Intentas pasar desapercibido mientras observas el callejón, por suerte bien iluminado. Buscas señales en las paredes y en el suelo, basándote en tu experiencia pasada en la calle.
No tardas mucho en encontrar huellas de grandes pisadas, quizás botas de cuero, por las marcas. También hay una gran marca en el suelo que indica que alguien ha sido arrastrado, pero las huellas se pierden al salir del callejón y unirse a las decenas de viandantes que circulan por la calle principal.
Mientras Nueve busca, vosotros hacéis guardia. La mirada de Exiria se pierde de vez en cuando en el templo de Soid, lugar sagrado para muchos, pero que a vosotros os causa temor. Simboliza la imposición, la extinción y la violencia contra vuestra culto y eso os hace sentir más de un escalofrío ante su magna presencia.
Intentáis disimular, charláis de cosas banales entre vosotros, pero estáis algo nerviosos. Los guardias os miran, los nobles os miran, pero nadie hace amago de sospechar nada. Simplemente os observan, con falsas sonrisas en sus rostros.
Tirada oculta
Motivo: Sigilo
Tirada: 3d2
Dificultad: 2+
Resultado: 1, 2, 1
Exitos: 1
Tirada oculta
Motivo: Sigilo
Tirada: 3d2
Dificultad: 2+
Resultado: 1, 2, 1
Exitos: 1
Jurarías que dos hombres os acechan. No parecen guardias, pero tampoco nobles o comerciantes. Llevan ropas más bien humildes, aunque sus camisas son algo abultadas y parecen ir armados con porras. Se mantienen a bastante distancia, y están escondidos, pero no han podido escapar de tu vista.
Alucard frunce el ceño, pero lo relaja casi de inmediato y pretende hablar tranquilamente con el grupillo de la entrada del callejón. Hay un par de matones un poco más adelante que parecen observarnos. Parecen llevar porras ocultas. Ujans, mantente atento, que puede que tus habilidades sean requeridas. Esperemos que Nueve termine pronto y podamos seguir una pista sólida. Este barrio no me gusta nada.
Ujans asiente impercetiblemente, para después de unos segundos echar un ojo donde indica Alucar y observar a quien menciona...
- Tranquilo, estoy listo y preparado para lo que pueda acontecer, espero que no se retrase nuestro compañero...
Dio unos pasos por donde se encontraban para relajar los músculos, no debía estar en tensión por si tenía que actuar...
Entonces entiendo que el rastro me lleva de nuevo por donde vine, no? Digo esto asumiendo que el callejón no tiene salida, que va a dar al muro con el que nos topamos por fuera del barrio noble.
Dirías que lleva hacia el otro lado, hacia el interior del barrio, en vez de hacia la salida.
Tras encontrar un rastro claramente identificable, Nueve regresa con el resto para informarles. -He encontrado la continuación del rastro. Parece que se la han llevado hacia interior del barrio por la calle principal.- Les resume tras salir cautelosamente del callejón.
El espadachín echa un vistazo siguiendo la dirección que debieron coger los que se llevaron a Ricsanit. -El único problema es que va a ser complicado seguirles la pista en una calle tan transitada. Aunque parecía que todavía la arrastraban y eso puede facilitarnos las cosas.- Explica en voz baja. Tras relatarles sus hallazgos y conclusiones, Nueve espera con cierta impaciencia el siguiente paso a seguir.
Me giré con suavidad cuando escuché las distintas palabras de mis compañeros. Durante todo ese tiempo no me había metido por medio de las decisiones, pero en esta ocasión era distinto, algo no era normal y un movimiento mal pensado podría traernos problemas.- No -Mi voz salió más fuerte y autoritaria que en otras ocasiones, alzando la mirada repasé a los que me acompañaban, para terminar mirando al noble.- No podemos ir sin más. -Pese al tono utilizado, mis palabras salían de forma que solo quedase entre nosotros, incluso hacía algún movimiento con mis manos o cabeza para "aparentar".- Quiero pensar que no estáis siendo movido por sentimientos, querido.-Bajé la voz hasta susurrar una vez más, dejé escapar una sonrisa sibilina.- ¿Creéis que fue una coincidencia que nos ayudasen a pasar? O... ¿Qué no escondiesen el rastro? Espero estar equivocándome... Pero juraría que alguien nos está cazando.
Me quedé callada unos instantes, mis ojos se cerraron lentamente hasta volver abrirse dejando ver esa mirada salvaje que hasta ahora había escondido bajo una capucha oscura.
No hay nuevas reacciones de la gente, así que podéis hablar entre vosotros, para ver qué hacéis.
A Alucard no le gusta la respuesta del veterano espadachín, pero ya maquina alternativas. La batalla siempre está llena de contratiempos.
Seguir un rastro igual no, pero intuyo que esos matones que nos observan pueden saber algo al respecto. ¿Algun plan de como aislarlos para interrogarlos fuera de la vista general?
Nueve se queda mirando hacia la misteriosa mujer. -Yo no creo en golpes de suerte tan oportunos. Y mucho menos en uno tan descarado como este. Además creo recordar que tú misma te burlaste de mis sospechas hacia aquel encapuchado*.- Le espeta con un tono evidentemente molesto. Exiria siempre conseguía exasperar al espadachín con algún comentario que parecía querer dejarlo en evidencia. Pero, recordando que debían trabajar en equipo, respiró profundamente para tranquilizarse. -De cualquier manera, no ganamos nada volviéndonos unos paranoicos. Está claro que debemos estar atentos, pero no debemos dejar que temores infundados nublen nuestro juicio y aprovechar lo que tenemos. Si alguien quiere llevarnos hacia algún lugar siempre podemos tratar de anticiparnos.- Comenta al grupo con un tono de voz mucho más sereno.
Con una rápida mirada, Nueve observa a los maleantes que menciona Alucard. -Siempre podemos dejar que hagan lo que mejor saben hacer... Si lo hacemos bien quizás podamos llevarlos deliberadamente hacia un callejón y rodearlos. Yo mismo podría hacer de cebo si os parece bien.- Les propone esperando haberse explicado lo suficiente.
*Touché!! :P
- Vaya, todo un detalle que alguien escuche mis palabras, pero una pena que seas vos y no el afectado por ellas.-Su mirada se clavó en la de Nueve casi segundos después de que él acabase de hablar, si bien era cierto que ellos dos no se llevaban del todo bien, había momentos que se volvían aún más tensos si era posible.- Aún así, querido... Dejadme deciros que en ningún momento me burlé de vuestras palabras, tan solo reclaqué que vuestros ojos solo ven lo que desean y no más allá. Pero por desgracia... Todos los aquí presentes sufren de lo mismo.-Alzó una de sus manos en un gesto desenfadado. Tras eso dejó escapar una pequeña sonrisa maliciosa. "Ingénuos..." Deslizó la lengua por los labios para humedecerlos y tras eso desvió la mirada hacia otro lugar.- Demonios...-Maldijo exasperada.
- Oh, grandiosa idea, es cierto.-Dijo con un tono burlesco y con cierto enfado. La verdad era que desde que había llegado allí ninguno de ellos había atendido a sus palabras y eso en parte la molestaba. Nunca había sido una mujer de muchas palabras, ni tampoco de tomar decisiones, pero las veces que solía participar era porque las creía necesaria y cuando eso pasaba... Ellos la ignoraban.
- Adelante, dudo que nadie se haya fijado en nosotros, un grupo de lo más curioso que cuchichea entre ellos... ¿Llamar la atención? Para nada mis señores, es algo de lo más normal... Dudo que ellos sospechasen nada de nosotros, qué peligro supondríamos para ellos. La idea de arrastrar hacia un callejón es la mejor opción, creo que picarán sin problemas.-Los fulminó con la mirada, dejando ver su enfado y molestia.- Haced lo que gustéis, queridos... Pero os lo dije y os avisé. -Sus manos recorrieron la tela de la capa hasta sostener por los lados la capucha, tras eso la echó hacia adelante y cubrió tanto su cabello, como también su rostro. Seguido de eso metió las manos dentro de las telas y se quedó en silencio, estaba claro que no volvería a opinar. No con aquella panda de sordos que no eschaban más que lo que ellos creían importante.