mano. Abre sigilosamente la puerta y se introduce en el coche sin que ninguno de tus compañeros advierta su presencia. Estás cerca, y parece que no se ha percatado de tu presencia...

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28/03/2012, 09:54
Hernando Marañón

-El señor tendrá la bondad de dejar sus armas en el suelo si no desea quedarse sin manos. Y de paso, espero que tengáis una buena explicación a lo que aquí sucede si no queréis quedaros sin lengua. -digo con cierta y fría tranquilidad.

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28/03/2012, 19:19
Gabriel Soto Queiroga

 Me pongo en guardia, con el acero listo y apuntando al guardia, mientras respondo:

 - Lo que él ha dicho, valiente...

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28/03/2012, 19:24
Isabel Díaz de Noboa

No pestañeé. Simplemente vi cómo el acero se dirigía hacia mí y mantuve los ojos abiertos, esperando que el final se diese. Mi vida acababa ahí. Si estaba escrito y esa era la voluntad del Señor, lo acataría, pero estaba segura de que nos íbamos a volver a ver las caras en el Infierno, por lo que mi venganza, aunque no fuese en el mundo terrenal se iba a llevar a cabo.

Sin embargo, el destino es caprichoso y quiso la fortuna o, simplemente, el buen hacer que no fuese ése mi último segundo. Cuando me quise dar cuenta, vi a aquellos hombres hablando con el rufián y me separé de él, instintivamente, notando como mi corazón volvía a latir y yo a respirar.

-¡No lo matéis!- indiqué, exaltada y con el color en el rostro recuperado-. Lo necesito vivo- añadí, frunciendo el ceño, mirando al hombre-. Porque vais a cantar hasta el entremés que se da en la última obra de Lope- prometí. 

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29/03/2012, 10:47
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

Al ver el movimiento del guardia que acaba de entrar en el coche continuo a buen ritmo hasta el mismo. Sigo empuñando un acero en cada mano, intentando colocarme junto al coche de modo que no advierta mi presencia, cual encamisada.

Al acercarme, en un movimiento que pasa bastante inadvertido, una vez estoy junto al coche me coloco de forma que el guardia me de la espalda, sin sospecharme siquiera. Una vez ganada la posición, alzo la vizcaína para clavársela como a su infeliz compañero.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Mi pequeño defecto de Sanguinario hace que sea un poco impulsivo... Si crees que no es conveniente que lo mate dímelo para hacer la tirada de voluntad, de otro modo le alivio de sus miserias.

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29/03/2012, 11:19
Director

-Lo mismo digo, valiente.-Dice otra voz. Al instante veis como por la ventanilla del carruaje asoma una pistola, ya cebada, y detrás de esta la cara del segundo soldado español, que al igual que las nubes grises de esta época del año, así tiene de torbo el semblante. -Es un delito muy grave asaltar un carruaje escoltado.-la cara se le desfigura a través de la ventanilla cuando hace una mueca que parece algo parecido a una sonrisa.-Y os quemarán vivos por matar a una dama.-Añade el otro.-Tirad la espada, ¡AHORA!.-

Notas de juego

Por si no os acordais, el joven soldado español que casi trincha a la bella está a caballo.

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29/03/2012, 11:29
Director

Notas de juego

puedes actuar ahora. Postea a placer que eres el héroe de hoy.

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29/03/2012, 15:29
Isabel Díaz de Noboa

Si no fuera por aquella voz, no habría apartado la mirada de aquel hombre. Me giré, extrañada a la par que sobresaltada y miré al soldado que asomaba por la ventana del carruaje. Fruncí el entrecejo, confusa. Aquello se estaba convirtiendo en un asunto que llamaba demasiado la atención y, si la cosa seguía así, pronto habría tanta gente como la Plaza Mayor con corrida, por lo que quise despachar la situación con rapidez.

Me giré de nuevo al rufián y clavé mi mirada en él.

-Haced lo que dice- añadí, enfadada-. Tirad la espada y empezad a decirme el porqué de todo esto. ¿Se puede saber cuál es la razón por la que mis queridos y adorados hermanos me quieren matar a traición?- pegunté, sonriendo, lobuna.

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29/03/2012, 15:55
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

Sin más miramientos, vuelvo a hundir la vizcaína en el cuello de este guardia, mientras susurro:

-Al menos ni tú ni el rufián de tu amigo os váis solos, ya podéis haceros compañía el uno al otro.

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29/03/2012, 17:52
Gabriel Soto Queiroga

 Miré confuso a la dama:

 - ¿Hermanos?.

 ¿De que iba todo esto?.