Partida Rol por web

El centinela no dio saludo hasta que te dirigiste a él.

En cuanto lo hiciste, saludó, revisó la documentación e hizo sonar un silbato dos veces. Este, en ningún momento habló.

Un marinero, con galones de cabo, y un brazalete, cual policía militar, pero sin la gola, saló de un cuartito dentro del recito. el hombre, veterano y medio adormilado comentó con bastante desgana: - A sus órdenes. Omitió especialmente el tratamiento. Notaste perfectamente que lo hizo de una manera muy deliberada, y tras eso preguntó: - ¿Qué desea?

Por lo menos, contigo el centinela, contigo llamó al supervisor de su puesto. Al doctorcito lo ignoró deliberadamente.

Podías ver al cabo veterano por los barrotes de la reja, que seguro había participado en la anterior guerra, por la edad que denotaba, pero que, según tus estándares militares … bien poco valía para el servicio.

Heinrich miró con suspicacia al cabo y le espetó:

-"a sus órdenes, Obersturmführer... o a sus órdenes, señor", cabo, no pierda la costumbre, se lo digo como consejo, a mi me da un poco igual, pero habrá quien lo envía al calabozo-suspiró harto de la burocracia y le dijo de forma monótona:

-Somos una expedición científica y venimos al Nürnberg, su subalterno tiene la documentación-señaló al soldado que había tocado el silbato -yo tendré que ir a capitanía a arreglar unos asuntos y los doctores y mis chicos se irán encargando del viaje, ¿tiene alguna pregunta, cabo?

El centinela le dio los papeles al cabo y este los miró más adormilado que otra cosa. Los sacudió dos veces para extenderlos, y tras levantar la cabeza, intentando despejar sus pensamientos, los sacudió otra vez. Tras demostrarse a si mismo de que no eran horas de leer nada se los dio otra vez al centinela, que acto seguido te los presentó para que los pudieras recuperar. El cabo le dio dos golpecitos en el hombro y este se giró. Parecía una código pre-establecido, y el mismo centinela usó el silbato en dos pitidos largos. El cabo empezó a abrir, mientras el marinero os deleitaba con su "música".

- Adelante, adelante. Ofreció como si fuera el viejo dueño de un antíguo hotel. - El Crucero está en el muelle 23 y la Capitanía está en estos momentos. Hasta las mueve y media no habrá nadie hoy. Le hizo una seña a un par de soldados que acababan de llegar. No eran marineros, pero parecían vestir el uniforme de la Gran Guerra. El cabo, con ínfulas de "Dueño del Arsenal" les indicó a los recién llegado de una manera bastante tosca: - Muelle 23 y en el regreso pasad por la "Camareta" y os traéis a Hindman.

Nunca había sido un Nazi convencido, pero cada vez tenía más claro que gente así sobraba en todas las ramas de la Wehrmacht y que debía ser purgada a fondo y con saña hasta eliminar a gentuza así. Lo peor, es que Heinrich temía que lo que viniera fuera incluso más funesto...

Aún así no perdió la paciencia, o no del todo, porque le encantaría darle de palos contra la verja sin piedad alguna. Aún así le dijo:

-Cabo, ¿Quién está a cargo de ese muelle? Del muelle 23 me refiero... no queremos perder mucho tiempo y nos gustaría al menos embarcar los enseres lo antes posible- dijo con calma, pero sus palabras indicaban que no quería pasar ni un minuto de más en este puerto.

9 de Julio de 1937. 04:07. Whilhelmshaven (Estación de Ferrocarril) 12º. Despejado. Ni viento, ni niebla ni nada. Noche veraniega, estrellada y tranquila.

- No le entiendo mi oficial. Usó el tratamiento común en la Armada (Kriegsmarine) Era común proveniendo de donde venía, y seguro había participado en la Gran Guerra con la Armada Imperial. - Todos los muelles don del Arsenal, que dependen del Almirante de este. Explicó con sinceridad. Esperaba poder haber aclarado tus dudas, pero se notaba que no sabía lo que le habías preguntado.

Los dos centinelas que actuarían de guías esperaban, discreta, pero impacientemente.

La verdad es que no había resuelto ninguna de las dudas del joven oficial, quien insistió molesto:

-Entiendo cabo....Imagino que el Almirante descansa a estas horas, ¿no hay nadie con quien podamos hablar para acelerar los preparativos? Tenemos que estar listos lo antes posible- dijo con mucha desgana y señaló a los doctores- estos señores están impacientes por salir de expedición lo antes posible.

Tratar con gente tan poco servicial parecía un tópico en las tres ramas de la Wehrmacht.. tal vez era porque pertenecía a las SS y lo miraban con recelo, o tal vez porque la Wehrmacht estaba hecha un asco.

- Mi oficial, pueden seguir a los centinelas. Ellos le indicarán donde está el Emdem.

Te empezaba a hablar como que no te querías mover. El cabo empezó a creer que querías que los dos marinos con fusil te trajeran el crucero aquí, a tu lado.

El joven oficial de la SS puso mala cara y asintió:

-Está bien cabo, seguiremos a los centinelas - no tenía gana de discutir con la hez de la kriegsmarine que además seguro fue de los que rindió los barcos a los ingleses y a los franceses y se alegró de ello. Un episodio vergonzoso que sólo podía haber sido protagonizado por gente como este cabo...o eso pensaba Heinrich.

-Nos vamos- dijo a los suyos y a los doctores.

Y siguieron a los centinelas...

9 de Julio de 1937. 05:41. Whilhelmshaven (Arsenal - Muelle 23) 12º. Despejado. Ni viento, ni niebla ni nada. Noche veraniega, estrellada y tranquila.

Los centinelas hablaban de lo suyo, pero más de una hora de camino, tocó hacer un par de descansos, por la carga portada. Entre armas, municiones, y el equipo de los científicos, estaba empezando a ser mucho. Os cruzasteis ante dos patrullas más que andaban ya de regreso. Entonces, ya entrando en el muelle 23 le comenta uno de los centinelas al otro.

- Payub, nos ha mandado el cabo al 23, pero el Emdem está en la mar. Aquí está atracado el Nürnberg.

El otro quedó preocupado, y el mismo que había hablado se giró hacia vosotros. Habían andado todo el rato.

- Perdone mi oficial, pero: ¿Qué crucero estamos buscando? Es que el cabo nos ha mandando a otro barco, pero parece que ese viejo marino aún sigue escapando como hizo en 1915. El cabo menor que te hablaba sonaba muy de campo o muy paleto. Vete a saber si era de un pueblito pesquero o algo, pero no sonaba a militar. - Es que el cabo fue de los supervivientes que escaparon en el velero aquel, cuando quedaron en tierra, ¿Usted sabe?

El camino se hizo largo, especialmente porque llevaban todo tipo de enseres, que como ya había comentado la próxima vez los revisaría a fondo y a conciencia. 

Prefirió no hablar con los centinelas, que parecían casi tan inútiles como el cabo, y seguramente le preguntarían tonterías varias que no quería oír ni escuchar.... Heinrich se metió en sus asuntos, que eran: no enfadarse ni insultar a nadie y continuó con sus hombres y los científicos. 

Cuando llegaron al muelle su paciencia se agotó:

-La verdad es que no lo sé, no sé nada de ese cabo ni lo que hizo en 1915.. pero vamos al Nürnberg -procuró que no se le notara el enfado, pero lo estaba.

Los muelles tenían una iluminación precaria. Lo justo para ir entre sombras, y no meter el pie en ningún desperfecto del suelo, pero, poco más.

Otra ronda se cruza con vosotros y se saludan lo marinero un poco dejados. Tras eso empezáis a acceder al muelle del barco que de verdad dos interesa. La guardia ya está formada sobre cubierta ante el castillo. Está atracado babor al muelle, con la proa hacia tierra, y es lo primero que véis de la nave.

- Pues fue uno de los del destacamiento de tierra del Emdem que consiguieron llegar desde 1914, llegando a casa al año siguiente.

Algo sabes, y aunque es un declarado antinazi, el Capitán de Corbeta Hellmuth von Mücke está mal visto, se estudia y se achaca la hazaña al grupo, y no a la persona, regresando tras meses de viaje, por sus propios medios, desde la Isla de los cocos, en el Índico, al sur de la isla de Sumatra.