Partida Rol por web

Escena para Bifidus, Blancaflor y Gregory

Trás separaros del resto del grupo, os acercais a las tiendas del pueblo, la mayoria son de chuminadas, como la mascara de vampiro que lleva la alquimista, a la cual parece haberse encariñado, trás ahuyentar a algunos vendedores callejeros que llevan sospechosos alimentos en palo, o con mucho ketchup para despistar el auténtico sabor del alimento. Pero trás un buen paseo por el lugar lo único que veis de tienda de estacas, es una tienda bastante ruinosa, cosa que comprobais al abrir la puerta y quedaros con el pomo en la mano, con muchas cajas llenas de cosas insospechadas, y en el fondo veis el rostro de un hombre que os mira con cara " de por fin voy a hacer una venta". Al veros entrar, esquiva cajas hasta llegar a una mesa que suponeis que es la que tiene para despachar y os dice:- Bienvenidos a la tienda de la hamaca y senderismo, el despeñamiento feliz, espero poder ayudaros... ejem ejem ¿Tendreis dinero,no?- Obviamente esta desesperado.

-Buenas tardes amable vendedor- contestó Blancaflor en tono dulce y atento. Por supuesto que ella no llevaba un cobre encima, pero era algo que no iba a dejar ver por ahora. -Estemmm, es un poco descortés recibirnos así, ¿no cree?- sus largas pestañas se entornaron soñadoras, dejando una mirada lánguida en la muchacha, su mirada de doncella desvalida, aprobada con un diez felicitado en la Academia de Doncellas en Apuros de Ankh-Morpork. -Mire, estamos aquí, recién llegados y viendo los precios astronómicos de las posadas en el lugar, estamos evaluando la posibilidad de acampar... pero no contamos con todo el equipo. Necesitaríamos una soga, algunas vituallas y estacas- dijo como al pasar. -Estacas para sostener la tienda que vamos a montar, por supuesto. No crea que tenemos malas intenciones o algo así. ¿Podría usted facilitarnos esas cosillas, buen hombre?

Gregory entró el último a la tienda, a tiempo de escuchar lo que Blancaflor le decía al tendero.

En ese momento, algo se encendió dentro del craneo pelado del zombie, y se adelantó a sus compañeros, haciendo grandes aspavientos con las manos e imponiéndose con su esquelético porte.

-Aquí la moza, que quiere pasar una semanita de miedo en el pueblo, y el escamas y yo nos la llevamos para el cementerio a enseñarle lo que es pasar miedo. Le dijo al tendero. Pero resulta que los del almacén se han quedado sin equipo y nos han mandado aquí a aprovisionarnos para el curro, así que venga, ve sacando lo que necesitamos que me ha dicho er Manolo que luego se pasa por aquí a recoger la cuenta, y te hace el papeleo para la oficina.

Gregory dió un par de palmadas en el mostrador como dando a entender que tenían prisa.

El zombie esperó a que el tendero procesara toda la información que le acababa de soltar con aire indiferente, mientras miraba las estanterías de la tienda, curioseando su contenido.

Espero que no se alargue mucho... Pensó. Lo último que quiero es quedarme a hacer horas extra con este trabajo, tengo cosas pendientes de las que hablar con el sindicato, esta jubilación que se impuso hace tantos años me está hartando, ni muerto dejó de pagar la hipoteca...

El hombre os mira a los dos alternandose de uno al otro,  primero a la dama con cierta sonrisilla nerviosa del estilo "esta pedazo de mujer me está hablando a mí, hay cuando se lo cuente a mis amigos" y le dice mirando:- Si, señorita, le puedo traer todo para una acampada, aunque eso si, para las estacas tendreis que tener la licencia, se considera arma peligrosa e intento de vampiricidio si no se tiene, y te aseguro que es díficil obtenerla, sino tendría más clientes...- Al escuchar la propuesta de pagarlo a credito comenta el hombre con una ceja enarcada:- Muy bien señor... zombie, pero no veo ningún vale, ni tarjeta ni nada parecido, y sin valedor no pienso dar ningún objeto de mi tienda, que ya lo que faltaba es regalar las cosas- Y se pone de morros con los brazos cruzados.

-¡¿Pero cómo es posible?! Pregunto Gregory alzando la voz. ¡¿Sabe quien soy yo?! Es más... ¡¿SABE ACASO QUIEN ES ER MANOLO?!

Gregory se había apoyado en el mostrador con las manos inclinándose sobre el tendero. Un ascua roja brillaba de furia en el interior de la cavidad de su ojo izquierdo en el que alguna vez hubo uno.

-¡No necesitamos ningún tipo de vale, ni permiso! ¡Haga el favor de sacarnos lo que le ha pedido la señorita si no quiere quedarse sin negocio! ¡Por que como er Manolo venga aquí a dejar las cosas claras, no va a necesitar ningún tipo de vale para cometer tendericidio! ¡Que bueno es er Manolo para estas tonterías burocráticas!

Desde atrás, cerca de la puerta, de hecho atrancandola, y escoltando al huesos y a la floripondia damisela, Bifidus observa y escucha paciente como se suceden las conversaciones. Tenorius le toca el hombro a un exaltado Gregory, indicandole que no hace falta levantar la voz, pues, sin intervenir con el habla, pero si con los ojos, comienza a hacer su tipico movimiento ocular, sexy e hipnotizante, para paralizar y usar al tendero como si de un pelele se tratara...

El tipo se arruga ante la insistencia del zombie y su tono amenazador(cuando alguien con un ojo colgando te amenaza cuanto menos te sientes un poooco intimidado) y te dice:- Mire, si a mi no me importa darle todo el material, aunque solo sea por servir a la señorita, pero, las estacas no puedo, mire no se quien sera el manolo, pero si que conozco al conde, y que me puede meter en una estaca más grande, por un orificio que no se debería decir... - Mirando a Bifidus comenta:- Por cierto creo que tu compañero tiene que ir al servicio, por la forma que está poniendo los ojos...- En tanto va dejando cosas en la mesa, aunque por la cara del tipo la amenaza durara mientrás esteis en la tienda, y podríais acabar con problemas como no lo tranquiliceis.

-No, buen hombre, no se ponga así. Seguramente ha habido un problema burocrático y por eso el señor guía aquí presente no tiene el dichoso carnet en la mano. Pero como comprenderá, una tienda no se levanta sin estacas... ¿como haré entonces para vivir esta aventura de acampar al aire libre si no podemos montar el lugar para pasar la noche? Ande, sea buenito ¿siiiiiii?- Blancaflor se acercó al dueño del local acentuando el movimiento de sus caderas al andar, haciendo ojitos y poniendo sus brazos por debajo del pecho para levantar su escote. Si a la princesa esa que estaba atrapada por los brujos le había dado resultado para convencer a la panda de babosos que viajaba con ella, no veía como en su caso, esa misma táctica no le conseguiría las dichosas estacas.

El tendero intenta no mirar tu escote y con los ojos bien cerrados grita:- Miren llevense el resto de las cosas, pero las estacas no, no puedo darlas o acabare clavado en una de ellas ¿Comprenden? Y ahora vayanse de mi tienda o llamare a la guardia- Parece que ya no está dispuesto a ceder, y que está cogiendo algo de abajo de la mesa, quizás una porra o una ballesta. En tanto afuera de la tienda, ois como el resto de vuestro grupo está corriendo detrás del hamster de Claus, a saber por que extraña razón...

-Ok, ok, buen hombre, no se nos ponga así. Comprenda que montar una tienda no es cosa sencilla. Dígamelo a mi que soy una simple doncella en apuros y de estos menesteres no entiendo ni jota.- Blancaflor, viendo que el ánimo del tendero no estaba para bollos, tomó rápidamente las cosas y les hizo señas a Bifidus y a Gregory para que salieran junto a ella o la cosa no iba a terminar bien, justo a tiempo para ver como el resto del grupo había montado un terrible jaleo y por alguna extraña razón se encontraban en persecución del hamster de Klaus.

-Hey! muchacha y muchachos! ¿A donde van? ¡Esperen que ya vamos!

Apresurándose, la joven salió en pos del resto del grupo para ver qué se traían entre manos.

Ante los comentarios de Blancaflor, Gregory decidió no insistir más. Tal vez fuera mejor así, ya habían conseguido mucho y total, unas pocas estacas podían encontrarlas en cualquier sitio. De hecho, estaba convencido de que el pequeño bárbaro sería muy capaz de fabricar algunas con cuatro tajos de su arma bien dados.

A fuera se había liado un nuevo alboroto, y el zombie se emocionó ante la perspectiva de una manifestación sindical, por lo que decidió que no podía perder el tiempo con tonterías sobre ponme una estaca aquí, y quítame otra de allá. Había pancartas por menear, y proclamas laboralistas por gritar.

Mantuvo su pose agresiva, haciéndole una doble seña de sus ojos al tendero con dos de sus esqueléticos dedos*, y salió de la tienda raudo, siguiendo a Blancaflor de cerca.

Trás salir de la tienda con casi todos los pertrechos que quereis y dejar a un acongojado mercader, sin visos de cobrar nada por sus servicios. Solo teneis que seguir el rastro de polvo para ver a donde han llegado el resto de vuestro grupo, con la misión cumplida, no os importara ir de una posada a otra, aunque Blancaflor, no sea mucho de esos "antros". Trás una corta caminata, veis a vuestros compañeros duditativos frente a una posada que tiene como nombre "cubo de meados", y por el nombre comprendeis sus dudas.