- Soy Gabriel Soto Queiroga, experto en el arte de la esgrima, seguidor del gran Carranza, a vuestro servicio... - Le dije, con una reverencia.
-Dejemos las formalidades de lado, no hay tiempo que perder. Menos aun cuando se trata de batirse. Y habrá que batirse mucho.
Lo siento, pero no me he podido resistir XDD. Esa frase de El oro del rey me encanta!
Don Pedro indica a Hernando Marañón, médico enlutado y salva hombres de provecho, que recoja una caja que hay debajo de su cama. El médico se agacha levantando una pequeña caja de madera, dentro de la cual hay cuatro bolsas atadas.-Coged una cada uno, ese es el dinero que acordamos os daría. Ahora partid enseguida y rescatadla sin demora. Se os pagará como acordamos.-
Mucha razón tiene vuacé.
—Gracias, partimos pues. Una cosa antes de marchar. Si sentís que el dolor os puede, pedid a algún sirviente que os traiga algún preparado a base de adormidera de la botica, sea para infusión o ya hecho. Mantened esa herida muy limpia para que sane lo antes posible.
-Cierto; además, ya tendrá nuestro médico heridas de las que ocuparse. Seguro.
- Cierto... ¡Adelante!. - Digo alegremente, dispuesto a meterme en la aventura.