Miro a los demás y señalo:
- Creo que se donde vive, podemos probar por ahí...
Esperemos al director antes de seguir, pos si tiene otros planes...
La herida pinta fea. Una cuarta larga de toledana en el pecho, nada más. Ves como, a pesar del pañuelo del hombre por tapar la hemorragia, esta sale abundantemente y con burbujas, oyendo el sonido del aire entrando y saliendo del tajo.
-Pardiez que no creo conveniente llevarle a casa de la dama.- responde el hombre al joven que había dado tal idea.-Pues que no hay dos sin tres, saldrían sus amigos a zanjar el asunto y llego tarde.-
Os observa, se quita el sombrero y endereza una gran pluma blanca que ciñe al mismo con una cinta de tafetán verde.
-O no sois de aquí, o habeis estado recluido en un convento, me equivoco?-Dice volviendo a ponerse el sombrero.-Los duelos están prohibidos y cualquiera que incumpla la norma será arrestado y condenado a apalear sardinas o unos años de servicio en Orán. Cerca hay un hospital,-señala con el dedo hacia la ciudad.- donde poder dejar al herido sin más complicaciones ni preguntas, el cirujano le mantiene vivo hasta allí, le cose el siete, y santas pascuas.- El hombre se encogió de hombros.-Además llego tarde.-
Asentí conforme:
- Me parece buena idea, podemos hacerlo...
Esperé la respuesta de los demás y que el médico hiciese su trabajo antes de disponerme a llevarlo.
—La herida es profunda, el trabajo hay que hacerlo bien o peligra su vida. Busquen un medio para moverlo, mientras me quedo a su lado. ¿Adónde llega tarde? Hoy no se va a mover del puesto.
-¿Serviría mi capa? Exclamo mientras me quito la capa y se la tiendo al joven descarado.
-Podríamos agarrarlo por los extremos vos y yo, no es un trono de los que los exclavos de los antiguos reinos de Nueva España usaban para llevar a sus reyezuelos, pero podría servir.
—Podría servir, pero vuesta capa va a quedar hecha unos zorros. En cualquier caso es una forma de ganar tiempo.
-Y hablando de tiempo,-interrumpe el barrigudo,-pues quereis saber a que llego tarde. Mal llego y en mala hora a ver "la discreta enamorada",-el hombre acompaña con un ademán cómico pero elegante, estilo comedia.- obra del famoso Fénix español, Don Lope de Vega y Carpio, interpretada por "la Calderona" en el corral de la cruz, y, por lo que en mala ventura se presenta, estará a empezar.-
Mirando al joven descarado continúa.-Allí me dirigía cuando topeme con este singular caballero,-señalando al herido- o no, pues hidalgos hay pocos e hijosdalgo muchos, que cortejaba de aquellas maneras tan poco pláticas como vuacé sabe bien. El resto es de oficio.-
Ya teneis la señal esperada. He aquí mis planes :D
-Lo único que no tiene remedio es la muerte de un hombre; disponga de mi capa como guste.
Hazme una tirada de curar ya que no vas a coserle... o sí?. Por cierto, coge lo creas por la asistencia medica de la bolsa del herido. Así se hacía antes. A veces el "heridor" pagaba lo del herido o en parte si quería que fuese hasta allí el médico y luego que le cobrase. ¡PARDIEZ, QUE NO SE HUBIESE DEJADO MATAR.!
—Voy a hacerle una cura de emergencia para que no se nos desangre por el camino. Cuando lleguemos a la casa le atenderé en condiciones.
Motivo: Cura de emergencia
Tirada: 3d6
Dificultad: 15-
Resultado: 5 (Exito)
¿Cuánto se supone que cobra un médico de la época por aquestas faenas?
Me dispongo a ayudar al valentón con su capa para cargar al herido con ella, esperando que no de más problemas.
- La Discreta Enamorada... La verdad es que me gustaría poder verla. - Comente, mientras trabajaba.
Tras el apaño de emergencia: —Vayamos al hospital pues. Me cobro de paso de su bolsa cinco reales por el servicio
Concluido el transporte del tipo, que sigue inconsciente, como un fardo de ropa vieja y gracias a la capa del amigo valentón, ahora manchada de sangre por la parrte interior y después de dar las explicaciones pertinentes, como;-Mire usted padre, que nos lo hemos encontrado de esta guisa, mientras nos relajábamos dando un paso por el prado. Y cobre su merced a Santa María auxiliadora que en buena hora llegamos.- Concluye el mostachudo barrigón que allí no hay más que hacer y se vá que llega tarde. Os saluda destapando el sombrero, -Iñigo García de Montoya, que tengan buenos dias sus mercedes.- Y con esas dá media vuelta y comienza a caminar.
¿Dónde estamos ahora mismo? ¿En la puerta de la casa del enfermo o en su interior?
Cerca hay un hospital,-señala con el dedo hacia la ciudad.- donde poder dejar al herido sin más complicaciones ni preguntas, el cirujano le mantiene vivo hasta allí, le cose el siete, y santas pascuas.
Mas bien en la puerta del hospital.
Asentí conforme:
- Me parece buena idea, podemos hacerlo...
Esperé la respuesta de los demás y que el médico hiciese su trabajo antes de disponerme a llevarlo.
Entro en el hospital con el fin de buscar alguna persona responsable para explicar el asunto del fardo que traemos.
Lee tres post mas arriba del que acabas de poner :)
(Que no se puede postear borracho)
Viendo que hemos terminado, me dispongo a seguir a Montoya:
- Disculparme, don Iñigo, ¿os importa que os acompañe a ver la obra, si sois tan amable?.
-Si a su merced le place...-Dice encogiéndose de hombros