Madrid, a 10 de Diciembre del año de nuestro señor de 1624.
El clima acompañaba la estancia en las calles y el sol de la mañana apetecía a pasear. Sin mucha gente, debido al frío de estas fechas, caminas tranquilamente dirigiéndote desde tu casa hasta el mesón de paredes, situado en la calle de nuestra señora de Atocha, entre, como su nombre indica, las paredes de dos corralones.
Bajando calle decides atajar por una calleja, ahora fuera de peligro bajo la luz de lorenzo, pues de lo contrario tendrías que dar un rodeo que muy bien pudiera serte de media hora. El caso es que ves a dos hombres discutir y una mujer en un portal recogida.
Uno dellos es bastante corpulento, bigotazo, toledana y herreruelo de gamuza, con botines de fieltro y sombrero de ala ancha, claro y con plumas rojas.
-Vaya usted a dar un paseo que no tiene que medrar aquí.-
Parece que este lleva la voz cantante. El otro, más enjuto, de barriga sobresaliente, jubón pardo, sombrero y capa, donde levantava la tizona la posterior de ella, contesta:
-Medraré si lo requiere, que no es hombre ni hidalgo quién grita a una dama.-
Debido a lo estrecho del pasaje te ves obligado a pedir paso entre voseos y pardiezes, o dar media vuelta y rodear a costa de gastar suela.
Mientras los dos hombres discutían, me acerqué a ellos y les pregunté amablemente:
- Disculpen mi intrusión, buena gente, pero no he podido evitar escuchar vuestra discusión y me gustaría saber a que se debe, si no es indiscreción, ya que parece ser algo de vital importancia y me gustaría ayudar a resolverlo de manera que resultara bien para ambas partes, si me hacéis el favor.
Hablaba de manera abierta y desenfadada, pero al mismo tiempo, como si fuera de manera casual, puse mi mano apoyada en mi cinturón, cerca de mi toledana, por lo que pudiera pasar.
Y la moza, ¿es de buen ver ;) ?.
El más corpulento responde a la vez que os observa de abajo a arriba:
-Rediez que estos callejones atraen a los moscones.-
Mientras responde uno, observas a la mujer. Cabello oscuro y labios de miel, vestido de azul con camisa blanca y corpiño amarillo, tapada, como corresponde, por una medio capa de felpa y pañuelo blanco en la cabeza. La moza es callada, de una veintena mas o menos y cristiana.
Es normal en aspecto si preguntas eso.
Miré al desagradable sujeto, esta vez con una sonrisa fría, que cualquiera que me conociese sabría que esto podría terminar con una sangría:
- Bueno, yo solo paseaba y vuestra discusión interrumpió mi camino. Es un lugar público, y si lo que queríais era intimidad, deberíais haber buscado otro lugar menos concurrido.
Mientras hablaba, me acerqué lo suficiente para que, en caso de que se pusiera gallito, pudiera despacharlo con la maniobra de esgrima de Desenvainar.
-Perdone su merced que le increpe, pero estaba riñendo yo antes.-Dice el barrigudo con mucho tiento.
Miré al barrigudo con una sonrisa bondadosa y le respondí amablemente:
- Por supuesto, no pretendía quitaros de menos, solo intentaba buscar una solución que no acabara con nadie con un palmo de acero en las tripas, si no os importa.
Me sitúo al lado de él frente al valentón, ya que mientras el gordito ha sido amistoso y educado, no me ha gustado la grosería del otro. Pongo mi mano en la toledana, dando a entender, sin decir nada al bravucón, que en caso de haber juerga, yo le daré matarile a favor del gordo.
El valentón se hiergue muy recto y sacando pecho ante la mirada de la dama.
-Pues si no quieren que le sirva una racción de toledo* mas les vale coger las de villadiego.
Hablando de acero, una ración de toledo se refiere a la hoja de su espada.
- Lo haría, buen hombre, pero no se donde queda ese sitio. - Le respondo con una sonrisa siniestra.
El valentón, rojo de ira echa mano a la espada sacando una cuarta de acero y gritando, -VOTO A CRIST...
En ese momento el barrigudo le detiene la mano con la suya y dice claro alzando la voz.-No pierda la compostura que le pierde el enojo y, si quieren vuestras mercedes batirse, vayan al prado que yo les seré testigo.-
El grandulón, parece meditar un momento sopesando los riesgos de acuchillarte ahí mismo, o ir a sitio más discreto. Al final se decanta por lo discreto.-Muy bien, iremos al prado que no está lejos y le pondremos remedio, quedando vos de testigo y él, vive dios que muerto.-
Me encojo de hombros, conforme:
- Si os place, me parece bien, ¿vamos ahora mismo o os apetece a otro día y hora?. Personalmente me gustaría despechar el asunto cuando antes, pero no quiero meteros prisa, caballero. - Luego miré a la dama y añadí. - Tal vez queráis escoltarla a su casa, os acompañaremos y desde allí iremos directamente a resolver nuestro entuerto.
La dama, al verse aludida en la conversación, abre la puerta entrando como un rayo y cerrando después. El jaque, te mira más enojado si cabe y con un resoplido y una maldición se encamina calle abajo a resolver el oficio de hoy.
Y así, como tres amigos que no se dirigen la palabra, dejais el hospital de los desamparados atrás, pasais delante del mesón de paredes para vuestra coincidencia, y llegais al prado por debajo del humilladero, zona poco transitada y grata de espadas discretas.
Desabrochándose la capa para que no estorbe y con testigo delante, desenfunda toledana.-Preparado?. Os pregunta.
Desenfundo mi espada, dispuesto a empezar el duelo cuanto antes, haciendo unas cuantas florituras, con la velocidad y destreza de un esgrimista, antes de responder:
- Por supuesto.
El valentón entra poco, al tanteo, lanzando un piquete sin fuerza, pero con la suficiente como para mandar remendar al cirujano.
Tirada oculta
Motivo: Ataque normal
Tirada: 3d6
Dificultad: 13-
Resultado: 8 (Exito)
Trato de bloquear con presteza el ataque a mi adversario...
Motivo: Parada
Tirada: 3d6
Dificultad: 11-
Resultado: 12 (Fracaso)
Motivo: Parada
Tirada: 3d6
Dificultad: 11-
Resultado: 9 (Exito)
Desvias la hoja sin fuerza hacia un lado viéndote obligado a retroceder un paso. El matasiete lo observa y sonrie como si, chulesco, fueras un enclenque mogigato ante su destreza.
-No tardaré mucho, os lo prometo.-Y con estas, comienza el baile con una mueca burlona.
El tipo tiene una velocidad de 10, como tu tienes una velocidad de 14 comienzas eligiendo acción. Puedes hacer ataque normal, una de las opciones de ataque completo o defensa.
Le devuelvo la mueca:
- En eso estoy seguro...
Y ataco con la velocidad de una serpiente.
Motivo: Ataque
Tirada: 3d6
Dificultad: 16-
Resultado: 5 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 6(+3)=9
- Ataque Normal, así, si ataca, podré defenderme.
- Tiro daño, por si acierto, así ahorramos tiempo.
Rápido el movimiento, y ligero de pies, te acercas al matón lo suficiente como para acariciarle el pecho con medio palmo de acero entre costilla de Adán y de guarro. El valentón, todavía en guardia pues no le dió tiempo a decir Jesús, mirose la hoja clavada y desmayose de la impresión.
El testigo que allí estaba, se acercó para ver si tenía remedio o iba a buscar a un cura que le diera la extrema unción.-Vive Dios, todavía resuella. Pronto, id al mesón de paredes, en esta calle postrera y buscad al mesonero, que por antiguo soldado, sabe curar al cristiano.-
Motivo: Parada
Tirada: 3d6
Dificultad: 9-
Resultado: 14 (Fracaso)
Motivo: Consciencia
Tirada: 3d6
Dificultad: 10-
Resultado: 15 (Fracaso)
Asentí en silencio, mientras limpiaba la hoja de mi ropera con la capa de mi adversario, antes de enfundarla y ir al mesón señalado, a buscar al mesonero que me habían descrito.
Llegas sin mucha prisa al citado mesón, ya que si no estaba comulgado tu oponente, más devía estarlo siendo tan católico como profesaba, rendiría cuentas a Dios o al diablo que en esas andaba. Al llegar una figura sale de él, un hombre mayor, algo cano y vestido de luto pero sin cruz, ni tonsura, no siendo perteneciente-piensas- a ninguna orden de caballeros.
Adentro está el citado mesonero, bajo y delgado, con bigote ancho y ojos vivos. Pelo corto y moreno como manda el credo castellano. Atiende a un cliente que tiene pinta de Rufo y valentón. Estoque al cinto y vizcaína cruzada de lado, bebiendo vino y aligerando unos garbanzos con carne.
Miro al hombre y le saludo:
- Hola, discúlpeme, ¿es usted el mesonero?. Hay un hombre que necesita sus dotes de cirujano... Un mal encuentro con un hierro.
Esperaba que mi indirecta hubiese sido bastante clara.