- ¡¿Un ojo de ordenador?! -el artista de brocha gorda que es Mou-R-3 se llevó metafóricamente las manos a la cabeza mientras pensaba en cómo darle esquinazo al metomentodo azul.
Por suerte, un CS de la gama alta apareció en esos mismos instantes para solventarle la papeleta.
- ¡Como usted ordene, señor! -se cuadró, llevándose la mano que aún sujetaba la brocha hacia la frente en señal de saludo, con el consiguiente manchurrón de pintura. Dejó su instrumental junto al bote y siguió a su superior, pensando si, por fin, había llegado la oportunidad que tanto había esperado.